Clover Love 024
— ¡Vengan por aquí! ¡Ustedes solo tienen que disfrutar de la fiesta! — dijo una mujer alegre
Después de años de esclavitud, los aldeanos eran libres. Y para agradecer a los responsables organizaron una pequeña fiesta.
— Señorita caballera mágica — dijo una niña pequeña jalando del vestido de la princesa. Shamyra se encontraba sentada en la orilla de la fuente mirando su grimorio — Venga conmigo...
La albina siguió a la niña por el lugar. Que ella se estuviera alejando del centro de la conmoción fue visto por Yuno , él no estaba sanado por completo pero ya se encontraba mejor.
Shamyra fue siguiendo a la pequeña hasta un callejón un poco alejado, en el fondo sentada frente a una mesa había una anciana. La niña le indicó que siguiera y así lo hizo. Al llegar con ella le pidió que se sentara.
Primeramente le agradeció por liberar al pueblo y luego empezó una charla común hasta que...
— ¿Sabes pequeña? La luz de la luna ahoga todo — era verdad, la luz que poseía su luna era inmensa y eso opacaba lo demás — Excepto a las estrellas más brillantes
— ¿Qué?
— Las estrellas son las únicas que acompañan a la luna hasta en las noches más oscuras...
— ¿Qué es lo que quiere decir?
— ¡Shamyra!
Era la voz de Yuno. La princesa miró hacia la entrada al callejón. Ahí estaba él, mirándole...
— Recuerda, opaca a todo menos a las estrellas — volvió a repetir la anciana
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Era de noche, ella miraba la hermosa luna llena de la noche y Yuno...solo la miraba a ella. Pero luego su concentración se puso en el collar de su cuello. Recordó esa vez que por poco libera su poder. El collar brillo de un intenso rojo carmesí. Y en la última batalla...él estaba débil por el veneno pero aún así pudo ver algo. Cuando Shamyra y Zohar atacaban y ella titubeo...aquel accesorio volvió a relucir.
— Ese collar...¿Quién te lo dio?
— ¿Eh? ¿Este? — ella tomó la joya en sus manos — Fue un regalo ¿Por qué?
— El rojo...— Yuno se calló por unos segundos, luego llevó su mano a uno de sus bolsillos, estaba listo — Shamyra yo...
— ¡¡¿Shamyra?!! — ¿Quién interrumpía a Yuno? Era un chico...
La princesa se giró para ver de quien se trataba. Sonriendo alegremente estaba ahí parado el menor de los Vermillion, Leopold.
— ¡Leopold! — gritó alegre y de inmediato se acercó para poder abrazarlo — ¡No te he visto desde el ataque de la capital!
— Estuve fuera de la capital por las misiones...con mi hermano en ese estado las cosas han cambiado mucho...
— El capitán Fuegoleón es fuerte...se que despertara pronto...
— Si...Ese vestido te queda bien — dijo el chico con un leve sonrojo — Mejor que tu uniforme de la orden...
— Ha sido un tiempo sin que usara este tipo de ropa...
— No importa lo que lleve puesto, Shamyra siempre se ve bien — intervino Yuno poniéndose al lado de la princesa
— ...En eso tienes razón — dijo el Vermillion sonriendo — Shamyra, encontré un puesto de lanzamiento atrás ¿Quieres venir?
— ¿Quieres que vaya aún sabiendo que te destrozare? — dijo ella de brazos cruzados y sonriendo con superioridad — De pequeños siempre perdías contra mi — la princesa se había inclinado hacia el miembro de la realeza
— Ya no soy un niño y he mejorado bastante — contestó desafiante — Tú también ven con nosotros
No hacía falta que se lo dijera, Yuno iría si o si. Ver a Shamyra ser tan cercana con otro chico...además ese muchacho también era miembro de la realeza. No quería dejarlos solos.
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Era tarde y en medio del campo un pequeño niño de cabello rubio rizado lloraba con un pequeño pajarito herido en sus manos, los humanos podían ser muy crueles a veces.
