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Capitulo 7

Ya a unas calles, divisan el edificio central de la universidad a lo lejos, por lo que Ansel pisa el acelerador hasta llegar a campo abierto, donde se muestra imponente la universidad.

Después de un campo raramente verde en tiempos de invierno, se encuentra el edificio principal de la universidad. La entrada se ve rodeada por varias columnas de marmol y sobre el edificio se puede ver un campanario. Las ventanas que recubren la estructura se ven a lo lejos algunas rotas, y de algún lugar, en el cielo, se ve un muy leve humo de color gris.

No entran al ver a algunos mordedores caminar por el patio delantero, por lo que estacionan fuera de las rejas limitantes.

—Esperemos aquí a los demás—Dice Ansel apagando el auto, girándose para ver a Benjamin, quien asiente, y se acuesta a lo largo de los asientos con la mirada perdida en el techo del auto. Ansel pone sus manos sobre la cabeza, esperando rápidamente ver llegar el auto de Michelle.

Pasado un largo rato lleno de preocupaciones y preguntas, escuchan un carro a lo lejos. Ambos se activan y abren muy bien los ojos mirando hacia atrás de ellos, pero cuando no ven nada, voltean al frente y es ahí donde ven el carro acercándose.

Ansel se baja del auto en silencio, y empieza a hacerle señas al auto vino tinto que se acerca, indicándoles que se detengan.

Michelle y compañía fruncen el ceño, aparcando para estacionar.

Ansel empieza a acercarse al auto, entrando en el copiloto. Benjamin se levanta a duras penas, vigilando los alrededores antes de salir.

—Hay mordedores en el patio—Dice señalando hacia el patio que tienen a la izquierda—es mejor estacionar aquí para estar seguros.

Benjamin empieza a bajar del auto de su papa, y camina hacia al auto para estar con todos los demás, tratando de no arrastrar sus pies para no hacer ruido, lidiando con el peso en los hombros que siente por la tristeza.

Michelle le nota los ojos rojos a lo lejos, y ve a Ansel, quien ya la estaba viendo. Su mirada le responde esa pregunta que tiene en la punta de la lengua, haciéndole fruncir los labios.

— ¿Dónde está el señor Becker?—Pregunta Maya, entrecerrando los ojos para ver si ve algo en el otro auto. Esteban se pregunta lo mismo, pero cuando ve a su amigo ya cerca del auto, nota la expresión lúgubre en su cara y lo sabe.

—Ya no está—Es lo que le responde a Maya, antes de que su amigo empiece a abrir una de las puerta del auto, sentándose al lado de Esteban con la cabeza gacha. Todos lo miran tristes, hasta que él se da cuenta al levantar la cabeza. Esteban lo abraza y empieza a sollozar de nuevo. Maya toma sus manos, y las aprieta, acariciándolas suavemente.

Nadie menciona nada, ni pregunta cómo sucedió, solo se dedican a dar unos minutos de silencio para que benjamín pueda desahogarse.

Al cabo de un rato, Michelle y Ansel saben que no pueden dejar que la noche les caiga, por lo que deciden irrumpir el silencio.

—Chicos, creo que es momento de entrar—Dice Michelle—No podemos esperar la noche.

—Pienso que debería ir solo—Comenta Ansel, ganándose una mirada asesina de su novia—La universidad podría estar llena de mordedores. Maya está lastimada, y preferiría que Benjamin descansara.

—Pues iremos Michelle y yo contigo—Dice Esteban, cruzándose de brazos. por mas que le cayera mal, no soportaba la idea de ponerlo en peligro. Al menos yendo juntos, estarían mas seguro.

—También quiero ir, puedo ayudar—Maya levanta la pierna en su asiento, y rodea con las manos el tobillo lastimado—Ya ha bajado la inflamación, solo me queda un poco la molestia de dolor.

Ansel la ve, dispuesto a decirle que no. Ve a Michelle, quien también piensa lo mismo.

