Clover Love 034
— Te digo que algo no anda bien, padre — dijo Erika preocupada viendo al horizonte desde el balcón — La capital...se siente dos enormes poderes chocando entre sí ¿Deberíamos mandar de regreso a los caballeros mágicos?
— Da la orden, que los caballeros regresen, y que nuestros magos desprendan la barrera mágica
— Si padre
La familia Sārige gobernaba un pequeño territorio en la región común. Estaban a cargo de su cuidado y protección. En ese momento una presencia oscura azotaba la capital.
Erika se encargó de desplazar a las tropas y a los magos encargados de levantar la barrera mágica. Pero también estaba preocupada por su amiga. Podía ir a la capital en un segundo pero también sabía que debía encargarse de proteger sus tierras, su padre era un hombre en silla de ruedas, en estas situaciones, ella era quien estaba a cargo. Pedía porque Shamyra, su mejor amiga estuviera a salvo.
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— Reconocería ese maná a kilómetros — dijo preocupada la princesa — Papá está peleando...y esa otra presencia es de...el enemigo, Licht, estoy segura
— Aún nos falta un largo recorrido — estaban en la frontera...la zona más alejada de la capital — Me temo que para cuando lleguemos la batalla habrá terminado
— No, hay una forma de llegar en un parpadeo — la albina sacó el collar de William. Desde que se lo puso su maná fue inestable y a pesar que se lo quitó para reemplazarlo con el de Yuno, siempre lo llevó consigo. Pero ahora sabía que el collar era un artefacto magico que usando su sangre estaba maldito, solo quien lanzó el hechizo podía quitarlo y devolverle el equilibrio al afectado pero...¿Y si lo rompía? ¿Le afectaría en algo? ¿Y cómo?
— Ni lo piense — dijo el dragón al ver lo que quería hacer — Los artefactos antiguos son los más peligrosos
— Bien, en ese caso usemos más poder, no importa si al hacerlo el collar me afecta más, Sir William tendrá que romperlo apenas lleguemos Magia Lunar: Cuarto Menguante, Reubicación
Una luna llena apareció frente a ellos
— Veo que el miedo que sentía desapareció, las palabras del joven Yuno fueron de mucha ayuda — dijo Zohar
La princesa recordó un evento anterior. Fue un día en el que había ido a entrenar con Yuno al bosque, él estaba practicando una nueva forma de usar el poder de Bell mientras que ella lo observaba sentada en una roca.
— ¿Cómo logras contener todo su poder en tu cuerpo? Yo debo mantenerlo sellado. De verdad...tienes un talento nato para la magia Yuno...te envidió
— Tú también puedes lograrlo — Yuno dejó de lado su hechizo, se acercó a la princesa y arrodilló frente a ella tomando sus manos entre las suyas — Libera tu poder, rompe el sello
Esa petición la dejó helada. ¿Romper el sello? Imposible
— ¿Estas loco? Cerca de este bosque hay una aldea, si liberó mi maná habrá víctimas y no quiero causar desastres
Yuno miró el miedo reflejado en sus ojos. Odiaba verla así.
— Yo te detendré, no importa si te descontrolas una, dos o tres veces...no permitiré que te lastimes, ni a ti ni a nadie ¿Confías en mi?
Shamyra miro los ojos sinceros del pelinegro. Claro que confiaba en Yuno, pero no confiaba en ella misma.
Desde ese día practicó con Yuno sin parar, Zohar también supervisaba y le daba consejos. Aún no podía liberar todo su poder pero si la mitad de él. Y tenía la confianza para usarlo. Confiaba en que podría controlarlo.
Zohar ingresó a la luna, pero apenas salieron del portal el cielo estaba iluminado por magia de luz. El Reino entero estaba cubierto por espadas de luz que no tardaron en descender a toda velocidad a cada uno de los ciudadanos.
— ¡¡Sujétese!!
Zohar se hizo más pequeño, con agilidad esquivo aquel hechizo hasta que ese se detuvo, sin duda era gracias a su padre, él era el único que podría detener todo eso al detener el tiempo. Shamyra le pidió al dragón que apresurará el vuelo.
Pero la imagen que vio al llegar al castillo la dejó destrozada. El Rey Mago, Juluis Novachrono, su amado padre se hallaba junto a Licht, este tenía incrustada una espada de luz en el cuerpo de Julius, una herida mortal.
En cámara lenta, vio caer el cuerpo de su padre mientras corría hacia él.
— ¡¡Papá!!
Sus pasos parecían no avanzar.
Por su mente pasaron recuerdos de su niñez junto a ese hombre amable que siempre cuidó de ella. Todos los recuerdos inundaron su mente al igual que las lágrimas sus ojos.
«¡Eso es! ¡Sigue así ya casi lo logras!» decía un emocionado joven Julius viendo como su princesita juntaba y arrojaba por primera vez su poder mágico.
