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Clover Love 007

— Prometiste quedarte al lado de William todo el tiempo — exclamó con un ligero toque de molestia el Rey Mago

— No, dije que Shamyra se quedaría a su lado, y así fue. Durante todo el examen la princesa Shamyra se mantuvo al lado de Sir William, puedes preguntar al público y verás que es verdad papá

— Pero esa no eras tú sino Erika

— No es justo que me regañes — la muchacha se cruzó de brazos para  contraatacar a su progenitor  no soy la única que usa la magia de transformación para huir de sus deberes

Al día siguiente del examen de caballería, Shamyra fue llamada por su padre a su oficina. Un hermoso y tranquilo día sería arruinado al recibir un regaño por aquella travesura.

— e-eso es un asunto diferente — contestó nervioso el hombre evitando la mirada acusadora de su hija

— ¡Es lo mismo! el pobre de Marx tiene que estar detrás de ti todo el tiempo como si fueras un niño pequeño — contratacó la princesa molesta, pero luego cambio esa expresión por una de victoria. Siempre es bueno tener un As bajo la manga — creo que debería aligerarle un poco el trabajo. Si Marx supiera como luces cuando sales le sería más fácil encontrarte ¿no?

La albina empezó a sacar varias fotos que fueron reconocidas las instante por el Rey Mago, en cada una de ellas había diferentes personas, hombres y mujeres de diferentes edades, todos ellos eran una transformación diferente que usaba Julius cada vez que se escapaba de Marx.

Julius tomó rápidamente las fotos metiéndolas en un cajón de su escritorio y poniéndole llave, iba a hablar pero su hija lo hizo primero lo hizo primero. 

— no sirve de nada que las ocultes, tengo muchas más — ella sacó otro grupo de fotografías  Y también conozco todos los lugares a los que sueles frecuentar, como el mercado negro donde sueles ir a apostar — todo esto lo decía mientras sonreía dulce e inocentemente como una buena niña

— Esta bien, esta bien, no es necesario llegar hasta ese punto — suspiró rendido, no podía ganar contra Shamyra — ¿De verdad quieres unirte a una orden? Como princesa heredera no puedes estar expuesta a situaciones de peligro y lo sabes

— Pero mamá también era la princesa heredera cuando se unió a los Ciervos Ceniza, la orden donde se conocieron — Julius recordó esos momentos. Habían varios nuevos miembros, caminaba por la base cuando encontró a una chica desorientada. Le pareció hermosa desde el primer segundo que la vio. Para su suerte, la pusieron en su equipo y al pasar tiempo juntos se enamoraron, un amor del que nació Shamyra — No quiero ser como mi tío que se la pasa todo el tiempo en el palacio disfrutando de lujos a costo de los impuestos del pueblo — con firmeza apoyó ambas manos en el escritorio sobresaltando un poco a su padre  Como futura monarca, mi deber es velar por el bienestar de todos los habitantes del reino, y para eso debo conocer lo que los aqueja, y que mejor forma de empezar que siendo caballero mágico, podré acercarme más a ellos que estando detrás de un escritorio

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— A partir de hoy Shamyra se unirá a nuestra orden oficialmente — informó el capitán William  Te la encargo, se que cuidarás bien de ella, Klaus

— Daré mi mayor esfuerzo para proteger a la princesa — respondió con seriedad haciendo el saludo de caballería

Solo unos días después de la conversación con su padre, Shamyra fue aceptada oficialmente en la mejor Orden de Caballería del Reino, Amanecer Dorado. 

— Se que lo harás — asintió el capitán

— Es un placer conocerlo señor Klaus — dijo la princesa con una reverencia  y por favor tráteme como a los demás novatos de la orden, si estoy aquí es simplemente como Shamyra, no como una princesa, es más olvide mi título

— Discúlpeme su alteza

La albina estuvo a punto de volver a quejarse sino hubiera sido por el toque de la puerta; el capitán dio permiso para que entren, dos personas, los otros dos novatos de Amanecer Dorado de ese año, Mimosa Vermillion y Yuno. 

El pelinegro se sorprendió de ver a Shamyra ahí y más aún al verla portando el manto de la orden, pero luego una sonrisa apareció en su rostro. Shamyra saludó a ambos con un alegre movimiento de mano y una radiante sonrisa. 

— Ahora que están todos aquí ya puedo darles su siguiente misión — continuo el capitán llamando la atención de los caballeros — Se ha descubierto una nueva mazmorra en las fronteras en el Reino del Diamante, ustedes irán a investigarla, confió un vosotros, buena suerte.

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Después de un tranquilo viaje en escoba, donde Shamyra le contaba a Yuno lo difícil que había sido convencer a su padre. Sino hubiera sido por la ayuda de William no hubiese podido asistir a esa misión y estaría detrás de una mesa completando el papeleo. En poco tiempo habían llegado a la entrada de la mazmorra a investigar. 