—Puede apoyarse en mí si empieza a dolerle mucho—Carraspea Benjamin, casi inaudible.

Ansel suspira y asiente resignado, abriendo la puerta del auto.

—No hay que perder tiempo—Dice, yendose a la cajuela, Michelle la abre desde El tablero, y de ella saca la vara de metal de Maya, y los otros dos palos, recordando que el otro lo ha dejado en la casa de los Becker.

Ya todos afuera, Maya empieza a probar caminar, lo cual puede hacer si no afinca tanto el pie, y aun asi, pone algunas muecas de dolor, pero afirma que no duele tanto como para hacerlo. Ansel le da uno de los bastones a esteban, y otro a michelle, pero cuando detalla por fin su ropa, la ve toda salpicada de un liquido oscuro.

—Estoy bien, solo fue un pequeño inconveniente con la vecina—Toma su mano entre las suyas y le sonrie con la boca cerrada.

— ¿Es sangre? te dje que tuvieras cuidado—La regaña el, aun con el baston en la mano, pero michelle se lo arranca sin borrar su sonrisa.

—Lo tuve, no pudo mas que yo—Responde ella, calmando a su novio con un corto beso en los labios.

— ¡Eh!—Exclama esteban, llegando para separarlos con la escopeta y el baston en brazos. Maya le sisea para que se calle.

—Perdona, cuñado—Ansel se aleja con las manos en alto y una media sonrisa, mientras que esteban se queja del pellizco que le da su hermana en el brazo, mirándola de reojo con el ceño fruncido mientras se soba, obteniendo como respuesta que su hermana le voltee los ojos.

—Toma—Esteban le entrega la escopeta a ansel—y no vuelvas a decirme cuñado.

Ansel suelta una risita, y se acerca a Benjamin quien se encuentra recostado del auto, con la mirada perdida en el asfalto. Le extiende el arma, lo que hace que empiece a parpadear varias veces volviendo a la realidad, frunciendo el ceño mientras agarra la escopeta.

— ¿Sabes usarla no?—Le pregunta ansel, y este asiente, recordando la conversacion que tuvo su papa con el en la cocina.

— ¿Que tan grande es Esta universidad?—pregunta Esteban, echando un vistazo a la misma.

—Bastante—Le responde Ansel—Seis facultades, cada una de tres pisos, biblioteca externa, gimnasio... ¿sabes cual es la facultad de tu hermana?—Se dirige a Maya, quién camina por la calle probando su pie, y se acerca cojeando levemente.

— ¿Humanidades?—Responde con una pregunta, frunciendo el ceño para recordar—Estudia periodismo—agrega.

—Eso debe estar en... la parte derecha del campus—Responde El.

—También se la pasaba mucho en la biblioteca—Comenta Maya.

—La biblioteca queda a la izquierda—Todos echan un vistazo, pero la parte de enfrente cubre todo lo demás, por lo que no tienen un buen panorama—deberíamos separarnos para encontrarla mas rápido.

—Podríamos ir tu y yo a la biblioteca—propone Michelle—que es lo mas lejos, y-

—ni de broma dejaré que vayan ustedes dos solos—Le interrumpe Esteban.

Michelle abre la boca para rebatirle, pero Ansel le hace una seña de que está bien.

—Entonces, iremos Esteban y yo a la biblioteca—El aludido asiente victorioso—ustedes irán a la facultad de humanidades—Maya y Benjamin asienten, este ultimo con la mirada perdida. Michelle le echa una mala mirada a esteban antes de también asentir—Maya, si no puedes, recuerda que-

—Tranquilo, si podre—Le corta ella, y él asiente.

Ansel ve a todos listos y se dirige a las rejas abiertas, pasando en silencio seguido de Esteban, luego Maya, Michelle y de ultimo Benjamin con la escopeta.

Empiezan a correr despacio, para no llamar la atención de ningún mordedor. Cuentan unos doce deambulando por el césped, cruzando los dedos para que ninguno repare en ellos.

