En dos días será el concierto del grupo de música favorito de Cloe. Aún no he hablado con ella respecto al pequeño detalle de que yo le acompañaré. Cuando se lo dije, el día de su cumpleaños, no estuvo muy feliz con la idea, pero tengo la esperanza de que ahora no esté tan reacia a ello.

Lo tengo todo pensado. Como es un viaje de tres horas y el concierto comienza a las ocho de la tarde, nos tendremos que quedar a dormir ya que sería peligroso volver tan tarde a casa cansados. Esa es la explicación que ayer le di a mi madre. Ella, siempre preocupada por mi bienestar, llamó a tío Robert y lo convenció de que lo mejor sería que durmieramos en un hotel y volviésemos por la mañana (adoro a mi madre). Mi tío, al principio, no estuvo de acuerdo; es evidente, Cloe es una chica y yo un chico, los dos solos en una ciudad a tres horas y durmiendo en un hotel ¿qué podría salir mal?. La gran Aurora volvió hacer su magia una vez más y logró dejarme como el ser más responsable del universo frente a los ojos ojos de mi tío; por lo que, al final, claudicó y nos dio su bendición para que lo pudiéramos organizar todo. Les pedí que no comentaran nada con Cloe para que pudiera sorprenderla.

Mi madre es la mejor del mundo, quizás todo el mundo opine lo mismo de sus madres, pero en serio, Aurora García es única e inigualable. Ella haría cualquier cosa por mí y sabe perfectamente todo lo que me gusta Cloe. Siempre ha sido mi mayor aliada.

Ya tengo reservada una habitación en un hotel que queda cerca de donde se celebrará el concierto. A mamá le he dicho que he reservado dos habitaciones, por razones obvias, no quiero tentar la suerte. También he pensado en que podemos salir por la mañana y así aprovechar el día para hacer algo de turismo, seguro que le gusta a mi pequeña. Todo tiene que ser perfecto. No voy a esperar más, ese día le pediré que sea mi novia de una vez, quiero hacerlo oficial y que seamos una pareja de verdad. Los cambios son para los valientes y yo ya estoy cansado de ser un cobarde que no se atreve a dejar ver lo que siente.

Llevo tres días sin ver a Cloe. Está visitando a sus abuelos maternos en Phoenix junto a tío Robert y Liam. Después de casi un mes de vernos prácticamente todos los días, estoy un poco desesperado porque llegue mañana y poder verla de nuevo. He llegado a tal nivel de necesidad que tengo una de las fotos que le hice el día de su cumpleaños de fondo de pantalla en mi teléfono. Nos hemos escrito mensajes a todas horas y la he llamado todas las noches, pero no es suficiente. Tengo la sensación de que ahora que estoy tan cerca se me va a escapar en cualquier momento de entre los dedos y la perderé. Nunca he sido un chico inseguro pero ahora mismo no me reconozco. Tengo miedo, miedo de que cambie de opinión y se de cuenta de que puede aspirar a algo mejor que yo.

Los chicos me han convencido para ir esta noche a la fiesta de Zack, un compañero de equipo. Al principio no quería ir, pero necesito distraerme un poco. Hace una hora que le escribí el último mensaje a Cloe, estoy ansioso porque conteste, acabaré por volver a escribirle y eso me hará parecer muy desesperado. Estoy al borde de convertirme en un verdadero acosador, así que opto por escuchar las estupideces de mis amigos y aturdirme un poco con el ruido de la fiesta.

Matt también se ha apuntado y, al contrario de lo que es habitual en él, aún no está metiéndole la lengua hasta la campanilla a ninguna chica de las que le rodean. Por el contrario, él, al igual que yo, está mirando continuamente su móvil y no les hace ni caso. Me pregunto si también le habrá escrito a Cloe y, si fuese así, ¿a él le ha contestado mientras que a mí me ha dejado en visto? ¡Arggg! Tengo que dejar de darle a todo tantas vueltas. Estará ocupada; que no me responda a un mensaje no quiere decir que pase de mí. Además, llevamos todo el día hablando, seguro que estará cenando o haciendo algo importante como no sé... por ejemplo... ducharse... eso me recuerda a cuando la vi en la bañera rodeada de espuma... ¡Déjalo ya Smith!

— Vaya, hola Sam, ¿dónde has dejado a tu nueva mascota?

— Chels... ¿perdona creo que no te he escuchado bien con la música? Yo no tengo mascota.

— Sabes que me refiero a esa pequeña arpía por la que me dejaste el otro día en la puerta de tu casa.

— Ya había quedado, te lo intente explicar. Fuiste tú quien se presentó en mi casa sin avisar.

— Sam ¿qué pretendes con esa chica? ¿es algún tipo de apuesta o algo así? A mí me lo puedes contar, yo seré una tumba e incluso te puedo ayudar.

— Chelsea deja de decir tonterías, ¿por qué piensas que yo sería capaz de hacer algo así? Me gusta Cloe y no tengo que darte ninguna explicación de nada.

— ¿Estás diciendo que de verdad estás interesado en esa empollona? No te das cuenta que ella lo único que pretende es ser popular, por eso finge que le caes bien. Tú y yo sabemos que ella no vale nada y ahora quiere tener algo de atención. ¡Incluso la he visto tonteando con Matt! Supongo que cualquiera de los dos le sirve para conseguir unos minutos de gloria en su triste existencia.

— Mira, será mejor que dejes de meterte con Cloe, tú no me conoces y tampoco conoces a Cloe. Ella es una buena chica, así que no vuelvas a molestarla.

— ¡Venga ya! Tú y yo tenemos algo y lo sabes. Siempre hemos tenido química, ¿me vas a dejar de lado por esa...?

— Estoy cansado de repetirlo, nosotros no éramos nada y tampoco lo seremos en un futuro. ¡No me interesas!

— ¡Eh, colega! ¿quieres ir a por un par de cervezas? — Adam se acerca y me da un par de palmadas en la espalda en señal de saludo.

— Sí, claro, vamos a por ellas a la cocina. Diviértete, Chelsea.

— Sam, no hemos terminado de hablar.

— Vamos, Adam, larguémonos de aquí.

— ¡Sam! ¡No te librarás de mí tan fácilmente!

Me alejo lo más rápido posible con Adam cubriendo mi espalda, para evitar que Chelsea me alcance de nuevo.

— Tío ¿qué pasaba ahí? Parecía bastante intenso.

— Y que lo digas, estoy cansado de sus locuras. No pilla las indirectas.

— ¿Es por la muñequita? Chelsea siempre ha pensado que erais algo seguro y está molesta por perder tu atención.

— Nunca la ha tenido, solo hemos salido un par de veces, y no por los motivos correctos.

— ¿A qué te refieres con eso? ya sabes que lo mío no son las conversaciones profundas...

— Nada, cosas mías.

— A todo esto, ¿dónde has dejado a Cloe? Últimamente es raro verte sin ella.

— Se ha ido a Phoenix a casa de sus abuelos, vuelve mañana.

— Vaya, supongo que ya sé el motivo de tu cara de cachorrito herido.

— ¡Oye! No te pases — Le doy un empujón, pero me estoy riendo y él también.

— Estás muy colado ¿no?

— Completamente perdido.

— ¿Y qué pasa con Matt?

— ¿Qué pasa con él? — Me está empezando a enfadar que siempre que hablo de Cloe alguien tenga que sacar a coalición a Matt.

— ¿No le gustaba también la muñeca? Lleváis semanas raros, te he visto muy agresivo con él últimamente.

— En primer lugar, deja de llamarla muñeca. En segundo lugar, Matt y yo estaremos bien siempre que entienda que Cloe es mi chica, por lo que sus intenciones con ella tienen que ser puramente amistosas.

— Vale, relájate. Estoy seguro que ella está por tí, no creo que tengas de qué preocuparte. Deja los malos rollos, Matt siempre ha sido un buen amigo.

— Ya lo sé, pero cuando se trata de Cloe no pienso con claridad, me paso el día gruñendo hasta al aire que la rodea.

— Guauu... Samuel Smith está verdaderamente colado por una chica. Sabes que vas a romper el corazón de muchas de tus admiradoras, empezando por Chelsea.

— Yo nunca le he dado esperanzas a nadie. No habrá corazones rotos, a esas chicas no les intereso yo realmente, solo buscan algo de mí.

— Salud, hermano, creo que necesitas una buena borrachera y yo también. Después de tanto hablar a corazón abierto creo que tengo ganas de llorar.

— ¡Salud! — Chocamos nuestras cervezas y damos un buen trago. No pienso beber más de una, no me voy a emborrachar. En cambio, Adam sí tiene esa idea en mente porque se dirige camino de su segunda cerveza y seguro que habrá una tercera y cuarta.

Reviso de nuevo mi móvil que desde la conversación con Chelsea estaba olvidado en el bolsillo de mi pantalón. Para mi sorpresa y regocijo, tengo un nuevo mensaje en la notificaciones. Rápidamente lo abro y me dispongo a leer su contenido.

Pequeña Clo: Paseito con mis abuelos a una feria de libros. Ha sido genial.

Junto con el mensaje adjunta una foto en la que se puede ver una fila de kioscos plagados de libros. Inmediatamente sonrío, me la puedo imaginar de kiosco en kiosco examinando minuciosamente sus opciones de compra.

Soy un tonto, Cloe y yo estamos bien, incluso Adam piensa que le gusto y no debería preocuparme por lo que diga Chelsea. Ella está completamente loca.

Yo: Vaya, seguro que has arrasado con todos los kioscos y tus maletas mañana pesan unos diez kilos más con todos tus libros nuevos.

Pequeña Clo: Sin duda estaría feliz de gastar mi valioso dinero, duramente ganado, en una cantidad obscena de libros. No ha podido ser... estoy intentando ahorrar, así que solo me he permitido el lujo de un par de ellos, pero mi abuelo me ha regalado una trilogía. Estoy feliz. ¿Y tú qué me cuentas de tu día? ¿Estás en la fiesta?

Yo: Sip, Adam te manda saludos. Al parecer, el no tenerte cerca me hace ser más cascarrabias de lo normal, por lo que me iré pronto a casa a seguir contando las horas para poder verte.

Pequeña Clo: Eso ha sido realmente cursi. Sé de buena tinta que eres el rey de las fiestas, hay muchas anécdotas que lo corroboran recorriendo los pasillos del instituto.

Sonrío ante ese comentario. Es verdad que tengo muchos momentos vergonzosos a mis espaldas de los que no me siento muy orgulloso y preferiría que ella no estuviese al tanto.

Yo: Todo rumores. De todos modos, señorita Sherman, el pasar tiempo con usted me ha vuelto un hombre de provecho.

Pequeña Clo: No tienes remedio... Te tengo que dejar, voy a ver una peli con Liam y mi abuelo. Buenas noches.

Yo: Espera ¿A qué hora llegas mañana?

Pequeña Clo: Sobre las nueve de la noche.

Yo: Bien, deja tu ventana abierta. Buenas noches preciosa.

Pequeña Clo: ¡¿Qué piensas hacer?!

Yo: SORPRESA.

Cierro la aplicación de mensajería para que no me pueda sonsacar nada de lo que estoy pensando.

Estar en esta fiesta ya no me interesa. Adam está hablando con una chica, con la que está claro que intenta ligar. Me despido de él con un gesto de cabeza y salgo hacia la brisa fresca de la calle. Varios chicos me saludan mientras me dirijo donde está mi coche aparcado. Ya estoy cansado de socializar esta noche, la charla con Adam y los mensajes de Cloe me han serenado.

Mañana será un nuevo día y tengo que seguir planeando el viaje para el concierto, quiero que sea inolvidable para Cloe. Vamos a estar bien. Ella no busca popularidad, me quiere a mí. Eso lo tengo claro.

Le he hecho pensar que no soy bueno en matemáticas, pero sí lo soy. Por eso sé a ciencia cierta que ella y yo hacemos una suma perfecta.

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¡¡Holaaaaa a todo el mundo!!

¡Muchas gracias por el apoyo que estoy recibiendo!. En estos días tan difíciles que estamos viviendo es realmente gratificante ser útil de alguna manera y espero que al leer esta historia muchas sonrisas afloren. No olvidéis comentar, me encanta leer vuestras opiniones y sugerencias (todo lo que ayude a mejorar es bienvenido). También os animo a regalarme estrellitas si os está gustando lo que leeis.

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