Clover Love 002
Desde ese encuentro, siguieron otro, otro y otro más hasta que se volvió parte de su rutina diaria, aunque las siguientes veces ya no era necesario que escapara, pues ahora era dejada por un carruaje en la entrada de la aldea y Erika la acompañaba siempre que podía.
Sin darse cuenta los años pasaron, de ser apenas unos niños de siete años se convirtieron un adolescentes de doce, pero sus cuerpos no fueron lo único que creció en ese transcurso, los sentimientos también empezaron a florecer o mejor dicho a tomar más fuerza, porque florecer...lo hicieron hace mucho.
Alto y con un rostro atractivo. Era más que seguro de que si Yuno estuviera en la capital sería muy popular entre las señoritas. Varias personas de la aldea ya le habían dicho lo apuesto que era. Aunque el solo pensar que alguien más, que otra niña, se acercara a Yuno hacia el corazón de Shamyra estrujarse. Por eso disfrutaba de los momentos como ese, momentos en los que podía observar a Yuno sin que nadie más lo hiciera. Si, Yuno era su mejor amigo.
¡Por supuesto que Asta también lo era!
Pero no comprendía del todo bien porque le agradaba más el pelinegro, talvez Asta era su mejor amigo, pero Yuno era el mejor de sus mejores amigos.
— Se que ya lo he dicho varias veces, pero eres genial Yuno, sin duda posees un gran control de tu poder, diría que incluso es mejor que el de muchos nobles de nuestra edad que conozco — comentó al ver al peli-negro destruir una enorme roca con su viento — Eres igual de bueno que los miembros de la Realeza
— Si quiero llegar a ser Rey Mago debo ser el más fuerte, no me dejaré ganar por niños mimados
—...no todos los nobles somos niños mimados ¿sabes? — respondió indignada la albina, se cruzó de brazos y volteó la cabeza desviando la mirada del muchacho — Erika y yo somos diferentes
A pesar de que Shamyra intentó ocultarlo, su farsa no duró mucho. Su forma elegante de comportarse, su vestimenta cara y la forma de expresarse respecto a algunos temas delataron que no era plebeya, sino que pertenecía a una familia de la facción Noble del Reino. Aunque era algo obvio si lo pensabas bien.
— Erika se comporta como una a veces — comentó Yuno sentándose a su lado al mismo tiempo que ella le entregaba una botella de agua
— Desde pequeñas se nos inculcan un montón de modales y normas de etiqueta, ser noble tampoco es fácil, hay estándares con los que debemos cumplir — y ella aún más al ser la primogénita. Soltando un suspiró se dejó caer hacia atrás sobre el césped, si su maestra de etiqueta la viera soltaría un grito que llegaría a escucharse en los cuatro reinos.
— Debe ser agotador — dijo al recostarse al igual que ella
Pero mientras que Shamyra miraba a las nubes blancas y esponjosas cruzar el cielo, Yuno solo la miraba a ella. Shamyra era lo único que cruzaba por su mente en todo momento del día y la noche.
— ¡Claro que lo es! Agotador y aburrido, por eso me escapaba cada vez que podía de esas lecciones
El silencio se hizo presente, solo disfrutaban de la brisa de la tarde y la presencia del otro. Yuno no dejaba de observar a la chica, y al hacerlo, también observó su mano... era algo que llevaba tiempo deseando hacer, tomar su mano entre la suya.
Es verdad que ya se habían tomado de las manos. Pero cuando eran niños. Para cuando Yuno se dio cuenta que lo que quería con Shamyra era más que solo amistad, dejó de tomar sus manos por lo nervioso que se ponía, aunq era algo que no notaban a simple vista pues para todos, Yuno era alguien que no hablaba mucho y siempre mostraba una expresión seria.
— Yuno... ¿Qué harías si un día me fuera?
— ¿Qué? ¿De qué hablas?
Es pregunta lo saco de su burbuja y también lo tomó desprevenido, esa idea nunca pasó por su mente si quiera. ¿A qué venía ahora?
— Hay algo que debí decirte, no, algo que debí de haberte dicho desde hace tiempo
El corazón de Yuno latía aun más rápido que antes. Ya se imaginaba que era por aquella pregunta que lanzó hace unos segundos. Solo deseaba estar equivocado. Pero...
