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11. Un día difícil




Un día difícil.

Clover


— ¿Quieres que te dé mi opinión, Clover? —pregunta Oscar.

Dejo de ver a Callum sentado sobre el capó de su auto conversando con un pequeño grupo de personas antes de volver mi atención a mi amigo que se está fumando un cigarrillo.

—No, no la quiero —respondo subiéndome el cierre de mi suéter porque hoy es una noche demasiada fría.

—Habla con él. No me van las cosas excesivamente cursis, pero sé que al principio cuando metía la pata con Kevin, descubría que hablar era la solución.

—Es diferente.

—Sí, es diferente porque puedes arreglar esta situación más rápido de lo que yo lo hacía —Da la última calada.

Lo veo dejar ir el humo por la nariz y seguramente habrá alguien suspirando en alguna parte. Oscar es alto, está bueno, su piel tiene un color bronceado que atribuimos a la genética hispana y su cabello es bastante recortado, casi diría que un corte militar. Poseedor de una mandíbula cuadrada y marcada que sin necesidad de una barba se ve infinitamente varonil, cejas gruesas, nariz recta y labios amplios, los ojos color avellana son otro toque. Tiene pinta del tipo rompecorazones en las series que enamora a la tonta protagonista, es un bombón.

Alejo la mirada de él viendo una vez más a Callum. Han pasado dos días desde el malentendido de mi borrachera y dejar plantado a Callum sin ningún tipo de respuesta y no haber aclarado todo estos dos días, seguramente lo ha empeorado todo porque me autosaboteé.

Oscar, Kevin y Maida siempre han sabido que me gusta Callum, pero lo de las notas era algo que solo Edna conocía, pero ayer trate de ponerlos al día con todo y percibo que los tres quieren empujarme a brazos de Callum, cuatro si cuentas a Edna, pero les he rogado que por favor no interfieran porque a veces incluso si las personas quieren ayudar es necesario que respeten tus decisiones y crisis emocionales que pueden parecerles tonterías.

Ahora nos encontramos en el estacionamiento de una de las áreas comunes de la universidad, apenas son las siete, pero están reunidas unas pocas personas de la escuela pasando el rato, ni siquiera hay música y cada quien costea su bebida. Vine porque Oscar me arrastró, Kevin no quiso venir porque quería dormir – madrugó viendo alguna serie y luego debió ir temprano a clases – y Maida está demasiado ocupada enredándose en algún lugar de la universidad con Johnny, el de la última fiesta.

—Vamos a acercarnos, parecemos dos asociales o culos pretenciosos. Y soy pesado y un poco cabroncito, pero pretencioso no.

—Pero es que Callum...

—Creo que Callum te quiere evitar a ti más de lo que tú a él.

Auch, es una de esas verdades que duele.

Tomándome de la mano, Oscar nos hace caminar hasta el grupo de personas aglomerado frente al auto de Callum, a la mayoría los conozco así que nadie se extraña de que nos unamos a la conversación o que Oscar lo haga, porque yo estoy viendo a Callum.

¡Dios mío! ¿Por qué me hiciste nacer idiota? Si antes estaba definitivamente positiva y a bordo de hablar con él y ver lo que sucedía ¿Por qué el día de mierda que tuve después influyó en que no quisiera hacer nada y no aclarara las cosas de inmediato? Hice que un pequeño charco se volviera un completo pantano. La cagué, soy lo suficiente cuerda para saber que la cagué.

Pude aclararlo todo, pero estaba ensimismada por el shock de la horrible evaluación que di, de la resaca espantosa y con esa horrible voz en mi interior que me dijo: déjalo así, no se supone que él fuese real, puede que no sea cómo lo imaginaste y no debe ser real.

Esa voz en mi interior fue una completa zorra que me convenció de no hacer nada y en consecuencia hacerle creer a Callum que de verdad pienso que o no vale la pena reunirme con él o que quiera darle las respuesta. También puede sentirse rechazado e ignorado y eso debe ser tan desagradable.

Tengo que hablar con él, disculparme, aclarar lo que pasó y confirmar que dejé pasar los días por el miedo, pero cuando abro la boca para pedirle que hablemos a solas, un chico que no he visto en la escuela, le pone la mano en el muslo y se inclina para susurrarle algo en el oído. Callum sonríe y luego le susurra algo de vuelta, la mano del chico sube un poco más y si guiara la mano a la derecha le tocaría el miembro a Callum.

