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12. El hermano


El hermano.

Callum.


Trato de ignorar el sonido de las pisadas de Michael mientras mantengo la vista clavada en el televisor que está transmitiendo un nuevo episodio, o al menos para mí lo es, de las Kardashian mientras sobre la mesita frente a mí mantengo mi portátil con una vídeollamada con Arlene.

Una linda tarde en la sala de la casa con mi hermana a la distancia.

—Oh, Dios, qué perra Kourt al decir eso —se queja mi hermana y asiento, también lo creo.

—Estuvo fuera de lugar, pero también siento que la provocaron —respondo, alternando la mirada del libro que debo estudiar para una de mis próximas evaluaciones al televisor y la portátil. No pueden culparme si termino bizco.

—Pero ella acaba de actuar totalmente perra ¡Joder! Kendall cada día parece más alta y más guapa, puta envidia.

—También eres súper guapa —Le digo en automático.

—Pero no tan alta.

—Pero eres alta, Arlene.

—Pero no tan alta —repite—. No tan alta cómo Kendall.

—Deja de compararte con cada figura pública que ves, por favor, qué me atormentas con tus lamentos.

—Perro bastardo.

—Gusano malagradecido —respondo.

Ambos reímos y volvemos a enfocarnos en nuestro entretenimiento y en mi caso: en mi estudio.

— ¡Oh, por Dios! ¿Acabas de ver eso, Callum?

— ¿Qué? ¿Qué pasó? —Vuelvo la atención a la pantalla.

La verdad es que no soy muy fan del programa, pero lo encuentro muy entretenido y ver las temporadas con Arlene hace que me conozca básicamente cada sucio detalle de la familia. Comenzamos a verlo juntos en mi último año de escuela y cuando vine de Irlanda y ella lloró a moco suelto que me extrañaría, le prometí que veríamos siempre juntos a las Kardashian y cómo soy un hombre de palabras, aquí seguimos incluso cuando a veces tengo mucho que estudiar o incluso si es un viernes por la noche.

—Siento que Kris explota a sus hijas, pero la admiro totalmente. Solo suma cuánto gana con cada una de ellas.

—Pero esa pobre mujer no debe dormir de llevar una vida tan caótica —señalo cerrando el libro para darle toda mi atención al televisor y solo alternar la atención con su rostro en la pantalla del portátil—. Khloe está bajando de peso.

—Está guapísima, creo que se ha hecho retoques, pero no es algo de lo que quiera hablar y si esa es su decisión no deberían atosigarla, aunque si yo consigo hacerme mi rinoplastia y los pechos, orgullosamente lo aceptaré.

» "Miren lo muñeca que quedé y estoy orgullosa porque me siento feliz". Aw, casi puedo imaginar la descripción que pondré ese día con mi publicación en Instagram.

—Cuenta con mi me gusta —Le muestro el pulgar y ella sonríe—, pero volviendo a Khloe siempre me ha parecido autentica y guapa —digo viendo al televisor—, bien por ella si tiene el dinero y cirujanos para hacer lo que le venga en gana, y si eso le da más confianza o la hace feliz, bien por ella, no le hace daño al mundo.

Arlene me asiente en acuerdo y continuamos viendo el programa, ella tiene siempre algun comentario que hacer y evidentemente yo siempre los complemento.

— ¿De verdad siempre comen un tazón de lechuga y ya? —Suelto un bufido—. No me creo esa mierda, seguramente luego se comen otra cosa... ¿Y por qué Kim está llorando? ¿De qué me perdí?

—Ya deberías saber que Kim siempre llora.

—Cierto —concedo riendo.

Me concentro en ver lo que resta del episodio y comentarlo con Arlene, tratando de ignorar el caminar una y otra vez de Michael en su habitación, sus pisadas están siendo muy fuertes en el suelo de madera.

— ¿Otro episodio? —pregunta Arlene cuando termina el que veíamos.

—Lo siento, bebé, pero he consumido mi dosis saludable de Kardashian, vamos a dejarlo para la semana que viene.

—Bien —Bosteza y ni siquiera se preocupa en taparse la boca—. ¿Qué planes tienes para esta noche?