— Bien, primero entraré yo, luego Yuno, usted princesa y Mimosa al final — ordenó Klaus

— amm...señor Klaus — Shamyra levantaba la mano como si fuera una niña pequeña pidiendo opinar. Habló una vez el mayor le presto atención  Lo vuelvo a repetir, pero esta princesa tiene nombre, Shamyra, Sha-my-ra. Llámeme así por favor

— perdóneme, no me acostumbro aún — se disculpo acomodando sus lentes

Luego de que Klaus terminara de dar las órdenes y como realizarían la misión, entraron. Shamyra creo un par de faroles de luz blanquecina para iluminar el camino, estos flotaban a su alrededor y avanzaban junto a ellos.

— Nunca he entrado en una mazmorra ¡Que interesante! ¡¿Qué crees que encontremos Yuno?! — preguntó emocionada la albina

 Concéntrese princ...Shamyra, no debe bajar la guardia — la regaño Klaus

— lo siento, pero esto me emociona. Es la primera ve que tengo una misión 

— Yo estuve igual en mi primera misión — comentó Mimosa acercándose a la de ojos amatista  pero el señor Klaus tiene razón, debemos centrarnos — volvió a decir con seriedad a lo que la princesa asintió

El equipo de Amanecer Dorado siguió avanzando por los pasillos cuando gritos se empezaron a escuchar, Yuno y Shamyra podían reconocer aquella voz en cualquier lugar, Asta. 

El peli-gris era sujetado por una planta carnívora salida de una de las trampas del lugar y su compañera no se encontraba en una situación mejor. Yuno, se encargo del problema con una lluvia de espadas hechas de corrientes de viento, lo hizo ver fácil.

Shamyra miró a su amigo con admiración, había mejorado bastante en tres años y los hechizos que podía realizar con el grimorio eran increíbles.

"Yuno realmente es increíble" pensaba Shamyra y un tenue color rojizo aparecía en sus mejillas

— Con esto...te devolví el favor, Asta

— Hola Yuno — saludó desde su posición

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— Yuno, ¿Por qué molestarte en salvarlos? — dijo Klaus al mismo tiempo que acomodaba sus lentes — Nuestra misión únicamente es investigar la mazmorra, en resumen llegar a la cámara del tesoro que esta en sus profundidades — diciendo esas palabras empezó a acercarse a los miembros de los Toros Negros — No podemos darnos el lujo de perder tiempo con ellos

No era de sorprender que Klaus actuara de esa manera. De hecho, todas las ordenes trataban de la misma manera a los Toros Negros, después de todo, eran la peor de las ordenes de caballería. 

— ¡Oye Yuno! ¡¿Quién es este cuatro ojos maleducado?! — gritó Asta señalando con el dedo al noble, claramente el maleducado estaba siendo él, si Erika lo viera ya lo habría corregido como la primera vez que se conocieron

— Mi superior — dijo el pelinegro con simpleza

— ¡¿Cómo?! ¡Me llamaste cuatro ojos! ¡El maleducado eres tú mocoso! — le gritó Klaus sosteniéndolo por el cuello de sus vestimentas — ¡Así no se le habla a un miembro de Amanecer Dorado!

Dejando de lado la discusión que surgió entre el novato de los Toros y el noble, Mimosa y Shamyra se acercaron a saludar a la otra muchacha del lugar. 

— Saludos Noelle — dijo Mimosa y soltó una pequeña risa, la cara de Noelle claramente no era de mostrar mucha felicidad

— Es un gusto volver a verte Noelle — saludo también Shamyra con elegancia

— Saludos a usted princesa, me alegra volver a verla después de tres años — contestó Noelle con una reverencia. Sí, ella también era de la realeza, y los miembros de la realeza no deben agachar la cabeza ante nadie, pero la familia Kira, actual gobernante del Reino estaba por encima de las otras familias reales — Disculpe mi descortesía al no haber asistido al Baile de su Bienvenida

Pero no faltó porque quería. Sus hermanos no le permitieron asistir por la misma razón de siempre, la consideraban la deshonra de los Silva. 

— Eso no importa, fue aburrido — expresó con sinceridad — Me fui apenas tuve la oportunidad y por favor Noelle dime solo Shamyra, sin formalidades — la Silva asintió

— No nos vemos desde el banquete real del año pasado — volvió a hablar la castaña — Me hubiese gustado verte ahí Noelle

— ¿Ustedes se conocen? — preguntó Asta llegando al lado de las chicas, curioso porque su compañera y su amiga hablaban como si se conocieran

— Hola Asta — saludo feliz la albina antes de abrazarlo, algo que causo una ligera molestia en Yuno y un sonrojo en Asta

— Si, algo así — contestó Noelle tampoco no muy contenta al ver a la princesa abrazar a TontAsta, como lo llamaba ella 

— Soy Mimosa, la prima de Noelle — se presentó Mimosa

— Nosotras nos hemos cruzado en varios eventos en el palacio, aunque no hemos interactuado mucho en realidad — aclaró Shamyra

— No sabia que tú también vendrías — se dirigió Noelle a su prima

"¿Tenía que ser ella?" fue lo que pensó la Silva

— Oí que los Toros Negros son unos salvajes ¿Te encuentras bien? — Mimosa se acercó preocupada a la Silva

— No es para tanto Mimosa, los Toros Negros son salvajes pero solo al momento de pelear — los defendió Shamyra — conozco al capitán Yami desde que soy una niña y siempre fue amable, a su manera por supuesto

— Shamyra tiene razón, en cambio ¿Estas bien tú, Mimosa? — habló Noelle — Es que eres muy alelada para el Amanecer Dorado

— Estoy genial, todos son muy amables — dijo con una sonrisa Vermillion — gracias a eso puedo usar mi magia sin miedo — se le escapo una pequeña risa, pero luego se acerco preocupada a su prima — Recuerdo que tú aún no controlas bien la tuya ¿Cómo va eso?