Ya van a mitad de camino cuando a Maya le empieza a molestar el tobillo, y empieza a ralentizar el paso. Ansel se percata de esto, y le dice a los demás que sigan, mientras que él se agacha frente a Maya.

—Súbete—Le dice, y aunque Maya duda, no está en posiciones de considerarlo en un patio lleno de mordedores con molestias en el tobillo.

Se sube con cuidado, casi soltando un grito de sorpresa en cuanto Ansel se levanta y empieza a trotar hacia la entrada.

llegan a las puertas principales, y Michelle abre con cuidado una de las puertas. asoma su cabeza y mira a ambos lados, fijándose de que el pasillo derecho está repleto de mordedores, pero que el izquierdo no se ve tan afectado.

—Entren con cuidado, hacia el pasillo de la izquierda.

Les susurra a todos, y estos asienten.

Ella es la primera en entrar. corre por el pasillo izquierdo en silencio, esquivando cuadros y esculturas tiradas abajo. Llega a una puerta por la que ve a través del vidrio, asegurándose de que esté vacía y termina abriendo lo que parece una oficina. Mira hacia atrás, y ve a su novio con su hermano cargando con Maya de hombro en hombro, seguidos por Benjamin.

Entran todos a la oficina, y parece ser que ningún mordedor se ha dado cuenta de su presencia.

—Creo que esta es la oficina del consejero—Comenta Michelle.

Todos se toman un momento para tomar aires, y registrar la habitación.

—El patio se ve despejado—Comenta Esteban viendo por la ventana detrás del escritorio, al lado de su amigo quien se mantiene callado desde antes de cruzar el patio delantero.

Ansel asiente y se junta a Los dos chicos para ver por la ventana, ideando un plan.

—Haremos lo siguiente...

Todos salen cuidadosamente de la oficina, y van hacia el final del pasillo, donde giran y se encuentran con otro pasillo, por el que pueden salir del edificio hacia El patio. se asoman por los grandes Marcos de mármol hacia el exterior, y se aseguran de que el patio esté despejado.

Se preparan para salir, pero Esteban se escabulle por el pasillo.

—Eh, ¿a dónde vas?—Le susurra Michelle, quien lo ve alejándose. Esteban se voltea y le hace señas para que lo esperen.

Se acerca a una puerta no muy lejos de donde estaban, y se asoma por Las ventanillas que tiene la puerta en la parte de arriba.

Entra a la enfermería luego de ver que no hay nadie, y empieza a buscar con la mirada lo que busca. No tarda mucho en dar con una silla de ruedas tirada al lado de una camilla.

Intenta no concentrarse en el revoltijo que está hecha la habitación, ni en la sangre que no solo está en el blanco piso, si no también en paredes, cortinas y camillas.

La levanta con cuidado, y la carga hasta afuera, con la mirada de todos sobre él.

—Solución al tobillo—Dice llegando con los demás, poniéndose cerca de Maya.

—No te voy a regañar esta vez, porque has sido útil—le susurra su hermana, apuntando con un dedo—pero como vuelvas a hacer eso, los mordedores serán el menor de tus problemas.

Esteban asiente levantando las manos, amenazado. Todos bajan unos cuantos escalones, y ya abajo en el césped del patio, esteban abre la silla de ruedas para que maya se pueda sentar.

—Gracias—le responde esta, con una sonrisa de alivio, respondida por otra sonrisa. Benjamin se pone tras ella, para ayudar a empujar la silla.

—Calculen cuarenta y cinco minutos para vernos aquí mismo—les dice Michelle a su hermano y a su novio, quienes asienten y se van camino hacia la biblioteca, mientras que Benjamin empuja a maya hacia la facultad de periodismo junto con Michelle.

Esteban y Ansel caminan en silencio por los senderos de piedra para no pisar la grama. esteban sigue a Ansel, ya que el no sabe donde queda la biblioteca, pero ambos voltean hacia todas direcciones, atentos a cualquier peligro.

