Clover Love 006
El examen había llegado a su fin, los aspirantes que aprobaron estaban esperando a sus nuevos capitanes para partir a sus bases. Yuno, entre tanta conmoción había perdido de vista a Asta y ahora lo buscaba, pero no espera encontrarse con "Shamyra", la otra chica que recibió más manos levantadas y el capitán de su nueva orden; su intención nunca fue escuchar esa conversación pero terminó haciéndolo
— ¿porqué lo hiciste Shamyra? te dije que hablaría con el Rey Mago para que permitiera tu acceso a Amanecer Dorado, no había necesidad de inscribirte, engañarme ni de involucrar a la señorita Sārige en esto
Eso se le hacía raro a Yuno, el capitán tenía a "Shamyra" a su lado, sin embargo le hablaba a la pelinegra frente a él, y Erika ni siquiera estaba en el lugar
— lo siento Sir William, yo solo quería demostrar que puedo hacerlo por mi misma sin la necesidad de que mi padre intervenga — habló la desconocida con la cabeza agachada, quien enseguida chasqueó los dedos y la transformación tanto en ella como en Erika se desvaneció
"¿Erika y...Shamyra?"
— entiendo que quieras demostrar lo que vales sin que el señor Julius intervenga, pero debiste hablar con nosotros, no engañarnos — suspiró — Espérame en el carruaje, hablaremos de tu castigo una vez estemos en el palacio
— por favor no castiguen a Erika — pidió la princesa — yo le pedí que me ayudara pero ella se negó, participó en esto debido a mi insistencia
— ...entiendo, ya hablaremos de eso más tarde — el mayor se dio la vuelta dispuesto a irse del lugar pero se detuvo por el llamado de la princesa
— Sir William, me inscribí como se debe en el examen y el capitán Fuegoleón me aceptó, soy un miembro oficial de los Leones Carmesí ¿verdad?
— Eso deberás preguntarle al señor Julius
— Eso significa que no, es injusto que papá me siga tratando como una niña — la albina se cruzó de brazos e infló las mejillas.
Al verla así el mayor quiso soltar una risa pero se contuvo, en cambio, se acercó a ella y acarició sus cabellos.
— Eres inteligente, estoy seguro que hallaras la forma de conseguir lo que quieres — diciendo eso el capitán se fue a recibir a los nuevos caballeros de su orden
— Te dije que nos descubrirían — habló Erika — no puedes engañar a alguien como el capitán Vangeance
— Lo se, pero ahora tengo un problema mayor — suspiró rendida —conseguir que mi padre acepte que me una a una orden
Desde la muerte de su amada esposa, Julius se volvió un padre sobreprotector con su hija. No estaba preparado, y nunca lo estaría, para perder a su adorada hija.
Mientras tanto Yuno, respiró profundo desasiéndose de los nervios. Acomodo su ropa y su cabello.
— Si que me dio una sorpresa hoy, princesa Shamyra
Ambas chicas giraron para ver al dueño de esa voz varonil, Yuno, había salido de su escondite.
Shamyra se puso nerviosa al verlo que hasta intentó esconderse detrás de su amiga
— Sabes que eso es inútil ¿verdad? — dijo la castaña ante la actitud de la albina — Estoy segura de que escuchó y vio todo ¿cierto Yuno? — él asintió. Erika sacó a la albina de su espalda, tomándola de los hombros y la colocó delante del pelinegro — los dejare solos para que hablen, un gusto verte de nuevo Yuno — saludó antes de dejarlos
— ...cuando dijiste "espero que me reconozcas" ¿te referías a esto? ¿Qué cambiarías tu apariencia?
— Algo así — contestó bajito — no hubiese podido participar de otra forma
— ¿Por qué nunca dijiste quién eras? ¿Pensaste que nos aprovecharíamos de tu dinero o algo así?
— ¡Nada de eso! — contestó al instante en voz alta — ...solo temía que empezaran a tratarme diferente, en mi posición hay veces que ni siquiera se quién se acerca a mi porque realmente quiere forjar una amistad conmigo o solo porque necesita que haga algo por ellos
Ser princesa era difícil.
