Parte 9
Pareciera como si mi madre hubiese dicho algo indebido. ¿Lo fue? Taehyung parecía un poco alarmado. Me tenía en la mira y yo trataba de ignorarlo. Estaba más atenta en mi madre, por supuesto.
-¿Te habló de eso?-
-¿Cómo no hablarlo? Si es un tema algo serio. Bueno, para ella porque su padre no lo ve tan así. Discuten mucho por eso.-
Sentí que Taehyung posó su mano en mi antebrazo.
-¿Y qué dicen?-
-No mucho. Todo empezó cuando era niño.-
Cielos, sentí como si al fin fuese a descubrir el gran misterio del universo. Oh, rayos, y Taehyung comenzó a picar mi hombro.
-¿Qué?-
El chico señaló por su ventana. No supe qué señalaba realmente. ¿Era una distracción?
-Oh, bueno, llegamos.- mi madre detuvo el auto en el gran estacionamiento cuando menos me di cuenta.
Taehyung fue el primero en bajar.
-Oye...- salí del auto también seguido de mi madre. -¡Mamá!- seguí a la mujer y caminé a su lado. Taehyung se adelantó, trotaba y volteaba hacia nosotras de vez en cuando. ¿Estaba emocionado o realmente sí trataba de distraernos? –Cuéntame de eso. ¿Tiene una cicatriz o algo así? ¿Un enorme lunar? ¿Le faltan dientes o...?-
La vi reír. –No es nada de eso, Jae Bi.-
-¿Entonces?-
-¿Por qué tan curiosa, cariño?-
-¿Todavía preguntas? ¡Míralo!- señalé con ironía al chico que yacía brincando en la entrada del gran centro comercial. Desesperado porque llegáramos. –Quiero saber qué tiene en la cabeza, no solo debajo de esa cosa.-
-¿No crees que es lindo?-
Puse los ojos en blanco y suspiré. Mi madre era más difícil que Taehyung en sí.
Entramos al gran lugar y lo primero que dijo mi madre fue que haría algunos pagos, que no me separara del chico curioso y me dio unos cuantos billetes para matar el rato. No me quejé de eso último.
Cuando ella se fue, Taehyung comenzó a jalar de mi blusa.
-¿Qué, qué quieres?- comenzó a señalar un lugar. -¿La tienda de mascotas?- asintió. –Espera, no corras.-
¡Era un niño pequeño!
Lo seguí a la tienda de mascotas. Él empezó a husmear dónde los hámsteres y yo lo acompañaba. Traté de estudiarlo. Su comportamiento y misteriosa imagen era lo que quería entender, pero veía que mi madre no lo soltaría tan fácilmente y él mucho menos. Mierda.
Desperté de mis pensamientos cuando Taehyung me miró y señaló la jaula de los pequeños animalitos.
-Son lindos.- lo dije solo por decir. No me gustan los roedores pero veía que a él le encantaban. -¿Te gustan mucho, verdad?- asintió muchas veces. -¿Tienes mascotas?- volvió a asentir y me señaló la jaula otra vez. –Ah, tienes un hámster.-
Los miraba con tanto encanto.
Salí primero y lo esperé por unos minutos. Cuando salió comenzamos a recorrer el lugar. Subimos por las escaleras eléctricas.
-Te ves tan misterioso usando todo de negro.- comenté mientras desacomodé su gorra un poco. Por sus ojos vi que me sonrió. –Como una celebridad que trata de pasar desapercibido.- sonreí también.
De pronto me quedé pensando esto último. Oh, vamos, ¿tratará de ocultarse de algo? Era una idea divertida.
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Traté de invitar a Taehyung un helado pero se negaba rotundamente por obvias razones. No compré nada pero él salió con un cubre bocas nuevo. De osito, por Dios. Bueno, no dije nada más. Esperamos a mi madre en el gran comedor sin comer nada.
Después fuimos al súper, hora de llenar la despensa.
Mamá seguía su lista de compras mientras yo empujaba el carrito tras de ella y Taehyung me acompañaba a mi lado.
En cuanto entramos, se aferró a una caja de galletas. Le dije que la dejara en el carrito y se negó, las abrazaba como su tesoro.
Era tan infantil y adorable.
"Todo empezó cuando era niño". Las palabras de mi madre vinieron de pronto a mi cabeza.
Sí, normalmente era como un niño.
...
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