— ¿Por qué tardaron tanto en llegar?—pregunta Ansel, haciendo que esteban deje de mirar en dirección a un árbol, y lo mira a el. Ansel mantiene la vista fija en los alrededores por cualquier cosa.

—había una multitud de mordedores, por lo que Michelle dio en reversa y se fue por otro lado—le responde el—de igual forma nos conseguimos algunos de camino, pero no eran tantos como en el otro camino.

Ansel asiente, y vuelven a quedar callados mientras caminan. pasan con mucha cautela por la entrada al edificio de contaduría, después de ver detrás de las puertas de vidrio movimiento.

—Quiero que sepas—dice de pronto esteban. Ansel gira de golpe para verlo—que como llegues a hacerle algo a mi hermana, te mato—termina él, y Ansel parpadea varias veces, para luego esbozar una sonrisa.

—No tienes nada de que preocuparte, conocer a tu hermana hace seis meses hizo mi vida mas feliz—le dice él, dejando de mirarlo y poniendo ojo de nuevo al camino—así que en vez de ver a un enemigo, ve a un compañero que te ayudará a cuidar a tu hermana—Esteban lo ve perplejo por un momento, y aunque le cueste, una pequeña sonrisa se forma en su rostro.

Benjamin empuja a maya atravesando el patio, Michelle va delante de ellos sirviendo como guía. se mantienen en silencio para no llamar la atención de nada, pero maya mira hacia arriba para ver a Benjamin, preocupada por el.

— ¿Estas bien?—le pregunta bajito, aunque lo suficientemente alto para que la escuche. Benjamin baja la mirada hacia ella, y asiente, forzando una falsa sonrisa. Michelle los mira desde adelante, y se detiene un momento para que queden lado a lado, poniéndole una mano en el hombro para detenerlo.

—No tienes que estar bien si no lo estas—le dice ella, apretándole el hombro gentilmente. Benjamin la ve, y con una sonrisa triste, asiente.

siguen caminando, cruzando la facultad de idiomas. Michelle indica que mas adelante está la de periodismo, por lo que apuran el paso para llegar a ella.

Se posicionan frente a la entrada del edificio cuando llegan, las puertas de vidrio con manchas de sangre están abiertas, por lo que Michelle, para cuidar de los chicos, es la primera en entrar y registrar el living del edificio.

Al ver el lugar vacío, le hace una seña a Benjamin para que entre con maya. ya adentro, con mucho cuidado revisan unos dos salones que se encuentran, pero mas allá del desastre que están hechos, no hay a ninguna persona.

— ¿Me esperan aquí mientras reviso los pisos de arriba?—Les pregunta Michelle, y aunque Maya asiente porque no le queda de otra, Benjamin da un paso hacia adelante.

—Revisa tú uno, y yo el otro—Propone él. Michelle empieza a considerarlo, cuando escuchan ruidos provenientes de arriba. los tres miran hacia el techo, y luego se miran entre si.

—Quizá es mejor que vayamos juntos—le dice Michelle, considerando el peligro en el que estaría benjamín solo, o quizá tenga miedo de lo que pueda encontrarse sola—no tardaremos—le dice a maya, y ambos salen del aula, cerrando la puerta para dejar a maya protegida.

se dirigen y empiezan a subir por las escaleras, cuidando no hacer mucho ruido. Michelle empieza a sentir temor, por tener que repetir lo mismo que ha hecho en casa de los Becker, pero respira hondo para relajarse.

Llegan al primer piso, y se encuentran con dos direcciones, Michelle le hace señas a Benjamin de que vaya por la derecha mientras ella va por la izquierda.

ambos empiezan a caminar lentamente por el pasillo, llegando a sus primeras puertas. Benjamin ve por la ventana de la puerta pero no ve a nadie, mismo caso con Michelle. Ella se dirige a la siguiente puerta cautelosamente porque la ve abierta, pero al llegar, está vacía, a diferencia de Benjamin que cuando se acerca ve varios mordedores dentro.

intenta sisarle a Michelle, llamando su atención, y con su índice sobre sus labios, señalando con la otra mano la puerta, le indica que hay que tener cuidado.