—Ninguno, no tengo tanto ánimo para ir de fiesta.

— ¿Por qué? Si parece que siempre estás celebrando —De manera distraída juega con un mechón rojizo de su cabello.

A ver ¿Por qué no quiero ir de fiesta? Porque estoy algo así cómo encaprichado con estar enojado por la situación con Clover ¡Joder! Es que en un momento sentía que podía lanzarme una canción de triunfo de Queen en una estupenda caracterización de Freddie Mercury y al siguiente sentí que tendría que buscarme un piano y fingir ser Adele mientras me lamentaba de haber sido dejado de lado, embarcado, pateado, plantado, olvidado y cualquier otra cosa parecida. Por último, parece que terminé, en mi mente, con 7 things de Miley Cyrus pese a que de hecho no odio a los amigos de Clover ni todas las cosas que dice la letra, pero la canción tenía buena energía para drenar la molestia.

Sí, sí, conozco las canciones de Miley Cyrus cuando aún era Hannah Montana – perdona el spoiler – por cultura general de Arlene y porque ¡Vamos! Hannah Montana fue una jodida serie genial, incluso papá puede admitírtelo, él se sabe la canción completa de Nobody is Perfect (tenemos prueba de esto).

La cosa es que estaba bastante entusiasmado con la cena cuando le envié la dirección, pensé que no me respondió porque aun asimilaba el crescendo violento del excitante orgasmo que tuvo cortesía de mis dedos, luego envié otro mensaje para que no enloqueciera y supiera que era de verdad firme sobre querer que conversáramos. Y luego envié otros mensajes con el pasar de las horas y cuando el hambre me atacó y me di cuenta del papel de estúpido que hacía esperando a alguien que no iba a llegar, le escribí otro poco porque pensé que tal vez necesita un empujoncito y llamé, no estaba enojado, decepcionado o desilusionado (tal vez), pero me dije que podríamos conversarlo luego, que tal vez algo sucedió, eso fue antes de que su vil y asqueroso mensaje con un "lo siento, no puedo" llegará.

Verás, mayormente estoy de buen humor, eso se debe a la familia con la que crecí en donde las risas siempre estuvieron presentes, pero también puedo cabrearme y eso hice. Obligué a Stephan a volver a casa y atragantarse de comida conmigo mientras en un gesto muy digno de mi papá, quien siempre escribe la palabra "gruñido" en el chat, gruñí durante aproximadamente media hora y Stephan aunque es un buen amigo, fingió que nada pasaba porque no le apetecía preguntarme por qué fui plantado.

Me acosté e intente adelantar en mi Kindle el libro sucio que aún tenía pendiente para discutir con Moira, pero fue aun peor porque leer cómo el protagonista le metía dos dedos a la protagonista solo me recordó a Clover, aunque yo no sé los metí. Esto me llevo a dejar de leer y ver el techo mientras rebobinaba los sucesos intentado entender si fui brusco o hice algo mal, pero ¡Mierda, no! Yo no hice nada malo ni nada que ella no aprobara porque fui muy atento sobre no sobrepasar límites que ella pudiera darme, entonces ¿Qué mierda pasó?

Estuve de un humor horrible esa mañana, pero cuando vi a Clover pasar a paso apresurado, dije su nombre con intención de aclarar las cosas, pero ella me ignoro cómo cuando ignoras que hay un plato sucio en el lavaplatos del que debes hacerte cargo. Me cabreé y fui un poco cortante sobre decirle alguna mierda de que entendía y lo dejaba así, pero ¡Mentira! ¡Es una vil mentira! Porque no entiendo ni una mierda y no lo quiero dejar así.

Entonces comí con un grupo pequeño de personas y sentí que un duende me iluminó, uno bueno, esperemos no sea uno que quiera tirarme de los pies mientras duermo para llevarme al infierno, no estoy preparado para sentir tanto calor... aun.