He visto a Callum enrollarse con un montón de mujeres y hombres, y más a allá de los celos de querer ser esa persona, nunca sentí dolor o resentimiento, nunca tuve sentimientos negativos, pero eso fue antes de que nos besarnos, de que me tocara, de que tuviera un orgasmo gracias a él. Ahora verlo en un comportamiento así se siente cómo ácido en mi estómago, es una sensación desagradable que no quiero experimentar.

Un brazo se posa por sobre mis hombros y al alzar la vista me encuentro la mirada de Oscar, le doy el intento de una sonrisa.

—Incluso si la cagas a ti nadie tiene que quitarte la sonrisa, canela pasión oriental —susurra contra mi frente cuando presiona sus labios.

—Gracias —respondo en voz baja recargando algo de mi peso sobre él.

¿Por qué tuvo que volverse real? Cuando Callum era una fantasía no me afectaba ni me daba esta sensación de pesadez en el estómago. Consciente de que no quisiera ver si las cosas se ponen calientes entre él y el chico manos sueltas, y sabiendo que no es responsabilidad de Oscar tener que mantenerme entretenida, salgo del abrazo de mi amigo y le digo que iré a hablar con otros compañeros, lo cual no es una mentira, es lo que hago; es solo que la conversación no es interesante y estoy incómoda en este lugar, así que en última instancia le escribo un mensaje a Oscar antes de caminar a mi residencia.

Estoy teniendo unos días de mierda con un ánimo aún más mierda. Es una de esas veces en donde sabes que la solución está ahí, en tus manos, pero por alguna razón no saber cómo tomarla y te hundes un poco más con cada hora que pasa en el que no solucionas el problema.

La noche es fría, haciéndome desear usar un abrigo en lugar de un endeble suéter de lana también me hace caminar más rápido con un deseo feroz de llegar a mi habitación y acurrarme entre las suaves y calentitas sábanas. Si voy a estar triste y arrastrándome, entonces mejor hacerlo en un lugar cálido.

Durante todo el camino, estoy decidiéndome si debo insultarme, autocompadecerme o torturarme en mi cabeza ¡Joder! Cómo detesto cuando me siento así, por más que no quiera simplemente sucede y es cómo si me apagara.

—Hola —dice alguien detrás de mí y luego ese alguien está a mi lado.

Mi paso se tropieza y cuando su mano me toma del codo para ayudarme a estabilizarme, lo más sutil que puedo, me alejo de su toque. Aunque él no sea de mi escuela y nunca haya tenido un trato con él, sé quién es y sé lo que hace en la universidad: Bryce Rhode.

Se dice, y con muy buena razón, que tiene una red de drogas bastante fuerte corriendo dentro de la universidad y esta está escalando rápidamente a niveles peligrosos. No es alguien con quien me quiera relacionar porque creo en las vibras que proyectan las personas y aunque es atractivo con unas fuertes energías de chico malo, él me da una vibra muy oscura y siniestra.

— ¿Estás bien?

—Ehm, sí —respondo retomando mi paso y casi maldiciendo cuando también lo hace a mi lado.

—Te he visto varias veces y me has parecido súper guapa —Lo veo de reojo, me está dando una sonrisa—. Me alegra que finalmente estemos hablando.

No respondo, siento escalofríos y comienzo a caminar más rápido, se ríe.

— ¡Vamos! No seas odiosa, habla conmigo, guapa.

—Lo siento, pero no tengo nada qué decir.

—Apuesto a que sí y si no tienes nada qué decir ¿Qué tal hacer algo en lo que no tengas que hablar?

Los escalofríos aumentan cuando siento su mano rozar la mía, me la guardo dentro del bolsillo del suéter y de nuevo ríe antes de que me haga sobresaltarme cuando su mano se cierra en mi brazo obligándome a detener la caminata rápida con la que me esforzaba en terminar este encuentro.

— ¿Qué te parece divertirnos, Clover?

Alzo el rostro ante la mención de mi nombre, nunca se lo he dicho, pero él tampoco me ha dicho el suyo y yo lo sé. Sus pupilas se encuentran un poco raras y la sonrisa en su rostro podría resultar atractiva si no estuviese tan asustada de todo este encuentro. Intento retroceder, su mano se aprieta y me duele por lo que un sonido escapa de mi boca, eso parece darle placer mientras ubica su cuerpo al ras del mío, haciéndome tropezar y casi caer cuando intento retroceder.

