Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6: SAM

Menudo desastre...

Nada ha salido como yo esperaba. Al menos hemos ganado el partido. Aunque la entrada que me hizo el defensa del otro equipo casi me rompe la rodilla, al final pude soportar el dolor y marqué otro gol.

He sido nombrado el mejor jugador del partido. No es por echarme flores, pero sé que hoy me he lucido.

¿Por qué? Porque sabía que ella me estaba viendo. Normalmente soy bastante bueno, pero hoy quería ser el mejor, quería que ella me animase, que gritara mi nombre.

Cuando me hicieron la falta ,la busque en la grada. A pesar de la distancia la pude distinguir y sé que estaba preocupada, eso me hizo esforzarme más aún.

¿Y porqué ha sido todo un desastre? Lo voy a explicar con una simple palabra CHELSEA.

Me estaba dirigiendo a los vestuarios y vi a Cloe allí con los demás, esperándome como le pedí. Estaba feliz por eso y entonces fue cuando me atacó. No la vi venir, tenía todos mis sentidos puestos en Cloe, en sus gestos, su sonrisa cuando hablaba con Penny, así que me pilló totalmente desprevenido.

Chelsea se me tiró encima y me planto un beso de tornillo (con el que pude sentir su lengua hasta mi campanilla) allí, delante de todo el mundo, delante de Cloe...

Cuando conseguí quitármela de encima, Cloe estaba mirando hacía otro lado,por lo que no pude ver su expresión, pero tenía claro que ésto acababa de echar por tierra todo mis progresos de hoy.

— ¡Sam, has estado genial! Estoy tan orgullosa ¿Dónde vamos a ir a celebrarlo?.

—Chels, no me vuelvas a besar ¿de acuerdo? Tú y yo no estamos juntos y lo siento, pero ya tengo planes para celebrarlo.

— ¿Por qué tienes que ser tan borde? Yo solo quería felicitarte por la victoria. ¿No me puedo sumar a la celebración?

Salgo corriendo hacia el vestuario y le dejo con la palabra en la boca. No quiero que se sume a nada y me estropee el resto de la noche.

Paso cerca de donde están Cloe y los demás antes de entrar para cambiarme, le guiño un ojo, pero no consigo ese rubor que me gusta tanto, al contrario, lo que obtengo son unos ojos en blanco y que desvíe la mirada hacia otro lado.

Sí, sin duda voy marcha atrás, como los cangrejos.

Cuando salgo ya cambiado la cosa no mejora, Matt está esperándome junto a Cloe. Le acaba de decir algo y ella está sonriendo. ¿Quién le ha invitado? Yo seguro que no.

Me acerco y cuando voy a preguntarle a Matt si no tiene ningún otro plan mejor, aparece de nuevo Chelsea ( al parecer no entiende el rechazo) y se me cuelga del brazo.

— Chicos ¿Qué planes tenéis? — Desde luego esta chica no sabe cuando rendirse. A ver... no es que la juzgue, soy un chico guapo y como diría mi madre un buen partido, pero no me interesa y me está sacando de mis casillas.

— Chels ¿No tienes ninguna fiesta a la que asistir? Seguro que Matt y tú estáis invitados a más de una ¿Matt podrías acompañar a Chels a la fiesta de Dunkan?

Cloe aún no hace contacto visual conmigo, Chelsea me está agarrando aún más fuerte del brazo y Matt me está lanzando dardos con los ojos.

— En realidad yo había quedado también con Cloe y los demás, estábamos pensando en ir a comer algo. Además, estoy seguro de que Chels prefiere que le acompañes tú ¿No es así Chels?

— ¡Sí, Sam, gran idea! Vamos tú y yo a la fiesta de Dunkan.

— No, tengo hambre y yo he sido quién los ha invitado al partido, sería muy descortés de mi parte no ir con vosotros.

