Me levanté de golpe del sofá sin poder creerlo. ¡Por supuesto tenía que ser ese chico! ¿Pero por qué a media noche?
Estaba mirando una película con mi madre en la sala y ella acababa de caer rendida.

Olvídalo, ¡el mensaje!
Corrí con pies ligeros hacia mi habitación y me acerqué a mi ventana, con la idea de mirar la oscuridad de afuera, pero lo más importante, la casa de enfrente. Recordé que la habitación de Taehyung es la misma donde está la mía, como espejo.
Las luces de su habitación estaban encendidas pero las cortinas cerradas. Entonces pienso que de verdad él envió el mensaje. Tendría qué averiguarlo.

"¿Taehyung?"

Esperé por un largo tiempo hasta que por fin recibí algo de vuelta.

"Kim Taehyung" escribió y rodé los ojos. Sí, Kim Taehyung.

"Estas hablando conmigo..."

"Mensaje"

Se tardaba siglos en responder.

Sé que no es lo mismo leer un mensaje de su parte que el escuchar su voz, pero eso había sido un gran avance y eso que lo conocía tan poco. Era un jodido logro, aunque lo que enviaba no eran completamente... oraciones, oh, vamos, solo una palabra. Máximo dos hace un momento.

Volví a mirar por la ventana. La única luz encendida en el piso de arriba.

"¿Vendrás mañana?"

"Mañana"

Creo que eso era un sí.

"Me alegra que hayas hecho esto, Taehyung"

"Mensaje"

Me desconcierta leerlo. Era tan raro.

"Buenas noches, Taehyung."

"Bi"

Muy raro.

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Fue difícil dormir. Me pasé más de una hora leyendo y releyendo los mensajes. Taehyung no habla claro. Pienso que lo hace a propósito o... bueno, solo quería pensar eso.

Sabe escribir, escucha atentamente y entiende todo, ¿entonces qué rayos le pasa? Difícil deducirlo.

-¡Jae Bi!-

El grito de mi madre me ha obligado a salir. Acababa de ducharme y me puse ropa como si me fuese ir a la cama otra vez.
Me había llamado desde su habitación. Ella estaba frente a su tocador poniéndose sus pendientes. "Va a salir y ya sé lo que viene" resoplé en mi cabeza.

-¿Podrías ayudarme con unas tareas?-

-No trabajo gratis.- le sonreí, cruzando los brazos y recargándome en el marco de la puerta.

Ella también sonrió. –Lo sé, lo sé, niña malcriada.-

-Tú me criaste. ¿Qué necesitas? ¿Y a dónde vas tan apurada?-

Bien, ese fue mi inicio del día. Papá perdió unos papeles y mamá debía encargarse de hacerle llegar otros. Tarea no fácil para ella. La cosa mía era que yo debía hacer las cosas que mamá iba a hacer en la casa.

Invitó a los padres de Taehyung a cenar. Eso era en un millón de horas, ¿no? Pero mi madre es precipitada cuando es la anfitriona de algo. Aunque sea algo tan insignificante como una simple cena de amigos pero así es ella. Le gustan las cosas perfectas. Allí es donde fallo yo.

...

2:00PM, ella salió de la casa y me he quedado sola. Nada mal.
Volví a mi habitación en busca de mi teléfono viendo si había algún otro mensaje de quien sea. Y nada, no existía para mis amigos.

Ok, una de las tareas era buscar el "mantel-importante-para-cenas-importantes", el mantel dorado y blanco que usamos en las cenas "importantes". Y ni una mínima idea de donde esté, mamá no me dio siquiera una pista.

Comencé con el armario que se encontraba debajo de las escaleras. Esa puerta donde me gustaba encerrarme y llorar cuando era niña. Con el tiempo se llenó de cosas y decoraciones que usamos según la festividad del año. Cajas, ni siquiera podía entrar más ahí.

-A ver, a ver, a ver...- si movía hasta la más pequeña de las pelusas todo caería sobre mí.

Y de pronto: el llamado a la puerta. Taehyung en el mejor momento.

-Entra.- le dije sin saludar siquiera. –Lindo overol.-

Lucía tan lindo con ese overol, la playera de rayas naranjas y blancas y luego sus peculiares sandalias. Y claro, su detalle color negro en su cara.
No mencioné nada sobre los mensajes de anoche.

-¿Vas a ayudarme, verdad?- asintió sin siquiera saber en qué y yo sonreí. –Perfecto.-

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