—Creo que la pasaríamos muy bien —su mirada me recorre y persiste en mi pecho—. Súper bien.

Me envuelve un brazo en la cintura y me pega tanto a su cuerpo que percibo algo duro contra mi ombligo, me enferma e intento retroceder, pero el agarre que aún mantiene en mi brazo, ejerce más presión haciendo que un sonido de dolor escape de mí.

—No quiero —logro decir e intento tirar de mi brazo, pero no me deja ir—. Por favor, suéltame.

—No se trata de lo que quieras... —Sus labios bajan estando muy cerca de los míos—. Aquí se trata de lo que yo quiero.

El brazo que me envuelve baja, dándole la oportunidad a su mano de tantearme el trasero y su agarre en mi brazo incrementa haciendo que otro sonido escape de mí.

—Por favor grita más fuerte —susurra sonriendo.

—Basta, basta, basta, basta —digo en voz baja, odiando que mi voz no logre salir más fuerte.

— ¡Clover! ¡Joder! Te estaba buscando, disculpa que tardara tanto en llegar —Veo hacia donde proviene la voz y dejo ir una lenta respiración viendo a James trotar hasta nosotros—. Lo siento, nena, tardé más de lo que esperaba, pero ya sabes que siempre estoy contigo.

» ¿Qué pasa con ese agarre? —asiente hacia la mano de Bryce, quien me ha liberado del agarre de su brazo entorno a mi cuerpo, pero que tras ver a James durante largos segundos me libera el brazo.

Me duele en donde me agarro y estoy segura de que siento la marca de sus dedos en mi piel, además de la horrible persistencia de sentir sus manos en mi trasero y su aliento en mi boca. Siento nauseas.

—Solo hablábamos, tal vez deberías ser más puntual la próxima vez y no dejarla caminar sola, James.

—Quizá ella podría caminar sola las veces que le diera la puta gana sin tener que preocuparse ¿No te parece? —Responde James con una sonrisa tensa tomándome de la mano—. Aclarado este encuentro tan inesperado, nosotros ya nos vamos.

—Ten linda noche, Clover. Que dicha sería verte otra vez —Se despide Bryce con la mano antes de girar y alejarse.

Aún estoy aturdida y afectada cuando James nos hace caminar en dirección contrario. Todo ha sido tan rápido, pero a la vez se ha sentido tan lento. Estaba paralizada por el miedo y me doy cuenta de que así es cómo muchas veces reaccionamos hacia el peligro y luego otros nos quieren decir "Idiota ¿Y por qué no luchaste?". No lo entienden.

— ¿Estás bien, Clover? ¿Te hizo algo?

—Estoy... —pienso en decir "bien", pero no puedo—Asustada. Me paralicé porque no lo esperaba y aunque estaba aterrada y quería irme, no luché.

—Maldito bastardo, anda vendiendo su basura podrida y además atosigando a muchas personas. Sé que tienes derecho a caminar libre cómo cualquier persona, pero por favor ¿Podrías por un tiempo tener cuidado? No me fío de él y siento que te vio demasiado, que podría estar cabreado de que le corté la situación.

—Lo último que deseo es toparme a solas con él de nuevo —digo en voz baja, aun saboreo el miedo y donde me agarró me duele—. Gracias, James.

—Puedes llamarme Jamie y no tienes nada que agradecerme —Aprieta el agarre en mi mano—. Es lo que había qué hacer, no había manera en la que siguiera de largo y fingiera que no veía lo que pasaba.

—Me alegra que pasarás por ahí.

—Me gusta trotar de noche.

—Estaba en una reunión con amigos y quise irme, he caminado sola muchas veces por lo que no pensé que algo pasaría.

—No es tu culpa —Me dice con convicción y todo lo que hago es asentir.

—No es mi culpa —repito.

Caminamos en silencio lo que resta del camino hasta mi residencia y cuando llegamos, me giro hacia él.

—De nuevo, muchas gracias, Jamie.

—Tranquila, todo está bien —Me sonríe—. Ahora sube y descansa.