La cosa es que analicé que las notas llegaban porque ella quería, pero que la cosa de tener un acercamiento un poco romanticón y bien pecaminoso, desde la fumada del porro pasando por los besos y llegando al orgasmo, yo había hecho el movimiento, le había enviado la energía de "vamos a hacerlo" y eso la alentó. Así que me dije en un tono caprichoso ¿Por qué no dejar que de verdad ella dé algún paso? Correr detrás de alguien puede ser genial, pero cuando eventualmente no disminuyen el trote para esperarte, comienzas a preocuparte.

Las palabras de Jagger sobre que yo podría estar destinado a ser una ilusión de repente se sintieron muy reales y acertadas, sentí que me metieron en la caja de un muñeco en dónde no se me permitía jugar cosas sucias y amorosas con la muñeca. No me gustó tal pensamiento fatalista, pero me dije si es así "continuamos con la vida, Callum" porque soy éste tipo relajado que trata de simplificar los problemas y avanzar, pero no se sentía muy bien.

Pero eso fue lo que hice, lancé las monedas de oro (metafóricamente, nunca regalaría oro ¿Quién hace eso? Solo los multimillonarios de los libros o los reales) a su lado de la cancha, dejándole la oportunidad de buscarme si estaba interesada y me enfoqué en otras cosas: leer el libro sucio y discutir el capítulo con Moira, asistir a una clase virtual de francés con Kyra, ver las Kardashian con Arlene, hablar con mis padres, socializar y seguir mi vida.

Ver a Clover anoche en la pequeña reunión me sorprendió, aunque tiene sentido que fuera siendo que la mayoría eran personas de la escuela. ¿Sabes por qué coqueteé con el tipo al que de ninguna manera iba a follar? Porque me leí la escena de celos en el capítulo del libro sucio, los celos son malos, pero los celos a veces parecían el puñetazo de realidad que te daban para sacar la cabeza de tu culo.

Bueno, no funcionó, si es posible, la hizo huir a otro grupo y yo me arrepentí siendo únicamente amistoso con el tipo y haciéndole saber que de hecho no nos íbamos a chupar las pollas cómo me lo había propuesto. No, no era que no se me fuera a levantar por nadie más que Clover o que me volvía un tipo con difusión eréctil selectiva, era solo que no tenía los ánimos ni las ganas porque de verdad deseaba aclarar las cosas con Clover luego de que dejara pasar tantos días, bueno, tampoco tantos, pero es que para mí se siente cómo un montón porque recordemos que no soy paciente.

Pero Clover no ha venido a hablar conmigo o al menos decirme en dónde hubo un error y que hagamos de cuenta que nada pasó. Soy alguien que necesita cierres o se carcome la cabeza una y otra vez, y si no sé qué fue lo qué falló no podré olvidarme de esto y decirme: ya está, mi niño, tu sigue con tu vida y déjalo ser.

Pero hoy es viernes, los días han pasado y no puedo dejar que esta situación inconclusa influya de más en mi ánimo y esa tiene que ser la indirecta más directa de que las cosas no dan, que tal vez yo lo llevé demasiado lejos y que debí simplemente dejarla tranquila, pero pues bien, entonces que ya no me envíe notas que me hagan desear conocerla todavía más. Punto y final.

— ¿Callum? —Me llama Arlene atrayendo mi atención—. Parecías ido murmurando y mascullando.

— ¿Sabes? Si saldré de fiesta, la noche es joven y aún es muy temprano, pero primero debo cenar.

—Diviértete y cuídate mucho, yo llamaré a Jacob —Sonríe y yo frunzo el ceño.

—Pero te dijo que solo te la quiere meter y decidimos que es un imbécil con el que definitivamente no quieres tener tu primera vez.

—Sí, pero es divertido hablar con él, eso no implica que me la vaya a meter.

— ¿Eso es seguro?

—Pues claro, ni siquiera dejaré que me la meta en la mano hecha puño ¡Promesa!

—Vale, creeré en tu promesa, pero si te debilitas y sucede, no juzgaré, estoy aquí cuando quieras hablar —Le arrojo un beso y ella finge atraparlo y plantárselo en la mejilla.

—Ahora ve y diviértete, nos vemos en nuestra cita con las Kardashian la próxima semana.

—Eso es seguro.

—Y hablamos por teléfono, te amo.

—También te amo. Ya lo sabes, la polla de Jacob ni siquiera envuelta en tu puño.

