Parte 73 - Último
Bien, el invierno pasó rápido. Sin alteraciones, sin problemas, más bien, nada que tuviese que ver con Taehyung. El último día de Febrero fue el día en que tomó su última pastilla. Su felicidad fue muy notable, la mía también. Eso era lo que esperaba, que las pastillas ya no estuviesen más. Lo que me preocupaba era que después de eso algo ocurriera, no lo sé, en una semana completa no noté nada fuera de lo normal, pero después de esta Taehyung comenzaba a susurrar en sus sueños, a moverse con esos tics. Él decía que no eran pesadillas sino sueños. Él como su doctor nos confirmó que no había por qué preocuparse, bueno, entonces no me preocupé.
Taehyung estaba bien día a día. Él practicaba con su saxofón todos los días ya que Kihyun lo invitó a tocar en aquel club que mencionó antes. Mi hombre estaba tan emocionado por eso así que comenzaba a prepararse.
Yo dejé de trabajar en esa tienda departamental y conseguí un puesto de recepcionista en un hotel de lujo, algo con clase, quién lo diría. Otro lugar donde tengo que ser amable, maldita sea.
-Jimin, todos son iguales.-
En aquel viernes primero de Marzo había terminado mi turno y estaba en mi camino cuando recibí una llamada de Jimin, con una de las tantas tonterías de siempre.
-Solo toma uno.- al fin llegué a mi auto. –No sé si tienen rabia, son roedores.- y seguía y seguía. –Entonces díselo al dueño, tengo que conducir. No, no quiero un conejo.- ¿cómo fue que lo proclamé mi mejor amigo? –Escucha, si llego a casa y no está esa maldita rata en su nueva jaula juro que te voy a cortar el... ¿Jimin? Sí, claro, muerden. Sí, ya sé que duele. ¡Cómpralo!- fin de la llamada.
Ah, tonterías.
Tenía que darme prisa para encontrarme con mamá en el centro. Se supone que almorzaríamos juntas.
Al cabo de unos minutos dejé mi auto cerca de la plaza principal y crucé a pie a dónde se supone mi madre me dio la indicación. Muchas personas a mi alrededor, las calles se transitaban con normalidad. Todo era normalidad en esos días, y no sé, creo que eso me gustaba.
Cada quien en sus asuntos, sin nadie metiéndose con otros. Hongdae era genial para mí.
Y bueno, eso era lo que pensaba en ese momento...
Me uní a un grupo grande de personas en la espera de la señal de tránsito para poder cruzar la calle. Al otro lado había otra manada. Genial.
No fueron ni diez segundos, la señal cambió a verde y la escena de guerra entre dos bandos comenzaba a fusionarse en medio del camino. Tenías que ser experto para cruzar sin chocar hombros con cualquier persona, en serio, pero... creo que... ese no fue mi punto importante de ese día.
Sentí que alguien golpeó su hombro con el mío, pero como era de lo más normal en ese tipo de situación no le tomé importancia... hasta que me pareció algo extraño lo que creí ver.
Me creí loca por lo que pensé, pero no creía el haberme equivocado, porque también escuché una risa. Esa risilla malvada y burlona que escuché por años.
Cuando llegué al final del cruce de peatones giré y busqué con la mirada en aquel grupo de personas que se dispersaban del otro lado.
-Genial.- y no me equivoqué.
Yoongi y Hoseok en Hongdae. Lo que nunca me imaginé.
Era obvio que ellos se habían dado cuenta de mí. Los vi parados uno al lado del otro, mirándome, con esas sonrisas perversas en sus labios. Me quedé quieta, ni idea por qué. La señal estaba en rojo, no podrían cruzar. Punto a favor.
Tanto tiempo sin verlos, vaya. No se me ocurrió nada que hacer más que alzarles el dedo medio, cosa que Yoongi respondió igual y Hoseok solamente rio. Idiotas.
Les hice otra seña obscena y me largué de ahí. Me aseguré un par de veces de que no me siguieran o algo así, creo que solo estuvieron de paso o eso me imaginé. En fin, fue un encuentro algo inusual. Admito que me asusté un poco pero... sería otra cosa a la cual no tomarle importancia, ¿cierto? No creo que ellos quieran volverse a meter conmigo y mi hombre, ¿verdad?
-¿Uhm, Jae Bi?-
Oh, mi madre me sorprendió.
-¿Qué?-
-Parece que viste un fantasma.- dijo ella con gracia.
Bueno, algo cercano a ello. –A dos para ser exacto.-
-¿Pero todo está bien?-
-Ah, sí... supongo.-
Sí, no había nada de qué preocuparse.
-¿Y bien? ¿A dónde quieres ir?-
Nada nuevo con mamá y papá, todo igual con ellos dos. Mi madre optó por interrogarme como de costumbre sobre mi vida con Tae y lo demás en mi trabajo. Lo habitual.
Las cosas importantes en mis días pasaban cuando era mi hora de ir a casa. Siempre lo mejor.