Asiento y eso es lo que hago. Cuando entro a mi lugar feliz, Edna no está y me siento un poco sola porque además de haber tenido una noche medio rara de sentimientos por ver a Callum con otro, me siento aun peor con el miedo de lo que pasó e imaginando inequívocamente horribles escenarios en los que no reaccionaba para defenderme o huir y en los que James tampoco llegaba. Me cubro con la sabana y mantengo la lámpara encendida. Siento miedo.

***

Edna me dice que debo levantarme para ir a clases, yo le recuerdo que hoy es la práctica de Oscar y Maida y que por lo tanto no tengo clase a primera hora, ella me deja seguir acostada con las sabanas cubriéndome.

Edna regresa dos horas y medias después diciéndome que llegaré tarde a mi otra clase, le digo que no me importa y me mantengo con la sabana cubriéndome. Luego ella quiere obligarme a comer y le digo que no quiero. Ella pregunta si algo me pasó y yo le digo que "no". Edna comienza a desesperarse y maldice luchando por quitarme la sabana, pero me aferro demasiado por lo que no lo logra.

Entonces, ella opta por la maquinaria pesada cuando vuelve a entrar a mi habitación y se aclara la garganta.

—Valentina quiere hablar contigo.

De inmediato me quito la sabana para encontrar su teléfono con una vídeollamada de mi madrastra. Soy obligada a tomar el teléfono y luego Edna sale de la habitación cerrando la puerta detrás de ella, no sin antes ver mi lamentable estado.

—Cariño, ese no es el rostro de un día viernes —dice Valentina a través de la pantalla.

Quisiera sonreír. Valentina tiene diez años viviendo en Londres y nunca ha perdido su acento. Veo sus rizos abundantes, sus cálidos ojos cafés y por un momento quiero llorar.

Valentina es mi madrasta desde hace siete años y solo nos llevamos seis años. En un principio la odié pensando que me quitaría a mi papá y que lo usaba puesto que papá es veintidós años mayor que ella, pero un tiempo después me di cuenta de que genuinamente lo ama, que aunque ama que él le dé caprichos caros, también lo amaría sin ello y cabe destacar que de igual forma papá siempre tuvo novias jóvenes, pero nunca una tan joven cómo Valentina. Ella también fue la figura "materna" cercana que estuvo conmigo en muchos momentos y en parte se convirtió en una gran amiga y confidente. La amo y sé que ella me ama.

— ¿Qué sucede, Clover?

Sé que si le cuento lo del encuentro a solas con Bryce que aún me atormenta y que me tiene con los pelos de puntas, no dudaría en correr y venir para cortarle las bolas o ser mi guardaespaldas personal y teniendo en cuenta que de hecho está muy embarazada en este momento, finalmente lo lograron, no parece prudente angustiarla y yo en parte me siento avergonzada de no haber forcejeado o hecho algo más que paralizarme, no quiero decírselo a otros.

Sin embargo, sí puedo hablarle de Callum y ahí acostada en la cama, en pijama, sin cepillarme los dientes y muy desanimada se lo cuento todo. Ella me escucha y no me interrumpe, mi voz es toda emoción en las partes que aún se sienten irreales y es desanimada cuando le hablo del malentendido y lo de anoche.

—Y eso es todo.

—Clover, es realmente triste que tu mami muriera tan joven y sé que sientes una culpa profunda porque sucedió cuando te trajo al mundo, pero tu papá siempre me dejó en claro que tu mamá estaría feliz de la mujer que eres y que  una parte de ella se quedará en este mundo.

»Es cierto que vivirás experiencias que ella no tuvo oportunidad de experimentar, pero eso pudo haber sucedido incluso con ella estando viva, por favor no uses ese argumento porque te estás lastimando, cariño.

»Quieres hablar con Callum y entiendo que tengas miedo, el miedo casi siempre está presente, pero no puedes dejarle ganar —respira hondo teatralmente—. ¿No has llegado lo suficientemente lejos para frenar ahora? Dices que no planeabas decirle, pero ¿No te gusta la manera en la que se ha desarrollado todo ahora que ambos están en sintonía?

»Él suena encantador y me parece que un hombre que te esperó por meses y que es tan apasionado sobre lo que te dice y hace, por más enojado que esté, no te dará una patada fuera de su vida y te pasará su siguiente cuadre por la cara.

— ¿Su siguiente qué?

Cuadre, culito, resuelve, peor es nada...

