Capitulo 10
3 meses han pasado desde que los chicos han llegado al campamento polaris.
—Buenos días, hermanita—Esteban se encuentra con su hermana en el corredor de su piso. Michelle se acerca para darle un beso en la frente y un abrazo.
Cuando el campamento se estableció en este conjunto residencial, a cada una de las 25 personas en ese momento, se le asigno un apartamento. Muchos decidieron compartir apartamento como Michelle y Ansel; o Esteban y Benjamin en el apartamento de en frente, encantados con la idea de ser roomies.
Maya y Jade decidieron quedarse con el departamento al lado de ellos, para estar todos juntos, viviendo su fantasia de ser como Los de friends. Solo que sin electricidad y criaturas caníbales.
Un piso mas abajo de ellos, Tania y Kyra han decidido también estar juntas, mientras que Morgan se ha quedado con un apartamento para el solo.
El conjunto residencial cuenta con 6 edificios de 8 pisos, 3 a cada lado, con una pequeña plaza en el centro, y múltiples espacios verdes que han usado para plantar algunas semillas, que debido a la extensión de dos meses del invierno, no pudieron darse. Pero hace dos semanas con el fin de la nieve, plantaron nuevas semillas que para sorpresa de muchos se dieron rápidamente en unos días.
La doble entrada les otorga un poco mas de seguridad, ademas de haber reforzado con autobuses y grandes camiones el perímetro.
Cuando llegaron, aun quedaban 4 edificios infestados de mordedores. Pero cuando empezaron a aceptar mas gente, con mas ayuda lograron limpiar cada uno de los edificios.
Cuentan con dos puestos de vigilancia, uno en la entrada principal con vista a la calle, y otra al fondo de la residencia con vista al bosque que queda detrás de la residencia, el cual usan para las clases de tiro.
— ¿Hoy les toca clase de tiro?— Esteban cierra tras de si su puerta, y su hermana asiente, ambos empiezan a bajar las escaleras juntos.
— ¿A que hora es tu sesión de cuentos? me gustaría ir—A diferencia de los demás, quienes si toman clases de tiro y que ahora les enseñan a otros, Esteban y Maya no quisieron tener nada que ver con ello, pero cuando empezaron a llegar niños a la comunidad, Esteban decidió hacer sesiones de lectura, por lo que dos veces a la semana él y los niños se reúnen en la plaza a escuchar un cuento.
—A las tres, te guardaré un lugar—Ambos se sonríen, y salen del edificio.
Esteban se despide de Michelle, y toma camino hacia el primer puesto de vigilancia. Sube la estructura que entre unos carpinteros construyeron, y se encuentra con Maya.
—Llegas tarde—Le dice ella enojada, pero el se le acerca con una sonrisa y le da un beso en el cachete, que le suaviza la expresión.
Toma unos binoculares, y visualiza la soledad de la ciudad.
— ¿Has visto a Benjamin?—Esteban la voltea a ver, y ella niega con la cabeza, mientras bebe un poco de agua.
— ¿Hoy es su cumpleaños no?—Benjamin vuelve a asentir.
—Le agradezco mucho que haya estado marcando los días en el calendario, si no no sabría que es hoy—responde él, recordando como todas las mañanas Benjamin al despertar tacha con un marcador los días, para no perder el sentido del tiempo.
— ¿Sabes que se celebra hoy también?—Esteban se queda pensativo, pero no logra acordarse, ganándose un golpe en el hombro de Maya—¡Nuestro mesiversario!—Le regaña ella, y la cara de Esteban se esclarece, acercándose para abrazar y levantarla al aire mientras esta sonríe.
Cuando llegaron aquí, las cosas para todos estaban mas tranquilas, por lo que podían seguir sus vidas hasta cierto punto.
— ¿Estas seguro que el general Laurent te dijo que lo esperáramos en el bosque?—le pregunta Maya a Esteban, mientras caminan al segundo puesto de vigilancia.