Michelle se acerca a una de las puertas, la ve vacía, pero en el ultimo minuto, una mordedora impacta sobre la puerta, sobresaltándola, y llamando también la atención de Benjamin.

Benjamin está ya llegando a la última puerta para revisar, logrando ver como algo se esconde detrás del escritorio, intenta descifrar que es hasta que ve una pierna. se decide en abrir la puerta, convencido de que un mordedor no se escondería de tal forma, pero cuando abre la puerta y camina hacia dentro, alguien lo detiene.

—No te muevas—le susurra un hombre, que al voltear le está apuntando con un arma en la cabeza.

Michelle escucha un ruido diferente a los rugidos de los mordedores, y sabe que algo anda mal cuando voltea y no ve a Benjamin.

Ve desde donde está, la última puerta abierta, por lo que empieza a caminar lentamente hacia ella. a medida que se acerca, puede sentir el corazón latiendo en su garganta. Al llegar, un leve olor a cigarro la inunda, Junto con la imagen de un hombre, de tez morena, abundante cabello y ropa de policía, que apunta con un arma a la cabeza de Benjamin.

— ¿Quiénes son ustedes?—Pregunta el policía, apuntándole ahora ella, quien levanta las manos para evitar un disparo.

—Si baja el arma...—Empieza ella, pero el la corta, agitando el arma en dirección a ella.

—Ni lo crea señorita, dígame, ¿alguno de ustedes está mordido?—pregunta, y ambos niegan con la cabeza. Michelle desvía su cabeza al escritorio, de donde ve como algo se asoma del otro lado, o mas bien alguien, que empieza a levantarse poco a poco para calmar al policía.

—Morgan, eh, cálmate—dice jade, la hermana de maya, quien con una seña empieza a decirle que baje el arma, al mismo tiempo que llega para abrazar a Michelle, quien también la abraza, aliviada de que este viva—¿Mi hermana?—le pregunta cuando se separan y se ven a los ojos.

—abajo, encerrada en un salón a salvo—le sonríe, y le es devuelta la sonrisa. Se voltea para ver al policía, quien esta en una pelea de miradas con Benjamin.

Jade se acerca a Benjamin para darle un abrazo, y suspira antes de volver a ver al policía.

—Los conozco, no hay de que preocuparse—le dice, y empieza a enfundar de nuevo el arma, sin dejar de ver detenidamente a Michelle y Benjamin.

— ¿Es seguro afuera?—pregunta Morgan, jade también se pregunta lo mismo, por lo que ve a Michelle esperando una respuesta. esta termina asintiendo.

—para llegar al auto hay unos cuantos mordedores, pero si vamos en silencio no pasará nada—comenta ella.

— ¿mordedores?—pregunta el policía, y Michelle asiente.

—Ajá, esos que están en las calles que te muerden—suelta Benjamin irónicamente, sin muchos ánimos. Michelle se alegra de que al menos haya hecho un chiste, eso quiere decir que se siente un poco mejor tal vez.

—Vamos, Maya nos espera—le dice Michelle a Jade.

Todos salen de la habitación en silencio, temerosos de lo que ven en las puertas al pasar.

—si pudieron escuchar mis mensajes—comenta Jade, y Michelle asiente— ¿Entonces mi mamá y Laila están bien? Seguro nos esperan en la casa—Michelle la ve, y sigue bajando los escalones, un poco cabizbaja.

—ya vamos a llegar con Maya—es lo que le responde Michelle evitando el tema, lo que hace que jade frunza el ceño.

Cuando abren la puerta, jade y maya se miran al instante, y aunque a jade se desconcierta al verla en una silla de ruedas, se va a darle un abrazo.

Morgan cuando por fin ver a maya, se asusta, y nerviosamente se dispone a sacar su arma, pero Benjamin le pone la mano y lo detiene.

—Solo tiene el tobillo hinchado, relájate.

El policía lo mira, desconfiado, pero quita la mano del arma. Michelle se queda al margen, viendo la reunión de hermanas con una sonrisa. maya suelta unas lagrimas, y jade suelta una sonrisa muy poca vista en su cara. Cuando se separan, jade toma la cara de maya entre sus manos, y empieza a limpiarle las lagrimas.

— ¿Cómo te lastimaste?—le pregunta Jade, luego de escuchar lo que aclaraba Benjamin hace rato.

—huyendo en la feria, ¿tú te encuentras bien?—Jade asiente.

— ¿Cómo están mamá y Laila?—pregunta ella, y Maya se la queda mirando, mientras sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas de nuevo..

—bueno, ellas...—empieza ella, jugando con sus dedos, y bajando la mirada para no tener que ver a su hermana, quien se encuentra desconcertada—cuando llegamos a casa esta mañana, ellas... estaban convertidas en mordedores...

Maya rompe a llorar de nuevo con Jade viéndola fijamente, incrédula, pero abraza a su hermana, sin decirle ni preguntarle nada. mientras que los demás se quedan viéndolas.

no pasa ni un minuto, cuando Esteban y Ansel entran corriendo por la puerta del edificio, llegando al vestíbulo.

— ¡Hey!—grita Ansel, alarmando a los del salón, en especial al policía, quién saca su arma nerviosamente. Michelle abre la puerta, para encontrarse con ellos, mientras que benjamín vuelve a decirle a Morgan que guarde el arma.

—También vienen con nosotros—le dice este, haciendo que guarde su arma nuevamente.

—Encontramos a Jade—les dice Michelle con una sonrisa, pero se preocupa al verlos cansados, como si hubiesen corrido una maratón— ¿Qué pasó?

—Tenemos que irnos, ahora—le dice Ansel, mientras toma aire, Michelle frunce el ceño, pero va al salón para avisar a los demás.

Todos salen de el, cerrando la puerta jade quien esta vez empuja a su hermana.

Ansel se asoma por la puerta, y vuelve adentro con los demás.

—Tenemos que correr hasta la entrada, aun tenemos tiempo, pero en unos minutos el patio estará repleto de mordedores.

Michelle suspira, Esteban toma aire y Benjamin asiente, al igual que Maya y Jade, quien tiene la mirada fija en la pared. el policía es el único que mantiene una cara de terror.

— ¿Quieres que salgamos, con un montón de... mordedores ahí?—pregunta, señalando la puerta.

—es la única forma de salir de aquí—le responde Ansel—vamos, no tenemos tiempo.

Ansel abre las puertas de par en par, dejando que todos salgan. cruzan el patio a toda velocidad, liderados por Michelle y resguardados por Ansel, quien va detrás de Maya y Jade; mantiene las manos firmes en la vara de metal, en caso tal de que los mordedores que ve no tan lejos lleguen a ellos.

— ¿de donde salieron tantos?—dice Michelle, volteando a ver a su hermano que va tras ella.

—Cuando llegamos a la librería, abrimos las puertas, y había un montón de ellos encerrados—le responde él—seguro se escondieron todos juntos, y alguien estaba mordido.

Michelle asiente y empieza a subir las escaleras de antes, hasta que ve a un mordedor asomándose por el pasillo, por lo que empieza a bajar, haciendo señas a todos de que bajen.

—vamos vamos—le dice esta a Esteban y Morgan, quienes ya estaban siguiéndola.

— ¿Qué sucede?—pregunta Ansel con el ceño fruncido, echándole una mirada a los mordedores que vienen atrás. Michelle no es la que le contesta, si no los mordedores que empiezan a asomarse por el pasillo que usarían.

