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Capitulo 12


— ¿Cuánto falta?—pregunta Jade por quinta vez en 10 minutos, y el general le responde lo mismo que las otras 4 veces "muy poco".

Jade suelta un suspiro y rodea los ojos, girándose para ver por la ventana de nuevo. A todos les ha llamado la atención por días la velocidad con la que la maleza se ha adueñado de la ciudad, cuando apenas van dos semanas sin nieve.

Las bases de algunos edificios están cubiertas de enredaderas. Algunas calles se han agrietado, dejando salir brotes de maleza y flores.

4 meses desde que la civilización como se conocía cayó, y la flora está tomando todo lo que antes era suyo, cambiando el mundo gris, por uno lleno de colores vibrantes.

Michelle empieza a hacer temblar su pierna de los nervios. Hansel se percata de esto y coloca su mano sobre la pierna para calmarla. Michelle se voltea a verlo, y él se acerca para susurrarle.

— ¿qué sucede?

—estoy nerviosa, es todo—susurra ella. Ansel asiente, y entrelaza su mano con la de ella, acariciándola. Michelle sonríe ante el gesto, y se gira hacia la ventana de nuevo.

Ansel quisiera indagar más en lo que le sucede a su novia, pero estando acompañados, Michelle no le dirá que le pasa.

Adelante, el general Laurent conduce mientras el teniente Tadeo le dicta el camino guiándose de un mapa.

—a la izquierda—Indica el teniente, y el general obedece—¿quienes crees que sea esa gente? —pregunta mientras con su dedo remarca el camino hacia el centro comercial.

—unos enfermos, de seguro—contesta el general—lo había estado pensando y es que, los humanos somos igual de peligrosos que los mordedores.

la conversación llama la atención de los de atrás, y Michelle interviene.

— ¿A que se refiere general?

—Sin leyes ni gobiernos, la gente se creerá los dueños del mundo. Se volverán locos y no pensaran en cuan malo son las situaciones que cometerán—responde este—estamos viendo un claro ejemplo de ello. En este mundo solo podrá sobrevivir el más fuerte, no solo físicamente, sino también de mente.

—es fácil caer en la locura en crisis como estas—interviene Jade, tajante.

—por eso digo, el más fuerte de mente—recuerda el general, golpeando con su dedo su sien.

después de algunas direcciones, logran llegar al centro comercial. Tan grande como 4 estadios de rugby, con 5 plantas en total.

El general se dirige al estacionamiento, y apaga el auto en una de los puestos más lejanos a la entrada de la edificación.

caminan entre los autos mal parqueados, cuidando de que no los ataque de pronto un mordedor, o un humano. se fijan al pisar debido a las grietas del suelo, que han dejado entrever algunas ramas que en unos meses habrán cubierto por completo todos estos autos.

—quizá ya no estén aquí—comenta Jade, caminando agachada entre los autos, con el rifle listo para disparar si hace falta.

—no perdemos nada con revisar—le responde Michelle a su lado, no muy convencida de lo que dice.

llegan hacia el lobby principal, desde donde se pueden ver los otros pisos. de frente puede ver una linda fuente seca, con un ángel en el centro.

apuntando con sus rifles a todos lados, caminan hacia ella.

—no creo que haya nadie aquí, esto está vacío—dice el señor Tadeo.

Ansel camina más allá de la fuente, revisando con la mira de su rifle los pisos de arriba.

el general se sienta en la fuente con la cabeza gacha. intenta mantenerse fuerte pero no puede parar de pensar como le dirá a Indigo que no encontró ni rastro de su hija. Tadeo se acerca a él mientras le da unas palmadas en la espalda, mientras que Michelle van a la tienda de ropa de al lado, quizá puedan tomar algo de ropa para la comunidad.

—no tienes que ser tan duro contigo mismo, Rogelio. no es tu culpa—le consuela su amigo, quien sabe cuán exigente puede llegar a ser consigo mismo.

Rogelio no puede decir nada. Un recuerdo muy feo del dia que falleció su pequeña hija lo inunda, creandole un nudo en la garganta.