"Sigue siendo grosera sin quererlo" pensaron las otras dos chicas

— No me va mal — dijo Noelle de brazos cruzados

De repente Mimosa comentó sobre su reciente reconocimiento por parte del Rey Mago, novatos consiguiendo una estrella en su primera misión no era algo común de ver. Pero Asta y Noelle también presumieron de la suya. 

— Lo siento Yuno — se disculpo la albina y el muchacho la miro confundido — Si el Rey hiciera bien su trabajo debería investigar a los ricos recientes, si lo hubiera hecho Salim no hubiera ni podido participar en el examen de caballería y de ese modo la hermana Lily tampoco hubiera estado en peligro

— Que seas familia del Rey no quiere decir que debas asumir sus errores, no debes disculparte cuando no has cometido ningún error — él la reconfortó y con delicadeza acarició sus sedosos cabellos

Aquella escena no pasó desapercibida por Asta. ¿Por qué? Era lo que se preguntaba. Si tan solo no se hubiera enamorado de Shamyra, no estaría sintiendo esa opresión en el pecho. Además, dicha actitud de Asta tampoco paso desapercibida para Noelle.

✤─── Continuara ───✤

EXTRA

Un molesto muchacho de quince años caminaba por los pasillos, no podía creer que aprender un nuevo idioma sería así de difícil. Aún no comprendía como es que una línea con algunas curvas podían ser letras y formar palabras. 

Si fuera por él, ni siquiera se molestaría en aprenderlo pero no podía oponerse a la comida. Los platos gourmet que se preparaban en el palacio eran una delicia. ¡Todo sea por la comida! Se repetía una y otra vez. 

Iba a irse del palacio. Julius lo había dejado a mitad de la lección para ir en una misión. Sin él, no habría comida. Julius le había dicho que fuera y almorzara con Clarisse, su esposa, pero Yami no se sentía a gusto con ella. No era que no le agradara, sino todo lo contrario, la Reina Clarisse era muy amable y buena con él. Lo que odiaba era que lo tratara como a un niño. Esa mujer era muy empalagosa. Sin mencionar las miradas curiosas que le daba la pequeña hija del Capitán de Orden. 

Justo como ahora.

Esa niña de apenas dos años. lo venía siguiendo desde que salió de la oficina de Julius. Intentó ignorarla, pero ella no era nada discreta. Sus pequeños pasos resonaban en el gran pasillo. 

Cansado de seguir oyendo sus diminutos pasos, Yami apresuró el paso y dobló una esquina. Shamyra, al ver que el mayor iba más rápido ella también se apresuró. Pero no esperaba que Yami se encontrara parado de brazos cruzados en esa esquina. Ella chocó contra su cuerpo y cayó sentada al suelo.

— ¿Por qué me sigues? ¿Te gustó o qué? — preguntó con su expresión habitual

Shamyra se puso de pie por su cuenta, sacudió su vestido de color rosado pastel y volvió a mirar al chico sin decir nada. 

Yami se estaba cansando de que la niña solo lo mirara sin decir nada, tanto, que una vena empezó a saltar en su frente. 

— Sino piensas hablar, me largo — él se dio la vuelta para irse, pero no dio un pasó cuando sintió como su ropa era jalada. Miró hacia atrás, encontrándose con la pequeña

Shamyra lo soltó y de la pequeña lonchera que tenía sacó un par de cupcakes y se los entregó

— Paya ti — dijo en voz baja y aguda. Ella aún no podía formular bien todas las palabras

Shamyra sabía que cuando su padre se iba, ese chico también. Aunque su madre lo invitara a comer con ellas, él simplemente se iba sin decir nada. Se iba sin comer. Así que, cuando Julius se despidió de ella, ella de inmediato tomó sus postres de la cocina y lo persiguió para dárselos. 

— ¿Me los das? ¿Por qué? — preguntó confundido tomando ambos pastelillos

Shamyra señaló el estómago de Yami — Él tene hambe ¿No? Nos vemos manana 

Y se fue sin decir más dejando a un Yami sin palabras. Por Julius, sabía que su hija era una fanática de la azúcar, esa pequeña luchaba con quien sea para que no le quitaran sus postres y justo ahora se los había entregado. 

— Ella es rara — dijo antes de darle un bocado al postre y marcharse

Desde ese día, Yami fue más amable con la hija de Julius. Cuando tenía tiempo libre la ayudaba a practicar su escritura, porque sí, con tan solo dos años ella ya recibía clases como de cinco. 
















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