— ¡Lo logré! — gritó feliz la muchacha al ver que su reciente hechizo resultó un éxito, había restaurado la vida de todo un bosque los humanos habían destruido — ¡Tenías razón, yo puedo hacerlo! ¡Me esforzaré más hermano, entrenaré duro para poder ser digna del título de guardiana! De esa manera también podré ayudarte y aligerarte el trabajo

Ambos jóvenes se encontraban en el medio de un bello prado, el mayor había llevado a su hermana a ese lugar para ayudarla a entrenar y había dado sus frutos

— Así es, debes seguir trabajando duro, recuerda que un gran poder siempre viene acompañado de una gran responsabilidad — dijo mientras acariciaba los cabellos de la chica

— Gracias por siempre estar a mi lado, hermano

Y así como empezó ese sueño hermoso se desvaneció al momento que Shamyra abrió los ojos, se quedó quieta mirando el techo, estaba en su habitación, llevó sus manos a su rostro donde pudo sentir humedad, estaba llorando pero...¿Porqué?

Como si de un balde de agua fría se tratase los recuerdos de ese encuentro le llegaron, el ataque a la capital y lo que ese hombre le había dicho; se levantó y despojó de las mantas, ocasionando que el dragón que dormía a su lado terminara en el suelo, se dirigió corriendo a las puertas donde al dar un paso fuera fue detenida por un par de guardias

— Dejadme pasar, necesito hablar con mi padre

— Lo sentimos su majestad, pero tenemos órdenes de no dejarla salir. Es por su seguridad

— ¿Quién ordenó tal cosa? — preguntó un poco molesta

— Fueron órdenes directas del Rey

— ¿El Rey se preocupa por mi? — respondió con ironía — ¡Ha! Creería más rápido que un prisionero se preocupa por mí a que mi tío lo haga. ¡Ahora quítense de mi camino por favor! Es una orden directa de la Princesa y ya conocen el castigo por insubordinación

A pesar de que se los ordenaba un miembro de la familia real y los estaba amenazando con un severo castigo ellos se negaban a moverse, esos hombres pertenecían a la guardia real del Rey y le eran fieles, era obvio que no la obedecerían pero ella tampoco podía quedarse allí de brazos cruzados.

— Bien, no quiero meterlos en problemas con mi tío querido . Me quedaré en la habitación, pero les pediré que se le informe a mi padre de mi recuperación

— Se lo haremos saber su alteza, inmediatamente uno de nosotros irá. Su majestad el Rey también vendrá a visitarla

— Muchas gracias —finalizó con una sonrisa y cerró la puerta — No crean que me quedaré esperando, con todo lo sucedido mi padre no vendrá hasta el anochecer y no tengo tiempo para esperar — hablaba consigo misma mientras se ponía un atuendo adecuado y acomodaba su cabello — Zohar, iremos a dar un paseo

— Dígalo correctamente princesa — habló el dragón mientras aumentaba de tamaño y se dirigía a la ventana —"Escaparemos por la ventana y me llevarás hasta el palacio del Rey Mago"

— Esto no puede esperar

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— ¿Quieres acceso a los archivos de las órdenes?

— Si, también los de los antiguos Reyes Magos y todo historial de los magos sobresalientes desde el comienzo y necesito que me hagan una revisión completa

— Espera...¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué de repente? — las peticiones repentinas de su hija, quien era su mayor tesoro, lo sorprendieron. Aquello era algo en lo que la princesa nunca se interesó

— Me habló — el Rey Mago se sorprendió aún más — El hombre que se llevó a los magos que atrapaste, habló conmigo

— ¿Qué fue lo que te dijo? — ahora estaba completamente serio, él atacó a Fuegoleón por la gema que llevaba ¿Por qué se reunió con su hija? Ella no tenía ninguna gema en posesión ¿Para qué la querían?

— Recuerdo que todo estaba blanco, no había nada y yo no podía moverme. Él se acercó a mi y me dijo que había pasado bastante tiempo, que era hora de despertar y tomar el control, que me necesitaban para completar su plan

— ¡¿Ellos te necesitan?! — se había levantado un poco alterado, no podía perder a su hija también, a ella no — ¡¡Pondré a los mejores magos como tú escolta, dejaras Amanecer Dorado!!