«Tranquila yo tampoco lo logré a la primera» El en ese entonces capitán de orden consolaba a su hija que no pudo dar forma a su magia
«Feliz cumpleaños número diez mi princesa» Dijo entregándole una caja de regalo
«Eres mi mayor tesoro, hija mía» Decía abrazando a la princesa
Este no podía ser el fin. Su padre no podía morir. Aún no le había presentado oficialmente al chico que amaba. No había llegado el día de su boda. No la había llevado al altar. No la había visto convertirse en Reina. Faltaban muchas cosas por vivir.
— ¡No puedes abandonarme! — decía entre lágrimas mientras intentaba curar las heridas del mago, pero su maná estaba inestable. El hechizo no estaba funcionando — Por favor...por favor...¡¡No me dejes papá!! ¡No quiero estar sola! Ya perdí a mamá...no quiero perderte a ti también...
— Mi...pequeña...no estarás sola...— con esfuerzo acarició el rostro de su hija, él tampoco quería dejarla pero sabía que aunque él no estuviera, habría alguien que cuidaría de ella, esa idea, restaba un poco el sufrimiento a su corazón de padre — Yo siempre estaré...contigo
— Deja de hablar...ya no hables por favor...
— Es inútil — habló Licht — Él morirá, y tú debes venir conmigo. Shamyra...es momento de que renazcas
El hombre de cabellera clara intentó acercarse a la chica, pero su camino fue interrumpido por Zohar. La princesa no se encontraba en condiciones de pelear, él la defendería, defendería a esa chica. Debía hacerlo, esa era su misión.
— No se atreva a dar un paso más...— amenazó el dragón
— Zohar...el último dragón con vida y fiel compañero de la encarnación de la luna, tú debes entenderme — Licht estiró su mano en su dirección. No entendía el porque, pero Zohar sentía algo familiar en ese acto — Estuviste ahí, ella murió a tu lado. Fuiste testigo de la crueldad de los humanos
— Lo único que sé es que es el enemigo, mi lealtad está con la princesa, la protegeré con mi vida de ser necesario
Sin pronunciar más palabras, Zohar se dispuso a atacar, lanzaba sus escamas cubiertas de fuego y su aliento no podía ser más ardiente.
Licht se defendía bien, pero no era del todo sencillo defenderse de una criatura mítica. Ambos sobrevolaban la capital mientras no dejaban de atacarse mutuamente.
Por su lado, Shamyra no pudo hacer nada. Su maná estaba inestable como para realizar un hechizo curativo. Siempre supo como mantener la calma al ver a un compañero herido, pero al ser su padre era diferente.
El pulso de Julius se apagó. Las lágrimas dejaron de caer de sus ojos, en completo silencio, la princesa se puso de pie y caminó hasta la orilla de la torre.
— Regresa Zohar — dijo en voz baja y el dragón volvió a su lado. Estaba triste, dolida, destrozada y al mismo tiempo furiosa, furiosa con el ser que le arrebató a su única familia, a su amado padre — Magia de creación Lunar: Escudo Lunar, modo Luna Roja
Una luna de un rojo intenso se formó en toda la capital, se elevó formando un domo que cubría la ciudad. Licht también llegó, estaba sorprendido, no pensó que esa humana lograría controlar todo el maná así de golpe. Podía sentir, que el sello había sido roto, o bueno, abierto por voluntad propia.
— ¿Tomaste una decisión? — le preguntó a la princesa, ella tenía la mirada en el suelo y sus blancos mechones cubrían sus ojos
— Lo hice — poco a poco Shamyra levantó el rostro. En sus ojos se podía notar el rastro de las lágrimas derramadas — Voy a acabar contigo, Licht
— Princesa, no está en condiciones de pele-
— A dormir — ordenó y el dragón de inmediato cayó dormido a su lado. Su cuerpo se convirtió en destellos y desapareció sin dejar rastro, como si nunca hubiera estado ahí — En el primer ataque varios civiles salieron heridos y el capitán Fuegoleón aún no despierta. En el Templo Submarino su gente estuvo en peligro y Asta fue maldecido. En el Bosque de las Brujas los Toros Negros por poco mueren en la batalla y hoy...trató de matar a mi pueblo y papá...murió. Este hombre...¡¡Es hora de ponerle fin a su existencia!!
Shamyra hablaba con un odio puro e inmenso. Eso no era bueno. Zohar sentía que no era para nada bueno, desde el lugar donde se encontraba, vio como el grimorio de Shamyra empezó a cambiar.
La luna, un satélite que brinda luz y protección durante las noches. Muchos admiran su belleza e ignoran por completo su otra cara, su contraparte.
El grimorio de la Shamyra, era blanco con detalles plateados, pero ahora, la mitad de el, se había teñido de negro. ¿Porqué? La luna podía ser bella y hermosa, nos mostraba su lado más brillante, pero todo el mundo ignora su otra cara, la que nadie ve, su lado sombrío.
— Magia Lunar: Flecha Estrella
La muchacha invocó una lluvia de rayos de luz lunar, estos, deberían de mostrarse blancos como la luna pero no eran completamente blancos, sino que estaban mezclados con rayos negros
— Que empiece la batalla, Licht
Aquellos rayos de luz cayeron como veloces flechas en dirección de Licht, sería difícil esquivarlos.
✤─── Continuara ───✤
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