
🌸35🌸
NamJoon estaba sentado en el césped del jardin, apoyado en sus dos brazos, mientras su esposo se mantenía en su regazo, apoyando su espalda en su pecho.
Ya había pasado un mes desde que habían asistido a la fiesta de gala. Jin no había querido decirle a su esposo el porque ya no soportaba estar más en aquella fiesta, afortunadamente NamJoon no lo presionó, en cambio, lo comprendió, ya que habían pasado escasos meses de su accidente y estar rodeado de muchas personas podía ser agobiador y cansado para su esposo.
Las cosas entre ellos seguían estando bien, seguían de maravilla. NamJoon pensaba que era imposible enamorarse aún más de su esposo, pero al contrario, era imposible no hacerlo. Por otro lado, SeokJin había sido un fiel aprendiz de NamJoon al tratar de entender lo que era el amor, a estas alturas estaba orgullosamente enamorado de NamJoon, de su fiel esposo, de aquel que le amaba ciegamente y que lo trataba como si fuese un diamante único sobre la tierra y justo así era como NamJoon lo miraba, como un diamante único y hermoso.
Para SeokJin no fue difícil saber que estaba enamorado de NamJoon, con el simple hecho de saber que el era la única persona con la cual se sentía protegido, seguro y completo.
-¿Qué tal te cayó Jimin?
-¿Jiminie? Creo que es demasiado tierno.
-Ja, ja, ¿Más tierno que yo?
-Sip, Jiminie es tierno, pero tú eres amh...¿Sexy?-NamJoon casi se atraganta con su propia saliva cuando escuchó decir eso de SeokJin.
-Si recuerdas la definición de sexy, ¿Verdad?
-Sip, y pienso que eres muy, muy, muy sexy...
-Ja, ja, ja.-Rio ante lo adorable que estába siendo su esposo.-Pues yo pienso que eres muy adorable, sexy, atractivo, inteligente, inocente y perfecto...-Abrazandolo por su espalda, enterrando su nariz en el blanquecino cuello de su esposo.
-¿Enserio piensas todo eso de mí?
-Por supuesto, mi amor...-Alejó su rostro del cuello de Jin para comenzar a buscar sus rechonchos belfos y poder dejar un casto beso en ellos, seguido por dejar suaves caricias en el rostro de su esposo con su nariz.-Pero no has respondido, cariño...
-Bueno, Jiminie me cayó muy bien, es muy amable y divertido, pero su novio no me cayó tan bien.-Finalizando con un puchero.-Mmm, ¿Cómo conoces a Jiminie?-Alejando un poco su rostro para poder ver las facciones de NamJoon.
-¿Estás celoso?-Arqueo una ceja, divertido.
-Mmm, no...-Mordiendo su labio inferior y evitando su mirada.
-Ja, ja, ja, ¡Mi esposo está celoso!
-¡Nam!-Lo regaño con un puchero en labios, a lo que NamJoon dejó de reír.-No me respondiste.-Cruzandose de brazos.
-Bueno, ya, ya, JiMin es novio de Suga y Suga es uno de mis mejores amigos, pero no le hagas caso, él así es con todo el mundo a excepción de su novio.
-Mmm...de acuerdo.
-Y ¿Cómo te ha ido en tus clases de piano? Cariño.
-Bien, el señor Hoseok dice que estoy progresando mucho y me dejó como tarea aprenderme una canción que se llama ephipany.
-Me alegro que hayas progresando tanto.-Dejando un casto beso en su mejilla.-Pienso que el piano te queda muy bien.
-¿Enserio?
-Si, ambos son elegantes, finos, delicados, hermosos, sin duda alguna, es tu estilo, cariño.
-Ji, ji...-Rio tímidamente.-Bueno, si tú lo dices...-Alzando sus hombros con una sonrisa en labios.
-A demás...-Susurrandole en su oído, con una pizca de picardía.-A los dos los puedes tocar...y al hacerlo, sueltan una delicada y hermosa...-Llevando su mano debajo de la polo de Jin, para después acariciar su cintura e ir de subida hasta los pezones de su esposo, haciéndolo gemir bajito.-Melodía.
-N-nam~.
-¿Si? Cariño.-Atrapando con su mano el pezón de su esposo, para luego apretarlo a su antojo, haciendo que las olas de calor comenzarán a inundar al torturado
-Mmm...Nammie~.
-¿Deseas algo? Amor.
-Te necesito~.
-¿Por qué?
-P-por favor~...-Con eso bastó para que NamJoon lo tomara de la cintura y lo quitara de su regazo, seguido por colocarlo sobre el pasto y subirse a horcadas en el.
-Eres mío, y siempre lo serás cariño...
-Mmm~...si, soy tuyo, Nammie.
____________________
Habían pasado tan sólo unos días después de aquel encuentro que habían tenido en la alberca.
Últimamente habían estado más activos que nunca en su actividad sexual y eso hacía que ambos se despertaran con una radiante sonrisa.