— No te preocupes Samuel, por nosotros no hay problema, lo entendemos si prefieres irte a la fiesta con tu novia.— Cuando dice la palabra novia por fin me mira a los ojos y no me gusta nada lo que veo en ellos. Está cabreada conmigo y tiene motivos, esta mañana la besé y ahora todo apunta a que estoy con Chelsea y soy basura. Tengo que arreglar esto como sea.

— En realidad Chelsea y yo no estamos juntos y no tengo ninguna intención de cambiar de planes, así que ¿dónde queréis comer?.

—Tiene razón, Sam y yo solo somos, ya sabes... Amigos muy especiales.

— Chels... — prácticamente le estoy ladrando y gruñendo a la vez, pero a ella no parece importarle

—Da igual, también me está entrando hambre, así que me uno a vosotros chicos ¿Dónde vamos a comer?

Todos nos quedamos callados, al parecer no me voy a poder librar de ella...

—¿Qué os parece una hamburguesa?

—¿De verdad, Penélope?, ¿hamburguesa? No sabes que eso va todo al culo y las caderas. Yo no como esas porquerías...

— Yo voto también por la hamburguesa.

—Sí y yo— Cloe y Liam apoyan a Penny y yo también lo voy hacer.

— Sí, vamos a la hamburguesería que queda cerca.

Matt también se muestra de acuerdo con la idea.

—Chels, vamos a la hamburguesería, si lo prefieres ve tú a comer a otro sitio más sofisticado — Quizás me estoy pasando de borde, pero no quiero más confusiones esta noche.

— No, está bien, supongo que habrá algo comestible para mí allí también.

¿Cómo alguna vez me pudo parecer algo atractiva esta chica? Cada vez que abre la boca me doy cuenta de la poca sustancia que tiene, toda en ella es pura fachada.

Nos repartimos en el coche de Matt y el mío para ir a comer y, aunque intento que Cloe venga en mi coche, ella ni siquiera me escucha, directamente se dirige al coche de Matt y eso me mata un poco más.

Chels, por supuesto, está sentada en el asiento del copiloto de mi cuatro por cuatro cuando yo me subo en él. Los demás todos van con Matt, supongo que nadie quiere estar cerca de esta chica y su veneno.

Esto me hace pensar que tal vez a mí me vean igual que como yo estoy empezando a ver a Chelsea, eso tendría sentido... Hasta el día del cumpleaños de Cloe, me he comportado como el típico chico popular, no he sido precisamente una persona accesible y con Cloe he sido un auténtico idiota la mayoría de nuestra vida. Tengo que cambiar, y no solo porque quiera conseguir a Cloe, sino porque me acabo de dar cuenta que ya no quiero ser así.

Matt, a pesar de ser un chico popular, es agradable con todo el mundo. Tiene amigos en todos los grupos del instituto y no tiene remilgos para estar con cualquier chica, su lema es <<todas las mujeres son bellas y mi misión es admirarlas>> Dios... ¡Es un auténtico gigoló!, pero Cloe y Penny parecen estar muy cómodas en su compañía.

— ¡Oye, Sam! ¿Has escuchado algo de lo que te he dicho?— Al parecer Chelsea lleva un rato diciendo algo, pero yo estaba tan sumido en mis pensamientos que no tengo ni idea de lo que ha dicho.

— Sí, claro, lo que tú digas...

— Entonces ¿te parece bien que pasemos de esa panda de raritos y nos vayamos a la fiesta de Dunkan? Allí seguro que hay comida, creo que iba a contratar a un catering súper chic y habrá comida vegetariana.

— Chelsea, esa <<panda de raritos>> son mis amigos y yo tenía planes con ellos. Tú te has empeñado en venir con nosotros. Te dije antes que si querías comer en otro lado eras libre de ir donde quisieras.

— Por supuesto no me estaba refiriendo a Matt con le de rarito, pero no me puedo creer que consideres a la abominable y la santurrona como tus amigas... ¿Y qué me dices de ese crío con el que van? Parece que le ha lamido una vaca con toda esa gomina en la cabeza— Comienza a reírse como una histérica de su adorable ocurrencia (nótese la ironía en lo que acabo de añadir) — No entiendo como Matt quiere salir con ellos y supongo que tú te has visto arrastrado para no dejarlo solo con ese grupo. Menos mal que os he visto a tiempo para poder rescatarte.

— ¿Sabes? si no quieres vértelas conmigo no vuelvas a llamar así a Cloe y, para que lo sepas, Liam es como mi hermano, así que tampoco tienes permitido burlarte de él. —No puedo escuchar más tonterías, me está sacando de mis casillas —Aunque no tengo porque darte explicaciones, lo voy hacer porque no puedes estar más equivocada con todo. YO he sido quien ha invitado a Cloe, Penny y Liam al partido y YO era en un principio quién iba a ir comer con ellos después, Matt solo se ha sumando al plan y sabes que SÍ SON MIS AMIGOS.

— Ok, tranquilízate Sam, si es lo que quieres iremos a la dichosa hamburguesería.

— Y será mejor que seas amable...

— ¿Qué insinuas? Yo siempre soy amable, todo el mundo me quiere.

— Ya...

Ella continua durante el resto del trayecto hasta llegar a la hamburguesería hablando de Dios sabe qué, pero yo he vuelto a mis pensamientos ignorándola totalmente. No me siento con ánimos de seguir discutiendo, es una causa perdida, Chelsea es de las chicas que solo vé lo que quiere ver. Además, estoy demasiado preocupado por lo que estará pensando mi pequeña Clo.

Entramos en la hamburguesería del pueblo, que es una típica hamburguesería americana como las que se ven en la películas, con mesas viejas y sillones con algún agujero. Las paredes están repletas de posters antiguos y tiene una antigua máquina de música, donde puedes escoger que escuchar si introduces una moneda. Supongo que si fuese una chica diría que tiene su encanto.

A mi madre le encanta escoger alguna canción de rock clásico siempre que venimos a comer aquí y, al parecer, a Cloe también le gusta, porque cuando Chelsea y yo nos acercamos a la mesa donde están sentados los demás, Cloe se encuentra junto a la máquina escogiendo una canción. Eso me hace sonreír y me quedo embobado observándola mientras se muerde el labio, igual que esta mañana después de nuestro beso.

Nuestro beso... he besado a esa chica y ahora ella me odia...

Cuando Cloe vuelve a la mesa después de haber puesto una canción de Elvis Presley, concretamente Can't Help Falling In Love (esa canción me va como anillo al dedo), se mantiene de pie observándonos. Estamos sentados en una mesa junto a la ventana con sillones alargados a ambos lados. En mi lado estamos sentados Chelsea y yo y e el lado contrario están Liam al fondo, Penny y Matt. A pesar de que evidentemente en mi asiento hay mucho más espacio, Cloe se sienta junto a Matt y eso es otro duro golpe para mí. Está dejando bastante claro su rechazo hacia mi persona.

— Cloe, creo que si te sientas aquí estaréis más cómodos. — Este soy yo arrastrándome por un poco de atención.

— No, hay sitio de sobra ¿verdad, chicos? — Y esta es ella dejando claro que no me quiere cerca.

— Sí, yo desde luego estoy muy cómodo — Matt, por supuesto, se está aprovechando de la situación y le guiña el ojo mientras que le sonríe, me pongo furioso y le pego una patada a su pierna estirada por debajo de la mesa, será idiota...

— ¡Ahh! Ten cuidado, tío, me has dado en la pierna.

— Upps, lo siento, <<amigo>>, no me he dado cuenta.

En ese momento llega la camarera y continuamos con el show de Chelsea y su aversión a la comida basura.

— Perdona, ¿tenéis algo que sea comestible y vegetariano?

La camarera, que se llama Lucy y aparenta unos cuarenta años, le dedica una sonrisa falsa.

— Claro, encanto, tenemos distintos tipos de ensaladas.

— De acuerdo, traeme una ensalada, sin aderezo.

— ¿Algo para beber?

— Agua con gas.

— Muy bien ¿y los demás?

Todos pedimos nuestras hamburguesas y refrescos y Lucy se va diciéndonos que en unos minutos estará nuestra comida.

Chelsea empieza a contarme lo último que se ha comprado o algo así, no estoy muy seguro, tengo todos mis sentidos en la conversación que están teniendo delante de mí.

— Cloe, cuéntales a todos lo que pasó el otro día con el gato de la señora Williams. Cuando papá llegó a casa se asustó un montón al ver a los bomberos al lado de tu ventana.

— Muy bien, la verdad es que no fue gran cosa, pero supongo que el ver a los bomberos en casa le impactó. Mimi, el gato escalador de mi vecina, el martes subió hasta arriba del todo del árbol que hay junto a mi habitación. Normalmente siempre lo consigo bajar saltando desde mi ventana hasta la rama más próxima. A Mimi le gusta la aventura pero nunca ha subido tan alto, hasta el martes que subió tan arriba que no fui capaz de alcanzarlo y tuvimos que llamar a los bomberos para que lo bajaran. La pobre señora Williams estaba desolada, es su única compañía, y hasta que el bombero no puso en sus manos al pequeño gatito no dejo de llorar.

— ¿Y no es peligroso que te subas a las ramas del árbol? — Este soy yo, porque la imagen de Cloe escalando por el árbol en busca del gato me ha paralizado completamente ¿y si se cae y se hace daño?

— No, las ramas que llegan hasta mi ventana son bastante gruesas. Más hacía arriba, las que llegan al tejado, esas sí son más finitas y es más peligroso. Liam y yo siempre escalábamos por ese árbol cuando éramos pequeños y competíamos para ver quién llegaba más alto ¿Tú no has jugado nunca con nosotros a eso? — No, no lo he hecho, Cloe siempre se escondía cuando yo iba a visitarlos con mis padres, supongo que por miedo a que le hiciese alguna trastada, así que Liam y yo jugabamos a videojuegos o al fútbol.

— No, nunca he subido a ese árbol y no creo que tú debas subirte a esas ramas para bajar un gato. Podrías probar a ahuyentarlo con un palo o algo así.

— Gracias por tu consejo, Samuel, pero creo que ya soy bastante mayorcita para saber que puedo o no puedo hacer.

— Solo lo digo porque puede ser peligroso.

— Oye ¿entonces es verdad que os habéis criado juntos? — Chelsea, que no puede soportar por mucho rato no ser el centro de atención, es quien hace la pregunta.

— Sí.

— No.

Eso lo hemos dicho los dos a la vez, yo el sí y Cloe el no, cosa que no entiendo teniendo en cuenta que nuestros padres tienen una empresa en común y que prácticamente todos mis recuerdos de niño son en su casa.

— A ver, si nos hemos visto mucho de pequeños. Nuestros padres son amigos pero no creía que eso fuese algo de lo que Samuel éste muy orgulloso, así que no te preocupes, no me ofende si no quieres que se sepa.

— Cloe, a mí no me importa que se sepa, no sé de dónde sacas eso.

— Sam, tienes que reconocer que a mí nunca me habías contado que de pequeño jugabas con Cloe y Liam en su casa y nosotros llevamos siendo amigos toda la secundaría.

— Seguro que sí lo he hecho. En todo caso tú y yo no solemos hablar mucho de nada que no sea fútbol así que no sé a qué viene eso Matt. Yo tampoco tengo ni idea de con quién jugabas tú de pequeño.

— Touché colega.

— Bueno, Sam creció y empezó a codearse con gente más interesante, así que normal que nadie sepa que estáis relacionados de alguna forma.

— ¡Chelsea, cállate quieres! — Acabo de subir la voz y todos se han quedado mirándome, pero es que ya estoy harto. No me averguenzo de Cloe y Liam. Estoy loco por Cloe desde muy temprana edad, siempre he querido su atención y Liam es como mi hermano pequeño. Odio que Cloe piense así de mí. Ahora mismo estoy frustrado y muy cabreado, Liam no me mira y los demás se han quedado callados.

— No me averguenzo de que nadie sepa que sois como mi familia y si alguna vez he dado esa impresión, perdonad, no lo he pretendido y pienso ponerle remedio.

— No te preocupes, hermano, yo nunca he pensado eso — Liam me da una sonrisa y el ambiente se relaja un poco, aunque Cloe no dice nada y es porque ella sí ha lo ha pensado.

— Bueno, cambiando de tema, ¿queréis uniros algún fin de semana de las vacaciones para ayudar en el comedor social de la parroquia? Algunos amigos ayudamos normalmente, pero en verano, debido a las vacaciones, siempre estamos escasos de personal y nos vendría genial si os animais.

— Claro, Penny, cuenta conmigo. Si este fin de semana mi padre no va muy retrasado con sus facturas y pagarés, el domingo me acerco.

— ¿En serio? ¿Pasar el fin de semana dando de comer a una panda de vagabundos? No, gracias.

— No son únicamente personas sin hogar, el comedor social ayuda a muchas familias que no son tan privilegiadas como la tuya y no consiguen llegar a final de mes y tener bien alimentados a sus hijos— Ahora es Penny quien está cabreada y eso que creo que jamás la he visto discutir con nadie nunca, ni siquiera cuando Chels se ha metido con ella en clase. —¿Sabes qué? No necesitamos tu ayuda. Esas personas ya lo pasan bastante mal en su día a día y están bastante avergonzadas por el hecho de verse obligados a pedir ayuda como para tener también que tratar con personas como tú.

— Mira, la santurrona está sacando las uñas ¿Qué quieres decir con personas como yo? Yo soy gente bien y no me codeo con basura. Hoy estoy haciendo una excepción por Sam que se ha empeñado en venir a este lugar cutre.

— Venga, chicas, haya paz. Chelsea creo que te estas pasando, Penny solo ha preguntado si nos gustaría ayudar, es algo voluntario, no es necesario que ofendas a nadie.

— No, Matt, no necesito que me defiendas. Nos acaba de llamar basura y no lo voy a tolerar. No te hemos pedido que vengas a malgastar tu valioso tiempo a un sitio como este con gente como nosotros y ni en sueños pensaba que tuvieses la valía para ir a yudar en el comedor social. Lo estaba contando principalmente para el resto de las personas que nos encontramos reunidos en esta mesa, las que creo que sí saben el significado de la palabra AYUDAR a los demás. Me das pena, Chelsea, tu vida siempre estará vacía, aunque lo tengas todo.

— ¡¿De qué estás hablando!? A mí no me hables así... — Chelsea hace el amago de levantarse para abofetear a Penny, pero yo lo evito y la vuelvo a sentar de un tirón.

— ¡Chelsey, no! Tú la has insultado primero. Déjalo ya.

— Tengo una idea ¿por qué no vamos todos el sábado al comedor social y echamos una mano? El domingo Sam y yo tenemos partido y no podemos, pero el sábado podríamos ir por la tarde y ayudar hasta el último turno de la noche.

— Oh... No te sientas obligado Matt, solo era una sugerencia... — Penny agacha la cabeza y creo que es la primera vez que la veo cabizbaja. Jamás pensé que tuviese las agallas de plantarle cara a Chelsea de la forma en la que lo ha hecho.

— Cuenta conmigo, Penny. Yo también iré el sábado con Matt para ayudar, nos pondremos a tus ordenes.

— ¡Pero, Sam! ¿Te pones de su lado?

— Chelsea, tú haz lo que quieras pero yo pienso ir.

— Yo puedo dejar el trabajo para el domingo e ir con vosotros el sábado por la tarde y, si el domingo termino pronto, también iré.

— Penny, yo me paso a recogerte para ir juntos e igual que mi hermana ayudaré todo el fin de semana. Siempre que se necesite más gente cuenta conmigo. — Vaya, vaya, al parecer el pequeño Liam está coladito por Penny. Tendré que tener una charla de chicos con él y darle algunos consejos. Bueno, yo no estoy teniendo mucho éxito con su hermana, así que quizás sea él quien me tenga que aconsejar a mí...

— Gracias, chicos, os prometo que será divertido y sobretodo muy gratificante. También os presentaré alguno de mis amigos de la parroquia, son realmente geniales y estoy segura de que os van a caer muy bien.

Chelsea que se ha quedado echando humo por las orejas. Es demasiado rencorosa como para reconocer que ha perdido e irse con el rabo entre las piernas. Pero parece que Penny ha conseguido callarla porque se mantiene así durante un rato.

Nos trae nuestra comida y mientras comemos la conversación se mantiene animada. Matt y yo hablamos sobre nuestro partido de hoy y Cloe reconoce que se lo ha pasado bien, aunque no entiende muy bien el fútbol y sus reglas.

Antes de irnos, les pregunto si quieren ir a tomar algo al pub del pueblo que está en el centro. Tengo claro que será un no, pero por intentarlo no pierdo nada.

— Lo siento, chicos, pero yo debo irme ya a casa. Mis padres ya han sido muy complacientes dejándome ir al partido, no quiero tentar mucho la suerte.

— Tus padres son muy estrictos ¿no? — Matt se muestra interesado en Penny y su toque de queda y eso me está dando una idea. Quizás pueda desviar la atención de Matt hacia Penny y que así deje en paz a Cloe.

— Ellos confían en mí, pero sí son bastante anticuados y aunque acaban dándome permiso si creen que es algo que de verdad quiero hacer, no les gusta que llegue tarde. La noche tienta al pecado.

— Yo también me voy a ir ya a casa y, Liam, tú eres muy pequeño para ir al pub, así que ni lo pienses.

— Sam, vamos nosotros, a mí sí que me apetece bailar un rato y beber algo.

— No, Chelsea, la gracia era ir todos juntos y de todos modos yo también estoy cansado por el partido de hoy. Matt, ¿por qué no llevas tu a Penny a casa? Vives a una manzana de ella ¿no?. Yo puedo llevar a los demás qué vivimos hacia el otro lado.

— No te preocupes, Matt, puedo ir andando, mi casa no queda lejos.

— De eso ni hablar, yo te llevo. Sam tiene razón, tu casa me pilla de camino.

— Sam, Liam y yo sí podemos ir andando. Lleva tu a Chelsea o pasaros por el pub si quereis.

— No, venga, vamos fuera.

Primero dejo a Chelsea en su casa y luego me dirijo hacía la casa del tío Robert. Cuando llegamos me bajo junto con Cloe y Liam, con la excusa de saludar a su padre y de contarle cómo ha ido el partido.

Me quedo un rato hablando con el tío Robert y Liam, mientras Cloe ha subido seguramente a su cuarto. Le cuento con detalle todos los datos del partido y Liam me alaba añadiendo lo grandes que han sido mis dos goles y cómo ha sido impresionante la entrada que me han hecho y bla, bla, bla. En cualquier otro momento estaría encantado de hablar de fútbol, pero ahora solo tengo una cosa en la cabeza.

Por fin creo que me puedo despedir, pero en lugar de dirigirme hacía la puerta de su casa, subo las escaleras sin ser visto y llamo a la puerta de Cloe.

— ¿Qué quieres, Liam?

— Cloe, soy yo, ¿Puedes abrirme por favor?.

Cloe abre un poco la puerta y me mira con esos ojos turquesa que me gustan tanto. Están un poco llorosos y eso me preocupa.

— ¿Puedes dejarme pasar?

— ¿Qué quieres, Sam? Cualquier cosa me la puedes preguntar mañana en clase.

— Por favor, déjame pasar. No quieres que Liam escuche nada de lo que hablemos ¿no?

— Está bien, pasa — Entro rápido en su cuarto, antes de que cambie de opinión, y se me viene a la cabeza la última vez que estuve aquí solo hace unos días.

— Pequeña Clo, sé que las cosas con Chelsea parecen algo diferentes a lo que en realidad son. Ella y yo no estamos juntos, antes se me tiró encima, yo no quería besarla.

— Sam, en primer lugar deja de llamarme así y, en segundo lugar, no tienes que darme ninguna explicación de nada. Tú y yo no estamos juntos, es más, ni siquiera se puede considerar que seamos amigos.

— Pero, pequeña... — No me deja terminar la frase.

— No, espera, tal vez todo lo que ha pasado hoy sí me ha descolocado un poco. Una chica no quiere que su primer beso sea con un chico al que ni siquiera le gusta y para colmo unos horas después se bese con otra chica. Es bastante desconcertante... y luego salir a comer con Chelsea, en serio, eso ha sido de película de terror...

— Espera ¿Acabas de decir que ha sido tu primer beso?

— Eso no es lo relevante Samuel, lo importante es que no lo puedes volver hacer. Yo quiero que cuando alguien me bese sea algo de verdad, no un jueguecito que se trae un tipo que se cree el centro del universo.

— No.

— ¿No qué?

— NO a lo de no volverlo hacer y también NO a lo de que me creo el centro del universo. Yo no tengo la culpa de que Chelsea este pirada y se crea que tenemos algo, NO LO TENEMOS, y también NO a lo de que no te besé de verdad, fue auténtico. Ha sido el beso más verdadero de mi vida.

Cada vez estoy más cerca de ella y me está mirando como si estuviera completamente loco, tal vez lo esté. Su confesión de que he sido su primer beso puede haberme dejado un poco atontado. Aunque no lo hubiese sido, no me hubiese importado, seguiría prendado de ella. Pero lo soy y he soñado con ello toda mi vida, así que todo esto saca mi lado cursi, le tocó la cara y sigo hablando despacio acercándome más aún.

— Mi pequeña Clo, he sido tu primer beso y pienso ser el segundo, tercero y el último de tu vida. He soñado con esto y no lo voy a echar a perder. Puede ser que tú aún no lo sientas como yo, pero voy a insistir y llegará un momento en el que quieras estar tan pegada a mí que no me vas a dejar respirar y ¿sabes qué?

— ¿Qué...ee.? — Su voz apenas es un hilo, yo estoy completamente extasiado, huele a flores, galletas y a todo lo rico de este mundo junto. Le beso la mejilla y la punta de la nariz. Sus ojos están cerrados y a mí me encantaría estar así siempre. Acerco mis labios a sus labios y antes de besarla cierro mis ojos.

— Que a mí me va a encantar, porque eso es lo que he querido siempre — Entonces la beso, apenas un roce de labios al principio para no asustarla y luego profundizo más. Esto es el paraíso, mi pequeña Cloe se está fundiendo conmigo y no puede ser más perfecto.

Hago un esfuerzo sobrehumano y me alejo un poco para respirar. Entonces ella vuelve en sí y todo termina, se aleja con un salto hacia atrás.

— ¿De qué hablas Sam? ¿Por qué haces ésto? ¿Por qué me confundes de esta forma? ¿Y a qué viene eso de que es lo que siempre has querido? ¡Yo jamás te he gustado!

No quiero armar otra discusión así que elijo dejarlo estar. Ahora mismo no es el momento para que ella entienda nada, además, todavía estoy un poco ido a causa del beso y dudo que me sepa explicar bien.

— Cloe, tú y yo pronto, muy pronto. — Le sonrío con esa sonrisa que mi madre dice que puede mover montañas — Nos vemos mañana a las diez y recuerda, tus besos son míos y los míos son tuyos.

— ¿Cómo que mis besos son tuyos? ¡yo puedo besar a quien quiera!. Y tal vez deberías comentarle eso también a Chelsea, creo que no lo tiene muy claro.

— No te preocupes por Chelsea, mantendré las distancias.

— No me preocupo, me da igual. Además, creo que no es justo que solo te pueda besar a ti, tengo que poder comparar.

— No tientes tu suerte... Hasta mañana, pequeña Clo — Le guiño un ojo y salgo de su habitación. La escucho replicar y chillar como una loca que no la llame así, que va a besar a quien quiera y que yo no soy nadie para impedirlo. ¡Ja! qué equivocada está.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro