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Capítulo 5: CLOE

<<Besar es como beber agua salada:

bebes y aumenta tu sed>>

Cuando he pensado en besos o en besar, nunca me había imaginado que de verdad fuese algo tan... tan... no sé cómo expresarlo, quizás lo más aproximado sea mágico. Nunca me lo había planteado, creía que el besar a un chico no pasaría en ningún momento cercano.

El primer día dando clases había ido bien, en realidad bastante bien. Tanto Don perfecto como Matt habían sido agradables y simpáticos conmigo y las clases habían ido con normalidad. Sam no dejaba de intentar hablarme de temas que no tenían nada que ver con las matemáticas e incluso me ha invitado a ir hoy a su partido. No a mí solamente, claro, también incluyó en la invitación a mi hermano Liam y yo incluí a Penny, pero es la primera vez que me invita a un partido y fue bastante insistente con que asistiera.

Mi cabeza no deja de pensar que es lo que trama y al mismo tiempo estoy empezando a pasarlo bien; quiero dejar esos pensamientos para empezar a disfrutar un poco. A fin de cuentas, pase lo que pase, no voy a dejar que me afecte, me gusta sentir que no soy solo un bicho al que aplastar.

Por la tarde fui a trabajar como todos los días. Penny pasó por allí a llevarse unos dulces para su abuela, hablamos un rato y le comente lo del partido de fútbol. En principio pensé que diría que no, pero se mostró muy efusiva y creo que le iba a suplicar a sus padres para poder acompañarnos.

Hablando de Penny, últimamente está muy activa socialmente. A ver, ella es la chica más amable y simpática que conozco, no me refiero solo conmigo sino con la humanidad en general. Se toma muy enserio lo de ayudar al prójimo y siempre está haciendo alguna campaña para conseguir voluntarios para alguna causa benéfica. Yo colaboro de vez en cuando, siempre que los estudios y el trabajo me lo permiten, pero sus obras de caridad no suelen ser lo que un adolescente de diecisiete años puede considerar divertidas.

Sus padres son muy estrictos y lo máximo que le han permitido salir para de verdad divertirse es a la cafetería del pueblo o al cine, a ver alguna película que han aprobado previamente.

Hasta el momento, siempre la he visto feliz con sus actividades en la iglesia y su voluntariado, pero ahora está rara. Ya fue sorprendente cuando se empeñó en ir al baile. Mi padre tuvo que hablar con los suyos para que le dieran permiso y realmente se esmeró, porque al final se lo concedieron. Me alegro de ello, porque aunque en un principio me horrorizó la idea, tengo que reconocer que lo pasamos bien. Ahora está encantadísima con la idea de ir al partido, desbordaba felicidad cuando se lo comenté, bueno, eso no es muy extraño ya que suele ser su estado habitual.

— ¿No crees que Dios es increible, Cloe? Esto sin duda tiene que ser obra suya, ¡Sam Smith te ha invitado a ver su partido!. Aunque desde luego el afortunado es él de poder compartir tiempo contigo, pero ¡entradas gratis! eso es genial.

— Claro, Penny, ¿crees que tus padres te dejaran venir?

— Voy a rezar mucho para que lo hagan y también suplicaré, puede que te llame para que tu también lo hagas en mi nombre.

— No hay problema, ya sabes que mis pucheros pueden ablandar a cualquiera.

— Bueno, te dejo seguir trabajando. Voy a casa de mi abuela con sus dulces. ¡Te escribo mañana para confirmarte si al final me dan permiso!- Eso último lo gritó ya en la puerta de la pastelería.

Yo creía que lo único que le importaba era hacer el bien, pero tal vez también está en un proceso de cambio como yo y está abriéndose a aventuras nuevas. Ella, más que nadie, merece divertirse y estoy contenta de que quiera acompañarme al partido, seguro que así la experiencia es mucho más agradable.

Hoy me levanto igual que ayer, de los nervios por volver a tener que pasar tiempo con Sam. Me ducho, desayuno y recojo todo lo que voy a necesitar para la clase.