Su matrimonio cada día se fortalecía más y más. Sin embargo, SeokJin sentía algo en su pecho que no dejaba de remorderle. No era algo físico, más bien era algo emocional, algo que le decía que algo malo se acercaba y por eso mismo se mantenía pendiente de NamJoon 24/7, por supuesto, sin agobiarlo.
Ahora se encontraba tecleando una tecla del piano con un solo dedo. Estaba aburrido. Se había artado de ensayar la misma canción una y otra vez. Tampoco tenía ánimos de salir, NamJoon siempre le insistía que saliera acompañado de alguna mucama de compras o algún lugar de entretenimiento, pero Jin no saldría si no era con su esposo.
Se levantó y dejó el salón donde se instalaba el piano, para después avanzar a cualquier lugar que llamara su atención.
Avanzó hasta las escaleras que llevaban hacia la planta alta, y justo en ese momento se topó al mayordomo.
-Señor Kim, ¿Se le ofrece algo?
-¿A qué hora llega mi esposo?
-Mmm.-Dirigiendo su mirada hacía el reloj que adornaba su muñeca.-Aún falta una hora para que salga su esposo, señor.-Mirando como su jefe hacía una mueca de disgusto.-Pero no se preocupe, aveces el señor Kim sale temprano para venir cuanto antes a verlo.
-Si...tienes razón.-Contesto desganado.-Estare en mi habitación.-Comenzando a subir por las escaleras hasta llegar a su habitación.
Abrió la puerta y entró, para después cerrarla a sus espaldas. Se dirigió hasta el lado de su cama y se sentó a la orilla de esta, mirando por encima de su hombro el lugar de su esposo.
Sobre su mueble de noche se encontraba el celular que le había regalado NamJoon, de último modelo, quería llamarlo y preguntarle cómo estaba, pero no sabía cómo usarlo y a su esposo se le había olvidado explicarle cómo se utilizaba.
Aún así lo tomó y lo desbloqueó, se dirigió hacía una aplicación que tenia el ícono de teléfono y la presionó para después ver su lista de contactos y esta estaba vacía debido a que nunca se le había ofrecido usarlo. Afortunadamente pudo leer el contacto de su esposo en la lista e inmediatamente lo presionó. Puso el celular a la altura de su oído, justo como había visto a su esposo hacer. Después de que cuatro timbres sonarán, el buzón de voz se hizo presenté, pero SeokJin colgó, debido a que no había logrado escuchar la voz de NamJoon.
Estaba demasiado sensible con el hecho de que su esposo no estaba con él, nunca lo había extrañado tanto como en ese momento, en otros días había logrado distraerse con alguna actividad, pero ahora parecía que no había ni una sola que pudiera entretenerle.
Dejó el celular en el mismo lugar que lo había agarrado, para después soltar un suspiro.
La curiosidad lo invadió y lo impulso a revisar los cajones de su mueble de noche, donde se encontró la hermosa cajita que le había dado NamJoon. Esta era rosa con plateado y en cuanto la abrías, una bailarina salía de ella y en el interior la tapa de arriba se convertía en un espejo.
SeokJin la adoraba, ya que era uno de muchos regalos que le hacía su esposo, pero en especial le encantaba por sus colores tan puros y por lo bonita que era la bailarina aunque se vería más bonita si está pudiera moverse.
La cerró y automáticamente la bailarina regresó a su lugar.
La miró con gran detalle y después la volteó para seguir observándola y entonces se percató que debajo de esta había una pequeña llave, la cual estaba incrustada a la misma cajita. Con ayuda de sus uñas poco crecidas la sacó de su lugar y la tomó entre sus dedos, mientras la observaba con su ceño fruncido.
Abrió la cajita, y la observó, buscando algún lugar para introducir la llave. Por fin encontró un hueco con la forma de la llave, cerca de la bailarina y en cuanto la ingresó y le dió vuelta, una melodía comenzó a provenir de esta, y la bailarina comenzó a dar giro en su propio eje y al rededor como si estuviese bailando.
Al reconocer la melodía, muchos Flashback inundaron su mente, como si fueran flashes de cámaras.
-Al fin, mi obra maestra está lista.
Aquella voz la reconoció inmediatamente, era aquél hombre que no dejaba de atormentarlo, aquél mismo que provocaba un gran terror en él.
-Está vez Kim no se burlará de mí ni de mi inteligencia. Yo me burlaré de el al verlo sufrir.
Poco a poco las palabras del hombre se hacían más lejanas y si silueta desaparecía debido a que sus ojos no podían mantenerse abiertos. La cajita cayó de sus manos, causando que esta se impactara contra el suelo y se rompiera.
Su espalda terminó a parar en el colchón de su cama, y lo único que alcanzó a ver antes de que sus ojos se cerrarán completamente fue a su esposo gritándole desesperado, pero él ya no podía hacer nada por mantenerse despierto ni por escuchar los gritos de su NamJoon.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro