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Capitulo 15

—Isaac—llama la señora Felicia, esposa del doctor isaac—cariño—llama de nuevo, esta vez moviendo el cuerpo de su esposo, el cual empieza a quejarse mientras rueda en la cama.

— ¿Huh?—suelta, mientras abre los ojos con dificultad. con el cabello castaño revuelto mira a su esposa, quien seguro no debe tener mucho tiempo despierta, debido a que aun sigue en bata. nota su cara afligida y frunce el ceño— ¿que pasó mi amor?

—bueno, es que, sabes que prendí la tele—dice sentándose en la orilla de la cama—, como sabes que hago cada mañana mientras preparo el desayuno. Nico aun no había despertado y puse el canal de noticias y...

—hey, cariño, respira—dice el doctor sentándose en la cama y acercándose a ella para tomarla de la mano. su esposa tiende a vagar cuando está nerviosa, por lo que isaac sabe que algo malo está pasando. la señora respira un poco antes de seguir, y ve a los ojos a su marido.

—el juicio final está aquí—dice conteniendo un sollozo. su esposo frunce aun mas el ceño, pero se sienta para abrazar a su mujer cuando esta empieza a llorar.

él jamas ha sido un hombre religioso, mas aun luego entrar al campo científico. Para él, creer en algo no probable no tiene sentido, algo tiene que ser probado para que sea verdad, por lo que los dioses... manifestaciones... supersticiones... todo eso para él forma parte del mismo conjunto de cosas que la gente usa para justificar las casualidades.

— ¿a que te refieres cariño?—le pregunta él. a pesar de que no comparte sus mismos ideales, puede escucharla hablar de ello sin ningún problema.

—deberías venir a ver las noticias—dice con expresión lúgubre.

se levanta junto con su esposa, y ambos caminan hasta el salón. Nicolai se encuentra sentado en el sofá intercalando la mirada entre la televisión y su teléfono.

—El gobierno estadounidense aún no se pronuncia al respecto de la nueva epidemia, pero les recomendamos reguardarse en casa—dice una reportera a través de la televisión.

— ¿Epidemia?—pregunta el doctor.

— si papá, mira—dice nicolai levantándose del sofá. le muestra en su teléfono varios vídeos de personas en hospitales siendo tratadas por un virus no identificado—china, Colombia, Francia. nadie puede explicar como algo así pudo llegar tan rápido a todo el mundo.

—dios santo—dice su mujer mientras ve los vídeos, persignándose.

El Doctor toma el teléfono de su hijo en manos porque nota algo extraño. Detalla uno de los vídeos donde un chico asiático esta en una cama de hospital, parece estar dormido o quizá sedado, no lo sabe. Lo que llama su atención, es el tono pálido en la que tiene su piel, incluso podría estarse tornando a un verde muy tenue. aún peor, la palidez deja en evidencia Unas marcadas venas color verde. 

Isaac se encuentra muy confundido, pero aun así su Mente empieza a atar algunos cabos.le entrega el teléfono a Nicolai y rápidamente va a la habitación por el suyo, el cuál está apagado debido a que hoy es su día libre, o bueno, quizá ya no lo sea.

cuando el teléfono enciende, saltan varios mensajes y llamadas perdidas del jefe del laboratorio, por lo que sin si quiera bañarse o desayunar se cambia su pijama y sale al salón.

— ¿a donde vas?—le pregunta su esposa al verlo con la bata blanca—los noticieros dicen que no deberíamos salir.

—lo sé, pero surgió algo en el laboratorio y me necesitan—dice este tomando una manzana de la nevera y mordiéndola. su hijo lo mira con el ceño fruncido.

— ¿que surgió? a mi no me han avisado nada—el chico revisa su teléfono a ver si se le pasó, ya que el es el secretario de su padre la mayoría de veces le informan primero a él las cosas., pero en definitiva no hay nada.

—tranquilo, seguro para el almuerzo ya estaré aquí—informa él, y le da un beso en la frente a su esposa, seguido de una palmada en el brazo a su hijo.

— ¡Espera!—lo detiene su esposa y va un momento a la habitación, volviendo con un cubre boca para entregárselo a isaac—cuídate.

—ustedes también—dice el con una sonrisa y saliendo hasta su auto.

en el camino empieza a marcarle a su colega, el cual después de un tono agarra la llamada.

— ¿donde estabas?—pregunta este de inmediato.

—Durmiendo, disculpa—responde isaac, frunciendo los labios aun cuando su amigo no puede verlo.

— ¿Has visto las noticias?—le pregunta el señor, y isaac le contesta que sí—espero que ya estés llegando, porque el señor presidente quiere una videoconferencia con urgencia.

el doctor isaac suspira fuertemente, mientras ve una ambulancia pasar en dirección contraria.

