Había iniciado su día con una taza de café, pues era lo único que quería consumir antes de que su esposo bajara para almorzar con él. Ahora mismo se encontraba en el comedor, leyendo el periódico cuando de pronto su esposo pasó a un lado suyo sin siquiera dirigirle la mirada.

—Jinnie, ¿Por qué demoraste tanto en bajar?—preguntó, al mismo tiempo que dejaba de lado su periódico.

—Estaba arreglandome—respondió como si nada, para después dar un trago de su jugo de naranja.

—¿Por qué? ¿A dónde iras?

—No sé, a dar una vuelta por allí.

—Bien…—tomó un sorbo de su café amargo, tratando de ocultar su curiosidad, ya que no quería molestar a su esposo con molestas preguntas—.Y ¿a que hora volverás?

—No lo sé, pero no me esperes Nam.

—Mmh, de acuerdo...—volvió a darle un sorbo a su café, sólo que esta vez miró a SeokJin y llevó su vista hasta su mano.—¿Dónde está tu anillo?

—Sabes que es muy valioso para mí, así que no me gustaría perderlo.

—También es muy valioso para mí, pero aún así no dejo de ponermelo.

—Bien por ti…—dejó un casto beso en la mejilla de NamJoon, para después alejarse en dirección hacia la puerta, sin emoción NamJoon se apresuró a llamarlo.

—Oye Jinnie, últimamente mis días han sido muy pesados, ¿No crees que podrías hacer algo para aligerarlos?—propusó con un tono meloso, al mismo tiempo que se aproximaba hacia su esposo.

—¿Por qué no?—Camino hacia Namjoon y estampó sus labios con los de Namjoon, para después ser tomado por la cintura y ser atraído hacia él, así profundizando el beso, sin embargo, a los pocos segundos se separó—. Ya tengo que irme.

—Si, yo también...—asintió con tristeza, ya que él no sólo esperaba un beso, sino que esperaba la misma actitud por parte de su esposo.

—Nos vemos en la noche.

Y sin más, se fue…

No sabía a partir de que momento la actitud de su esposo había cambiado a una fría y cortante. Había aumentado sus salidas y sus compras, las compras no le importaban, pero aquellas salidas que hacía sin siquiera decirle le llenaba de mucha intriga. Sin embargo, desde que eran novios, la confianza había sido la base de su relación y confiaba en que lo siguiera siendo.

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—No pensé que estabas hablando enserio, nunca has querido venir conmigo…

—Es por que estoy ocupado en la empresa.

—No es verdad, es porque sabes que hay chicos lindos y eres una total fiera.

—Ya no soy ese chico puberto que se la pasaba rodeado de chicas y chicos, he madurado y solo quiero salir un poco.

—SeokJin te ha arruinado la vida, ¿Lo sabes?

—Jinnie solo me ha hecho madurar.

—Si como digas.—dijo burlón, para después bajar de su camioneta—.¿Vienes, señor maduro?

—Jaja si—bajó de la camioneta al igual que Suga, para después seguirlo a el edificio ya conocido por el pelimenta.

Frente a ellos estaba un edificio del cual se podían ver luces color neón saliendo de este, al igual que muchos chicos, de todas las edades.

—Olvide decirte que también es un burdel, así que ya no tienes que preocuparte por no haber follado en años, aquí puedes hacerlo.

—No gracias, prefiero atenderme yo sólito.

—Pff cómo quieras, amigo.—rodó sus ojos con una sonrisa ladina, para después entrar al bar, siendo seguido por Namjoon—. Un vaso de whisky y para mi amigo maduro…un jugo de manzana—pidió Suga al chico de la barra, jugando un poco con NamJoon.

—Idiota—dijo Namjoon con gracia al escuchar el comentario de su amigo—. Un vaso de vodka, por favor.

—¡Ja, ja,  sabía que empezaríamos así de fuerte, amigo!—festejó el pelimenta, tomando su respectivo vaso, para después llevarse a su amigo hacia una mesa.

—¿Siempre has sido así de mala influencia?—inquirió NamJoon, al mismo tiempo que seguía a su amigo hasta una mesa.

—Desde que tengo memoria.

—Vaya amigo.—dijo con gracia mientras se sentaba.

—Lo sé—siguió los pasos de Namjoon al sentarse.—Y ¿cómo está todo en la empresa?

—Un poco aburrido, pero las ventas no han bajado en ningún momento y eso es lo importante.—Suga asistió sin prestarle mucha importancia—. Deberías venir a trabajar en mi empresa, necesito personal y quién mejor que el mejor abogado como vicepresidente…

—No gracias amigo, soy un abogado independiente.