—no hay forma fácil de decírselo, Tadeo—el general levanta la cara hacia su amigo, con los ojos cristalizados. Este frunce los labios, abriendo la boca para hablar, pero una bala le perfora el hombro, soltando un grito de dolor y cayendo de rodillas tomando su brazo.

—¡Abajo!—grita el general al ver el piso superior y ver un tirador. arrastra a su amigo hasta la boutique donde se encuentran las chicas, mientras las balas chocan en el suelo muy cerca de ellos, percatandose de que no solo hay un tirador, pero no puede tomarse el tiempo de mirar y contarlos.

las chicas lo ayudan con Tadeo, mientras él furioso se gira, se agacha, pone sus codos en un aparador caído y empieza a disparar a cada el que ve. Jade se le une, mientras Michelle rompe un pedazo de camisa que hay en el suelo, y empieza a presionar sobre la herida.

Termina por sacar varios retazos de la camisa, para poder detener el sangrado, pero la sangre sigue saliendo.

— ¡Hay que salir de aquí!—grita, pero ninguno de los dos le hace caso al seguir disparando. toma su radio del cinturón, y comienza a hablar contactando a Kyra—necesitamos que vengas por nosotros, al estacionamiento, cambio.

sabe que kyra recibe el mensaje, cuando escucha su respuesta desde el otro lado.

—ya mismo voy.

luego de unos cuantos trapos empapados de sangre, y ningun enemigo abatido, el sangrado del señor para, pero aparenta un tono palido, lo cual no es una buena señal.

michelle se acerca a la entrada, cubriendose de las balas por medio de la pared.

—¡Ansel!—grita, pero no obtiene ninguna respuesta, ayudando a disparar.

Jade le ha logrado dar al tirador que empezó a dispararles, y los otros dos han salido corriendo.

—es momento de irnos—dice el general para ver a Tadeo, quién se encuentra recostado, forzándose a abrir los ojos.

—yo no pienso irme sin Ansel—Michelle lo ve, y revisa su cartucho—vayan al auto con Tadeo y esperen a Kyra, yo iré por Ansel.

Hace caso omiso a los gritos del general, y sale, cuidándose de las barandas y los tiradores

—iré con ella—dice Jade, y también sale corriendo justo cuando el general le diría que no.

—dios, que tercas—exclama el general, colgando el brazo bueno de su amigo en su hombro, haciendolo salir de la tienda.

—al menos saben disparar, no como tú—se ríe quejoso Tadeo, recordandole que no pudo abatir a ningún enemigo. el general no se ríe por el comentario, al estar nervioso por la situación en la que están.

Para cuando llegan al auto, Laurent le improvisa a Tadeo una venda en el hombro con un trozo de su camisa, acostándolo en los asientos traseros.

el general suspira, viendo por donde vinieron, esperando que aparezcan los demas.

—vete—le suelta el herido, y este lo voltea a ver de golpe—no te necesito, ve a por ellos.

el general lo ve por un momento, y sin pensarlo dos veces, se acomoda el rifle y le quita el seguro.

—no te muevas de aqui—le dice mientras sale corriendo hasta la placita.

—¡tampoco es como que pueda irme con un brazo herido!—dice Tadeo, rodando los ojos.

Un rato después, al estacionamiento llega otro auto. Kyra se baja primero, accionando la radio.

— ya llegamos ¿me copian?— espera un minuto, pero ninguna respuesta llega.

los chicos se bajan, y empiezan a mirar por encima de los autos.

— ¿ese no fue el auto que se llevaron?—pregunta Maya señalando el carro gris plomo que usaba el primer grupo.

Kyra se acerca despacio, apuntando con el arma. Maya la acompaña, mientras que los chicos revisan el estacionamiento.

ven una de las puertas abiertas, y al divisar al señor Tadeo se acercan corriendo, haciendo zigzag entre los autos.

—¡Tadeo!

El señor Tadeo acostado en los asientos traseros, inmovil, no responde a la llamada de Kyra. estas llegan e intenta sentarlo y espabilarlo, pero nada funciona. Kyra le propina unas cachetadas, pero el señor no abre los ojos, viéndose extremadamente pálido.

—se desangró... —comenta Maya, haciendo que tanto Kyra como los chicos que acaban de unírseles vean los asientos y el piso del auto, no solo manchados de sangre, si no con pozos del mismo líquido.

Kyra se levanta y patea la rueda del auto, maldiciendo por lo bajo. Maya se voltea y empieza a suspirar tratando de quitar el nudo de su garganta.

— ¿ustedes creen que los demas...?—pregunta Maya, sin poder seguir porque un sollozo se le escapa. La idea de que la ultima vez que vió a su hermana discutieron, la hace sentir muy mal. Esteban empieza a negar con la cabeza.

—no, es imposible.

Maya se acerca a él para abrazarlo, tratando de calmarse ella y también a él. Pero él sigue negando con la cabeza. Su amigo no se mueve, pero lo mira con mucha tristeza.

—Esteban, tienes que prepararte a la idea de-

Kyra intenta hablarle, pero este la interrumpe. asustando incluso a Maya, quien se separa del susto.

— ¡Ellos no están muertos!

por un momento se miran las caras, y Esteban suspira, tratando de calmarse.

—lo siento—dice bajando la cabeza.

—Tranquilo, está bien—le consuela Kyra, dándole una palmada en el hombro—pero tienes que calmarte si vamos a entrar.

Esteban asiente, y Kyra empieza a caminar, Maya le hace una seña a Benjamin, y este va detrás de la chica.

—Ven—Maya toma la mano de su novio, y este levanta la mirada un poco para verla.

—perdón por asustarte—mira hacia un lado, sin poder verla a los ojos. Ella le responde con una leve sonrisa, atrayéndolo hacia ella para abrazarlo.

No duran tanto tiempo así juntos, porque saben que tienen que seguir. Ella separa el abrazo, y deja un beso en su frente.

—los encontraremos—anima ella. Esteban Asiente, y ambos se van caminando por donde se fueron Los otros.

Ya en la plaza principal, no logran divisar a lasa personas con las que vinieron.

—Veamos allá—señala Esteban una tienda a la izquierda, parece ser una juguetería.

Caminan con mucho cuidado hacia allá, mientras miran en todas las direcciones. La tienda, como todas Las demás, está hecha un desastre.

Registran la tienda, pero no encuentran nada mas allá de estanterias caidas, algunos juguetes rotos y trozos de vidrios por el suelo.

Esteban distrae su mirada en un lindo pony amarillo de madera y se acerca para tomarlo.

—Mira Maya, podríamos llevarle esto a grac...

Se queda mudo Al dar la vuelta y ver como un hombre vestido de negro está detras de Maya, sosteniendo un trapo sobre su nariz. Maya tiene los ojos cerrados, parece estar desmayada.

El hombre aprovecha el shock de Esteban, y se echa a Maya al hombro como un saco de papas, arrancando a correr, lo que espabila al chico.

Este sale corriendo con su lanza en frente. Dirigiéndose a las escaleras detrás del tipo.

— ¡eh! ¿Esteban?—Kyra sale de una de Las tiendas, y ve la escena, volteando para avisar—Benjamin, vamos.

Ambos salen de prisa, pero unos disparos los hacen esconderse de nuevo.

—mierda, mierda—suelta Kyra, mientras dispara a la vez que se esconde.

—vamos, muere—susurra Benjamin, mientras le roza el cuello a uno de sus atacantes, dejando boquiabierta a Kyra.

—sabía que eras bueno, pero no mejor que yo—sonríe Ella, mientras abate a otro con un disparo en el estómago—olvidalo, sigo siendo mejor.

—retractate—Reta él con una sonrisa, y sale del escondite disparando rápidamente a los otros dos que quedaban.

Empieza a reírse, mientras Kyra sale y le golpea el hombro.

— ¿Estás loco? No eres superman—reclama ella, pero Benjamin no le hace caso porque sigue sonriendo.

—pues la próxima vez no digas que Eres mejor que yo en algo—le suelta él—vamos, después te doy unas clases de tiro—le dice corriendo a la escalera. Kyra rodea sus ojos y sale corriendo detrás de él.

Esteban llega hasta el segundo piso, persiguiendo al raptor de Maya.

—¡Bajala! —le grita este, pero el hombre solo sigue corriendo.

El hombre no hace caso, y entre unos pasillos se pierde de la vista de Esteban.

—maldita sea—suelta por lo bajo con el bastón en alto, preparado por si tiene que atacar.

Llega hasta el final de la estancia, viendo por las vidrieras como el intenso sol lo ilumina. Toma un poco de aire, y luego suspira fuertemente. Con la guardia baja se voltea, y ve al hombre de antes corriendo hacia él.

— ¡Buen vuelo!—Grita este, antes de empujar a Esteban contra las vidrieras, haciéndolo caer al vacío.

El tiempo empieza a ir lento para él. ve algunos pájaros volar en cámara lenta mientras siente por todo su cuerpo el refrescante viento. Todos sus recuerdos empiezan a volar con él por el aire acompañándolo. No grita por el shock. su cara de miedo lo corrobora, hasta que impacta contra el suelo, y su cara se relaja.

Kyra y Benjamin corren por el primer piso al escuchar algunos disparos. Llegan hasta una zona abierta, con una gran fuente de mármol sin agua en el medio. La luz que entra por el techo de vidrio hace ver a unos 6 tipos, contra Michelle y el general, quienes se esconden como pueden tras la fuente.

El ruido empieza a despertar a unos furiosos mordedores, que llegan desde todos lados.

— ¿Dónde están Los demás?—grita Kyra por encima de Los disparos, llegando con Michelle y el general.

—¡No lo sabemos! ¡Jade estaba detrás, pero cuando empezaron a dispararnos ya no la vimos!—responde fuertemente El general.

— ¿Tampoco han visto a Esteban y a Maya?—pregunta Benjamin, disparándole a un mordedor por la derecha.

Michelle se voltea hacia él bruscamente, la sorpresa en su cara se transforma en miedo.

— ¿Como que mi hermano está aquí?—empieza a ver a sus acompañantes, atónita. Nadie le contesta, pues los enemigos empiezan a retirarse.

—debemos irnos—grita El general, fallando un disparo a uno de los tipos, volteandose para dispararle a algún mordedor.

Todos se levantan, pero Michelle es la única que niega con la cabeza.

—No podemos irnos sin los demás—grita Ella.

—Si nos quedamos aquí moriremos, Michelle—le recuerda Benjamin, pero ella sigue negando.

—¡Tenemos que buscarlos! ¡No me importa morir!—todos la ven, pero El general es el que la hace volver a la realidad.

—Si están vivos, los encontraremos, pero muerta no podrás hacer nada por ellos.

Las lágrimas empiezan a cubrir sus ojos. El pensar que hace unas horas tenía a su hermano y novio a su lado, y ahora no hay ni rastro de ellos.

Empiezan a correr hacia las escaleras, volteandose cada tanto para reducir la cantidad de mordedores.

Michelle se guarda unos sollozos mientras corre, pero no se permite llorar en la situación en la que están. Por encima, intentan ver si logran dar con los demás, pero solo ven lugares vacíos y mordedores hambrientos.

ya en el estacionamiento, el general se sube al auto en el que vinieron, con el cadáver de su compañero atrás. los demás, se suben al otro auto, y ambos arrancan cuando la multitud de mordedores empieza a aparecer.

todos se sienten abrumados y derrotados. ¿cómo es posible que de 9 personas solo vuelvan 4?

Michelle se queda viendo los alrededores, en busca de alguna señal, pero no hay nada. a medio camino se derrumba en la parte de atrás, las lágrimas empiezan a rodar por sus mejillas, y es que, no se siente mal porqué esté sola, se mortifica por no haber salvado a las dos personas que más ama.

Kyra y Benjamin la ven desde los puestos de adelante. Benjamin hace amago de decirle algo, pero Kyra lo detiene, dejándola que libere todo lo que tiene por dentro.

Si bien, su cabeza es un embrollo ahora, intenta mantenerse con fé de que sobrevivan y es que saben que son capaces de ello, pero ¿y si no? ¿y si no pueden? no maneja bien la idea de que ya no estén con vida, por qué está decidida a encontrarlos.

A pocas calles de polaris, entre las lágrimas y la negación, su mente da con algo. ¿Por qué fueron ahí en primer lugar? Esa emboscada no podía ser una simple casualidad, ellos estaban esperándolos. ¿será que...? no... ¿o si...?

los dos chicos adelante voltean repentinamente hacia atrás, cuando ven a Michelle riéndose. Más que risas son carcajadas.

—Michelle... ¿qué sucede?—le pregunta el chico. no es nada normal que de llorar pase a carcajearse.

Ella no le contesta, hasta después de un rato, cuando ve la entrada de polaris acercarse.

—Esa sucia mentirosa.

Morgan y Tania han sacado a indigo de la enfermería, y se han puesto a enseñarle los alrededores. Las heridas de Índigo han empezado a sanar, a comparación de cómo se encontraba ayer.

— ¿cómo te sientes?—le pregunta Tania. ella y Morgan van agarrados de la mano.

—Todavía me duelen un poco los golpes, pero me siento mejor—responde—aunque... estoy un poco ansiosa. ¿ustedes creen que hayan podido encontrar a mi hija?—voltea a verlos, con una pequeña sonrisa esperanzada.

tania ve a morgan sin saber qué responder, pero morgan siempre encuentra cómo salir de los apuros.

—si dieron con ellos, estoy seguro que les han dado buena pelea—responde él con una sonrisa. su novia y la chica lo ven confundido.

— ¿Eso quiere decir que volverían con mi hija?—pregunta de nuevo índigo, deteniéndose en uno de los bancos para sentarse. la pareja se acomoda en los asientos también. Morgan solo se limita a asentir, ganándose una sonrisa de indigo.

Ellos saben que la probabilidad de que encuentren a la niña es baja, ya sea porque no la encuentren o esté sin vida. ¿Pero cómo traer a la realidad a alguien que muestra tanto anhelo en sus ojos?

el ruido en la entrada capta su atención. los portones empiezan a abrirse para dejar entrar a dos autos. los portones vuelven a cerrarlos.

Los autos se estacionan en la entrada, y la primera en salir es Michelle, quien con la mirada roja empieza a buscar algo entre todo el lugar. los demás se bajan también, y Michelle encuentra lo que buscaba.

con paso apurado se acerca a las tres personas sentadas en el banco. no solo su mirada desprende odio, si no también la fuerza de sus pisadas y sus puños cerrados.

—Michelle, pudieron encontrar a...

Indigo, quien seguía entusiasmada viendo hacia los carros queriendo ver a su hija, no se percata cuando Michelle la toma por la camisa y la jalonea.

— ¡Eres una sucia mentirosa!—le grita esta.

— ¿q-que? ¿y-yo?—pregunta la chica, confundida.

—Michelle, ¿qué te sucede? necesitas ca...

Morgan intenta zafar la unión, pero Michelle lo empuja con uno de los brazos.

— ¡Deja!—le grita a Morgan, para volver con su presa— ¡Dime! ¿Dónde los tienes?

Los ojos de indigo empiezan a mirar a todos lados en busca de ayuda, no soporta ver el odio en la mirada de Michelle.

— ¡No se a que te refieres! ¿pudieron encontrar a mi niña?—pregunta la mujer, aún esperanzada de saber que es de su hija aun cuando no la vio bajarse de ningún carro.

Por el contrario, la pregunta no le sienta bien a Michelle. Del enojo, un ojo empieza a temblarle, mientras que le propina una cachetada a Índigo. Benjamin y el general corren y terminan por separarlas.

— ¡Ya deja de mentir! ¡Mentirosa!—grita Michelle, mientras que Benjamin se la va llevando a la fuerza, mientras que ella quiere ir a golpear a Índigo. Todos los habitantes han visto la escena, aunque se han mantenido al margen.

el general ayuda a la chica a sentarse mientras que se cubre el rostro para llorar.

— ¿qué le pasa?—pregunta Morgan, enojado por la actitud repentina de Michelle. nunca la había visto de tal forma.

—El grupo que atacó a índigo, nos atacó a nosotros también. Tadeo... murió—la noticia les cae mal a tania y morgan. indigo para de llorar para ver al general—Esteban, Maya, Ansel y jade desaparecieron. Creemos que se los llevaron.

Morgan maldice por lo bajo, y Tania toma un poco de aire para no llorar. indigo al escuchar empieza a llorar de nuevo.

—lo... la-lamento mucho—dice entre sollozos. el general la abraza, tratando de reconfortarla.

—no te preocupes, tu no sabias lo que pasaría—le anima Laurent—lamento mucho no poder encontrar a tu niña.

esto hace soltar unos cuantos llantos más, en lo que se les une Kyra. Tania y ella se dan un abrazo, ambas felices de que la otra esté bien.

—kyra, reúne a todos, tengo un anuncio que dar—ordena el general. Kyra asiente y va camino a hacerlo, mientras que la pareja también se va para ayudarla.

—Michelle... Ella no es así, solo que ha perdido mucho hoy—le comenta el general, y ella se separa de él, limpiándose las mejillas mojadas, mientras sus ojos la siguen mojando.

—puedo entenderla, no se preocupe.

el general le sonríe tristemente mientras asiente, levantándose del asiento. las personas empiezan a llegar, reuniéndose alrededor de la plaza. En lo que el general pone al tanto a la comunidad de los acontecimientos del día, Benjamin ha llevado a Michelle a su departamento.

Michelle no ha parado de llorar en todo el camino hasta acá. benjamin intenta sentarla en el sofá mientras va por un vaso de agua, pero esta no puede mantenerse sentada.

—no puedo respirar—empieza a decir, caminando toda la estancia, tratando de tomar aire. empieza a darle golpes en el pecho con la mirada perdida, hasta que llega Benjamin y la detiene.

—Michelle—la llama, pero ella sigue desesperada tratando de agarrar aire, mirando hacia todos lados—Michelle, mirame—toma su rostro entre sus manos, haciendo que la chica haga contacto visual—imitame, inhala, exhala—le dice, mientras realiza las acciones. Michelle empieza a seguirlo, hasta que después de un rato puede respirar con regularidad. hasta que los sollozos llegan. Él la lleva y se sientan ambos en el sofá.

— ¿Tú me crees cierto? es culpa de ella, es una mentirosa—Michelle toma las manos de benjamin, viéndolo a los ojos, pero este niega con la cabeza.

—no es culpa de ella michelle, solo fué alguien que pidió ayuda y nosotros la ayudamos—dice él, y antes de que Michelle pueda rebatirle, continua—lo mismo que estaba pasando ella por encontrar a su hija, lo estamos pasando nosotros ahora también. Yo también me siento culpable por lo que pasó, al igual que tú. pero no podemos revertir el tiempo, solo nos queda pensar y buscar una solución.

por un rato, ninguno dice nada, pero los ojos de Michelle vuelven a llenarse de lágrimas. Benjamin empieza a acariciarle las manos para reconfortarla.

—se que te duele que no sepamos nada de ellos. yo también perdí a mis mejores amigos y duele tanto como el día que perdí a mi padre—una lágrima triste empieza a rodar por su mejilla, al mismo tiempo que él se la quita—pero no puedo perder el tiempo llorando. ustedes no me dejaron solo cuando perdí a mi padre. y yo no te voy a dejar sola ahora.

las lágrimas de Michelle empiezan a caer, y se acerca a benjamin para abrazarlo.

—aunque creas que estás sola, no lo estás. yo estoy aquí contigo.

—gracias...—es lo único que le responde Michelle, y él empieza a sobarle la espalda. se quedan un rato así, mientras que Michelle suelta todas sus lágrimas. A Benjamin también se le escapan algunas, pero no permite que Michelle lo note.

el sol empieza a ponerse y la lluvia cae. empieza como unas cuantas gotas, pero luego la intensidad empieza a subir.

El hambre llega, por lo que benjamin se va a la cocina para preparar un poco de comida para ambos. Mientras, Michelle se queda viendo por la ventana, su departamento tiene vista hacia la calle frente a la comunidad, por lo que se queda viendo los negocios y el bosque.

tiene la mirada perdida, hasta que se topa con algo inusual, y es que en la entrada al pequeño bosque, ve a alguien viendo hacia la entrada de polaris. parpadea unas cuantas veces para cerciorarse de lo que ve, podria ser algun efecto raro de la lluvia. pero está segura de que es una persona, y sale corriendo luego de localizar uno de sus cuchillos.