— ¡Perdón por tardar! — gritó un agitado Asta llegando al lugar e interrumpiendo a la albina
La muchacha, los había citado a los dos a la cima de esa colina, colina donde siempre disfrutaban ver como se perdía el sol, dando paso a la hermosa luna acompañado de las estrellas.
— Que bueno que llegaste Asta — dijo Shamyra mientras se levantaba. Dio unos pasos adelante, con dirección hacia el oeste, por donde se perdía el sol — Desde que os conocí se han convertido en mis mejores amigos junto a Erika, siempre les he contado todo y creo que debí haberles dicho esto desde hace tiempo, pero no hallaba el valor para hacerlo, es más, no quería que este día llegará
— ay, no le des tantas vueltas Shamy — dijo Asta despreocupado colocando sus manos por atrás de su cabeza — Sabes que puedes contarnos lo que sea, solo suéltalo
— Bueno, aquí voy — la albina respiró profundo y soltó el aire preparándose para decirlo — Estuve posponiendo este momento, pero ya no puedo hacerlo más...chicos, me iré del Reino del Trébol
Ambos se quedaron sin palabras, Asta dejo caer sus brazos a un costado mientras que Yuno se quedo inmóvil.
"Me iré del Reino del Trébol" esas palabras se repetían en la mente de Yuno como si fueran un eco.
— ¿Te vas? ¡¿Por qué?! — preguntó Asta — Se que a veces soy algo molestoso pero no es para que decidas irte
Las palabras de Asta le hicieron reír, tranquilizándole y haciendo desaparecer su nerviosismo — Solo es temporal, me iré por tres años a estudiar magia al Reino aliado del Corazón
— Solo iras a estudiar...— dijo Asta aliviado — Eso significa que volverás, me asustaste Shamy, pensé que te ibas para no volver
— ¿Cuándo te iras? — preguntó Yuno, quien hasta ahora se había mantenido callado, su rostro era cubierto por los mechones caídos de su negra cabellera
— El barco parte en unas cuatro horas, Erika también se irá conmigo, no pudo venir a despedirse, pero les envía esto — le entrego una carta a cada muchacho
— ¿Cuatro horas? ¡Es suficiente tiempo para hacer una despedida adecuada! ¡Yuno despidamos a Shamy como se debe, llama a Erika también tiene que venir sin importar que!
Y un alegre Asta bajó corriendo la colina con rumbo a la iglesia, Shamyra soltó una risilla por la actitud de su amigo, siempre estaba animado y lleno de energía.
— Vamos Yuno, no dejemos solo a Asta — la albina tomó la mano del chico, dio un paso pero este no se movía, confundida volvió a mirarlo — ¿Qué sucede? ¿Estas...enojado?
Shamyra consideraba a Yuno y a Asta como sus mejores amigos, sin embargo, con Yuno siempre hubo un acercamiento mayor, talvez porque lo conoció antes que a Asta u otro motivo, pero siempre fue así.
Y debido a eso los secretos no existían entre ellos, bueno, casi no existían, se contaban prácticamente todo. Yuno era un libro abierto para ella, la única persona que lo conocía perfectamente, talvez incluso más que Asta, y que Shamyra no le contará esto...si, le había dolido.
— ¿Por qué esperaste tanto para decirnos? Te iras en unas horas y apenas nos enteramos, pensé que no había secretos entre nosotros...— a pesar de que sus ojos eran cubiertos por su cabello se podía notar en su voz sus verdaderos sentimientos
Desde el día en ambos niños regresaron por la noche, Yuno cargando a un Asta herido, él dejó de llorar y con el pasar de los años su expresión fue volviéndose seria, o al menos así era como los demás lo miraban, pero no Shamyra, aunque intentará ocultarlo la princesa siempre lograba percibir sus emociones.
— Has crecido pero aun sigues siendo ese niño llorón algunas veces Yuno — Shamyra dejo libre la mano del pelinegro, y sujeto su rostro entre sus manos y siguió hablando — No es que no confié en ustedes Yuno, no dije nada porque soy una cobarde y egoísta, siempre estuvimos juntos así no quería que esos días llegaran a su fin, incluso pensé en negarme a ir todo para seguir a t- su lado, pero no puedo hacer eso, Erika me ayudo a entenderlo, estoy en una posición donde necesito mejorar, no por mi bien, sino por el bienestar del Reino y eso te incluye a ti, Yuno.
Yuno aun se mantenía en silencio, al no verlo reaccionar a la muchacha se le ocurrió una idea, era un poco loca y talvez recibiría un regaño luego por parte de su padre, pero lo haría por Yuno.
— Te lo prometí ¿Lo recuerdas Yuno? Yo nunca me olvidaré de ti, estaré a tu lado siempre y ahora agregaré una promesa más, volveré — volvió a tomar la mano del chico, quitando el anillo que tenía en el dedo, se lo colocó en el anular de él — Te prometo que volveré a tu lado, te dejaré esto como símbolo de mi promesa, me lo devolverlas dentro de tres años, cuando nos volvamos a ver. Volveré en marzo para ver como recibes tu grimorio, que estoy segura será increíble.
«Estas actuando como un niño terco, Yuno»
— Perdóname, estoy portándome como un niño pequeño — suspiró — tenía planeado decirte algo el día de tu cumpleaños — que sería dentro de una semana — pero ahora debo esperar dos años más para hacerlo
— ¿eh? ¿Qué era? no hay porqué esperar tanto, puedes decírmelo ahora — preguntó curiosa
— no, lo haré cuando regreses
— sabes que ahora no podré irme tranquila ¿verdad? — contestó haciendo puchero — la curiosidad me matará
— es una pena — contestó tranquilo y con cierto aire de burla — si mueres nunca sabrás lo que iba a decirte
— Sino tenías intención de decirlo ahora no debiste decir eso — se cruzo de brazos con las mejillas infladas — eres cruel
— Así tendrás un motivo más para regresar, vamos de una vez o el molesto de Asta vendrá por nosotros
El pelinegro empezó a caminar con rumbo a la iglesia, pero apenas dio dos pasos sintió como lo tomaban del cuello de la camiseta y era tirado hacia atrás, cerró los ojos como acto de reflejo y al volver a abrirlos estaba tumbado de espalda en el suelo con la albina sentada encima de él, eso solo lo hizo poner nervioso.
— no te dejaré ir hasta que me digas que es eso que me ibas a decir. Sabes que no lo haré
— ... debemos volver a la iglesia — dijo al voltear la cara a un lado para evitar que ella viera su rostro en ese momento — la hermana y los demás querrán despedirse de ti también
— aún tengo tiempo antes de que salga mi barco, dímelo Yuno — la albina giró el rostro del pelinegro obligándolo a mirarla de nuevo
— yo...
— ¡oigan par de tortolos, dejen de coquetear y vengan a la iglesia! ¡la hermana Lily y el padre prepararon un banquete para despedir a Shamy! — habló Asta
— ¡¿tortolos?! — Shamyra se había levantado al instante en el que escuchó la voz del peli-gris, sus mejillas estaban levemente rojas, pero no tanto como de las del ojos color ámbar
— ¡dense prisa, que se hará tarde para Shamy! — gritó mientras descendía la colina corriendo de nuevo
— ¡vamos detrás de ti Asta! — contestó la oji-violeta — vamos Yuno, no hagamos esperar a los demás
— voy en un momento, adelántate — respondió con su semblante habitual
— bueno, pero no tardes
Una vez la albina se fue, Yuno empezó a respirar, soltó todo el aire contenido de golpe, y cubrió su rostro con sus manos, si Asta hubiese tardado unos segundos más, era más que seguro que habría cedido ante esos ojos como la amatista que lo hacían suspirar desde hace un buen tiempo.
⟥── Continuará ──⟤
EXTRA
Asta había ido corriendo a la iglesia para avisar a los demás sobre la partida de la chica y para que, en el tiempo que les quedaba, pudieran preparar un almuerzo de despedida, pero se llevo una sorpresa al ver la mesa llena de diferentes platillos hechos a base de nomobatatas
— ¿eh? ¿Qué es todo esto? — preguntó confundido
— ¿no les dijo ya Shamyra? — dijo la hermana Lily llevando una bandeja de comida a la mesa — se irá por tres años fuera del Reino
— ¡¡¿ustedes ya lo sabían?!! nosotros recién nos enteramos hoy
— nos conto apenas ayer, no fue fácil para ella juntar el valor para decirles que se iría, ustedes le importan mucho — comentó la mayor
— Yuno también debe haberse sorprendido bastante con la noticia — dijo el padre
— es verdad, ¿Recuerda la promesa que Shamyra le hizo una vez, Padre? Esa promesa es muy importante para él
Ese hecho ocurrió un año después de conocerse, fue durante la primera nevada; Yuno, Asta, Shamyra y Erika se encontraban caminando por Hage devuelta a Iglesia, pero Yuno se quedó atrás, Shamyra lo noto y volvió por él, lo encontró frente de la ventana de una vivienda, observando la escena, su rostro se notaba triste y sus ojos reflejaban anhelo, la albina se acercó a él y descubrió lo que le sucedía, al otro lado de la ventana se hallaba una familia cenando, mamá, papá y el hijo, felices compartiendo un momento en familia.