—ya te he dicho que si—le responde el, asintiendo por novena vez en 10 minutos—de igual forma estas conmigo, no te pasará nada.
—si, claro—responde ella, y él suelta un sonido de indignación, lo que hace que Maya se ria, y luego el.
Realmente, el general no les ha dicho nada. El bolso de "armas" que carga Esteban contiene una sorpresa para Maya. Después de todo lo que han pasado, piensa que no hay mejor momento que el ahora para confesarle a Maya todo lo que siente por ella.
Llegan al puesto de vigilancia, saludan a Benjamin, y este les corre la puerta para que puedan salir al bosque.
— ¿Porque no viene Benjamin?—pregunta ella, mirando hacia atrás, viendo que siguen solos.
Esteban no le responde, si no que se adelanta y se planta frente a ella. La nieve y el frío son testigos del momento. Ambos se miran por un rato, hasta que Maya hace amago de hablar, y es cuando Esteban la corta.
—Me gustas—Le suelta él sin mas, desprendiendo notablemente vaho del frio. Ambos distinguiendo sus caras con la potente luz de la luna.
Maya se encuentra anonadada, sin saber que decir o hacer. Esteban al verlo decide seguir.
—No sé cuando empecé a sentir esto por tí, pero lo cierto es que me gustas. Y aunque decidía mantenerlo en secreto, toda esta situación me hizo ver que no tenemos todo el tiempo del mundo—Esteban se acerca a ella, agarrando con sus manos una de las suyas—Sea poco o mucho, me gustaría poder pasarlo junto a tí.
Antes de que a Maya le de tiempo de decir algo, abre el bolso de armas que traía, y de el saca un frasco brillante. lo pone frente a ellos, y Maya nota a todas las luciérnagas que revolotean alrededor de un tulipán azul.
—Recuerdo la vez que me dijiste lo mucho que te gustaban los tulipanes—maya toma el frasco en sus manos, aun sorprendida. sus ojos llenándose de lagrimas—en especial los de este color. lamento tanto que sea artificial, pero creo que la intención es la que cuenta—sonríe. Michelle se había encargado de conseguir el tulipán en una de sus expediciones.
Maya empieza a pensar que decir, pero lo único que quiere es un abrazo, por lo que se lanza hacia Esteban y este la toma estabilizándose para que no caigan los dos. Ambos con una sonrisa.
— ¿Quieres ser mi novia?—Maya se separa de el, y lo ve a los ojos, unos ojos azul celeste que desde El principio la han hechizado.
—Pensé que nunca me lo pedirías—ambos sonríen, y Esteban se acerca a Ella, acariciándole la mejilla y cortando El espacio entre sí, hasta que sus labios se juntan en Un tierno beso bajo la Luz de la Luna y el croar de un grillo.
Otros que también decidieron seguir con sus vidas, fueron Tania y Morgan, quienes desde el primer momento sintieron un flechazo hacia el otro.
El general Laurent, le ha dado un espacio en la planta baja de uno de los edificios a Tania, para que hiciera de él una enfermería. Morgan y ella han estado leyendo bastantes libros de medicina, por lo que ambos son los encargados de los enfermos y heridos.
Ansel es el último en llegar a la clase de tiro, cruzando la puerta, ve a su novia con una sonrisa, saluda al estilo militar al general Laurent, y hace un saludo general para los demás.
Morgan se encuentra molestando a Benjamin, pero este solo lo ignora, mientras que Kyra empieza a repartir las armas a cada uno.
—Deja quieto al chico—le dice entregándole las armas a ambos.
—jamas—dice, y se ríe. mientras que Kyra lo juzga con la mirada.
—loco—le dice Benjamin mientras se aleja unos centímetros de él. Morgan se ríe un poco mas por eso.
—¡Vamos a empezar!—anuncia el general, y todos se colocan en posición para disparar.