— ¡Amén! —finaliza sonriendo antes de dar por terminada la vídeollamada.

Soy el único niño entre niñas. La mayor es Moira con veinticinco años, luego tenemos a Kyra con veintitrés, estoy yo con veintiuno y luego del descanso vino Arlene con diecisiete años actualmente. Más allá del fastidio de compartir baño con tres niñas diferentes entre sí, lidiar con un montón de toallas sanitarias y tampones, corazones rotos y cambios de humores extraños y a veces comportamientos muy malvados, crecer con hermanas fue divertido y no me quejo de ello. Son buenas hermanas, locas y diferentes entre ellas, sé que mis hermanas también me aman y somos muy unidos, nos tenemos confianza. Más que hermanos, somos mejores amigos y considero que eso es muy valioso

Para muchas personas somos una familia rara, una vez nos acusaron de ser unos pervertidos que cogían entre todos – asqueroso –, pero es porque no todos tienen la fortuna de nacer y crecer en una familia en dónde la confianza es lo primero que te inculcan tus padres. Mis padres me criaron con la firme convicción de que nunca me juzgarían, que ante cualquier problema o duda acudiera a ellos, me hicieron sentir seguro sobre quién era y ser firme en lo que creía. Hicieron que cosas que a otros les parecía vergonzoso, para nosotros fuera algo normal y no un tabú.

Recuerdo que cuando Moira tuvo su primer sangrado, de hecho mamá ya me había explicado desde un par de años anteriores que mis hermanas pasarían por tal proceso en la pubertad, así que estaba preparado para darle chocolates a mi hermana, ayudarla a cambiar las sábanas cuando las manchaba y dejarla acurrucarse conmigo cuando veíamos una película y le dolía mucho el vientre.

Papá y mamá nunca tuvieron reparo en darme la charla de sexo y cuando supieron de mi bisexualidad, entonces recopilaron tanta información cómo pudieron para sentarse a hablar conmigo y hacerme sentir cómodo y aceptado.

Sí, en mi familia no estamos cuerdos, pero mientras que otro señalan que somos raros o que estamos mal, yo me siento feliz de ser parte de una familia que es transparente, práctica la aceptación y siempre celebrar los triunfos así cómo abrazan y reconfortan cuando los momentos no son tan buenos. Somos muy cercanos y es por ello que a pesar de que ha pasado poco más de tres años, aún sigo nostálgico por verlos solo unas pocas veces al año.

Siempre los extraño y no importa si me llaman niños de papis, la verdad, es que mi familia es una parte fundamental e importante en mi vida.

Me sobresalto cuando las pisadas se detienen y suena un fuerte golpe antes de que un llanto horrible y doloroso comience a sonar por el apartamento, pero ¿Qué mierda? Poniéndome de pie, rápidamente voy a la habitación de Michael, tocando la puerta que tarda demasiado en abrirse.

Él está fingiendo que no estaba llorando, yo estoy pensando en si debo aceptar que finja o hacerlo hablar. No es que seamos amigos, pero Stephan y yo no podíamos pagar solos el alquiler de esta casa luego de que Tyler se graduará el semestre pasado y teniendo en cuenta que Michael, estudiante de ingeniería y conocido de un amigo, estaba buscando un lugar, pareció un buen arreglo.

Hemos convivido y no es un mal tipo, excepto que nunca repone el papel higiénico del baño cuando lo acaba o el desagradable hábito de no limpiar la cocina después usarla, pero hace unos batidos para morirse y un pollo al horno que me eriza los vellos, pero no somos amigos y no sé qué procede en esta situación. Digo, es obvio que es de buena persona ofrecer ayuda cuando la necesitas, pero también es bien sabido que a veces las personas solo quieren espacio y lo último que desean es abrirle el alma al compañero de piso que siempre te da lata por no limpiar la puta cocina.

— ¿Todo bien, Michael?

Abre la boca y parece que dirá algo realmente importante, pero luego la cierra y veo cómo traga, también reparo en que tiene unas ojeras espantosas y está demasiado pálido, cómo tres niveles más pálido que yo y eso es decir bastante porque yo soy una botella de leche con mucho sabor (no desvíes los pensamientos, ser humano perverso, aquí no hay doble intención... O quizá sí).

Recuerdo, entonces, que lo sé. Lo he visto el último par de meses reunirse con esa mierdecilla peligrosa de Bryce Rhode y lo he visto en fiestas o de noche cuando salgo a trotar, vendiendo droga que va más allá de hierba y alucinógenos. Me parece que es un movimiento estúpido de su parte, pero no puedo juzgarlo, desconozco su situación solo sé que finjo demencia porque cuando esta mierda explote, y lo hará porque no deja crecer, no quiero que me salpique.

Mis apuestas están puestas en que Bryce es más que un niño rico queriendo vender drogas, fuera de esta universidad debe de tener respaldo y toda esta red de drogas está creciendo demasiado y siento que en cualquier momento acabará y no de la mejor forma. Michael se encuentra hundido hasta la cabeza en todo ese desastre y llámame cabrón, pero no extenderé la mano para caer con él, porque simplemente he mantenido mis asuntos sanos y muy lejos de toda esa mierda.

—Estoy bien, Callum, yo...Uhmm, saldré a comer afuera y luego iré a una de las fiestas, te veo luego.

—De acuerdo —Me hago a un lado dejándolo pasar y un sentimiento de empatía me embarga cuando lo llamo por su nombre—. Eres un tipo inteligente y eres mejor que eso.

No me responde, solo me da un lento asentimiento antes de ir hacia la puerta, salir y cerrarla detrás de él. Suspirando vuelvo al sofá y le escribo a Stephan.


Callum: tengo la sensación de que Michael está metido hasta el culo en cosas sucias y no del tipo buena

La gran perra: ¿Te admitió su mierda de drogas?

Callum: no pero lo escuché llorar

La gran perra: mierda que mal

La gran perra: ¿Deberíamos hacer algo? No quiero perder mi beca ni involucrarme en venta de drogas

La gran perra: cuando todo estallé de verdad no quiero asumir culpas que no son mías

Callum: te entiendo, perrita

La gran perra: se cagó la existencia el día que se metió en eso


Asiento cómo si pudiese verme, pero Stephan y yo somos tan idiotas en sintonía que seguramente él también está asintiendo.


La gran perra: cómo van las cosas con la chica trébol?

Callum: nada pasa

La gran perra: amigo! Te diría que le hiciéramos un entierro a tu polla, pero esa es la cosa, que no la estás enterrando

Callum: eres un vulgar que por eso no tendrá novia NUNCA

La gran perra: pero seguiré teniendo polvos?

Callum: eres el tipo de hombres que el feminismo quemaría y yo apoyaría

La gran perra: no me ofende ¡Me encanta!

Callum: cambio de tema

Callum: ¿A cuál de las fiestas irás?

La gran perra: A ninguna. Iré a un bar, zorra

La gran perra: vienes?

Callum: envía la dirección

La gran perra: hombre! Sonamos cómo un ligue casual, qué caliente

Callum: ¿Me estás diciendo que quieres que te la meta?

La gran perra: Por qué decidiste que yo sería un pasivo?

Callum: porque se necesitaría que mordieras una almohada para no escucharte decir putas tonterías

La gran perra: eso es ofensivo

Callum: tranquis, no deseo tu culo

La gran perra: qué bueno porque no te daré mi culo


Riendo le doy otra respuesta ingeniosa a la que él responde de una manera en la que me tiene riendo y escribiendo con rapidez. Puede que éste tipo sea un imbécil, pero vamos a establecer que es mi queridísimo imbécil desde el primer día del primer años cuando me dijo una cosa bastante imbécil.

Bloqueo el teléfono una vez he terminado de escribirme idioteces con Stephan y tomando mi portátil, camino directo a mi habitación en donde la dejo sobre el pequeño escritorio, junto a la pila de libros. Me es inevitable no hacer un bostezo que le haría la competencia a un oso y me estiro intentando desperezarme.

—Muy bien, vamos a ese bar y consigamos diversión —Me digo.