— Ya no llores Vetto — le decía otro niño de su edad que llevaba de la mano a otra niña pequeña
— Los humanos lastimaron...a este pobre pajarito, es imperdonable
— Ya los mandé lejos de aquí, vayamos a curarlo
— ¿Sabes? Muchas gracias por ayudarme siempre
— ¿Pero de que estas hablando? Sabes que somos amigos, yo siempre te ayudare — eso hacían los amigos — Nosotros somos como ese pájaro porque el puede volar como nosotros usamos magia espacial por lo que nos envidian y quieren lastimarnos
— Pero nosotros creemos que algún día nos entenderemos con los humanos ¿No es así hermanito? — dijo la niña a su hermano
— Si, ese día llegara...
— Sí — de pronto la niña soltó a su hermano y se acercó al que lloraba, con delicadeza tomó al ave en sus manos y una luz blanca resplandeció
Poco a poco las heridas desaparecieron y el animalito se levantó volviendo a cantar alegremente
— Ya no llores hermano Vetto — lo consoló la niña, ella limpiaba las lágrimas del mayor con sus pequeñas manos — No me gusta verte triste...
Pero esa hermosa escena cambio de repente a una sangrienta, con cuerpos sin vida por todo el lugar. Y aquella pequeña se miraba ya mayor, ella también herida rodeada de muerte y sangre, llorando por las personas a las que acababa de perder.
Ese sueño hizo despertar a la chica de ojos amatista. Esas escenas se repetían cada vez más seguido. De hermosas a desgarradoras. Era horrible, deseaba que pararan.
Sentada en el balcón de su habitación observando la luna se preguntaba si los Toros Negros habían logrado su misión. Esperaba que si.
— Hace frío deberías estar durmiendo
— Yuno...
El chico se despertó al oírla moverse incómodamente en su cama. Se quejaba y repetía una y otra vez que no podía ser verdad. Estaba teniendo una pesadilla. Estuvo por despertarla cuando ella lo hizo por su cuenta. Y al verla salir al balcón él la siguió.
— Solo salí a tomar aire, no podía dormir...— ella le sonrió dulcemente —Fue divertido pasar la tarde con Leopold ¿No?
— Era muy ruidoso...
Tenía razón, Leopold Vermillion solía ser energético
— Por cierto, antes de que viniera, estábamos hablando de ese collar que tienes...
— Fue un regalo de Sir William — dijo tocando la gema
— ¿No has sentido nada raro de él? Una luz...
Yuno le había dicho lo que había visto. Cada vez que usaba una fuerte cantidad de maná el collar brillaba fuertemente. Y Shamyra siempre se sentía agotada una ves terminaba de hacer los hechizos, a pesar de que algunos no requerían una gran cantidad de poder ella perdía grandes cantidades. Era extraño...
— Le preguntaré a Sir William de donde lo consiguió, ciertamente es extraño...— el accesorio ahora se encontraba en sus manos, se lo había quitado — Llevo años con esto, me siento extraña sin llevarlo colgado
— Entonces usa esto...
Yuno le extendía un hermoso collar de media luna que contenía en su interior una estrella. Era hermoso.
— Se lo compré a una anciana en el pueblo, dijo que era mágico y ayudaría a su portador...es tuyo
— Gracias Yuno — ella tomó el accesorio entre sus manos, lo levantó para poder apreciarlo contra el brillo de la luna
Observaba el collar cuando sintió una fuerte pulsación en el pecho...una sensación extraña. Sentía que algo oscuro había sido desatado...pero en el fondo también tenía un sentimiento de...tristeza. Tenía ganas de correr hacia esa energía y consolarla.
— Shamyra, Shamyra ¿Qué sucede? — Yuno llevaba llamándola un buen rato, ella seguía sin reaccionar mientras se apretaba el corazón.
— Sentí...una extraña sensación, una energía oscura...
✤─── Continuara ───✤
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