Cuando por fín llego a su casa son las diez. Al igual que ayer soy puntual y también, al igual que ayer, vuelve a abrir la puerta sin camiseta. Me pongo roja como un tomate, no lo puedo evitar. Es guapísimo y tiene un cuerpazo, él, por supuesto, es muy consciente de ello, menuda vergüenza... Está muy en forma, no tiene unos músculos excesivos, pero sí lo suficientemente marcados como para dejar claro que están ahí. Su espalda es amplia y tiene gotitas de agua por todo su pecho que, ahora mismo, se están burlando de mí. Intento recomponerme lo más rápido que puedo, pero ya es demasiado tarde. Cuando levanto la mirada me está mirando con esa sonrisa de lado patentada que solo Don Perfecto puede tener, lo que me hace ponerme nerviosa y enrojecer más todavía si es posible << muy bien Cloe, hacer el ridículo delante de este adonis es lo más inteligente que puedes hacer>> hasta mi subconsciente se está burlando de mí. Aunque en mi defensa diré ayer fue mucho peor, salió con solo una toalla y tuve que recoger mi mandíbula del suelo, fue bochornoso... Hoy por lo menos lleva pantalones.

Intento bromear y calmarme un poco, pero antes de que pueda darme cuenta de lo que de verdad está pasando, me encuentro en su cama y señoras y señores:

¡¡SAM SMITH ME ESTÁ BESANDO!!

No un pico o un simple toque de labios. Nooo, nada de eso. Es un beso, beso. Uno de esos que te dejan sin respiración, que te provoca mareo y te hace ver estrellitas. ¿De verdad me está besando? A lo mejor es todo producto de mi imaginación que desde que lo vi ayer sin camiseta ha estado muy activa.

Me pellizco en el brazo mientras nos seguimos besando, solo para comprobar que no es ningún sueño y, efectivamente, me ha dolido, lo que me provoca una mueca y que Sam se aleje de mí despacio.

— ¿Estás bien? — Me mira con los ojos más verdes y brillantes que he visto en mi vida. Parece que está preocupado por lo que puedo estar pensando, como si pudiese estar pensando algo en absoluto después de ese beso - Quizás me he precipitado... pero simplemente me he dejado llevar...

¿Precipitado?, ¿dejado llevar?, poco a poco vuelvo a la realidad y caigo en la cuenta de que no es un sueño, es una pesadilla ¡¡¿Por qué leches iba a querer besarme Don Perfecto a mi?!! una chica a la nunca le ha dirigido más de media mirada, bueno, en realidad sí lo ha hecho ¡pero para burlarse de mí y fastidiarme!

Entonces caigo en lo realmente triste, Samuel <<Don Perfecto>> Smith me acaba de robar mi primer beso.

¿Por qué? Pues por lo que acaba de decir está claro que solo lo ha hecho porque ha visto la oportunidad de besar a alguien y la ha aprovechado. Como soy una auténtica idiota se lo he permitido ¡¡Si ni siquiera le gusto!!, es más, estoy segura de que no le caigo bien y de que está fingiendo por alguna razón.

Vuelvo a sentirme yo de nuevo y oculto como puedo la gran decepción que siento. No voy a dejar que sepa que era mi primer beso y tampoco quiero que piense que le voy a dar la más mínima importancia a lo que acaba de pasar, aunque por dentro me esté muriendo y aún me tiemblen las piernas.

Sin duda, este chico sabe besar, eso me lleva a pensar que quizás sea lo que hace normalmente con todas las chicas que sale (que según los rumores que se escuchan en los pasillos del instituto son bastantes). Desde luego tiene mucha más experiencia que yo y a pesar de que para él solo es un beso más, reconozco que ha hecho temblar el mundo entero a mi alrededor. ¡Soy penosa!

— Eh... ¿A qué a venido eso?- Odio como sale mi voz, apenas es un susurro y vuelvo a estar totalmente roja, no soporto que me afecte. Tengo que calmarme y respirar.

— Por favor, ¿dime que no te he asustado y vas a salir corriendo? porque... ¡Uauu! eso ha sido un beso increíble y no quiero que te arrepientas o me odies por ello.