— ¿tu también has pensado lo mismo que yo?—pregunta isaac, y por un momento su colega se queda callado.

—algo así no nace de la noche a la mañana—le responde su amigo, y el asiente. corrobora que no es el único que piensa que su proyecto medioambientalista es el causante de esta crisis.

cuelga la llamada y al cabo de media hora ya está en el laboratorio. se siente sofocado y no sabe si son los nervios o el intenso calor con el que florida se ha despertado hoy.

se dirige directamente a la sala de conferencias, donde su amigo y otros 4 colegas ya están sentados en la mesa. a un costado en la pared, se muestra el presidente de los estados unidos, en su despacho presidencial.

—estábamos esperándolo doctor isaac—dice este, y el doctor toma asiento, sin perder la vista en el presidente—creo que todos en la sala están al tanto de la situación global que se está viviendo en este momento—todos asienten para que continúe—los primeros casos se informaron desde mexico, Inglaterra y nueva york. Si bien en un principio no se tomó con seriedad, la verdad es que las similitudes en los casos eran notorios. para ese momento muchos otros países ya confirmaban casos sobre la nueva enfermedad viral.

>> muchos países han cerrado sus fronteras creyendo que así se ha propagado el virus. la cuestión está en qué jamas se había dado algo así con tanta velocidad. es como si en vez de haber sido por contagio entre personas, se deba a algo en el ambiente.

Cuando el presidente calla, la sala queda en silencio. Todos conscientes de a lo que se refiere.

—Dígame doctor, ¿que piensa usted? ¿cree que esta crisis se deba a su proyecto?—dice de nuevo el presidente. todos inmediatamente voltean a mirarlo.

—eh... pues, es una posibilidad, pero necesitaría hacer unas pruebas para comprobarlo—responde isaac lo mas solido posible, y es que a parte de lo nervioso que lo pone la situación, le tiene un poco de miedo al presidente.

—necesito esos resultados lo mas pronto posible—le dice el presiente, y este asiente.

el mandamás se despide y la videollamada acaba, es cuando el doctor isaac se recompone y toma el mando de la sala.

—necesito un sujeto para las pruebas ¿pueden conseguirlo?—pregunta a los tipos en la sala.

todos salen rápidamente del lugar, quedándose el doctor isaac solo con su colega. isaac se sienta un momento, suspirando fuertemente para calmarse.

— ¿en que puedo ayudarte?—pregunta el señor, y isaac suspira una vez mas para recomponerse. antes de contestarle, se levanta.

—prepara una sala de prueba, es todo lo que necesito por ahora—ordena, y su amigo asiente—por cierto, ¿Ramirez presentó a trabajarse hoy?—pregunta, obteniendo un no como respuesta, lo que lo hace fruncir los labios y asentir descolocado.

al quedar solo, se va a su oficina y empieza a ojear sus documentos. no sabe como sentirse al respecto de que esto esté pasando por su culpa. en vez de hacerle un bien al mundo, ha traído una nueva enfermedad a él, poniendo en riesgo la vida de todo el mundo.

media hora mas tarde, una ambulancia llega con un paciente acompañado de una doctora. en la camilla, un chico muy pálido se encuentra recostado. igual al que vió en aquel vídeo, con las venas del cuerpo marcadas. pero a diferencia del otro, este tiene un bozal de esos que les ponen a los perros, lo cual confunde bastante a isaac.

—mucho gusto, doctora Myers—se presenta ella a isaac.

—mucho gusto, doctor isaac—responde él de vuelta— ¿que puede decirme sobre el paciente y los síntomas?—pregunta él, mientras los paramedicos llevan en camilla al enfermo. ellos toman el elevador de al lado.

—el chico se presentó esta mañana muy temprano con un fuerte dolor de cabeza, fiebre y tos—responde ella, mientras las puertas del ascensor se cierran—principalmente no íbamos a atenderlo, pensamos que era algo viral. pero el chico se desmayó y su piel empezó a palidecer hasta el punto que usted lo vió. luego de algunos exámenes, salio a entrever que tiene los valores muy bajos. eso, sumado a otros casos que fueron llegando presentando mismos síntomas y resultados nos hizo saber que luchábamos contra algo nuevo.

—entiendo—responde el doctor—¿y por qué el bosal?

—luego del desmayo, el chico despertó dos veces. la primera mencionaba que su cuerpo quemaba mucho por dentro, por lo que le administramos medicamento para la fiebre, rato después se quedó dormido.

— ¿y la segunda vez?—pregunta el doctor impaciente.

