Clover Love 037
— ¡Escúchame Julius resiste! — gritó Yami sosteniendo al Rey Mago en sus brazos mientras intentaba detener el sangrado
— Como Rey Mago...quiero darte...una última misión...— habló a penas Julius sintiendo como poco a poco perdía la consciencia — Shamyra, esa niña tiene un gran futuro brillante...ella guiará al Reino del Trébol, ella será quien nos llevé a una nueva era...debes...traerla de regreso. Yami, te encargo a mi hija
— ¡No digas cosas sin sentido, resiste y encárgate tu mismo de esa princesa rebelde!
— Lo que más lamento es...no poder verla usar...el vestido de su madre, mi amada Clarisse
Las palabras que le dijo mientras el calor de su cuerpo se iba lentamente hasta desaparecer cayeron como una daga en el corazón de Yami, Julius era más que solo el Rey Mago, era su amigo.
Yami había buscado a la princesa en el palacio, pero sin rastro de ella, nadie la había visto desde el momento que los Caballeros Reales partieron, como si simplemente no hubiera regresado de despedirlos. Intentó comunicarse a través de la herramienta mágica pero ella no la cogía. Había desaparecido por completo.
— ¿Dónde estás princesa?
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El pequeño grupo de Caballeros Reales se dirigía a la capital. Pero Yuno y Asta se separaron de ellos al ver como su aldea natal, Hage, era atacada por uno de los elfos, usuario de magia de planta venenosa.
Luchaban para proteger a sus seres queridos. No perderían. En medio de la batalla Asta quiso ayudar al Padre, la espada mata demonios no fue efectiva contra el veneno que se esparcía por su cuerpo. Pero haciendo uso de la nueva espada que adquirió, logró hacerlo. No solo al Padre de la Iglesia, sino de todos. El veneno en el cuerpo de los aldeanos desapareció en un dos por tres. Les salvó la vida.
La batalla continúo. Asta y Yuno pelearon valientemente hasta el punto en el que el poder del elfo se salió de control, el elfo estaba sufriendo. Sin que los caballeros se dieran cuenta, los elfos clamaban por ayuda.
Después de la batalla se dispusieron a contarles lo que sucedía a los aldeanos mientras recuperaban fuerzas con platillos de nomobatatas, al saber lo que sucedía en el reino al menos podrían estar alertas y no exponerse, ponerse a salvo.
Mientras tanto el caballero mágico poseído despertó y les relató lo sucedido y también...lo que sintió al compartir cuerpo con el elfo. El elfo en su interior no deseaba dañar a nadie, no quería pelear.
— Ya vámonos Yuno, debemos de salvar a todos los humanos y elfos — dijo Asta
Se despidieron de los niños de la iglesia. Una emotiva despedida. Estaban por partir, pero lo sucedido los dejó estupefactos. No lo notaron, ni lo vieron venir. Unas largas lanzas de luz blanca pasaron a toda velocidad e impactaron directo en el pecho de los miembros de su familia, la luz se extendió por sus cuerpos cubriéndolos por completo. Una vez sus cuerpos se tornaron luz desaparecieron como si nunca hubieran estado ahí. Asta y Yuno se acercaron preocupados. Su familia había desaparecido, dejaron de existir.
Llenos de furia se giraron para enfrentar al atacante, pero se petrificaron al hacerlo. Montada sobre el lomo de Tyson se encontraba Shamyra, la niña que conocieron desde la infancia. La chica de sonrisa brillante los miraba con frialdad.
— Vaya, vaya...parece que estas con vida. Pensé que te había matado — ella miró sus manos extrañada — Tanto tiempo sin usar magia que calcule mal
No, ella falló. En el interior Shamyra jamás lastimaría a nadie, sin que Selene lo notara, en ese cuerpo aun Shamyra se encontraba luchando, era su voluntad contra la de ella.
Yuno la miraba temblando, no porque le tuviera miedo, no, nada de eso, sino por las emociones que se adueñaban de su cuerpo en ese instante, sobre todo la impotencia. La que estaba frente a él...no había ningún rastro de la princesa. Pero no le importaba, la traería de regreso costara lo que costara.
— Y parece que encontraron la forma de romper mi hechizo — su rostro cambió a enojo al ver al caballero libre y más aun al ver lo que Asta poseía — ¡Esas espadas no son de tu pertenencia, humano!
Con la mano al frente creó cientos de rayos de luz de luna que fueron a gran velocidad hacía ellos. Y junto a esos rayos se formaron cientos de mariposas que se dirigían a una velocidad similar. Yuno los esquivaba y Asta los cortaba. Pero era complicado, tantos ataques a esa velocidad...no pudieron evitar terminar con cortes en el cuerpo, unos más profundos que otros.
— Humanos...son la peor raza que pudo existir...aprovechan cualquier oportunidad para traicionar...¡¡Mueran de una vez!!
Los rayos aumentaron y cambiaron de objetivo, iban a los aldeanos. Pero no permitirían que Shamyra matara a nadie más.
— ¿Por qué los proteges? — le dijo a Yuno — Te he herido...deberías preocuparte por ti...esas heridas no son superficiales
Yuno estaba agitado y con una mano trataba de cubrir el corte en su abdomen.
— Shamyra...ella es una chica con un hermoso corazón
«Yuno» recordó a la chica hablarle con cariño «No me gusta lastimar a nadie sin un motivo...» ella siempre lo decía «Las personas que lastiman a los inocentes...no tienen corazón»
— Ella...no le gustaría volver...y ver todo el daño que causaste
— ¿Enserio? — preguntó con ironía mientras se cruzaba de brazos y piernas flotando en el aire — Pues lo lamento...pero esa chica no regresará...— su grimorio empezó a cambiar de páginas — Mi poder...protege, cuida y bendice a todo y a todos, pero para proteger algo...hay veces que debes destruir otro algo...Magia Lunar: creciente gibosa — ella se elevó hasta el centro de Hage — Fake Moon — una pequeña luna negra cayó de su mano al centro del lugar. Un fuerte estruendo se oyó mientras que la luna se extendía por todo Hage, el pueblo resplandeció y no quedó nada...solo un terreno baldío, los aldeanos, las casas, los campos de cultivo, todo se desvaneció — El día del Juicio llegó...ahora es tú turno, hazlo Tyson
Los ojos del dragón se posaron en Yuno...estaba juntando una cantidad inconmensurable de poder mágico en su hocico.
— En este estado no podré esquivarlo...¡Bell! Asimilación de Espíritu: Inmersión de Espíritu
✤─── Continuara ───✤
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