— ¿Michelle?—sale Benjamin de la cocina cuando escucha el portazo—no puede ser—se devuelve para apagar la cocina y poder perseguir a la fugada.

Michelle llega abajo, y ella misma abre los portones, pese a que la gente de guardia le dice que no es buena idea salir sola. sale corriendo en dirección al tipo, pero este empieza a correr en cuanto la ve.

— ¡Michelle!—escucha que gritan detrás, pero no se detiene.

se adentra en el pequeño bosque, los zapatos se hunden en la tierra mojada pero no se detiene, aun pudiendo ver al hombre que escapa de ella a pesar de los árboles y la lluvia. la noche empieza a caer y la lluvia cesa un poco. Ella sigue corriendo hasta que ha salido del bosque y no sabe dónde se encuentra.

Sigue persiguiendo a la persona, no sabe cuánto tiempo ha estado corriendo, pero lo cierto es que necesita alcanzar a la persona. Unas calles más, el hombre se le pierde. Entre la oscuridad intenta buscarlo, hasta que siente un golpe en la espalda.

se queja por el dolor, y se gira, alejándose. Solo puede ver una sombra por la oscuridad, pero la luz de la luna la ayuda a visualizar un poco al chico de sombrero de paja y ropa oscura que vigilaba su comunidad. las gotas de lluvia empiezan a molestarle en la cara.

— ¿quién eres?—pregunta, pero solo obtiene una sonrisa como respuesta. la luz de la luna lo hace ver tétrico— ¿tu te los llevaste cierto? ¡Dime donde están!

el tipo no le contesta, pero se abalanza sobre ella, por suerte lo esquiva. Ella intenta clavarle el cuchillo, pero él también es rápido, por lo que no le da tiempo de defenderse cuando le da un golpe en la canilla, y luego de eso la tumba con un barrido.

no le dice nada, pero se despide agitando su mano en el aire antes de abalanzarse al suelo para apuñalarla. pero esta rueda en el piso y cuando él ha caído, le clava el cuchillo al costado del estomago.

este se queja y se presiona el estómago con la mirada fija en ella. el tipo logra tomar una de sus piernas, y por más que Michelle patalee, no es suficiente para soltarse del agarre. el tipo usa su cuchillo y con una sonrisa se lo clava en el talón.

Michelle suelta un grito alarido luego de darle una patada con el otro pie al tipo. este se levanta del suelo, dispuesto a seguir, pero cerca empiezan a gritar el nombre de ella.

el tipo se levanta rápidamente y le lanza un beso en la oscuridad, yéndose apresuradamente. Michelle intenta pararse y seguirlo, pero cae. alguien llega para sostenerla. al girar ve a Benjamin, y a su lado, el general.

—rápido, se fue por allá, está con los que nos atacaron—suelta entre quejidos. el general se agacha y la alumbra con la linterna. al ver que sangra mucho, rompe un pedazo de su camisa, y se lo amarra fuerte en la pantorrilla baja, para que no corra tanta sangre.

Benjamin se ha alejado de ellos para seguir al tipo hasta unos almacenes, pero lo que encuentra lo deja atónito, así que vuelve con ellos.

—Creo que deben venir a ver esto—dice asustado, como quien ha visto a un fantasma.

el general carga en brazos a Michelle como a una bebe, y siguen a Benjamin.

no hacen ruido para que los mordedores no reparen en ellos, pero lo que ven los confunde mucho.

Un grupo grande de mordedores, de al menos unos 30, se encuentran dando vueltas en círculo, como si fuesen ovejas en rebaño. sin duda es una actitud que no habían visto antes en ellos.

—no se que sea esto, pero es un problema más a la lista—comenta Benjamin, mientras observan el circulo de mordedores.

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¡Hola gente! espero hayan tenido una bonita navidad. Plis no me maten por nada de lo sucedido en este capitulo jeje.

espero les haya gustado el cap, los que vienen son intensos.

Sin mas que decir, ¡Feliz año nuevo! nos vemos la próxima semana, o bueno, el próximo año :b

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