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Caminaba por los pasillos vacíos de la mansión, llendo de vuelta a su habitación.

Su mente aún no lograba digerir lo que había presenciado y mucho menos lo que había escuchado.

Se sentía como un idiota por no haber creído en la palabra de su amigo YoonGi. Y es que tampoco era estúpido como para no darse cuenta de que algo andaba mal, pero prefería cubrir sus ojos y tapar sus oídos antes que perder a su esposo.  Además de que se había enterado por medio del juicio de la aventura que había tenido con su ex socio, pero siempre creyó que había sido el único.

Al enterarse de que eran verdad sus sospechas y que todavía planeaban quitarle aquello por lo que tanto había luchado, fue sido como una apuñalada por la espalda, se sentía traicionado por su propio corazón.

Por un momento estuvo a punto de enojarse incluso con el clon. Llegó a su mente la idea que él también estaba jugando con él, pero era imposible, el clon era tan dulce e inocente, era lo contrario a SeokJin.

Sabía que sería mala idea que los dos convivieran en la misma mansión, ya que SeokJin podía hacerle daño a su clon, pero no permitiría que eso sucediera, él mismo se encargaría de protegerlo, sería su guardián día y noche.

Estaba frente a la puerta de su habitación, pero se detuvo antes de entrar. Y es que no le había dicho nada al clon antes de salir, y eso lo hizo sentirse como un imbécil, el pelimorado tenía sentimientos propios y puede que verlo irse con alguien que es idéntico a él, le haya llegado a afectar. Se culpaba por haberse ido así como si nada, pero la verdad es que ni siquiera él sabía lo que hacía en esos momentos, ver a tu esposo pelearse con el mismo no es algo que se ve todos los días, no literalmente.

Abrió la puerta con sumo cuidado y asomó su cabeza por la misma, no encontró rastro del pelimorado y eso le comenzó a sembrar miedo.

—J-jinnie...—Abrió la puerta completamente, para después introducirse por la habitación, la cual estaba vacía.

Avanzó hasta la cama y no había nadie en ella, ni debajo de esta. Se dirigió al cuarto de baño y estaba totalmente vacío.

Y justo cuando estaba por salir de la habitación para continuar buscando, un sollozo se hizo presente en la habitación, el cual provenía del closet.

—¿Jinnie?—Aproximándose hasta el closet, sin causar mucho ruido.

Lo abrió, encontrándose con la imagen de su esposo, en el suelo, abrazando sus piernas contra su pecho. Y aquella imagen provocó que su corazón se partiera en mil pedazos.

Rápidamente se puso de cuclillas y se acercó lentamente, pero el pelimorado rechazó su tacto al alejarse unos centímetros.

—Jinnie, cariño...

Y a pesar de que existía esa lejanía, a NamJoon no le importó y lo tomó entre sus brazos para cargarlo hasta la cama. Jinnie se removía entre esos brazos que le apresaban, intentando escapar, pero fracasaba en cada intento.

—No te dejaré ir hasta que me des un beso.

Ahora, el pelimorado se encontraba debajo de él. Mientras sus manos eran apresadas encima de su cabeza y por más que intentara zafarse no podía, ya que su esposo era muy fuerte.

—No...—Negó, mientras lo miraba fríamente.

—¿Cómo así?—Arqueó una ceja, divertido.—¿El señor Kim le negará un beso a su esposo?—Acercandose peligrosamente al rostro de su esposo, sin soltar sus manos.

Sabía que NamJoon tenía intensiones de besarlo y por eso mismo volteó su rostro hacia el lado derecho, y el beso de su esposo fue a dar a su mejilla.

—Jinnie...

Volvió a intentarlo, esta vez buscando sus labios del lado derecho y el pelimorado se volteó al izquierdo y el beso nuevamente fue a parar a su mejilla.

—¡Jinnie!—Lloriqueó con un puchero en labios, sintiéndose desesperado por el rechazo de su esposo.—Cariño, ya no estés molesto conmigo, prometo explicarte todo.—Después de decir esto se reincorporo y liberó las manos de su esposo, para después sentarse a la orilla de la cama.

El pelimorado provechó  que estaba libre nuevamente y se adentró  en las sabanas.

—Cariño, por favor...—Trató de levantar las sabanas, pero el que estaba debajo de ellas se lo impidió.

—T-tú...—NamJoon pudó escuchar como su voz se quebraba y eso le ocasionaba ganas de abrazarlo y tenerlo entre sus brazos, para no soltarlo nunca más.—Te fuiste con él...Lo preferirste a él.—Un sollozo provino del bulto que estaba debajo de las sabanas blancas. NamJoon no lo soportó más y lo atrajó hasta sus brazos.

—No lo preferí cariño.—El pelimorado asintió con su cabeza y esto se podía ver a través de las sabanas.—Todo esto es un mal entendido. Pero yo soy el culpable por no haberte dicho que volvería...—Con algo de esfuerzo y resistencia por parte del contrario, logró descubrir al menos su cabeza.—Nunca lo preferiría antes que a ti...Tú eres mi esposo, mi amado, el amor de mi vida y te amo como no tienes idea...

—N-no te creo, ni siquiera lograste reconocerme...—Sollozó. Y NamJoon lo cargó, para después ponerlo en su regazo.