Más tarde llegué a mi edificio y cuando entré al departamento, lo primero que vi fue a Jimin sorprenderme en la entrada.
-Al fin llegas.- parecía muy feliz el imbécil.
-¿Qué ocurre?-
-Bueno, a Taehyung le gustó. Ven a verlo.-
-Más vale que hables del roedor, Jimin.-
Me jaló del brazo hasta la estancia donde encontré a mi pequeño hombre curioseando en la jaula del nuevo roedor que se encontraba en la mesa de centro. Cuando se dio cuenta de mí rápidamente se puso de pie y vino a abrazarme y besarme para saludar.
-Jae Bi, ¿lo viste?-
-Sí, lo veo, cariño.- se veía tan feliz.
-Jimin me lo obsequió.-
-Claro, con mi dinero.- le lancé una mirada al susodicho y este me sonrió. -¿Y ya pensaste un nombre?-
-No, ya se me ocurrirá algo.-
Reí ante eso y besé su mejilla antes de dirigirme a la cocina. Noté que Jimin me siguió.
-Le gustó, Jae Bi.- comentó al tiempo de sentarse en la barra de desayuno y robar una manzana del frutero.
-Claro que le gustó, llevaba semanas queriendo uno.- yo tomé un plátano, gran error teniendo a Jimin frente a mí.
-Lo haces a propósito, ¿no?-
Rodé los ojos. –Muérete.- reímos los dos.
-De algo hay que burlarse, de algo como eso, no sé.-
-¿De qué, perdón? ¿De que Taehyung esté más dotado que tú, perdón?.- justo en la hombría.
-Sí, claro. Si esto tiene que ver con mis manos eres una...-
Me encogí de hombros y comí el último pedazo del plátano. –Manos grandes, Park.-
-Jae Bi...- oh, Taehyung entró en el momento justo. -¿Planes para cenar?-
-Claro, cariño.-
-¿No irás a ese club o sí?- Jimin preguntó.
-Claro, hemos ido antes por cortesía de Kihyun.-
-¿En serio? ¿Y qué tal?-
-La comida es buena.- respondió Tae y sonreí.
-¿Y yo estoy invitado o qué?-
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El club de Jazz se convirtió en el lugar favorito de Tae por mucho. Más por la comida que por la música podría decir, y además debo mencionar que se hizo muy buen amigo de Kihyun también. Se llevaban muy bien y Tae decía que le agradaba mucho. Entonces... todo estaba bien.
Mientras Tae conversaba cerca el escenario con Kihyun yo aproveché el momento para contarle a Jimin sobre el pequeño encuentro que tuve con los patanes esa tarde.
-¿Yoongi? ¿En serio?- por lo que noté no se lo creía. –No hablaste con él.-
-Por supuesto que no, ¿qué mierda voy a hacer hablando con él?-
-Ya, Bi, no te preocupes. A Yoongi ni a Hoseok les interesa saber más de ti o de lo que haces ahora.-
-¿Me lo juras?-
-Bueno, a veces Hoseok me pregunta si tus pechos est...-
-Bien, ya, entiendo, cierra la boca.-
Le vi reír antes de tomar de su bebida. –Lo siento. Pero en serio, todo está bien, ¿sí? Esta es la vida que quisiste y esta es la vida que le gusta a Taehyung. Mira lo feliz que está. No te preocupes por minorías, Jae Bi.-
Asentí evitando mirarlo. –Sí.-
-Eso es.- golpeó mi hombro. –Y con cabeza en alto, ¿eh?-
Sonreí. –Lo que digas.-
-¿Quieres hacer un brindis?-
-¿Con jugo de naranja?-
-Yo tengo Coca, la diversidad es buena.-
-Imbécil.- reí y choqué mi vaso con el de él.
Luego vi a Taehyung volver con nosotros acompañado de Kihyun.
Tomó su asiento a mi lado y se acercó a alcanzar un beso mío en los labios.
-Jae Bi.- dijo mi nombre.
-Taehyung.- imité su tono de voz haciéndole reír, haciéndole mostrarme su bella sonrisa cuadrada.
-Lee Jae Bi.-
-Kim Tae Hyung.-
-Yo Park Jimin, consiganse una habitación, ¿quieren?-
Vi a Kihyun soltar una risilla.
-Me alegra verlos, Jae Bi- dijo el chico y lo saludé agitando la mano. –¿Todo está en orden?-
-No lo sé, de pronto a mi hombre se le acabó su malteada.- dije. –Traer otra no me molestaría.-
-Claro.- se fue sonriendo el chico, lo que quise que hiciera.
-¿Todavía no le has perdonado, Bi?- Jimin me atacó de pronto y volví a reír.
-Sí pero es divertido joder un rato.-
-Jae Bi es mala.- Taehyung adorable al ataque.
-Jae Bi te ama, fin de la cita.-
-También amo a Jae Bi.-
-También Jimin quiere vomitar, gracias.- alzó su vaso al aire e hicimos otro brindis.
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