— ¿Qué? Papá, espera por favor, deja que termine de hablar — el mayor respiro y volvió a sentarse — Me lo decía a mi, pero ese mensaje no era destinado a mi — eso confundió al Rey Mago, y lo haría con cualquiera — Se lo decía a una tal Selene, por eso necesitamos averiguar quien es y protegerla, sin ella su plan no podrá efectuarse

— Es la primera vez que escuchó ese nombre, me pondré a trabajar en ello ¿Y la revisión para qué?

— Primero — levantó su dedo indice — no vayas a alterarte ¿Ok? No se que es eso exactamente, puede que no sea nada en realidad. No solo me habló, también introdujo algo en mi pecho, una esfera negra, era maná, me dolió tanto que me desmaye

— ¡¡¿Qué?!! ¡¡Marx!!

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— Se preocupa por ti, eso es todo — dijo el pelinegro que volaba al lado de la chica

— Lo sé, pero hay veces que exagera

— Porque usted es muy despreocupada, princesa — habló el dragón que viajaba en el hombro de la albina — El señor Julius no tiene de otra

— Pero debe entender que ya no soy una niña, estoy creciendo y debo aprender a valerme por mi misma — suspiró — Si tú y Asta no llegaban, el examen no hubiese acabado nunca.

Apenas Marx entró a la oficina del Rey Mago se le ordenó traer al mejor equipo médico de todo el Reino para realizar una revisión exhaustiva a la princesa. A pesar de que le dijeron que no habían encontrado problema alguno en la heredera al trono él Rey Mago siguió pidiendo que le hicieran más pruebas. Sino hubiera sido por Yuno y Asta aún seguirá metida en el palacio rodeada de doctores.

— Dos caballeros mágicos están preguntado por la princesa — informó una empleada — De Amanecer Dorado y de Los Toros Negros

Diciendo que no podía dejar esperando a sus mejores amigos salió corriendo de la sala, no sin antes dar gracias infinitas a la sirvienta. Bajó corriendo a la sala de recepción donde se encontraban ambos chicos, preocupados por el estado de la albina. Asta fue el primero en percatarse de su presencia...

— ¡Shamy estas bie...— tenía ganas de correr y abrazarla. No había podido de dejar de pensar en ella, estaba preocupado.

Pero él no era el único. Antes de que si quiera pudiera dar un paso o al menos terminar de hablar Yuno había pasado corriendo por su lado y tomado a la chica entre sus brazos, con su rostro oculto en la curvatura del cuello de la princesa habló.

— Que alivio. Me asuste... la idea de perderte me aterroriza — talvez el pelinegro era alguien que rara vez mostraba sus sentimientos tan abiertamente pero cuando se trataba de la chica que se adueño de su corazón se derrumbaba — Si tan solo no me hubiera quedado dormido...lo siento...

Las mejillas de Shamyra se tiñeron de un rojo carmesí, y que su piel fuera tan clara no ayudaba a ocultar ese color. Además su corazón también latía como loco.

— No, no hay porque disculparse, Yuno. Y lo siento, siempre terminó preocupando a los que me rodean — ella también había rodeado al muchacho con sus brazos y con delicadeza acariciaba sus hebras negras

Asta de nuevo era el que hacía de mal tercio, una relación era de dos pero...¿Cómo le puedes decir a tu corazón que deje de amar a quien amó desde que eran apenas unos niños?

— ¡Oigan ya dejen de andar de tortolitos enamorados! — dijo Asta acercándose con los brazos por detrás de su cabeza, se mostraba despreocupado aunque por dentro estuviera destrozado — Con solo verlos me dan ganas de abrazar también a la hermana Lily — bromear era una de las formas que tenía Asta para aliviar su dolor. Además sus comentarios siempre causaban que los implicados terminaban avergonzados lo suficiente para no volver a estar tan acaramelados durante unos minutos.

Volviendo a la actualidad. El equipo de Klaus se dirigía a su nueva misión, nada fuera de lo común, solo irían a investigar los recientes robos que hubo en la zona