El pelimorado estaba cubierto de sabanas blancas y parecía una dulce bolita de mochi sobre el regazo de NamJoon.

El de tez morena sintió que su corazón podría explotar de ternura al verlo. Depósito un casto beso en su frente y después en sus rechonchos belfos.

—No lo voy a negar, son infinitamente parecidos...—El pelimorado frunció su ceño, indignado y NamJoon lo notó.—Pero, no iguales...—El rostro del pelimorado se relajó y le prestó sumamente atención a su esposo.—Tú eres tierno, dulce, amable, sencillo y humilde...Eres hermoso y eso te diferencía de él.

—Y...¿De físico?—Preguntó, mirándolo con curiosidad, al mismo tiempo que le rogaba por alguna  respuesta que no lo llegara a lastimar.

—Tu hermoso y bellísimo cabello morado, tus hermosos ojos cafés y este...—Tomó la mano izquierda de su esposo, para después besarla dulcemente.—, anillo que demuestra nuestro infinito amor...

—P-pero entonces...¿A qué se refería cuando dijo que el también había tenido uno?—Preguntó confundido, al mismo tiempo que limpiaba sus lágrimas con las mangas de su suéter.

—A-ah, pues, hace tiempo estuvo comprometido con un hombre, pero, fue hace mucho tiempo...—Al terminar de decir esto, soltó un largo y pesado suspiro, que no pasó desapercibido por el pelimorado.

—¿Y tú cómo sabes?—Frunció su ceño, extrañado, pero más que extrañado, celoso.

—Es porque...es tu hermano gemelo...

—¡¿Eh?!—Abrió sus ojos grandemente igual que a dos platos.—¿Él? ¿Mi hermano gemelo?

—S-si, es tu hermano y por lo tanto...mi cuñado.

—P-pero...¿Por qué al llegar me tomó así del cuello y se subió encima de mí?—Al escuchar esto, NamJoon frunció su ceño molesto, pero después se encargaría de eso.

—Eh, puede que de pequeños jugaban rudo y tal vez trató de volver a esos tiempos...—Rió nerviosamente.

—¿Entonces a la próxima puedo tomarlo del cuello yo?—Preguntó con una gran sonrisa.

—N-no, no, no deben jugar rudo. Yo me encargaré de decirle a SeokJin que no juegue de ese modo...—Diciendo esto último con su mandíbula tensada y el pelimorado en su regazo asintió.

Jinnie se removió y se levantó del regazo de su esposo, para después dirigirse a la cama y acostarse en su lado preferido, seguido por palmear el otro lado, invitando a su esposo a dormir con él.

NamJoon asintió enternecido. Se puso de pie y se quitó su bata, donde solamente se encontraba con la toalla al rededor de su cintura. Se adentró a las sabanas para después cubrirse con las mismas. Su esposo ya estaba de espaldas y se apresuró a llevar su mano hasta la cintura de su esposo para pegarlo hacia él, como era de costumbre.

—Nammie...—Llamó el pelimorado, mientras no paraba de pensar en aquel día alocado.

—¿Si? Cariño...—Le respondió, a pesar de que estaba siendo llevado por Morfeo.

Si el es SeokJin, entonces...¿Cómo me llamó yo?

Aquella pregunta logró captar la atención de NamJoon, él cual dejó su sueño de lado y comenzó a poner a trabajar a su hámster mental.

—Eh... Sí, él es SeokJin y tú...eres ¡Jinnie!—Exclamó feliz de no sonar sospechoso.

—¡Verdad que yo soy tu Jinnie!—Comentó con gran entusiasmo.

—¡Por supuesto! Tú eres y serás por siempre mi Jinnie...

Dejó un casto pero dulce beso en su cabellera, para después sentir a su esposo acorrucarse en sus brazos y eso en parte le dió paz.

Pero a pesar de que hace unos minutos estaba a punto de desvanecer de sueño, ahora se mantenía mirando fijamente la ventana, intentando conectar sus cables mentales.

¿Cómo había sido capaz su propio esposo de haberle hecho algo tan cruel?

Y a pesar de que nada pintaba bien, el único rayo de sol en estos momentos era su actual esposo, Jinnie, quien dormía plácidamente en sus brazos.

—Prometo cuidarte siempre...No importa de quién, tú eres y siempre serás mi prioridad.—Le susurró cariñosamente, para después acorrucarse en el cuello de su esposo y dejarse atrapar por el sueño...

La vida le había hecho una mala jugada, había apostado su corazón y le habían ganado de una manera un tanto sucia, pero algo bueno había salido de esa apuesta...Ahora, un nuevo amor iluminaba su vida, y esta vez, era un amor real, lo podía sentir…

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Literalmente dormí hasta las cuatro de la mañana por hacer este capítulo. 😅

Y por lo pronto, creo que es el único que publicaré, ya que no tendré internet en los próximos días. Pero aún así seguiré trabajando en más capítulos, que para ser exactos, ya solamente faltan unos cuantos para terminarla.

💙¡Cuál fue su canción favorita de índigo!💙

✨Las mías, Still Life, Change pt 2 y por supuesto, Wild Flower.✨

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