Me saco la camisa arrojándola a la ropa sucia que debo lavar mañana y mi teléfono vibra avisando un nuevo mensaje, se trata de Kyra.


Kyra: ¿Vemos un Kdrama juntos?

Callum: lo siento, Ky pero ya Lene me exprimió con las Kardashian

Callum: ¿Qué tal mañana?

Kyra: no puedo, tendré una cita

Callum: ¡Stop, stop, stop! ¿Una cita?

Kyra: Sí, Callum, una maldita cita ¿Es una abominación que tenga una?

Callum: eh no...Es una abominación que salgas con otro tipo aburrido de traje que, valga la redundancia, te aburre

Kyra: no es cierto

Callum: ¡Objeción señor juez!

Callum: siempre sales con ese tipo de hombres, pero bah, cuídate ya me cuentas luego que tal va la cita

Kyra: ¿Qué tal ver el kdrama el domingo?

Callum: pero solo un par de horas, debo estudiar

Kyra: no prometo nada


Arrojo el teléfono a la cama, pero lo tomo nuevamente decidiendo responder mensajes pendientes. A medida que respondo me doy cuenta de que de verdad tengo un serio problema con coquetear, lo hago tanto cómo respirar y aunque pienso que es inofensivo alguien podría tomárselo demasiado literal, al menos hasta que me conozca bien y sepa que es parte de mi personalidad. Aunque también hay muchas ocasiones en las que definitivamente coqueteo adrede, pero ese es un coqueteo menos sutil y más agresivo, se nota la diferencia.

Cuando voy a dejar el teléfono y proseguir con mis planes de un baño, un mensaje de Moira llega.


Moira: Ven a follarme

Callum: ¡Qué puto asco! Te bloquearé por incestuosa

Moira: JAJAAJAJJA LO SIENTO

Moira: me he equivocado, eso no era para ti

Moira: reenviaré el mensaje


Ruedo los ojos porque así es Moira y casi siempre envía los mensajes equivocados a las personas incorrectas. Ahora sí que arrojo el teléfono a la cama y lo señalo.

—Déjame darme una ducha, bebé, porque este cuerpo se va de fiesta y a beber cómo mi sangre irlandesa la pide.

Pero el timbre de la casa suena y mascullando una maldición camino hasta la sala yendo directamente a la puerta, esperando no cegar a alguien con mi pecho pálido ni revolotear hormonas con el resultado de un arduo trabajo de entrenamiento en el gimnasio. Pálido sí, pero flacucho no y no es que tenga algo en contra de los hombres flacos porque me he enredado con muchos, pero este cuerpo irlandés no es conocido por la falta de abdominales.

— ¿Qué se te ofrece? —pregunto a quién quiera que haya venido de improvisto.

Estoy seguro de que mis cejas nunca habían subido tanto en mi rostro porque esto tiene que ser algún loco sueño en dónde Clover se aparece con una bolsa que desprende un olor delicioso, pero ¿Por qué está vestida si este es mi sueño? Qué decente es mi subconsciente dándome un sueño con personas con ropa.

—Espero tengas mucha hambre.

— ¿De qué tipo de hambre hablamos? —pregunto y extiendo una mano dándole un pequeño pellizco en la mejilla, ella grita.

— ¿Por qué fue eso?

Casi me rio, pero me aclaro la garganta haciéndome a un lado para que pueda pasar en caso de que quiera hacerlo.

—Solo confirmaba que esto no era un sueño.

—Pues para ello debías pellizcarte a ti mismo.

— ¡Ups! Supongo que olvidé ese detalle.

— ¿Me dejarás entrar, Callum?

—Solo si realmente quieres hacerlo —digo con seriedad, diciendo en pocas palabras mucho más.

Solo si no piensa huir. Si me dará respuestas. Si nos permitirá una conversación. Si admite que aquí hay algo.

—Quiero hacerlo, irlandés.



Holisss, es evidente que no es una historia corta, pero no me pregunten cuántas partes son o que tan extensa es, solo disfruten, gocen y sufran (en caso de que haya que hacerlo).

Tampoco puedo actualizar todos los días, pero al menos sí varias veces (al menos un par) a la semana.

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Espero les guste.

Un beso.

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