—la segunda, despertó con una actitud raquítica, saltó de la cama para intentar morder a uno de los enfermeros. Tenia el pulso acelerado y las pupilas muy dilatadas. sus ojos enrojecieron por los bordes y la fiebre había llegado a cuarenta y uno. tuvimos que sedarlo y ponerle ese bosal.

la puerta del ascensor se abre, y ambos salen. el general frunce el ceño ante lo que le cuenta la doctora.

ambos caminan por el pasillo hasta llegar a una habitación completamente blanca. dentro, se encuentra la camilla con el paciente.

con ayuda de la doctora, logra sacarle muestras de sangre. toma su pulso, un poco agitado para estar sedado. sale un olor podrido al abrir su boca, nota los dientes intactos pero las encías se muestran blancas. con un cotonete toma un poco de saliva para examinar. abre sus ojos dormidos y revisa sus ojos con una linterna, notando las pupilas dilatadas y los ojos rojos.

— ¿está segura que no consumió ninguna droga?—pregunta isaac, y la doctora asiente.

examina su piel de cerca. ¿es humanamente posible que la piel se ponga tan pálida? La forma en la que se marcan las venas de color verde tampoco es algo normal.

el chico empieza a despertar, y aun con el bozal puesto intenta morder el brazo del doctor. este se sobresalta por el susto, pero para su buena suerte el chico está amarrado en la camilla.

—a eso me refería con comportamiento raquítico—dice la doctora, ambos alejados del sujeto.

el chico empieza a moverse en la misma camilla como alguien que está amarrado contra su voluntad, solo que en vez de hablar para que lo suelten, ruge y gruñe como un animal.

el doctor se acerca a el con cuidado, aun con las advertencias de la doctora. trata de tomar su pulso, pero este no se deja, por lo que se aleja y junto con la doctora salen.

dos horas tardan los resultados y las conclusiones en darse, para su mala suerte, ninguna de las dos son buenas. despide a la doctora, advirtiéndola de que vaya a casa y se resguarde.

— ¿porque dice eso?—le pregunta ella.

—porque nada bueno se acerca—responde él.

En 15 minutos, se encuentra de nuevo en la sala de conferencias con los demás, esperando por el presidente, quien aparece al otro lado de una pantalla justo cuando dan las 12:30.

—¿tiene respuestas doc?—pregunta el presidente, saltándose los saludos. el doctor asiente.

—Luego de las pruebas con el sujeto, los resultados dieron a entrever que en efecto, la niebla ha causado esto—responde él, y no solo el presidente se remueve en su asiento, si no todos en la sala excepto él quien se encuentra de pie.

—pero... ¿como es eso posible?—pregunta el presidente.

—la planta contenía una toxina compuesta principalmente de azufre, el cual a grandes cantidades es mortal para los humanos... con la niebla, al ser un método a grandes escalas, pensé que la toxina podría haberse dispersado y de esta forma siendo no perjudicial, pero me he equivocado, bueno, mas o menos.

>> luego de consultar en varios hospitales, todas las personas que llegaron y presentaron los síntomas de la enfermedad anteriormente estaban enfermos, pacientes con neumonia y en quimios, por ejemplo. Al tener el sistema inmune debilitado, la toxina ha podido hacer de las suyas y le ha causado daños mortales.

— ¿mortales? ¿que me dice de esas personas raquíticas? esas personas están vivas doctor—interviene su colega.

—pensaba lo mismo, ya que al examinar al sujeto tenia latidos. sin embargo, al lograr sedar al paciente y realizarle una tomografía su cerebro está muerto. solo se mantiene vivo lo suficiente para poder realizar acciones básicas como moverse, gruñir y morder.

por un momento la sala queda en silencio, es entendible, no es algo que se pueda analizar a la ligera.

—entonces está diciéndome usted—habla el presidente, cortando el silencio— ¿que una solución para el calentamiento global dió como resultado una enfermedad mortal que aparte revive a los muertos?—pregunta este, y el doctor asiente frunciendo los labios— ¿hay alguna cura?

—me hes difícil decirle, quizá si. pero al paso que está avanzando la enfermedad, no quedará nadie para que la elabore—responde el doctor.

—pero me ha dicho que la toxina no ha afectado a todos, solo a los enfermos—dice el presidente.

—así es. pero muchos otros casos en los que no han estado enfermos, se han debido a la mordida de personas que murieron por el virus y mas tarde se reanimaron—responde él, y ve como el presidente suspira.

isaac en este momento quisiera gritar, llorar y hasta matarse. Se mantiene sereno por fuera, pero por dentro la culpa lo está consumiendo.

—espero que pueda ser responsable de sus actos. una patrulla irá por usted—dice el presidente levantando el teléfono que tiene al lado.

el doctor isaac queda en shock, al igual que sus compañeros los cuales voltean a mirarlo.

— ¿disculpe?—pregunta el doctor isaac— ¿piensa meterme preso? ¿porque?

—Terrorismo—responde rápidamente el presidente mientras marca un numero en su teléfono.

—esto ha de ser una broma—dice el doctor mientras suelta una risa.

—es muy en serio doctor isaac, así que espero que lo tome como tal.

