Parte 56
No podía ser posible. Sentí ese dolor en mi pecho otra vez, la falta de respiración, esa sensación de desmoronarme otra vez.
-¿Qué?-
-Están buscándolo, no... no hay señales de él.-
No podía... ser verdad.
El teléfono de mi madre sonó en ese momento y tuvo que salir a atender el llamado, no sin antes indicarme que no me moviera de ahí. Ella sabía que lo haría. Traté de sentarme primero, mi espalda estaba matándome.
Traté de resguardar ese llanto mientras en mi cabeza solo podía repetir su nombre. "Kim Taehyung", solo eso.
Estaba a punto de quitarme las sábanas cuando sentí que alguien me miraba. Odio ese sentido pero existe como tal, mierda, alguien estaba mirándome.
Al otro lado de la habitación había otra camilla, y en ella Kihyun con un brazo roto y heridas en el rostro.
Nos mantuvimos quietos por un largo tiempo hasta que decidí romperlo primero.
-Te odio.- susurré, al borde de las lágrimas.
Pero sus ojos estaban brillantes también. -Tu novio se volvió loco.- dijo. Creí por un momento que él también lloraría, y no me equivoqué.
-¿Qué...?-
-Jooheon está en emergencias y es posible que no sobreviva.- me congelé en el acto. -Shownu y Hyungwon aún no despiertan... y Minhyuk...-
Tuvo que parar porque su voz se había quebrado.
-Tú... ¿qué...? ¿Qué sucedió?-
-Sed... de sangre. Es una bestia.-
Tenía la ligera necesidad de gritarle que ciertamente se lo habían buscado, pero debido al nivel del daño, me costaba creer que hablara de Taehyung así.
-¿Dónde está él?- pregunté en voz baja, lentamente moviéndome a la orilla de la cama y sin apartar mis ojos de él.
Tardó en responderme. Tardó demasiado.
-No lo sé.-
-¡¿Qué hicieron con él?!-
Pude haberme lanzado sobre él si mi madre no hubiese entrado.
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Esa tarde, cuando pude levantarme sin problemas y las medicinas habían pasado efecto, volvimos al lago.
Había un número pequeño de policías y sus perros tratando de encontrar a Tae.
No podía dejar de llorar en silencio, mamá me abrazaba mientras mirábamos todo este loco movimiento.
Los policías me habían interrogado en el hospital, les dije todo tal cual.
Supe que habían localizado a sus padres y que estaban en camino. También vi que hablaban con el dueño, todo, e incluso interrogaron a Kihyun.
Kihyun habló sobre el campamento al otro lado del lago dónde se supone que irían a encerrar a Tae, luego dijo que ahí se había desatado todo. Que Taehyung logró romper una botella y apuñalarlos a cada uno de ellos.
Los policías decían que debido a la salud mental de Tae, y que su acto de violencia fue en defensa propia, pues... no aseguraban qué podría ser de él si lo encuentran, qué clase de cargo se iría contra él.
Estuvieron buscando hasta el anochecer: sin rastro alguno.
Fui con ellos a la escena donde había sucedido el acto y sí pude ver los rastros de sangre. Solo podía pensar en cuan asustado Tae estaba para actuar así. Tan asustado y muerto por el pánico. Yo no lo culpo.
Una huella de sangre en la pared de una de las cabañas llamó ligeramente mi atención. Podría jurar que era de él.
-Cariño, tenemos que irnos.-
-¿Irnos?-
-A casa.-
-Pero... no.-
No, yo quería quedarme, buscarlo sin importar cuanto tiempo me tome.
-Ellos se encargarán, Jae Bi, y tú necesitas descansar.-
Sin querer toqué la huella. -No, tengo que encontrarlo.-
-Jae Bi... él está bien en algún lugar.-
Sé que no lo decía solo por decir, ella estaba segura de eso.
-Pero...-
-Hay que irnos, vamos.-
...
Dos noches, tres noches, cuatro noches, cinco noches... una semana.
Lloraba cada noche. Yo enviaba mensajes cada noche a Taehyung, implorándole que volviera a pesar de que sabía perfectamente que no había llevado su teléfono a ese viaje. Pero yo quería un mensaje de él. Lo necesitaba. Yo... no quería perder la esperanza, pero conforme pasaba el tiempo... yo me deterioraba con ella.