—¿Tan bien te va en tus negocios como para no trabajar en una empresa fija?

—No es eso, sino que puedo descansar cada que yo quiero. No tengo algún jefe que me moleste y me presione con los casos.

—Entiendo, pero sabes que si necesitas empleo puedes contar conmigo…

—Gracias, amigo…—palmeó su hombro, junto a una pequeña sonrisa. Sabía que su amigo siempre lo apoyaría, así como el lo haría con él, sin embargo no buscaba aprovecharse de su dinero o de su poder. De pronto, al momento de levantar su mirada, se encontró con aquel chico al que todas las noches iba a visitar y sin poder evitarlo, lo llamó—. ¡Hey, pequeño!—De un momento a otro Suga tenía sobre sus piernas a un chico rubio. Era tierno por sus mejillas abultonadas y de brillante sonrisa. Era obvio que era menor que Suga…

—Hyung, lo he extrañado mucho—el rubio abrazó al amigo de NamJoon, quien gustoso lo abrazó de vuelta.

—Yo también pequeño, es sólo que tuve un inconveniente ayer con un caso y no pude venir, pero ya lo resolví y ya estoy aquí.

—Gracias Hyung...—el chico rubio fue directo a los labios de Suga para besarlo, lo cual Suga lo convirtió en un beso con intensidad, misma que incomodó a NamJoon y lo único que le quedó fue evitar voltear hacia ellos.

—Oh si…— se separó de aquel beso en cuanto recordó que no venía solo, así que procedió a presentarlo—. Él es Namjoon, mi mejor amigo.

—Mucho gusto, señor—sonrió ampliamente para Namjoon, sin alguna otra intención.

—Mucho gusto, soy Kim NamJoon—hizo una corta reverencia. —Y… ¿tú eres el amante de Suga?—él más que nadie sabía que Suga tenía un tiempo divorciado, solo quería jugar un poco con su amigo.

—¿Amante?—frunció su ceño el chico, para después mirar a Suga con molestia—. Me dijo que era divorciado...—Se levantó molesto, pero antes de que pudiera actuar Suga lo tomó de la cintura y lo devolvió a su regazo.

—Era un broma JiMinie, no le creas...—le tranquilizó, sin embargo temía que la broma de su amigo fuera a arruinar su relación con el chico.

—¿En serio? ¿Era una broma?—le  preguntó al moreno, quien no aguantó más la risa y comenzó a reír.

—Ja, ja, sí, lo siento. Es un código que tenemos Suga y yo, nos hacemos bromas cada que hay oportunidad.

—No se preocupe...—la sonrisa volvió a su rostro del rubio, cosa que hizo suspirar a Suga.

—JiMinie, ¿Por qué no vamos a bailar?

—Me encantaría, Hyung...—Se levantó del regazo del pelimenta y después este lo hizo, para dirigirse con el chico hasta la pista de baile.

—¿A eso me trajo?—NamJoon rodó sus ojos y tomó un trago de su vodka una vez que fue abandonado por su amigo. Segundos después, alguien se encontraba susurrándole al oído, cosa que lo hizo estremecerse.

—Hola guapo, ¿quieres ir a bailar?—aquello lo había tomado por sorpresa, apesar de eso, se negó rápidamente.

—A-ah no gracias, soy casado.—mostró su anillo de matrimonio orgullosamente.

—Sólo será un baile.

—Sé lo que viene despues de un baile, así que no gracias.

—Eres demasiado aburrido.

—Lo sé y estoy aquí solo porque vine a acompañar a un amigo. Así que por favor déjame en paz.

—Debes estar muy estresado, ¿por que no te relajas?—Estaba por quitarle el saco, pero Namjoon se negó y se levantó.

—Tienes razón, debería ir a casa a pedirle a mi esposo que me atienda. Y te aconsejo que te des a desear más, no puedes andar por ahí ofreciendo tu cuerpo, no es apto para un jovencito como tú.—dió un último trago a su vaso y después salió del bar-burdel. Sabía que Suga no volvería a dirigirle la palabra, ya que estaba ocupado con alguien más, así que decidió retirarse a su casa.

—Idiota...—insultó aquel chico en un susurro una vez que el hombre se traje se había ido. Sabía que esas palabras eran ciertas, no debía estar en un ambiente así, pero era el único lugar en donde podía conseguir suficiente dinero para sus necesidades…

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(Editado)