Luego de un rato, y muchas latas y botellas impactadas por balas después, la practica de tiro terminó. Todos se van yendo el general, quien se queda recogiendo los blancos que usaron (en su mayoría latas vacías).
—Estuvo buena la practica de hoy—Le dice Kyra al general—los nuevos están mejorando.
El general asiente mientras cierra el bolso, pero Kyra nota su ausencia.
— ¿Todo esta bien general?—Laurent se enfoca en ella, y frunce los labios, negando con la cabeza.
—Estoy preocupado—responde él, y antes de que Kyra pregunte, sigue—cancelaré por un tiempo las clases de tiro, necesitamos guardar municiones, ya se nos están acabando.
—Lo avisaré—Kyra asiente, y ambos empiezan a caminar para entrar en los muros.
—también tenemos que mandar un grupo a por comida—Kyra vuelve a asentir— ¿necesitan ayuda para la cena de hoy?
—tenemos ya quien nos ayude—el general asiente—ademas, tenemos preparada una sorpresa para un cumpleañero hoy.
el general abre los ojos sorprendido.
— ¿Benjamin? escuché como Morgan lo molestaba con que era su cumpleaños—Laurent suelta una pequeña carcajada al recordarlo—el chico lo estaba matando con la mirada.
—Espero que no le haya mencionado nada de la sorpresa—Kyra niega con la cabeza, imaginando 30 formas diferentes de matar a Morgan en caso tal de que se haya ido de lengua suelta.
Ambos se despiden, y todos siguen su mañana tranquilamente.
Al llegar la tarde, el turno de Maya y Esteban ha terminado, por lo que ambos se van a su apartamento a darse una ducha, para estar mas fresco para la hora de los cuentos.
Cuando llegan al apartamento, entre risas, ven a Benjamin comiéndose unas galletas en la encimera de la cocina.
Benjamin tiene la vista perdida en un punto del piso, por lo que no ve cuando es abrazado por delante y detrás.
— ¿Qué?—se asusta, y enfoca su vista a sus dos mejores amigos.
— ¡Feliz cumpleaños!—dicen ambos al unisono.
Se despegan de Benjamin riéndose, y el chico se baja de la encimera, recibiendo abrazos fuertes de ambos.
—en la mañana no te encontramos—le dice Maya. El trio va y se sienta en el sofá de la sala.
—me desperté mas temprano y salí a caminar—les responde el, y ambos asienten.
—sabemos que... ha de ser difícil estar en una fecha importante sin tus padres—Esteban pasa su brazo por encima de sus hombros abrazándolo. Maya toma una de sus manos y empieza a acariciarla—y sabemos que nada podría reemplazarlos, pero estamos aquí contigo, no dejaremos que estés solo jamás—una lagrima empieza a rodar por la mejilla de Benjamin, y Maya se la seca.
—Los amo mucho—sonríe, y se dan un abrazo grupal.
—Recuerda que ya eres mayor de edad, como te vea agarrando otras vez mis galletas, le diré al general laurent que te ponga en prisión—amenaza Maya, y los tres se desternillan de risas.
Para la hora de lectura, Esteban se sienta en un banco de madera en la mitad de la plaza, con los niños sentado al frente en un semicírculo. Ademas de Los 8 niños, varios adultos, entre ellos sus amigos, están sentados en el suelo también.
La forma apasionada con la que Esteban lee Los cuentos, atrapa a la persona que lo escuche, y en un apocalipsis sin nada que hacer, es una de Las mejores distracciones que tienen.
Esteban abre el libro que trae, sobre sus piernas, y mira a todos los presentes.
— ¿alguien recuerda donde nos quedamos?—pregunta con una dulce voz.
Una niña, rubia de ojos cafés y pecas por toda la cara, levanta la mano desesperadamente esperando que Esteban la escoja. El lector la señala y le hace señas para que hable.
—El principito se despedía de la Flor, por que haría un viaje—Esteban asiente ante la respuesta de la niña de 9 años.