Cada mañana veía por mi ventana, los autos de sus padres siempre estaban ahí. Escuché de mamá que la señora Kim lloraba todas las noches al igual que yo y que el señor Kim no paraba de hacer llamadas para estar al tanto.
No estaba segura si debía llamar a Jungkook, pensé en ello pero lo veía necesario y a la vez no. ¿Qué podría hacer él? Solo lo preocuparía.
-Jae Bi, tienes qué comer.- la suave voz de mi madre me despertó de mi raro trance y giré con ella.
-¿Nada aún?-
-Dame la mano, cariño.- obedecí y comenzó a encaminarme hacia las escaleras. Yo no tenía nada de fuerza, esa era la razón. -Sé que esto es difícil, pero matarte de hambre y falta de sol no es la solución.-
Lo sé, supongo. -¿Llamaste a papá?-
-Regresará a casa pronto, quiere verte sana cuando vuelva así que trabajaremos en eso.-
Me senté en la mesa, seguidamente puso un plato frente a mí con... solo sé que era carne, no sé qué otro experimento era, pero no quise ni tocarlo.
-Jung Bi...- apenas mi voz pudo salir audible. -¿Él tendrá hambre?- y aquí las lágrimas de nuevo.
-Oh, cariño, no sé qué decirte en verdad.- tomó mi mano sobre la mesa.
Tampoco sé qué quiero escuchar. Solo quiero verlo sano, pero en una semana... no sé qué tanto pudo haber pasado.
-Bueno... no tengo hambre.- despacio me levanté de la mesa y me retiré, ella no me detuvo.
Cuando crucé hacia la estancia y vi de reojo la ventana, noté un enorme camión en la casa de enfrente.
-¿Mudanza?-
Escuché el teléfono de la casa y a mi madre respondiéndolo enseguida.
Subí a mi habitación para mirar por la ventana de nuevo. Vi a la señora Kim cargando unas cajas hacia su auto.
No podía creerlo, ¿se van? ¿Cuándo fue que decidieron esto? ¿A dónde rayos se están...? Oh, la jaula de Taetae.
Vi a mamá cruzar la calle dirigiéndose con la señora Kim, ellas se abrazaron y tomando sus manos la señora Kim le dijo algo, entonces mamá giró de inmediato hacia mi ventana. Vi que hablaron otra vez, se abrazaron de nuevo y cuando se separaron mi madre volvió corriendo hacia la casa.
Algo presentía, hablo de noticias, no sabía si buenas o malas, mierda, sabía que se trataba de Taehyung, entonces corrí escalera abajo encontrándome con mi madre a mitad de ellas.
-Lo encontraron, cariño.- dijo tan alarmada.
Ese fue un golpe directo a todo mi ser. Tapé mi boca de la sorpresa y caí sentada en el escalón sin pensarlo, el golpe de la noticia. Lloré a mares otra vez.
Salí corriendo de la casa pero mamá me detuvo alcanzando a tomar mis brazos, no habíamos pasado del jardín.
-¡Jae Bi! Cariño.-
-Lo encontraron.- dije.
-Jae Bi, sí así es pero...- secó las lágrimas que caían en mis mejillas. -Escúchame...-
-¿Dónde está? ¿A dónde van ellos? ¿Dónde está él?-
-Jae Bi, no lo encontraron en buen estado, ¿entiendes? Tienes que esperar hasta que esté en sus sentidos y...-
-¿En sus sentidos?-
-Entiende que pasó por una situación... me refiero... el ataque...-
-¿Dónde está él?- me estaba volviendo loca. -Él querrá verme.-
-Claro que sí, Jae Bi, pero...-
-Pero.-
Tomó su tiempo para soltar un suspiro y hablar. -Después de recuperar sus heridas en el hospital...- ¿heridas? -Será tratado en un hospital psiquiátrico, tú entiendes.- no... -Se mudarán para estar cerca de él, ¿de acuerdo? En Hongdae, a una hora de aquí en autobús, ¿sí? Irás a visitarlo cuando quieras pero... no hoy, ¿sí?- me pidió con la mirada aquello último.
Cerré los ojos y respiré profundamente. -Pero él está bien.-
-Lo está, Jae Bi.- ella sonrió y eso me ayudó totalmente, ver la sonrisa confortante de mamá.
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