—Vayamos por el otro lado—les dice jade, dándole la vuelta a su hermana, para empezar a dirigirse hacia la otra salida. al llegar, empiezan a subir las escaleras para llegar al pasillo.

ansel carga a maya mientras que benjamin lleva la silla de ruedas, los demas van detras de ellos, pero, unos mordedores tambien se asoman por este pasillo. bajan rapidamente y empiezan a mirar hacia todos lados, evaluando sus posibilidades.

al frente, regados por todo el patio, ven mordedores, a su derecha, varios mordedores estan tropezando y rodando por las escaleras, pero aun asi, al llegar abajo siguen moviendose. a la izquierda, unos tres mordedores se acercan a los bordes de las escaleras.

—vayamos por la izquierda, son solo tres, podemos con ellos—dice Ansel, colocando a Maya en la silla de nuevo—cuando terminen de rodar por las escaleras, acabamos con ellos.

no espera que nadie le diga que si, y se pone al frente de todos, esperando el momento. Michelle y Esteban se ponen detrás de él, todos sujetando fuertemente las varas.

—En lo que estén ocupados con nosotros, ustedes van subiendo—dice Ansel a los demás, girando un poco la cabeza para que lo puedan escuchar, pero sin quitar la vista de los mordedores, que ya han terminado su recorrido, y han acabado tirados al pie de las escaleras.

Ansel es el primero que empieza a acercarse, seguido de Michelle, ambos llamando con la voz a los mordedores que ya empiezan a levantarse. Esteban se queda atrás, paralizado.

—vamos esteban, solo piensa que es un juego de realidad virtual—se dice a si mismo, apretando fuertemente los ojos. suelta un suspiro, y empieza a caminar, quedándose al lado de su hermana.

los tres hombres frente a ellos, de piel pálida transparentosa y ojos irritados, se empiezan a acercar a ellos, mientras que ellos retroceden.

—cuando terminen de subir—habla Ansel—iremos corriendo nosotros—dice, haciendo que todos echen un vistazo rápido a los demás, quienes ya han empezado a subir cuando el camino estaba despejado. Jade va delante, mientras que Morgan y Benjamin cargan la silla de ruedas por las escaleras con maya encima.

no tardan nada en subir, por lo que Ansel mira a los dos hermanos, haciéndoles saber que ya es momento. los tres salen corriendo, rodeando a los mordedores que tienen delante, pero uno de ellos toma por el cabello a Michelle en cuanto pasa muy cerca de el, lo que provoca que esta suelte un grito de dolor. Intenta zafarse, pero el mordedor no la suelta.

Ansel llega y le da un palazo en el brazo al mordedor, lo cual hace que la suelte, pero uno de los otros dos mordedores osa con morderlo, siendo detenido por Esteban, quien lo toma por el brazo y lo tira al suelo.

Los tres tienen las respiraciones agitadas, las cuales se intensifican cuando ven a la multitud de mordedores que se acercan a ellos por el grito de Michelle.

cuando quieren dirigirse ya a las escaleras, el mordedor en el piso toma por el pantalón a esteban, haciéndolo caer al suelo, tomándolo su tobillo. Ve como los otros dos mordedores también se aproximan a el.

— ¡Ayúdenme!—les grita a Ansel y a Michelle, quienes ya iban corriendo a las escaleras.

—Ve tú—le dice a Michelle, dándole un pequeño empujan a las escaleras, mientras el vuelve corriendo a donde esteban. empuja a los otros dos mordedores, y empieza a darle golpes con la vara de metal al mordedor que priva a Esteban, pero este no lo suelta.

— ¡Dale en la cabeza!—le grita Morgan, y este le hace caso, dándole repetidas veces al cráneo del mordedor. la sangre empieza a derramarse por toda la cara, salpicándoles. la piel empieza a separarse, y el mordedor suelta a esteban, quien recoge la pierna, y se levanta rápidamente.

—vamos ansel—le dice a su cuñado, pero este no lo oye. ansel sigue dandole una y otra vez a la cabeza del mordedor, dejando no solo paralizado a esteban, si no tambien a los demas, que lo ven desde el pasillo.

no para hasta que la cabeza ensangrentada está destruida, quedando ahuecada como un balón desinflado de básquet. el mordedor ya no se mueve, pero Ansel lo mira fijamente, respirando fuertemente, hasta que Esteban lo jala de la camisa, y vuelve en si a la realidad, volteando a verlo.

