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NamJoon estacionó el automóvil, para después ambos bajar de este y posicionarse frente a la lujosa mansión.

Habían sido invitados a una fiesta de gran prestigio por parte de varios amigos de NamJoon. Jin no tenía ni la menor idea de lo que era una fiesta de prestigio, pero fuera lo que fuera él estaría a lado de su esposo en cualquier momento.

-¿Estás listo, cariño?-Le preguntó NamJoon, al mismo tiempo que arreglaba la corbata de su esposo, ya que este no logró ponérsela por si solo.

-Estoy un poco nervioso...

-¿Por qué?

-No lo sé, siento que...hay muchas parejas de hombre y mujer aquí...y ellas me miran mal.-Finalizó con un puchero en sus labios.

-Oh, mi Jinnie...-Atrayendolo a sus brazos, comprendiendo la situación.-No tienes porque prestarle atención a cosas como esas. Ellos al igual que nosotros somos un matrimonio y nos amamos, que eso es lo único que importa en realidad. El amor no tiene género, raza, religión...El amor es amor, bebé, y quien se atreva a discutirlo es una persona infeliz. Que no te importe lo que hablen sobre nosotros. Mientras nosotros seamos felices y disfrutemos de nuestro amor, todo estará bien.

-Y-y...¿Qué hay de cómo me miran?

-Pfff, sólo están celosas. Celosas de que portas una belleza irreal y de que tienes a tu lado a un esposo que te adora y haría lo que fuera por ti.-Dejando un casto beso en su cabellera rojiza.

-Gracias, Nammie...-Le sonrió con timidez.

-No hay de que, cariño.-Se separó del abrazo y tomó su mano izquierda para entrelazarla con la suya.-Ahora ven, vamos a mostrarles quien es el matrimonio Kim.-Mostrando una sonrisa de oreja a oreja, transmitiendole seguridad a su esposo.

Avanzaron a pasó lento hasta el interior de la mansión. Primero, tuvieron que atravesar el jardín perfectamente cuidado de la mansión, donde había variedades inumerables. Todas y cada una de ellas SeokJin las apuntaba y le pedía a NamJoon que pusieran de esas en su propia mansión y por supuesto que NamJoon no se negaría.

Después de pasar por el gran jardín, llegaron hasta la entrada de la mansión, la cual se encontraba abierta para recibir a los invitados. Al llegar a la entrada un hombre con pinta de mayordomo se acercó con una lista en sus manos.

-Buenas noches, caballeros.-Saludó educadamente a la pareja.-¿Cuál es su nombre?

-Somos el matrimonio Kim. Yo soy Kim Nam Joon y mi esposo Kim Seok Jin.

-Es un honor que nos acompañen los esposos Kim esta noche.

-Es un placer estar aquí...

-¡Pasen, pasen por aquí!-Dijo él hombre, guiándolos hacía el interior de la mansión.-El anfitrión los está esperando...

El matrimonio avanzó sin prisa alguna. Jin mantenía su brazo entrelazado con NamJoon y agradecía eso, pues sentía que en cualquier momento podría caer y hacer el ridículo frente a gente tan importante y prestigiada, entonces NamJoon sería su soporte, tanto físico como emocional.

Se acercaron a un grupo de cabelleros elegantes. Con sus trajes negros, camisas blancas sin arruga alguna, zapatos relucientes y una copa de vino tinto entre sus manos.

-¡Kang, qué elegante fiesta, amigo!-Se acercó NamJoon a saludar.

-¡Kim!-El hombre de porte fino se acercó emocionado hasta el matrimonio, para saludarlos.-¿Cómo te ha ido viejo?-Dando un apretón de manos, para atraerlo hasta él y darse unas palmadas leves en la espalda.

-¿Cómo se encuentra, señor Kim?- Lo contrario con Jin, al cual solamente saludó de un apretón de manos y Jin se sintió cómodo.

-Bien, gracias...-Respondió con una media sonrisa, para después dirigirse a su esposo.-Nammie, ¿Puedo ir por algo para tomar?

-¡Por supuesto! Te acompaño...-Estaba a punto de alejarse de allí, para seguir a su esposo, pero se detuvo y prefirió esperarlo, después de todo confiaba en él.-Amh...si quieres puedo esperarte aquí, cariño.

Jin asintió con un puchero, ya que quería que NamJoon lo acompañará, pero entendía que estaban en una fiesta de gala, rodeados de muchas personas importantes y por ese motivo su esposo se encontraba ocupado.

-Okis, no tardo...-Inclinandose un poco para dejar un casto beso en la comisura de sus labios.

-Sólo, por favor no tardes mucho, cariño.

-Nop.-Y entonces desapareció entré la gente. NamJoon aún se mantuvo observándolo hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

-¿Acaso ustedes creen que Kim sería capaz de engañar a su esposo después de cómo lo mira?-Hablo uno de sus amigos entre el grupo, de apellido Im.

-Todos aquí sabemos que NamJoon sólo tiene ojos para su esposo.

-Por supuesto, caballeros. No hay nadie más hermoso en este mundo que mi dulce amado.-Confirmó NamJoon.

-Su esposo será él hombre más bello, pero yo tengo el honor de tener a la mujer más bella del mundo entero, mi esposa, Kim Jennie.

-Bien, bien, no se peleen.-Intervinó el anfitrión, antes de que se armara una discusión.-Dinos Kim, ¿Cómo te va en la empresa?

-Realmente bien, las ganancias han aumentado el ochenta porciento este año.

-¡En serio! Eso es demasiado.

-Si que lo es.

-Escuche que tiene dos grandes empresas.-Intervino uno de los presentes.

-Tengo inumerables empresas e inversiones, señor Han. Pero solamente dos son mis prioridades, la empresa de inversiones extranjeras y mi laboratorio especialista en química y física.

-¡¿Un laboratorio?!

-Asi es.

-¿Dónde desarrollo ese gusto por la ciencia, señor Kim?-Intervinó, otro de los presentes, interesado en saber más del gran señor Kim.

-En la preparatoria. Fue cuando estaba estudiando para mi examen de admisión a la universidad. Mi esposo me ayudó a estudiar, ya que no tenía la más remota idea de que era un isótopo.-Todos los presentes rieron, ya que eso era un elemento básico en la química.-Desde ese momento llegó a mi el deseo por saber más acerca del tema. Así que investigue, leí libros, busque en internet y me apasionó tanto que llegue al grado de querer tener mi propio laboratorio. Y entonces, después de unos años, mi laboratorio se mantiene en cómo el #1 en el top 10 de los mejores laboratorios científicos.-Los presentes aplaudieron ante el éxito del señor Kim.

-¡Hagamos un brindis por Kim Nam Joon, quién ha sido nuestro socio y ha invertido en nuestras empresas desde antes de tener éxito!

-¡Salud!-Brindaron al unísono, a lo que NamJoon sonrió orgulloso.

-Ha sido un placer invertir en sus empresas...-Llevando la copa a sus labios, para degustar el vino caro, al igual que los presentes que conformaban el grupo.

-Buenas noches, caballeros. ¿Interrumpo algo?

De la nada un hombre de traje azul marino, zapatos relucientes, corbata negra y cabello bien arreglado, interrumpió.

-Para nada, Lee, es un placer que nos acompañes en esta noche. ¡Justo hacíamos un brindis por el gran éxito del señor Kim! ¿Lo conoces, verdad?

-Por supuesto, ¿Quién no conoce al gran Kim y a su bello esposo?

NamJoon inmediatamente sintió que aquél tipo no estaba dándole un cumplido del todo.

-Digame, ¿Nos conocemos de alguna parte?-Le preguntó NamJoon, ya que le era meramente familiar.

-¡Oh sí, nos conocimos hace un par de años!-Le respondió, pero detrás de aquellas palabras "emocionadas" se escondía un profundo odio.-Aún era un científico novato cuando llegué hasta su mansión, pidiéndole que invirtiera en mi proyecto.

-Mmm, sinceramente no recuerdo, ha habido muchos proyectos a los que he rechazado. Seguramente era uno inservible.-Le contestó sin delicadeza alguna.

-Ja.-Rio burlonamente.-Se trataba de un experimento que revolucionaria al mundo entero.

-¿En qué consistía ese experimento revolucionario, señor Lee?-Le preguntaron.

-Clonación humana.-Contestó, para después dar un sorbo a su copa de champagne. Al mismo tiempo que los presentes murmuraba entre ellos.

-Eso no puede ser.-Habló NamJoon, interrumpiendo los murmullos y logrando que todos posaran su atención en este.

-Por supuesto que sí. Mi laboratorio se encuentra trabajando en ello. Y nuestro experimento ha recabado un noventa y cinco porciento de probabilidad de que el experimento sea un éxito.

-Ja, ja, ja, pues tenga por seguro que el otro cinco porciento sea el que de resultado.-Comentó NamJoon, a lo que él contrario tenso su mandíbula y su puño, este último pasando desapercibido por los presentes.

-¿Por qué cree eso, señor Kim?-Cuestionó Kang.

-El ser humano es un ser impresionante, con miles de millones de células dentro de un cuerpo celeste tan limitado. Es posible copiar cada una de ellas con exactitud. El clon moriría en cuestión de semanas, incluso días, por falta de células. Se ha experimentado con animales, pero se sabe que estos no duran mucho.

-Mis científicos han hecho un gran avance en la clonación humana. Se ha desarrollado una tecnología magnífica que permite copiar las células con exactitud. Descartando por completo el término de que el corazón de individuo palpite solamente por unas semanas.

-Ja, entonces les deseo suerte, sólo un estúpido se arriesgaría a clonarse así mismo, sin saber las consecuencias que le sucederán a su cuerpo ante tanta radiación.

-Ja, ja ja-Rio y no precisamente por que hubiera dicho algo gracioso.-, si, necesitaremos muchas de las vibras del gran Kim.-Con sarcasmo en su tono.

-Oh, él novato salió sarcástico.

-¡No soy un novato, soy colega!

-Ja, lo dudo, te falta muchísimo para llegar hasta donde yo he llegado.-Escupio NamJoon soberbiamente.

-Y muy pronto llegaré.-Susurro para así mismo, pero NamJoon logró escuchar aquél susurro.

-Amh...y señor Lee, ¿Ya ha encontrado algún candidato?-Interrumpio uno de los hombres de apellidos Im, al notar la tensión que había entre los dos científicos.

-¡Por supuesto! Justo ahora habla y camina entre la humanidad y nosotros monitoriamos cada uno de sus pasos.

-Ejem...-NamJoon carraspeo.-¿Cuál es la edad del clon?-Preguntó entre dientes.

-Al rededor de seis meses.-Contestandole entre dientes.

-Entonces ya hace tiempo que salieron a la superficie sus sentimientos, ¿Verdad?

-Los clones no tienen sentimientos.-Concretó, a lo que NamJoon sonrió ladinamente.

-Hasta dónde yo estaba enterado, los clones no pueden desarrollar lazos afectivos.-Agregó Chan.

-Se equivocan.-Contestó NamJoon.-En mi laboratorio comprobamos que los individos pueden llegar a desarrollar lazos afectivos con las personas que le rodean. Y sería bastante ignorante, llegar a ignorar la lógica de que se está copiando prácticamente todas las células, como para pensar que hormonas como la oxitocina no se desarrollen cómo a una persona común y corriente.-Aquellas palabras dejaron a todos bocabiertos, incluido a Ken.

-B-bueno...cof cof-Aclaró su voz, para evitar sonar sorprendido.-Seguimos con el proyecto y esperemos que dentro de unos meses podamos concluirlo. Que para mí sería bastante satisfactorio, así podría pasar tiempo con mi pareja.

-¡Ah, tiene pareja!

-A sí es. Y no sólo eso, tengo la fortuna de tener de novio al hombre más atractivo de este mundo.

-¡Jum!, lo dudo, mi esposo es él hombre más bello de este mundo y no exageraría si dijera que de todo el universo.-Los presentes asintieron, dándole la razón.

-Esta bien, no se lo discutiré sólo por ya ha sido mucho debate de mí parte...

Justo en ese instante un Jin con mejillas sonrojadas y párpados pesados se hizo presente ante el grupo.

-N-nammie~...

-¡Cariño! ¿Pero qué te pasó?

-Mmm, estaba muy rica la bebida...-Sonriéndole con una sonrisa boba, haciendo reír a NamJoon.

-Ja, ja, ja, ay cariño.

SeokJin se sentía mareado, pero al estar en los brazos de su esposo se sentía más seguro y no sentía que se caería, como había creído minutos antes cuando se levantó de la barra y emprendió camino hasta su esposo.

Pero al estar en los brazos de su esposo, pudo ver la silueta de aquel que le causaba tanto temor, aquél que había intentado separarlos el día del juicio, aquél que le amenazó y con su sóla mirada le hizo sentir pavor. Tembló en su lugar, aferrándose a NamJoon.

-Cariño ¿Te sientes bien?-Preguntó preocupado al notar como su esposo se escondía en su cuello, temeroso.

-Q-quiero ir a casa...-NamJoon no lo pensó dos veces e hizo caso.

-Disculpen mi retirada prematura. Al parecer mi esposo no se encuentra del todo bien y tengo que asegurarlo en casa. Espero y entiendan.

-No se preocupe, señor Kim. Muchas gracias por habernos acompañado está noche y por habernos iluminado con su sabiduría.-Se despidió el anfitrión.

NamJoon se despidió de cada uno con un apretón de manos y cuando llegó la hora de Lee, ambos de miraron con sus mandíbulas tensas.

-Suerte con su juguetito, Lee.

-Vaya que la tendré, Kim...-Respondió, asomando una sonrisa socarrona.

-Que sigan pasandoséla bien.-Fue lo último que dijo, para después tomar a su esposo de sus muslos y cargarlo, haciendo que enredara sus piernas en su cintura y sus brazos al rededor de su cuello, como un pequeño.

Mientras un ser llenó de envidia, odió y perversidad los miraba alejarse.

-Me las pagaras, NamJoon.

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