— nunca conocí a mis padres porque me abandonaron cuando era un bebé — era la primera vez que Yuno se lo contaba a niña — ¿crees...que se hayan olvidado de mi? ¿No me querían y por eso me abandonaron?
La expresión de Yuno reflejaba tristeza, una gran tristeza; Shamyra era una niña, y no entendía el sentimiento de Yuno pues aunque no recordaba del todo bien a su madre, ella tenía a su papá a su lado y nunca se sintió sola. Hizo lo único que se le ocurrió en el momento, abrazarlo. Una vez estuvo entre sus brazos Yuno lo soltó, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas
— ¿tú...tú también me olvidaras? — preguntó con voz temblorosa
— ¡nunca! ¡yo nunca te olvidare Yuno! — ahora estaban viéndose directamente a los ojos pues antes de responderle Shamyra lo tomó de los hombros. La albina tomó la mano del pelinegro y la puso sobre su pecho, para ser exactos sobre el lugar donde se hallaba su corazón — Yuno siempre estará aquí, nadie nunca podrá sacarte de mi corazón
— ...
— te prometo que nunca te olvidare Yuno, siempre estaré a tu lado, siempre estaré contigo sin importar lo que nadie diga, por que Yuno es muy importante para mi, Yuno es...— a la mente de la alvina vino una frase que su padre le dijo alguna vez «Tu madre era muy especial para mi, ella era mi otra mitad» — mi otra mitad
Yuno paró de llorar, sus mejillas se hallaban fuertemente sonrojadas, tenía al Padre, a la Hermana y a los demás niños a su lado, los consideraba su familia, hermanos, pero el sentimiento por la oji-morado era diferente, muy diferente y eso le gustaba.
— aunque él no lo diga abiertamente se que esa promesa de niños significo mucho para él
— oiga Padre yo también quiero mucho a Shamy ¿sabe?
— ya no sigas perdiendo el tiempo en preguntar cosas que ya sabes y llama a Yuno y a Shamyra para que vengan a comer, que se enfriara — dijo el padre — Erika también debe estar por llegar
— ¡iré a llamarlos!
Tan rápido como llegó se fue, subió la colina y al llegar a la cima se quedo sin palabras, su amiga se encontraba acorralando al chico contra el césped, sus rostros estaban demasiado cerca, y el pelinegro estaba totalmente sonrojado, no podía escuchar lo que decían, pero Asta era consiente de los sentimientos de Yuno hacia Shamyra.
Nunca pensó que ambos, terminarían enamorados de la misma chica.
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EXTRA 2
Después del almuerzo en Hage, era hora de partir, el carruaje vino por ellas, con tristeza se despidieron de sus amigos y fueron al puerto donde las esperaban sus padres junto a unos cuantos nobles más que irían de intercambio también
— ¿llevas todo? — preguntó él padre de Shamyra
— si, preparé las maletas hace dos días, Eleana se encargó de revisar que estuviera todo, dos veces
— te voy a extrañar hija mía — el mayor tomó la mano de la albina entre las suyas, al hacerlo se dio cuenta que algo faltaba — ¿y tu anillo? ¡¿acaso lo perdiste?! — no estaba enojado, pero ese pequeño anillo era muy valioso y no solo económicamente — sabes que es una joya muy valiosa que lleva años en la familia, es lo que te identifica como nuestra heredera ¿Dónde esta?
El anillo de Diamante Rojo, una joya invaluable en el Reino, solo se encontró una pequeña cantidad de ellas que fueron utilizadas para fabricar las joyas de la Corona y el anillo que debe poseer el heredero al trono del Reino, ella al ser la princesa heredera era un anillo que le correspondía.
— No lo perdí, no soy tan descuidada, padre. Esta en un lugar seguro
— ¿lo dejaste en el palacio? ¿En tu joyero? dime dónde para guardarlo en la bóveda, aunque se supone que no deberías quitártelo, y lo sabes
— no te preocupes por el anillo, se encuentra en un lugar aún más seguro que el palacio, confía en mi padre
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