—T-tenemos que irnos—titubea. Ansel voltea, y ve lo cerca que esta la multitud de mordedores, por lo que se voltea y asiente, empezando a correr con esteban al lado.

una vez arriba, todos se le quedan viendo, mientras que Michelle se le acerca y le acuna el rostro con las manos.

— ¿Estás bien?—le pregunta, y este, aunque la ve a los ojos, tiene la mirada perdida.

—estoy bien... yo... ¿Cómo sabias que pararía si le daba en la cabeza?—se voltea hacia Morgan, quien se sobresalta cuando le habla.

—en la estación, la información que nos dieron era de que un golpe en la cabeza los haría parar—responde este, y todos lo miran ahora a el.

—Y ahora es que nos lo dices—le reprocha jade.

—Se me pasó, disculpen—dice este con la cabeza gacha.

—ya lo sabemos, tranquilo, ahora tenemos que irnos—dice Michelle, echando un vistazo a las escaleras, viendo como los mordedores ya empiezan a agruparse a los pies de esta e intentan escalar.

Jade empuja a Maya, con los demás detrás, hacia la entrada. Morgan abre las puertas de par en par, y todos ven a los mordedores que deambulan por el pasto y asfalto.

—okey, ¿todos ven los autos no?—pregunta Ansel, y todos asienten—bueno, saben a donde correr entonces.

—pero que hacemos con-

Jade se queda muda, en cuanto ve como Ansel carga a maya como una bebe. el es el primero en salir corriendo, seguido de Michelle, Benjamin y Esteban. Jade los sigue y Morgan no sale antes de desenfundar su arma.

Corren por el patio, llamando la atención de algunos mordedores, a los que Morgan intenta dispararles, pero sin lograr darle a ninguno.

—Que mala puntería tienes—le reclama Jade, parándose un momento para quitarle el arma y disparar ella mientras siguen corriendo, dándole a un mordedor que se acercaba a ellos—creo que la policía debía ser yo—le da un vistazo rápido a Morgan, quien la ve y ve el cuerpo que dejaron atrás tirado en el piso, sin poder creer que le haya dado.

llegan a los autos, Michelle, Benjamin y Esteban entrando en uno, y los demás entrando en el otro. prenden los autos, viendo por la ventana que los mordedores se acercan a ellos, pero no logran alcanzarlos en cuanto arrancan.

— ¿están todos bien?—pregunta Ansel, viendo por el espejo retrovisor. todos asienten y el vuelve la vista al camino, notando algo raro en el vidrio, frunciendo el ceño.

Los copos de nieve empiezan a agruparse uno tras otro con velocidad en el vidrio. Ansel activa los limpiaparabrisas para no provocar un accidente, y sigue conduciendo hacia casa de los Bailey, donde se asentaran para sobrevivir y esperar la ayuda.

—Morgan—le llama este— ¿Qué dijeron en la estación sobre el rescate militar?---pregunta, viendo la cara de confusión que pone Morgan en el proceso.

— ¿rescate militar?—pregunta, y Ansel asiente—lo ultimo que nos dijeron de los militares, es que muchas bases habían sido atacadas.

Ansel voltea hacia el asiento del copiloto para verlo perplejo.

— ¿eso quiere decir que estamos solos en todo esto?—pregunta Maya, haciendo que reparen en ella. Morgan solo asiente frunciendo los labios.

—Que porquería—Suelta Jade, dejando caer su cabeza en el espaldar de su asiento.

Ansel se voltea de nuevo para ver el camino, temeroso de saber que están por su cuenta, teniendo que sobrevivir sin la esperanza de que alguien arregle la situación. Completamente asustado de tener que vivir en este nuevo mundo apocalíptico.

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Un capitulo un poco largo jejeje. ¿Qué tal les pareció el cap? 

¿Qué tal el final? uy.

Hasta la próxima semana! <3

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