Jimin miro como un grupo de personas venían donde él, se alejó de los caballos para dirigirse donde el grupo y los observó sin decir nada.

—¿Aquí vive Park Seungmin? —preguntó un hombre.

—Sí. —contestó. —es mi tío.

—Venimos para rezar por su hijo. —lo vio.

Él asintió y los llevó a la casa donde fueron recibidos por los tíos de él, bajaron a su primo y comenzaron con los rezos. Jimin hizo una mueca y fuerte dolor de cabeza lo invadió, sin ser visto salió de la casa para dirigirse al establo y acariciar los caballos. El dolor aún era leve, pero no tanto cuando estaba con las personas rezando, él miró al caballo blanco y sonrió mientras le peinaba el cabello.

—Sabes en las noches sueño con un hombre. —le dijo. —sé que por religión está mal tener esos tipos de sueños, pero me siento más vivo cuando lo veo.

—Sueñas con un súcubo aunque por lo que dices es un íncubo. —escucho decir.

Él se giró y vio a un hombre, ese hombre que miraba por las noches y se dejaba tocar. Se acercó a paso lento hasta verlo, con nerviosismo y timidez llevó su mano a la mejilla del atractivo hombre.

—¿Qué es eso? —le pregunto.

—Son demonios sexuales. —se alejó y caminó hacia el caballo. —a los súcubos les gusta tomar el semen de sus víctimas hombres para tener así a sus hijos. —acarició el caballo. —y a los íncubos les gusta embarazar a las chicas dejándoles hijos deformes en sus vientres.

—Sabes mucho sobre ellos. —se acercó y sonrió. —¿Vienes del pueblo?

—Sé mucho más. —lo vio a los ojos. —yo solo soy un caminante.

—Ya veo. —mordió su labio nervioso. —¿Le cuento algo gracioso? —le pregunto.

—Claro. —le tomo la mano y le dio un beso. —dime dulzura.

—Es gracioso, ya que nunca nos hemos visto y yo sueño con usted por las noches. —hablo hipnotizado por la mirada del hombre. —soñé que teníamos sexo y me quitaba la virginidad.

El pálido sonrió mientras le besaba el cuello, Jimin soltó un gemido al sentir la lengua del hombre y luego todo se volvió oscuro para él. Al despertar se dio cuenta de que estaba en su cama y era de noche, tocó su frente tratando de recordar qué había pasado, pero todo estaba en blanco solo recordaba que salió de la casa cuando las personas habían empezado a rezar porque su cabeza le dolía mucho.

—¿Por qué no recuerdo nada? —se preguntó.