—No, no entiendo tu jerga venezolana aún.

—Vamos a decirle "ligue" —Se ríe—. Tal vez solo estaba molesto y quería ver una reacción que le hiciera saber que te importa, porque tal vez siente que es el único que está luchando por intentarlo y saber qué sucede con ustedes.

»No todos tienen paciencia, Clover y tienes que admitir que sentirse rechazado u olvidado, duele.

— ¿Qué debo hacer?

—Sabes lo que quieres hacer. Solo me estás pidiendo a gritos que te lo diga, pero no lo haré, señorita. Piensa en si quieres quedarte postrada en esa cama o hacer lo que realmente deseas.

»Pero puedes hacerlo, te tengo fe, pequeñita.

—Te amo, Valentina.

—Lo sé y yo te amo a ti.

No queriendo centrar todo en mí y sintiéndome mucho mejor, le pregunto sobre el embarazo, espero estar para el nacimiento del bebé. Hablamos durante media hora antes de que la vídeollamada termine.

Tomo profundas respiraciones y me digo que lo de Bryce no puede afectarme más, que no volverá a pasar y que si hubiese una próxima vez – que espero y no – reaccionaré de una mejor forma. Con ese mantra, salgo de la cama y me cepillo los dientes en el baño, también orino y luego de lavarme las manos voy a la habitación de Edna, dejándome caer en la cama, acostada a su lado en cucharita y abrazándola.

—Lo siento, solo tuve una mala noche.

—Eres muy perra —masculla girándose para estar frente a mí—, pero me preocupo por ti ¿Estás bien, Clover?

—Estoy bien, gracias por llamar a Valentina.

— ¿Qué sucedió?

—Es sobre el asunto con Callum —respondo y tomo un mechón de su cabello jugando con él.

— ¿Solo eso?

—Solo eso, me afectó más de lo normal.

—Siempre te he dicho que las pollas son para gozarlas, no para llorarlas y sufrirlas con un mal de amores —dice y yo rio por lo bajo—. ¿Qué pasa ahora con Callum?

—Lo visitaré en la noche —respondo—. Le debo una cena y una conversación.

—También le debes un orgasmo —agrega con una sonrisita y yo rio—. Hoy es viernes ¿Cómo harás para que no salga a una de las fiestas?

—Dios es grande y me salvará —Le doy esa respuesta que sé que odiará y en efecto resopla.

—Dios seguramente te está viendo y diciendo "a mí no me metas en tus asuntos".

—Algo se me ocurrirá o tal vez la vida actúe a mi favor y él esté ahí. Si llegase a ir a una fiesta, lo normal sería que cené y luego salga a una hora tardía ¿Verdad?

—Tiene sentido, es lo que la mayoría hace, incluida nosotras.

—Entonces es el plan.

—No te ofendas, nena, pero tienes un plan mediocre.

—Pero podría funcionar.

—Y seguramente lo hace porque tu nombre te sentenció a una vida de fortuna —Sonríe—. Eres un perfecto trébol de cuatro hojas...Qué necesita follar y ser follada, ve y paga tu orgasmo a Callum.

— ¿Me ayudas a cocinar la cena? Quiero algo genial.

—Vale —Se queda en silencio unos segundos y luego su sonrisa crece—. ¿Te lo vas a follar?

—Es una cena y una conversación, Edna ¡Controla esas hormonas!

—Sí, te lo quieres follar —sentencia.

Tiro de su cabello haciéndola reír, pero al final también acabo haciéndolo.

—En serio, Clover, me alegra que estés haciendo algo. Ustedes dos tienen algo y no debes huir de ello, sé que puedes con la situación.

—Eso espero.

—Ya verás que sí, nena y solo por curiosidad...

— ¿Si?

— ¿Cómo están las cosas por allá abajo? ¿No hay mucho pelo? Porque no sabemos si hoy un cohete aterriza en tu pista.

— ¡Edna, por favor! —grito riendo.

Ya no parece una mañana de mierda y me siento mucho mejor, puedo hacer que la noche se vuelva incluso mejor. Callum, allá vamos.





Prohibido olvidar que cuando dices "no" es NO. Y que si no te escuchan o el miedo te paraliza, no es tu culpa. Y que en NINGUNA situación en dónde no escuchen tu negativa y prosigan sin tu consentimiento eres culpable.

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Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

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