—no, esto no es en serio señor presidente—rebate isaac molesto— es muy fácil lavarse las manos y echarme toda la responsabilidad a mí, cuando le recuerdo que la orden de lanzar el proyecto con rapidez fue usted, ¿o no lo recuerda?—pregunta, dejando callado al presidente—podrá acusarme de terrorismo cuando usted se declare negligente, mientras, espero pueda sobrevivir.

isaac toma el control, y apaga la pantalla sin importarle que es el presidente de una de las naciones mas poderosas del mundo.

—ordena el evacuamiento del lugar. todos necesitan resguardarse en sus casas—le dice isaac a su colega, y sale de la habitación hacia su oficina. detrás de él lo persigue su amigo.

—isaac ¿estas loco? como le haces eso al presidente, a parte la policía vendrá por ti, si te resistes será un cargo mas—le dice este. ambos entran a la oficina de isaac, donde este empieza a tomar sus estudios y guardarlos en carpetas apilándolas.

—nadie llegará walter—le responde, mientras ojea algunas carpetas y las amontona con las demas.

— ¿como estas tan seguro de ello?

—porque cuando el caos se termine de desatar, no quedará nadie que venga—le responde isaac—vete a casa con tu esposa y tu hija. espero sobrevivas y podamos vernos las caras de nuevo.

isaac toma lo que podrían ser 15 carpetas llenas de papeles. mete la mitad en un bolso y la otra mitad la lleva en manos. su colega lo ve antes de salir, y se acerca para darle la mano.

—fue un placer trabajar contigo, isaac.

—lo mismo digo, walter.

ambos salen de la oficina, walter se va hacia la izquierda mientras que el doctor toma el elevador hacia planta baja. se despide de todos a los que se encuentra de camino a la salida y llega hasta su auto.

cierra las puertas y deja los papeles en el asiente del copiloto. Intenta encender el auto pero se derrumba. empieza a sollozar silenciosamente, aun cuando sabe que nadie lo esta viendo.

luego de unos minutos, con los ojos llenos de lagrimas enciende el auto camino a su casa. maquinando como ver a la cara a su familia luego de lo que ha provocado.


ahora, los meses han pasado. la humanidad se vió arrasada por un virus propagado gracias al doctor isaac. Él, junto con su familia lograron sobrevivir, con muchas dificultades reforzaron su casa y se asentaron ahí hasta que el dia de sus muertes llegara.

desde aquel día, el doctor se ha sumido en la culpa, aun cuando su esposa e hijo lo apoyaron. ha matado su tiempo buscando una cura con toda la información que sacó el día que se fué del laboratorio.

la semana pasada encontró una solución, una cura. pero luego de lo sucedido con el proyecto medioambiental, esta vez intenta verificar sus teorias al 100%. de todas formas, no puede ir y aplicar las practicas al laboratorio luego de que la ultima vez que intentaron entrar estuviese infestado de muertos.

— ¡Papá!—llama nicolai, entrando rápidamente en el salón con su radio en manos.

— ¿que pasa?—pregunta este sin mirarlo, se encuentra concentrado en unos cálculos.

— ¡Contacté con alguien!—dice este entusiasmado. isaac voltea a verlo rápidamente.

La familia pensó que quedándose ahí, seria mas fácil para cuando llegara la ayuda militar. pero pasaron 2 y 3 meses, y la ayuda nunca llegó.

— ¿como?—pregunta este, y nicolai se sienta a su lado.

—¡Si!—nicolai presiona el botón para hablar, y calma su entusiasmo— ¿Hola? ¿sigues ahí?

por un momento no se escucha nada, y ya isaac empieza a pensar en la salud mental de su hijo, pero unos ruidos empiezan a salir de la radio y la respuesta llega.

—Si, aquí sigo—dice la voz con interferencia. isaac queda anonadado.

—Hola, ¿desde donde te comunicas?—pregunta nicolai. la respuesta tarda en llegar pero llega.

—Ohio, ¿y tú?—pregunta la voz de vuelta, y ambos se ven las caras. no saben como reaccionar a aquello. han tenido mucho tiempo sin contacto con otras personas que no sean ellos. cada que tenían que salir para buscar alimentos, evitaban a cualquier persona que apareciese.

—Nosotros estamos en Miami—responde el chico— ¿estás solo?

—ahora mismo si—responde la voz—pero lo cierto es que estoy en una comunidad.

— ¿un refugio?—pregunta emocionado nicolai, viendo a su padre. ambos no pueden creer lo que están escuchando.

—si, un refugio—responde la voz y el doctor le quita la radio a su hijo, viendo una oportunidad.

—Hola, te habla el doctor isaac sellers. Soy la persona que creó el virus... necesitamos de su ayuda—le dice este mientras ve a su hijo, quien asiente de acuerdo con él.

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