—Excelente Grace, muy bien, continuamos—Grace se sonroja ante la felicitación, y todos agudizan sus oídos para escuchar la historia—capitulo diez... se encontraba en la región de Los asteroides...
La tarde pasó, y la sesión se alargó hasta que la historia se acabó. Pasaron de Ser las 3 a Las 6, y Los presentes no habían sentido el tiempo pasar, sumergidos en la historia.
Los padres recogen a sus hijos, dándole las gracias a Esteban, haciéndolo sentir feliz.
Se acerca a sus amigos, quienes mantienen una sonrisa.
—entonces, ¿el señor nunca volvió a ver al principito?—pregunta Benjamin decaído, y Esteban niega con la cabeza. Ansel a su lado le da una palmada en el hombro de consuelo.
—Estuvo genial hermanito, que bueno que hagas esto—Michelle se acerca para darle un beso en la frente, Los ojos de Esteban se cristalizan de orgullo—me quedaría mas rato con ustedes, pero tenemos que ir a cambiarnos para ayudar con la cena.
—Nos pasamos de la hora—agrega Ansel, y se ríe.
—nos veremos al rato entonces—dice Esteban, y se despiden.
Michelle y Ansel empiezan a caminar hacia su departamento, compartiendo una sonrisa pilla.
Cierran la puerta tras de sí, y Ansel acorrala a Michelle contra la puerta, viéndola un poco hacia abajo debido a la diferencia de Altura.
—Debemos ir a ayudar—le dice Michelle, pero Ansel no parece prestarle atención mientras juega con uno de sus mechones de pelo.
—solo será media hora—le responde El con la Voz ronca, y Michelle se ríe, dejándolo perplejo.
—¿Tanto? ¿Acaso has practicado? —Ansel no entiende al principio, pero en el momento que su cara cambia la expresion confusa por una de dolor, Michelle vuelve a carcajearse.
—Tanto que me esfuerzo siempre—responde dolido. Michelle le voltea Los ojos, agarrandolo del cuello de la camisa y plantandole un beso, que empieza tranquilamente y luego empiezan a quitarse prendas de ropa, camino a la habitación.
Tania, Morgan y Kyra se encuentran acomodando las mesas de campo del salón de fiestas, que usan para este tipo de cenas.
Generalmente cada departamento tiene sus provisiones y simulando una vida normal, cenan cada uno en sus espacios, pero una vez al mes se hace una cena comunitaria, y casualmente, esta vez cayó en el cumpleaños de Benjamin.
— ¿La señora Grugg si logró hacer el pastel?—le pregunta Tania a su amiga, y esta asiente.
—sencillo, pero cumple su propósito—ambas asienten, y llega Morgan con unos cubiertos de plástico.
—me agrada que hagamos cosas como estas, que estemos en el fin del mundo no significa que no podamos vivir como antes—comenta él, poniendo cada cubierto en su sitio.
— ¿es en eerio que él es el que te gusta?—le susurra Kyra a Tania, y esta frunce El ceño.
— ¿porque? Si es precioso, el wolf cut y la piel morena me mata—le responde Ella con una sonrisa. Kyra intenta agregar Algo, pero niega con la cabeza y se calla.
Poco a poco la gente va llegando, y se unen a ayudar. Específicamente le han pedido a Esteban y Maya que se tarden lo mayor posible, y así estén todos reunidos para la sorpresa de Benjamin.
—ya vamonos, que tengo hambre—empieza a quejarse el cumpleañero.
—ya voy ya voy, que no veo, Esteban, acerca mas la vela—la noche se ha puesto, y está cobrando de las suyas, Esteban acerca mas la vela a su novia para que pueda corregirse el tirante del sostén en El espejo.
Aquí en El campamento, solo utilizan las plantas para el agua, de resto utilizan velas o linternas.
—estoy lista—le echa una mirada cómplice a Esteban.
— ¡por fin!—grita Benjamin levantándose del sofá, alzando los brazos al cielo.
—dramático—le dice Maya cuando pasa a su lado, pero Benjamin no hace reparos porque esta concentrado para ir a comer.
Ya abajo, se dirigen al salón de fiestas. A Benjamin le parece raro que esté oscuro, porque siempre lo alimentan de Luz para estas Cenas.
Al llegar, la luz se prende de golpe, y todos saltan de sus escondites. "Sorpresa" le gritan a Benjamin, quien del susto casi se va corriendo. Con una sonrisa ve a todos los presentes, y luego mira a los lados.
—ustedes sabían, con razón te tardaste mas de la eternidad de siempre—le dice Benjamin a Maya, quien le da un golpe y luego lo abraza, seguido de un abrazo de su mejor amigo.
— ¡hey! ¿Y mi abrazo? Yo organicé Todo esto—dice Morgan acercándose con los brazos abiertos, haciendo reír a Benjamin mientras lo abraza.
—No fuiste tu solo—le dice Kyra, jalándolo del brazo para despegarlo de Benjamin—quítate, ¡Feliz cumpleaños!—Benjamin recibe El abrazo con una carcajada. Al terminar de reír y abrir los ojos, ve a Tania acercándose con lo que parece el bizcocho para un pastel, con una vela de cumpleaños encima encendida.
— ¡vamos todos! Cumpleaños feliz...
Tania anima la celebracion, y todos Al unísono empiezan a cantarle a Benjamin, quién con una sonrisa y lagrimas en Los ojos sopla la vela cuando termina la canción.
—muchas gracias a todos —grita, mientras todos empiezan a sentarse para comer. Tania corta el pastel y con ayuda de Morgan, le hace llegar un trozo a cada persona.
— ¿donde esta el general?—pregunta Maya.
—esta de guardia, dijo que vendría ahorita—le responde Jade, y su hermana asiente.
La cena sigue su curso con normalidad, charlas triviales, chistes y risas, algunas malas miradas de Kyra hacia Morgan haciendo malabares.
—Mi papá estaría feliz de estar aquí celebrando con nosotros.
—lo está benja—le responde Ansel, con una sonrisa—lo está.
Benjamin casi puede imaginarse a su padre sentado al lado de ansel, riendo y tomando un poco de vino. Su imaginación se distrae cuando unos gritos llegan al salón de fiestas.
Un señor llega corriendo, buscando a tania.
—El general ha rescatado a una chica, necesita atención medica—Todos se miran entre sí. Tania, Morgan y Kyra son los primeros en salir detrás del señor. Los demás Los siguen, curiosos de ver que ha sucedido.
En la entrada, el general se encuentra en el piso, con una chica de abundante pelo rubio ondulado, recostada en su regazo inconsciente.
Entre Morgan y Ansel la llevan hacia la enfermería, seguidos por Tania.
— ¿que ha pasado?—Le pregunta Kyra al sargento. La multitud empieza a hablar, y se forma un alboroto, hasta que el general pide silencio.
—La chica estaba siendo perseguida por unos mordedores—responde el sargento—así que no se preocupen, todo está bajo control,. Pueden seguir con la cena o irse a sus casas.
Los presentes asienten. Algunos se empiezan a ir, mientras que otros se quedan cuchicheando.
El general deja el sitio, y empieza a caminar hacia la enfermería. Kyra lo persigue.
— ¿que fue lo que realmente pasó?—le pregunta ella, y ell se detiene en seco, suspirando fuertemente.
—llegó pidiendo ayuda, pero cuando la dejamos entrar, empezó a decir que ellos la persiguian—le comenta él, y sigue caminando. Kyra vuelve a seguirlo.
— ¿ellos? ¿Mordedores?—pregunta ella, pero ve al general negar con la cabeza.
—Antes de desmayarse, decía que unos hombres se habían llevado a su niña—ambos siguen caminando, y a Kyra se le vuelca el corazón—por los momentos hay que esperar que despierte, pero puede ser que estemos ante un grupo problemático.
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