Antes de que pudiera seguir hablando, Shamyra sintió como era rodeada por unos brazos, Yuno la estaba abrazando. Ella no tardó mucho en corresponder aquel acto del muchacho.
— A mí no me importa tu título, tu eres Shamyra y punto
— Te extrañe Yuno, mucho
— Yo igual — después de unos minutos se separaron lentamente — Bienvenida de vuelta
Mientras pronunciaba esas palabras, el pelinegro, deslizó la joya que guardó por tres años en el dedo de su legítima dueña, Shamyra miró el anillo ahora en su dedo antes de sonreír.
— ¿Sabes ? cualquiera que nos vea y no sepa de nuestra promesa pensaría que me estas proponiendo matrimonio — bromeó mostrándole el anillo
Ese comentario hizo que el plebeyo se sonrojara, ¿Matrimonio?
Si, había fantaseado en eso algunas veces, pero aún no estaba listo, quiero decir esa vez apenas había decidido declararse, el matrimonio era un compromiso para el cual aún no estaba listo...no se sentía preparado, y mucho menos ahora al haber descubierto que la chica sería la siguiente gobernante del reino. ¿Podía alguien de su estatus si quiera imaginar una vida con ella?
La albina río dulcemente ante su reacción.
Antes de que se fuera no había día que no viera el rostro del muchacho de tonos rojizos, lo que Shamyra desconocía, era que eso solo sucedía en su presencia.
— ¿y cómo están el Padre y la hermana Lily? ¿y Recca y Nash, se encuentran bien?
— ... todos están bien, pero deberías ir a visitarlos, te extrañan
— Créeme que lo he intentado durante los últimos nueve meses, pero es complicado salir del palacio sin ser vista sin la ayuda de Erika, y ya no soy tan pequeña como para pasar por el pasadizo secreto de mi habitación. Necesito remodelar
Ambos adolescentes se quedaron hablando durante un tiempo más, al menos hasta que Erika regresó, no se enfaden con ella, Erika solo vino en busca de su amiga por petición del capitán de Amanecer Dorado
— Supongo que es hora de irme, Sir William esta bastante molesto como para hacer que se moleste más
— ¿volveremos a vernos? — no la había visto por más de dos años y medio, no quería no volver a verla
— si es que convenzo a mi padre de unirme a una orden, ten por seguro de que nos cruzaremos seguido — una sonrisa adornaba su rostro — y sino no lo logró iré a verte a la Base en todos tus días libres o enviare a alguien a buscarte para que vengas al palacio
— esperaré por es-
— ¡¡Yuno!! ¡¡Al fin te encuentro!! — gritó Asta interrumpiendo a sus amigos, desde hace ya un buen rato venía buscando a su rival — ¿Erika? ¿Shamy? — dijo cuando vio a las chicas — ¡Cuánto tiempo sin vernos!
— hola PequiAsta — saludó Erika con una sonrisa de burla — veo que tú no has cambiado, sigues igual de enano — se burlo — por cierto ¿Qué tal estuvo el pastel? Picante ¿verdad? — dijo la castaña en tono de burla — mi hermano lo preparo tal y como se la pedí
— supongo que me lo merecía por lo de los gusanos — dijo mientras llevaba sus brazos a su cabeza en modo relajado — espera. ¿tu hermano? pensé que lo habías comprado. Estoy confundido
— lo mencionó antes — dijo Yuno llamando su atención — su familia es dueña de las mejores pastelerías del Reino
— ¿lo dijo? — Asta se rascaba la nuca confundido — por cierto, ¡¿vieron nuestros combates?! ¡estuvimos geniales! ¡sobre todo yo! — cambió de tema
— más bien dirás yo — contradijo Yuno
— ambos estuvieron increíbles — dio su opinión Shamyra
— en la última prueba si — opinó ahora la castaña — pero PequiAsta estuviste pésimo en las primeras pruebas. Necesitas AUMENTAR tus habilidades sino quieres que queden pequeñas como tu estatura, Ratón — empezó a reírse
— ¡¡deja de burlarte de mi altura!! ¡¡puede que sea pequeño pero seré el más grande!! ¡¡y cuando sea Rey Mago no podrás burlarte de mí!!
— claro, claro, PequiAsta — el peli-gris gruño y luego volvió a girarse hacia Yuno ignorando las alegres carcajadas de la noble, si su madre la viera la mandarían a estudiar desde cero las normas de comportamiento
— Yuno, entraste a Amanecer Dorado y yo a los Toros Negros. Ahora empieza nuestro duelo
— si, compitamos para ver...
Pero las palabras del pelinegro se vieron interrumpidas por un ruido, un ruido proveniente del estómago de Asta.
Este empezó a decir algunas cosas que hicieron cambiar la cara de Erika a una de total desagrado mientras que Shamyra se mantuvo tranquila, la princesa no había llegado a escuchar lo que dijo el oji-verde ¿Por qué? todo se lo debía a Yuno, quien había tapado sus oídos antes de que tan desagradables palabras llegaran a sus oídos.
— Necesito olvidar lo que acabo de escuchar. Adiós Yuno, Shamyra no tardes, de lo contrario el capitán no tardará en venir por ti — dijo Erika para seguidamente irse
— ¿Qué dijo Asta, y porqué tapaste mis oídos Yuno?
— Nada de importancia, espérame aquí no tardaré
Shamyra se limitó a asentir con la cabeza, y Yuno se marchó por el mismo camino de su rival. La princesa estuvo apunto de seguirlo sino hubiese sido detenida por una mano en su hombro.
— Aquí estas Shamyra — dijo el capitán Vangeance con tono serio — Mandé para que te dijeran que te dieras prisa, debemos volver al palacio. El señor Julius se preocupará
— ¿No esperaremos a los nuevos miembros? Debe llevarlos a la base ¿no es así?
— Deje encargado a otra persona para ello, vámonos
— ¿Puede darme unos minutos? — pidió la albina — Necesito despedirme de alguien
— No tenemos tiempo, volverás a ver al muchacho otro día
Continuará
EXTRA
— Oye Yuno — lo llamó la albina — ¿alguna vez has pensado en el matrimonio?
— ¡¡¿Q-QUÉ?!! — dijo con el rostro completamente rojo y exaltado poniéndose de pie de golpe, pues ambos se encontraban sentados en el césped viendo el atardecer mientras esperaban que Asta llegara también
Apenas eran niños de diez años, ¿Pensar en matrimonio? claro que nunca pensó en ello, él no era como Asta que se lo pedía a la hermana Lily a cada rato, aunque dejó de hacerlo a los nueve, nunca lo pensó hasta ahora.
— El otro día mi tío me presento a un niño mayor que yo dijo que me casaría con él en el futuro
Yuno sintió una punzada directo en el corazón; se sentía molesto, pero no con la chica ni con nadie en aquel lugar sino con aquel «tío» que él ni siquiera conocía y al mismo tiempo miedo, miedo de la respuesta que Shamyra hubiera dado. Miedo y enojo ¿Por qué de repente?
— ¿y tú...qué dijiste tú? — preguntó con miedo
— ¡Por supuesto que me negué! — soltó en un tono molesto — no me casaré solo porque alguien más lo diga. Para casarme quiero encontrar a un chico amable, dulce, protector, que sea fuerte y apuesto — decía la pequeña con ambas manos sobre el corazón y los ojos cerrados imaginando al chico ideal — pero sobre todo debe quererme por quién soy y no por lo que soy
Yuno escuchó cada palabra memorizándolas, no podía olvidar ninguna de esas características
"Tienes que ser un chico así Yuno"
Esa noche fue la primera vez que Yuno fantaseo con aquello, una pequeña Shamyra vistiendo un hermoso vestido blanco con una corona y ramo de flores y él con un traje del mismo color corriendo felices por un campo lleno de bellas flores de todos los colores
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