— A ver... me ha pillado por sorpresa, eso está claro... Mira, yo no sé si esto es normal para ti cuando estás con una chica, pero yo no estoy acostumbrada a besarme con cualquiera simplemente porque tengo la oportunidad. Para mí eso no está bien, puedes confundir a la otra persona, aunque definitivamente no es mi caso, porque yo tengo muy claro que no te gusto y que solo ha sido un error causado por la intimidad del momento... - Me está perforando la cara con los ojos, así de intensamente me está mirando ahora mismo, lo que hace que poco a poco se me vuelva apagar la voz.

— Cloe, por favor, no ha sido ningún error ¿vale? ha sido genial y no tengo ninguna intención de confundirte, lo único que pretendo es que empieces a tener las cosas claras con respecto a mi. Quizás ahora no lo entiendes, pero ¿puedes darme un voto de confianza? No soy tan malo como crees ¿me darás la oportunidad de demostrarlo?- Yo estoy muy nerviosa y no sé realmente qué responder, menudo momento, aún estoy en shock con la idea de que acaban de darme mi primer beso.

— ¿Por fa?- Ahora me mira con ojitos de cachorrito abandonado, lo que no ayuda en nada a mis nervios, ¿por qué tiene que ser tan guapo? Debería ser ilegal ser tan perfecto físicamente.

— ¿Puedes, por lo menos, dejar de morderte así el labio? Me provoca ser yo quien lo muerda y creo que aún no estás preparada para que continuemos con nuestra sesión de besuqueo.

¡Dios mio! creo que acabo de entrar totalmente en ebullición, me están ardiendo las mejillas literalmente. Suelto mi labio y, muerta de la vergüenza, agarro el primer cojín que encuentro. Estoy pegando cojinazos, sin ningún control, como una auténtica loca, a la cabeza de Don Perfecto. Ahora mismo no me importaría matarlo a cojinazos.

Él está riendo sin parar. De repente, me vuelve a agarrar desprevenida y me hace una especie de llave (¡Vaya! no sabía que también sabía kárate), me quita el cojín y se apoya sobre mí en la cama, casi me aplasta.

— Me encanta que te pongas peleona.

— ¿Qué? yo no me pongo peleona, soy pacifista cien por cien, eres tú que sacar lo peor de mí.

— Eso también me gusta, ser el único que haga que pierdas los papeles- Vuelve a estar super pegado a mi, estamos respirando literalmente el mismo oxígeno y, ufff, voy a volver a perder la cabeza. Este chico hace que sea incapaz de razonar...

De pronto, se pone en pie y yo me siento inmediatamente la pérdida <<¡¡Cloe, por Dios, vuelve en ti!!>> mi yo interior me implora que vuelva a tomar el control.

— ¿Sabes qué?, se acabó esto de estar tan cerca. No vuelvas a invadir mi espacio personal ¿de acuerdo?, queda claro que ha sido una confusión del momento. Tú estás acostumbrado a ir besando a todas las chicas, pero yo no, yo no soy así y no pienso ser una más de nadie. A partir de ahora habrá unas normas durante las clases y la primera será NADA DE BESAR A LA PROFESORA ¿queda claro?

— Cristalino, pero quiero que sepas que yo no me voy besando con cualquiera y, que el beso que nos acabamos de dar, ha sido mucho más que la <<confusión del momento>> . No te pienso prometer que no vuelva a ocurrir, porque, créeme, que te vas a acostumbrar a mis besos y, dentro de poco, incluso me suplicaras por ellos.

— Ni en sueños Smith, eso no va a ocurrir. Venga, vamos a ponernos con las matemáticas de una vez sino me iré a casa. Tengo que preparar la clase de Matt.

Sam se pone serio y saca su libro de matemáticas.

Cada vez que levanto la vista del libro lo pillo mirándome. Esto es desesperante, ¿qué le pasa? Es imposible que de verdad le guste o que el beso le haya dejado tan perdido como a mí, así que ¿por qué diablos no deja de mirarme así?.

Por fin termina la clase y me dispongo a recogerlo todo para irme a casa, Sam está callado y bastante pensativo.

— Bueno, ya me voy.

— ¿Me esperarás junto a la puerta de los vestuarios después del partido?

— Bueno, no sé, no he hablado con Liam ni Penny sobre qué haremos después del partido.

— Por favor, esperadme y ya lo hablamos los cuatro ¿vale? Podemos ir a comer unas hamburguesas o algún sitio a tomar algo.

— ¿No hay ninguna fiesta después del partido a la que quieras ir?

— ¿Tú quieres ir a una fiesta?

— ¡Noo! digo no, no me refiero a mí... quiero decir, ¿no te han invitado tus amigos a ninguna fiesta? Nosotros no nos vamos a enfadar si no vienes después del partido a pasar el rato, seguro que tienes multitud de planes y no te tienes que sentir obligado sólo por darnos algunas entradas. — Sam me está mirando más serio aún que antes, parece incluso enfadado.

— De verdad, Cloe, que algunas veces no te enteras de nada. Si te he pedido que vengas al partido es porque me apetece pasar el rato contigo.

— Penny y yo no somos precisamente unas locas de la diversión, seguramente te aburrirás con nosotras.

— No lo creo. Espérame en la puerta del vestuario.

— Está bien... — Le hago un saludo militar y me dispongo a salir de la casa. Hemos ido bajando hasta la puerta de entrada mientras discutimos, antes de salir me agarra del brazo y me tira hacia su cuerpo, entonces me da un beso en la mejilla. Todo ha ocurrido en una décima de segundo.

— Nos vemos luego— Vuelve a tener esa sonrisa socarrona que le caracteriza. Este chico me desespera, siempre hace lo que quiere y yo me quedo tan pasmada que no opongo ninguna resistencia.

— Sam, recuerda, espacio personal. — Hago un gesto con la mano señalando su cuerpo y el mío para que entienda el concepto. — Nos vemos.

El resto de la mañana la paso aturdida y sin poder concentrarme en nada que no sea ese beso, bueno mejor dicho EL BESO. La clase con Matt pasa en una especie de nebulosa. Sé que él me habla, me hace preguntas que yo debería contestar con algo sensato sobre genética y cromosomas, pero me es completamente imposible y sé que no dejo de divagar. Menudo desastre...

— Cloe, ¿estás bien?— Este es Matt un chico increíblemente adorable, que está siendo super comprensivo con mi falta de concentración. Es la segunda vez que alguien hoy me pregunta si estoy bien, solo que la persona que lo preguntó la primera vez es el chico que me robó mi primer beso y ahora Matt me lo pregunta porque la clase no avanza y estoy siendo una profesora horrible. Pobre Matt... No, mejor dicho, pobre yo: ME HAN ROBADO MI PRIMER BESO. Sí, reconozco que ha sido alucinante pero eso no quita que sea un robo.

— Perdona, Matt, tengo la cabeza en otra parte. Vamos a seguir, te prometo que voy a estar mucho más centrada.

— ¿Quieres hablar de lo que te tiene así de desconcentrada? Siempre me han dicho que se me da muy bien escuchar. Sam se pasa el día contándome sus aventuras de faldas y al parecer también doy grandes consejos.

Voy a pensar que el que se me acabe de encoger el estómago por el hecho de que ha nombrado a Don Perfecto y sus muchos escarceos con chicas, sólo se debe a una indigestión y no al hecho de que por primera vez acabo de darme cuenta de que Samuel le puede contar a Matt lo que ha pasado esta mañana. Eso me convertiría en uno de sus líos de faldas ¿no? << A ver, Cloe, tranquilízate>> mi yo interior está delirando ¿cómo me voy a tranquilizar?, aunque pensándolo mejor... no creo que Don Perfecto esté dispuesto a que todo el mundo sepa que ha besado a una no popular, a una chica del montón, patosa y sin chispa, a la que sobretodo Chelsea, su lío de faldas número uno, odia. Ese pensamiento me relaja un poco y consigo contestarle a Matt con algo de seguridad.

— Sí, Matt, estoy bien, gracias por preguntar. No hay ningún problema del que sea necesario hablar, no te preocupes. Mi vida es bastante aburrida.

— ¿Seguro?

— Seguro, en realidad estaba pensando en el plan que tengo esta tarde y por eso se me ha ido el santo al cielo. Lo siento, no suelo ser tan despistada, te aseguro que no volverá a pasar.

— No te preocupes, Cloe, a todos nos pasa alguna vez ¿Y qué plan tienes esta tarde?

— Pues voy a ir tu partido de fútbol.

—¿En serio? No sabía que te gustaba el fútbol, sino te hubiese dado yo las entradas para que no las tuvieses que pagar.

—No te preocupes, me las ha dado Sam. Vamos a ir mi hermano, Penny y yo juntos.

— Claro Sam... ¿Tienes pensado hacer algo después del partido?

— Aún no está decidido, quizás vayamos a comer algo.

— ¡Guay! me apunto.

— Matt ¿no tienes ya planes? no sé... ¿cómo ir a una fiesta loca o algo así?.

— Claro que suele haber fiestas después de los partidos, pero hoy me apetece hacer algo diferente. Además siempre estoy molido después de jugar por lo que no me importa tener un plan más de tranqui.

— Eh... Vale. Esperaremos a Sam en la puerta del vestuario. Únete a nosotros ahí y ya vemos a dónde nos dirigimos más tarde.

— ¿Sam también se ha apuntado al plan? vaya, eso no me lo esperaba...— Eso último lo dice como para el mismo, pero yo lo he escuchado perfectamente.

— En realidad toda la idea ha sido suya, tanto lo de ir al partido, como lo de vernos después.

— Mira, Cloe, ya sé que Sam es mi amigo, pero ten cuidado con él ¿vale? No sé qué se trae contigo y no quiero que te haga daño.

— Oh.. Vaya... con eso me imagino que quieres decir que es imposible que Sam tenga alguna intención buena conmigo ¿no?, porque, evidentemente, es imposible que alguien como él se fije en alguien como yo. No te preocupes Matt, eso lo tengo muy claro, por lo que no habrá ningún daño. — Sé que lo que me está diciendo es lo mismo que he pensado yo todo este tiempo, pero es indignante cuando te lo dice alguien más, por eso no puedo evitar que mi voz salga en tono de reproche. No necesito que nadie me diga el poco interés que puedo generar en un chico.

— Cloe, no me malinterpretes, por favor. Quizás no me he sabido explicar bien. Tú eres una buena chica y Sam no es malo, pero no siempre se porta bien. Yo mismo tampoco lo hago la mayoría de las veces, por eso te lo digo. Cualquier chico sería afortunado de salir contigo, pero no sé si Sam merece algo tan genial.

—Y según tú, ¿quién sería merecedor de salir conmigo? ¿Tom, el chico que toca el trombón en la banda de música?

—No, él tampoco, yo estaba pensando más en mí.- Pongo los ojos en blanco y me río fuertemente.

—Acabas de decir que tú tampoco eres de los que se portan bien con las chicas, ¿porque tendría que fiarme de ti y no de Sam?

—Tienes razón, lo he dicho y es verdad, pero yo creo que tu eres el tipo de chica que puede conseguir que me centre.

—Bueno, vamos a dejar este tema. No te preocupes de acuerdo, Sam no me hará daño, porque no está interesado en mí y, desde luego, yo no estoy interesada en él.

Mientras que digo esas palabras se me viene a la cabeza otra vez el estúpido beso.

—Volvamos al trabajo, tenemos que adelantar. La siguiente clase no será hasta el martes que viene así que manos a la obra.

—Está bien, dejaré la conversación para está noche cuando nos veamos después del partido.

Cuando por fin Matt se va, subo corriendo las escaleras y voy como una loca a mi cuarto. Necesito escribir en mi diario y contarle a mamá que me han dado mi primer beso. Tengo que analizar lo que ha pasado y prepararme mentalmente para esta tarde cuando vuelva a ver a Sam en el partido.

Sin más, empiezo a escribir y mientras las palabras fluyen me imagino a mi madre escuchando con atención. Ella seguro me diría algo como — Brujita, <<un mundo nace cuando dos se besan>> — Ella y sus citas. Cuando por fín termino de contarle todo, esa frase es precisamente lo que escribo. No creo que ningún mundo se vaya abrir entre Don Perfecto y yo, pero mi madre siempre fue una romántica y yo ahora mismo estoy hecha un lío.

Estoy esperando junto con Liam a que llegue Penny para ir al partido y no he dejado de burlarme de él. Se ha vestido con su mejor camisa y unos pantalones chinos, lleva dos litros de gel fijador en el pelo, además apesta, se ha echado una colonia de esas de dandí que huele a kilómetros de distancia. Mi hermano es un chico guapo y deportista por lo que para su edad se puede decir que está fuerte, pero verlo con estas pintas para ir a ver un partido de fútbol de una liga de instituto es superior a mis fuerzas. No dejo de reirme, tengo claro que pretende impresionar a Penny y eso me hace más gracia aún. Él, por supuesto, no deja de lanzarme miradas amenazantes y de mandarme a paseo también verbalmente.

Penny por fin llega y está preciosa. Lleva una falda por las rodillas, una camisa y se ha dejado su larga melena negra azabache suelta con solo un mechón recogido con un clip en un lado. En su estilo puritano recatado pero, como ya he dicho en otras ocasiones, Penny es muy guapa sin necesitar nada que la adorne.

Al parecer yo solo la única que va igual que siempre, con mis vaqueros, mi sudadera negra y mi coleta. Mis gafas son geniales, es el único capricho que me he permitido en mucho tiempo, me las compre una vez que Addi me dió paga extra por Navidad, son absolutamente preciosas y pienso que me quedan muy bien. En fin, nunca me ha importado demasiado mi aspecto. A quien no le guste como voy que no me mire y asunto resuelto.

Penny nos saluda desde la puerta y mi hermano se comporta como un auténtico caballero, le dice lo guapa que está y se acerca como un cachorrito hambriento de un poco de cariño. Es tan mono y está tan loco por ella que me vuelve a dar pena lo triste que estará cuando se de cuenta de que no tiene ninguna oportunidad.

Caminamos hasta el campo de fútbol que está a tan solo dos manzanas de casa. Además, ninguno de los tres tiene coche así que no nos queda más remedio que ir a pie.

Una vez que llegamos se puede observar que el estadío está completamente lleno y me estoy empezando a poner nerviosa. No me gustan las multitudes, no sé cómo comportarme y siempre acabo haciendo el ridículo <<respira, Cloe, solo tienes que mirar para el campo y ya está, hasta tú eres capaz de hacer eso>> mi subconsciente me intenta tranquilizar y en cierto modo lo consigue. Solo tengo que sentarme y ver el partido, ¿qué más da que el chico que me dió mi primer beso esta mañana esté a punto de salir al campo? ¿qué más da que él pretenda que nos volvamos a ver después del partido? De todos modos, lo tengo que volver a ver mañana para su clase. No estoy nerviosa por Don Perfecto, me da igual ese chico y aquí sentada no puede ocurrir nada malo ¿verdad?.

El equipo de baile está haciendo una coreografía en el centro del campo, están entreteniendo a los espectadores mientras comienza el partido. Se escucha una canción que está muy de moda a todo volumen, no es precisamente el tipo de música que yo me animaría a bailar, pero la gente está completamente entregada al espectáculo.

Chelsea es la capitana y la puedo ver en primera línea, moviéndose como si intentará desencajar todo su cuerpo. Todos los chicos que hay alrededor están babeando, cosa que no entiendo, sino estuviese prácticamente desnuda no sería para nada atractiva. Supongo que su personalidad y su falta de ropa es lo que más atrae, ese aire de te estoy perdonando la vida que siempre le acompaña.

Mi hermano también está embobado mirando el show y acabo dándole un codazo en la barriga, no soporto verlo babear por una persona tan espantosa como Chelsea.

— ¡Ey! ¡¿Qué te pasa?! eso ha dolido. — Pongo los ojos tan en blanco como soy capaz y bufo.

— En serio hermanito ¡Despierta y deja de babear!.

Penny se está riendo a causa de nuestra discusión y Liam se pone como un tomate, supongo que no le ha gustado que Penny se haya percatado de su babeo por las bailarinas, bueno, se lo tiene merecido por ser taaaan chico.

Por fin, las chicas terminan su rutina y dan por comenzado el partido.

Yo no soy para nada una chica deportista. Me mantengo en forma y me gusta caminar, pero no soy muy fan de los deportes de equipo como el fútbol, es más, no creo que haya visto nunca un partido completo. Contra todo pronóstico, me está gustando e incluso hay momentos en los que me sorprendo a mí misma animando. Penny y yo nos reímos, saltamos y cantamos a coro con el resto de la grada. Ella está feliz y me está contagiando toda esa buena energía que siempre le acompaña. De repente, hay como un momento de tensión, se escucha como un gran <<OOOH>>, yo estoy buscando mi cartera dentro de mi bolso para ir a por un refresco, por lo que me acabo de perder lo que ha ocurrido. Vuelvo a mirar al campo y me encuentro sin respiración... Sam está tirado en el suelo y su entrenador y lo que supongo un médico corren hacia él.

— ¿Qué ha pasado? ¿Porqué está en el suelo? — Mi voz suena demasiado angustiada, pero en realidad es así exactamente como me estoy sintiendo.

— Un jugador del otro equipo le ha hecho una entrada peligrosa y le ha dado con el pie en la rodilla. Eso ha tenido que doler seguro — Mi hermano intenta explicarme lo que ha pasado pero yo apenas le entiendo, estoy realmente concentrada en ver cualquier mueca de dolor que pueda salir del rostro de Sam.

— ¡Mira se está levantando! — Penny me zarandea el hombro y yo sigo igual de concentrada con cada movimiento de Sam. Ahora, además, está rodeado de todos sus compañeros y Matt le está dando la mano para ayudarlo a levantarse.

Se pone de pie y mira hacia las gradas, concretamente hacia la zona donde estamos sentados nosotros. Yo también lo estoy mirando y le acabo dando una sonrisa. No creo que él sea capaz de distinguirme entre tanta gente y no sé porqué siquiera pienso algo así, pero creo que me está buscando a mí, que quiere que vea que está bien. Vuelvo a la realidad y quito la mirada, no debería tener ese tipo de pensamientos, Sam solo quiere tranquilizar a su afición que ahora están gritando como unos auténticos locos.

El árbitro pita y los jugadores vuelven a sus puestos.

Mi hermano y Penny no dejan de gritar para animar a Sam, en cambio, yo aún me encuentro un poco asustada por lo que acaba de pasar así que solo observo. La alegría que sentía hace solo unos minutos antes queda un poco olvidada.

Sam se prepara delante de la portería, según la explicación de Liam, que sigue gritando sin parar, debido a la falta que le ha realizado el otro equipo ahora él tiene que tirar un penalti. Dios no entiendo nada... soy una auténtica negada con esto del fútbol.

— ¿Un penalti?

— ¡¿Cloe, en que mundo vives?! Un tiro a portería. Anda, mira el partido y deja las preguntas para luego.

Sam coge carrerilla, le da con el lateral de la bota al balón y ¡¡¡¡GOOOOLLLLL!!!! Se desata la alegría. Si antes estaban gritando ahora es absolutamente ensordecedor. Todo el mundo vitorea a Sam ¡¡SMITH!! ¡¡SMITH!! Las personas a nuestro alrededor están cantando, bailando y lo más raro de todo es que yo también lo estoy haciendo. Estoy abrazada a Penny y estamos las dos pegando saltitos y gritando como el resto de locos por los que estamos rodeadas.

Ese gol les da una ventaja de dos goles sobre el equipo visitante y aún queda un cuarto de hora de partido. Sam también había marcado el primero de los goles a los diez minutos de partido, por lo que está claro que hoy será la estrella de su equipo.

Por fín acaba el partido, quedan con un resultado 3-2.

Nos levantamos y vamos como podemos hacia la puerta de los vestuarios, donde le dije a Sam que lo esperaríamos. Los jugadores están entrando ahora mismo y todo el mundo se les intenta acercar para darles la enhorabuena. De pronto me estoy sintiendo mal del estómago, justo a unos diez pasos de mí, Don Perfecto tiene a Chelsea subida a horcajadas y se están dando un beso de tornillo. Aquí, delante de todo el mundo, delante de la chica a la que beso a penas hace unas horas... <<Cloe, recuerda que vuestro beso no significo nada, tú no significas nada para Samuel Smith>> Mi subconsciente tiene razón, así que una vez más me trago mi humillación y miro hacia otro lado.

Como mi madre diría — Cloe, hay dos manera de ser engañados; la primera es creer lo que no es verdad y la otra es negarse a aceptar lo que sí es verdad — Aunque llevo todo el día muy confundida por el estúpido beso, ahora vuelvo a tener claro todo lo que es verdad y lo que no.

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