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Capítulo 1: CLOE

Todo el mundo debería tener un diario, mi madre me dijo un día que el escribir tus sentimientos era algo terapéutico que ayudaba a ver las cosas con perspectiva. Todavía recuerdo mi octavo cumpleaños cuando me regaló el primero y me dijo - Cloe siempre te tendrás a ti misma y tus palabras, escribe lo que hay en tu cabeza, lo que piensas, lo que sientes y así nunca te sentirás sola .

En ese momento no entendí lo que quiso decir, pero supongo que la cabeza de una niña de ocho años bastante timida y retraida, de la que la mayoría de la gente se burlaba, no estaba preparada para entender que su madre ya la estaba preparando para la soledad y la tristeza. 

Ella murió unas semanas más tarde, le habían detectado un cáncer terminal apenas unos dos meses antes y en ese momento fue cuando mi vida pasó de ser solo algo deprimente a un auténtico desastre, el hecho de vivir escondida entre mis libros y mis dulces no ayudó, simplemente me encerré en mi misma, deje que mi mejor amigo fuese mi diario y viví a través de un viejo libro de citas que mi madre atesoraba y que conservo como si fuese la estrella que mi guia.

Vivo en un pequeño pueblo de Arizona llamado Springerville, se encuentra dentro de las llamadas montañas blancas de Arizona, aquí a la gente le encanta la caza, la pesca y los deportes al aire libre, por lo que a pesar de que no llegamos a los cinco mil habitantes siempre hay muchos turistas con ganas de aventura o de unos días de descanso en la montaña. En el pueblo todo el mundo conoce a todo el mundo, aunque yo suelo pasar bastante desapercibida.

 Vivo con mi padre Robert Sherman y mi hermano menor Liam en una pequeña casa con jardín a las afueras, es un barrio muy tranquilo en el que nunca pasa nada interesante, a excepción de cuando nuestra vecina de ochenta años, la señora Williams, me pide que baje a su gato Mimi del viejo roble de nuestro jardín, el cual da a la ventana de mi cuarto. En esas ocasiones me subo a una rama del árbol a través de mi ventana y cojo al pequeño gatito y lo vuelvo a llevar junto a su dueña. Esos diez segundos que estoy en el árbol me siento emocionada, me gusta pensar que ese pequeño animal me necesita de verdad y que le estoy sirviendo de ayuda, eso para mi triste existencia en realidad es algo muy reconfortante.

Mi padre tiene una pequeña empresa de reparaciones junto con el tío Mike, su mejor amigo desde el instituto y padre de mi peor pesadilla Samuel Smith (alias Sam Don Perfecto). El tío Mike es un buen hombre, él y su mujer Aurora siempre se han portado muy bien con nuestra familia y nos han apoyado mucho desde la muerte de mamá. En cambio Don Perfecto, como lo bauticé hace unos cuatro años un día que me sacó especialmente de quicio, es el diablo envuelto en una cara y un cuerpo realmente impresionantes. Me odia, siempre que tiene oportunidad se burla de mí, su misión en la vida es destruir la poca autoestima que me queda y dejarme en ridículo. A pesar de que hemos crecido juntos debido a la amistad de nuestros padres, creo que no hemos mantenido una conversación de más de tres palabras desde la guardería. Todo el mundo lo adora, es el capitán del equipo de fútbol, toca la guitarra y ¿he dicho ya que es increíblemente guapo?. Aunque sus notas no son brillantes, estoy convencida de que le darán una beca deportiva para alguna universidad, porque el mundo es así de injusto y para ser un triunfador también tienes que ser un auténtico cretino.

Trabajo por las tardes en una pastelería que se llama Sweet. Mi jefa, Addi, es encantadora y me ha enseñado a preparar los mejores cupcakes de vainilla y galletas con chispas de chocolate del mundo. Es el único sitio donde puedo ser yo misma de verdad. Me encanta la repostería y adoro a Addi, ella no me ve como un bicho raro porque me guste leer y pasar el rato en casa haciendo postres, lo voy a echar de menos cuando me vaya a la universidad.

Tres días en semana también ayudo a papá con el papeleo de la empresa después de mi turno en la pastelería, siempre me suelen pagar algo y entre eso y mi sueldo estoy consiguiendo ahorrar para la universidad. Aunque espero conseguir una beca de la Universidad de Arizona, quiero tener dinero para mis gastos y para la gasolina, ya que planeo venir a casa cada dos semanas o por lo menos una vez al mes y dejar las cosas organizadas para Liam y papa. Ellos creen que van a estar bien sin mí, pero yo no lo tengo tan claro y, a pesar de que papá ha dicho que me va a ayudar con los gastos, yo quiero ser autosuficiente. Incluso cuando empiecen las vacaciones de verano planeo dar clases particulares, he puesto un anuncio y tengo fe en conseguir varios alumnos, tendré que hacer un esfuerzo sobrehumano para relacionarme con ellos y no parecer una auténtica idiota, pero el dinero me va a venir muy bien y he decidido que voy a ser valiente. Mi objetivo para el próximo curso, mi último año de instituto, será ser yo misma y dejar de ocultarme de todos y de todo, mi lema de ahora en adelante será <<QUE PIENSEN LO QUE QUIERAN>>, no me voy a volver a sentir mal por nada de lo que digan o hagan, no van a volver a tener ese poder sobre mi.

Hoy es el día de mi decimosexto cumpleaños y también es el penúltimo día de clases antes de las vacaciones de verano. Mañana habrá un baile al que por supuesto yo no asistiré ¿quién iría al baile con Cloe, la empollona? ¿o con Cloe, la gafotas? o mi preferido de todos... la abominable Cloe. Nadie me lo ha pedido, jamás he salido con un chico, sin contar a mi hermano y mi primo Ryan de Texas, que viene siempre a casa unos días por Navidad.

El año pasado creí que mi compañero de ciencias Nick Rodríguez y yo nos habíamos convertidos en amigos o algo parecido. Después de pasar todo un trimestre trabajando en un proyecto juntos nos llevábamos muy bien, él siempre me hacía reir, hablaba conmigo entre clases y me saludaba cuando pasaba por mi taquilla. Fui bajando la guardia e incluso llegué a pensar que me pediría salir como escribí un millón de veces en mi diario, pero eso nunca ocurrió. Un día, en la puerta de clase, estábamos hablando y riéndonos de cualquier tontería cuando Don Perfecto pasó a nuestro lado y llamó a Nick, estuvo hablando con él durante unos minutos y después de eso decidió que yo ya no merecía su atención, se cambió incluso de compañero y me dejó tirada con el proyecto. No me dio ninguna explicación, supongo que Sam le recordó con quien estaba perdiendo su tiempo. A veces pienso que cuando Nick se cruza conmigo por los pasillos parece avergonzado, pero después siempre sale huyendo como si yo tuviera la peste. Me sentí fatal, de verdad creía que Nick y yo estábamos empezando a ser amigos, pero supongo que todo estaba en mi imaginación; porque, aunque yo no estoy sobrada de ellos, tengo claro que los amigos no se abandonan sin una palabra. Como dijo Eleanor Roosevelt <<muchas personas entrarán y saldrán de tu vida, pero solo los verdaderos amigos dejarán huella en tu corazón>> . Desde luego Nick no ha dejado ninguna huella en mí, sin duda fue humillante, y lo peor es ver cada día la cara de superioridad de Samuel Smith, que realmente se cree el ombligo del mundo con su séquito de deportistas tontos y guaperas y su club de fans de chicas sin apenas media neurona.

Cambiando de tema, por fin estoy cumpliendo diecisiete y después de las vacaciones será mi último año de instituto. Estoy deseando acabar y poder empezar de cero en la universidad. Mis notas son excelentes, es lo bueno de ser una marginada que se pasa el día en casa y no tiene ningún tipo de vida social, tienes tiempo de sobra para llevar todas las lecciones al día. Tan solo me relaciono con una chica en el instituto, que es igual o aún más rara que yo, su nombre es Penélope y juntas formamos un dúo muy inusual. Ella también es muy estudiosa, sus padres son extremadamente religiosos y aunque no se puede decir que nos lo contemos todo (eso lo reservo solo para mi diario y en ocasiones para Addi) sí es lo más parecido a una amiga que tengo.

Estoy terminando de asearme antes de bajar a desayunar cuando ya se escucha a mi padre discutir con mi hermano desde la cocina

 -¡Liam! deja de comer chucherías para desayunar y toma una tostada.

Mi hermano, Liam Sherman de tan solo catorce años, tiene un serio problema con la comida. Procuro hacer cosas variadas y siempre le añado a su almuerzo algo de fruta, pero estoy convencida que apenas prueba nada de lo que preparo, papá intenta ser duro pero al final siempre acaba sucumbiendo y al ver que no prueba nada de su plato de judías, llama para pedir una pizza de pepperoni. Este es uno de los principales motivos por los que no quiero estar muy alejada de casa durante mucho tiempo, seguramente acaben muriendo de una sobredosis de grasas y azúcares.

Al bajar las escaleras, mi padre me espera con un cupcake de vainilla en una mano y un paquete envuelto en la otra, es realmente adorable, el cupcake tiene una vela encendida.

- ¡Vamos Cloe pide un deseo! - me alienta Liam para que proceda a apagar la vela y pedir mi deseo de cumpleaños.

Hace años que no pido ningún deseo, solo finjo hacerlo porque no quiero que papá se entristezca. El pobre aún no ha superado la muerte de su esposa y se esfuerza mucho para que Liam y yo estemos bien, no tiene ni idea de lo pringada que soy, aunque supongo que el hecho de que jamás venga nadie a casa o de que no salga ningún fin de semana con amigos le debe de dar una idea de que no soy precisamente la chica más sociable del planeta. Él tampoco es una persona muy habladora, esa era mamá con ella se podía hablar de cualquier cosa y siempre escuchaba como si fuese lo más importante del mundo, en cambio papá y yo nunca hemos tenido una conversación muy sentimental en la que hablemos de algo más allá del horario semanal de Liam. Es un buen padre y se que se preocupa por nosotros, pero supongo que nunca ha sabido muy bien qué hacer con una adolescente con problemas sociales. Cuando murió mamá asumimos cada uno nuestro rol, yo el de cuidar de la casa y de Liam y él el de trabajar para mantenernos; así nos ha ido bien, han pasado los años y nos hemos acostumbrado a nuestra rutina.

Soplo la vela y a diferencia de los otros años éste si pido un deseo. Me gustaría que mi último año fuese diferente, no pido ser la reina del baile, ni que Matthew Johnson (el chico más guapo de mi clase) me pida salir, solo... no sé, me gustaría poder atesorar algún recuerdo bonito del instituto, alguna vivencia emocionante, algo que me saque una sonrisa. ¡Dios mío! ¡qué pardilla soy!, que mi mayor objetivo en la vida sea tener alguna vivencia bonita que atesorar del instituto es realmente penoso. Por favor, no me juzguéis, ya sabéis lo que dijo Mario Benedetti una vez "No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo" y en ello estoy, porque a pesar de que he ido a pasos de tortuga todos estos años con miedo de llamar demasiado la atención, quiero hacer algo diferente este verano y quiero que mi último año de instituto sea algo mejor que los años anteriores.

Papá y Liam han empezado a aplaudir y a abrazarme - Mi pequeña ya se está convirtiendo en toda una mujer- me susurra mi padre, mientras que Liam le ha quita el cupcake de la mano y se lo zampa de un solo bocado. Consigo el paquete que tenía en su otra mano y sé lo que es sin tener que abrirlo. Lleva regalándome lo mismo desde ese primer año en el que lo hizo mamá. Al abrir el paquete me encuentro un nuevo diario con dibujos de unicornios que realmente me encanta. Es una suerte que recuerde mi cumpleaños, normalmente no recuerda ni donde deja las llaves de casa todas las mañanas.

Aurora y Penélope ya me han enviado un mensaje esta mañana felicitándome. Sé con seguridad que Addi tendrá un super pastel de chocolate y crema esta tarde en la pastelería y hará que atienda a todos los clientes con el gorro especial de cumpleaños que ya me obligó a ponerme el año pasado.

-¡Vamos Robert o llegaremos tarde! ¡Brujita ven aquí y dame un abrazo!- Grita el tío Mike desde la cocina de casa, voy corriendo hacia él para darle el abrazo que me pide. 

Me llama brujita desde que tenía unos dos años y estaba completamente obsesionada con Sabrina la bruja. Me disfrazaba de bruja y me pasaba el día haciendo conjuros y diciendo abracadabra por todas partes.

-¡Feliz cumpleaños preciosa!, Sam dice que luego te felicitará cuando te vea en el instituto, no le ha dado tiempo a pasarse esta mañana tenía entrenamiento a primera hora .

Por supuesto, el pobre del tío Mike aún cree que Don Perfecto y yo somos los mejores amigos, no sé qué historia les ha inventado a sus padres pero al parecer es lo suficiente creíble como para que piensen que se le ha pasado por la cabeza el felicitarme, si claro y los cerdos vuelan...

- Muchas gracias tío Mike.

- Luego para la cena, traeremos tu regalo de cumpleaños, estoy convencido de que te va a encantar.

En fin, no seré yo quien les diga que su hijo solo disfruta humillándome y que lo más cerca que alguna vez hemos estado de ser amigos fue en la guardería cuando me robo uno de mis lápices de colores.

Más tarde, ya en el instituto, Penélope está esperándome al lado de mi taquilla. Ella como siempre, lleva su atuendo puritano, con sus zapatos de charol, sus medias de lana y sus jerseys de punto extra largos. Es una chica guapa, si sus padres no fuesen tan estrictos y ella no tuviese tanto miedo de acabar en el infierno seguramente sería hasta popular. Es realmente simpática y amable con todo el mundo, siempre está dejando sus apuntes, aunque no pierde oportunidad de intentar salvar algún alma pecadora narrando el último versículo de la biblia que ha leído; en definitiva es una chica leal de buenos sentimientos. Cuando en sexto curso empezaron a llamarme Cloe la empollona y la abominable Cloe, ella fue la única que se quiso sentar conmigo en clase de mates y me dijo que pensaba que yo era muy guapa y que iba a ser mi amiga. Desde ese momento hemos tenido esta extraña amistad, nos tenemos la una a la otra y nos unimos en nuestras rarezas.

Mi atuendo no es mucho mejor que el suyo, no soy tan guapa como Penélope, aunque ella siempre está diciendo lo contrario. A pesar de lo que pensaba antes de mi aspecto (gracias a mis queridos compañeros de clase) ahora estoy segura de que no soy abominable. Puede ser que no sea una belleza, pero soy común y no tan fea como ellos me ven. Reconocer esto me ha costado muchísimo, pero si voy a ser valiente tengo que darme una oportunidad primero a mi misma, es algo que necesito para poder ir a la universidad sin rencores. Yo llevo una sudadera de color turquesa que es mi color favorito, porque a pesar de ser una chica gris adoro los colores vibrantes y combina con mis ojos azules, unos vaqueros y mis converse. El pelo lo tengo largo hasta mitad de la espalda y de color miel, siempre lo llevo recogido en una coleta alta.

-¡Cloe estás guapísima hoy!, ¡Feliz Cumpleaños!, verás como será un gran día, luego me pasaré por Sweet para probar la tarta de Addi, la del año pasado estaba absolutamente deliciosa. He estado rezando para que tu cumpleaños fuese un día muy especial, incluso quería proponerte algo diferente ¿te apetece que vayamos juntas mañana al baile?- En este momento mi boca cae abierta, pero ella continúa hablando sin apenas respirar, ajena a mi cara de espanto.

- Ya sé que no tenemos parejas pero podríamos crear la nueva moda de ir a tu bola al baile y... simplemente pasarlo bien. Por supuesto, tenemos que volver antes de las diez a casa, pero he estado pensando y quizá nos siente bien un poco de diversión típica de adolescente, ¿qué dices Cloe, vamos?- Esta es Penélope, ella simplemente comienza ha hablar y se olvida de todo.

- A ver Penny...- pero antes de terminar la frase ella vuelve a la carga.

- Por favor Cloe, solo piénsalo- me suplica con sus grandes ojos de cachorrito -no tenemos que decidirlo ahora, pero solo imagínate la cara de todos los que creen que el baile no es para nosotras y que no vamos a ir solo por no tener pareja, seguro que se quedan patidifusos, ¡qué Dios me perdone! pero creo que todos ellos merecen una cura de humildad. Además, podemos ayudar y traer a alguien a casa si su pareja le deja plantado o si bebe y no puede conducir- Por fin volvió a parar para coger aire, momento que aproveché para intentar hacerle entender que ¡estaba completamente loca!

- Penny, no tenemos coche y, aunque lo tuviéramos no creo que nadie quisiera ir en coche con nosotras a ninguna parte, No quiero ir al baile y hacer de buena samaritana para gente que siempre me ha despreciado y tampoco quiero ir al baile a crear la moda de diviértete a tu bola. Eso es una chorrada para desesperadas como nosotras que no tienen pareja. Si vamos no estaremos cómodas y nos sentiremos como pez fuera del agua .

Después de argumentar algunos de los muchos motivos por los que ni loca iría al baile, Penny se queda mirándome y no tengo duda de que ella aún no había terminado conmigo. Me acababa de convertir en una de sus buenas obras obligándome a ir a ese baile y todo el mundo sabe que no hay nada que pueda apartar a Penélope Jones del camino del bien.

Fui abrir mi taquilla y me encontré con una misteriosa nota doblada en una papel muy bonito de carta, al abrirlo leí

FELIZ CUMPLEAÑOS BRUJITA

Estoy completamente alucinada, nadie sabía que mi tío Mike me llamaba así, excepto Don Perfecto, pero él nunca lo había dicho en todos estos años, cosa que nunca entendí porque eso le daría más munición para poder burlarse de mí en público. Quizás Sam le había contado mi apodo y mi fecha de cumpleaños a alguien y esta nota formaba parte de un malévolo plan que terminará en humillación, o tal vez la nota la ha escrito Sam y el malévolo plan lo está llevando a cabo él mismo. Él es más del tipo que otros realicen el trabajo sucio. Así que no sé qué pensar, lo único que está claro es que desconfío de la nota y de las intenciones de la persona que la escribió, por lo que hago una bola con ella y la tiro en la primera papelera que encuentro.

A la hora del almuerzo vuelvo, a mi taquilla antes de ir al patio a sentarme con Penny debajo de uno de los árboles donde nos escondemos de los populares. Esto fue a raíz de que, hace dos años, Chelsea, la chica más popular del instituto y una auténtica arpía que, por supuesto, es la capitana del equipo de baile del colegio, me tirara mi almuerzo encima. Yo reaccioné por primera y última vez tirándole a ella el batido de chocolate que quedaba encima de mi mesa, ella se vengó corriendo rumores horribles sobre mi limpieza personal y mis hábitos con los chicos. Desde luego era mentira ya que mi relación con los chicos siempre ha sido inexistente. Fueron un par de semanas horribles, en las que todo el mundo pasaba a mi alrededor, se reían y cuchicheaban, incluso alguien escribió en mi taquilla <<SUCIA PERRA>>. Luego volví a mi anonimato cuando pillaron a Matthew Johnson y a una de las amigas de Chelsea dentro del armario de la limpieza, haciéndose una limpieza bucal uno al otro. 

Matt es el mejor amigo de Samuel y oficialmente segundo chico más guapo de este colegio, es un auténtico Don Juan, encantador con todas las chicas, incluso nos trata bien a Penélope y a mí, lleva en sus venas el coqueteo, todas las chicas van suspirando a su alrededor. Gracias a sus artes de seducción, mi episodio con Chelsea quedó en el olvido y pude volver a ser invisible, pero decidí no volver a sentarme en la cafetería, por lo que Penny se unió a mi en el jardín debajo de un gran árbol y ese ha sido nuestro refugio todo este tiempo.

Al abrir mi taquilla me encuentro la dichosa nota de felicitación que había tirado antes en la papelera, junto con una nueva nota que dice

NO TIRES LO PRIMERO QUE TE HE ESCRITO, MUY PRONTO QUERRÁS CONSERVARLO...  Y, CLOE, LOS DIECISIETE TE SIENTAN GENIAL❤

Vale, no entiendo NADA. Estoy convencida de que se están burlando de mí y el hecho de que piensen que voy a caer en su estúpida trampa me cabrea un montón. Estoy segura de que Sam está detrás de todo esto. Lleva varios meses dejándome en paz, sin hacer de las suyas, o por lo menos no haciéndolo de forma directa, pero supongo que su tiempo de redención ya ha terminado y ha pensado que el mejor momento para volver a la carga era el día de mi cumpleaños. 

No entiendo porque me odia tanto, en realidad nunca lo he tenido muy claro. Cuando murió mi madre también estuvo un tiempo calmado, pero creo que fue más por respeto a ella, que siempre le daba dulces de los que preparaba para Liam y para mí, que porque sintiera cualquier tipo de pena por mí. Al poco tiempo fue cuando me pusieron gafas y él fue quien me puso el adorable apodo de Cloe la gafotas, por lo que todo volvió a la normalidad.

No le voy a enseñar las notas a Penny y tampoco a Addi. Ellas tienen grandes fantasías de príncipes que salvan a las pobres chicas a las que nadie quiere, pero yo soy de otro tipo de cuento, donde las princesas se rescatan solas, por lo que no estoy dispuesta a que empiecen a meterme en la cabeza cualquier idea de que esto es algo más que una broma pesada. De todos modos, a partir de mañana por la tarde por fin serán las vacaciones de verano y todo este año quedará atrás.

Una vez terminadas las clases, me dispongo a ir al trabajo desde el instituto. Siempre voy a andando o en bicicleta, tengo carnet pero no tengo coche; no lo necesito, el trabajo está solo a diez minutos andando desde el instituto. Cuando vaya a la universidad sí intentaré comprar uno a buen precio para poder ir y venir a casa, pero mientras tanto disfruto del paseo.

Addi me espera en la puerta de la pastelería totalmente emocionada y con el sombrero de cumpleaños en la mano. Ella es así todo luz y alegría. He pensado multitud de veces en hacer de casamentera e intentar que saliera con mi padre, incluso una vez trace un plan muy elaborado que escribí en mi diario y que al final no fui capaz de llevar a cabo, ¿quién sabe? quizá este verano si intente organizarles una cita. 

Me encantaría que mi padre volviera a enamorarse, a tener ilusión, además creo que eso le ayudaría cuando yo esté en la universidad y no hay una persona que me guste más para mi padre que Addi, es comprensiva, amable, adora la cocina y tiene un corazón de oro. Mi padre, en cambio, es un poco hosco y no sabe como abrirse a la gente, por eso creo que se complementarian a la perfección. Además, Liam se lleva genial con Addi, ella le atiborra a dulces cada vez que pasa por la pastelería.

-¡Cumpleaños Feliz, cumpleaños feliz!- por supuesto Addi no tiene sentido del ridículo y se pone a cantar a voz en grito en plena calle, en ese momento el grupo de amigos de Sam entra en la pastelería y él se queda mirando la escena y sonriendo; Dios, si no fuese tan guapo... y no estuviese segura de que por ello me meterian en la cárcel a cadena perpetua, le borraría esa estúpida sonrisa con un puñetazo en su ridícula preciosa cara.

- Gracias Addi, eres la mejor - le digo intentando meterla dentro antes de que siga con la segunda parte de la canción.

-¡Venga, ponte el delantal y que no se te olvide el gorro de cumpleaños!, atiendo a estos chicos y partimos tu tarta- se pone a aplaudir como loca y los chicos empiezan a reír sin ningún tipo de disimulo, tierra trágame... Sam no pierde la oportunidad y saca su teléfono móvil, en principio no tengo claro lo que pretende pero luego veo que está enfocando la cámara hacia mi ¡click, click! ¡SI! ¡FANTÁSTICO! acaba de sacar un par de fotografías mías con este estúpido gorro. La cosa no queda ahí, mi adorada Addi, que jamás ve maldad en nada ni en nadie, dice de repente - ¡Samy, cariño, qué buena idea inmortalizar el momento!, hazme también una con ella y luego me la envías por mensaje- y así Don Perfecto empezó a sacar fotos de Addi y mías, poniéndo mil posturas diferentes - venga, Cloe, ahora morritos ¡MUACKS!- no contentos con todo el espectáculo, de repente escucho a Matthew Johnson - Yo también quiero una- creo que mi corazón se iba a salir del pecho, no lo entiendo ¿Matt quería salir en una foto conmigo y con Addi? ¡Dios mío!, todo esto tiene que formar parte del plan de las notitas, pero supongo que hasta que no sepa un poco más no me queda otra que seguirles la corriente y hacer como si todo este show fuera lo más normal del mundo.

- No, es mi móvil, tú no sales- y en cámara lenta siento como alguien me agarra de la cintura y ¡click! ¿Samuel acaba de hacerse un selfie conmigo? y por supuesto mi cara es de espanto absoluto. A ver, es comprensible, me ha pillado totalmente desprevenida, para empezar se ha acercado a mí y me ha cogido por la cintura, ¡¿pero qué diablos?! Luego ha pegado su cara a la mía y ha hecho la foto.

- Vale, ya está bien de fotos- intento decir aunque apenas se me entiende. Estoy realmente asustada con todo esto. - Por favor borrálas- pero estoy convencida de que no lo hará y de que mañana estaré en todos los tablones de anuncios del instituto con un texto al lado qué dirá <<PRINGADA DE CUMPLEAÑOS>> uff cada vez estoy más furiosa... La pobre Addi sigue sin enterarse de nada y le pide a Sam que se las envíe todas por mensaje antes de borrarlas. Ajá, claro, por supuesto, se las enviará a ella y a todo el pueblo en menos que canta un gallo y volveré a convertirme en el hazmerreír de Springerville y sus alrededores.

Mientras que estoy pensando en todo lo malo que le haría a Don Perfecto siento como Matthew se acerca hacia mi y con una sonrisa en su bonito rostro 

- Feliz Cumpleaños Cloe.

-Gracias Matt.

 Me quedo totalmente paralizada, ¡venga Cloe reacciona! es solo un chico y a pesar de que siempre ha sido amable seguro que está con Sam y su plan para tu gran humillación pública.

- Bueno Addi ¿por qué no nos atiendes de una vez?, yo quiero un par de cupcakes de los que hace Cloe y también un trozo de ese pastel de chocolate por favor.

- Lo siento pequeño Samy el pastel es para Cloe por su cumpleaños, pero enseguida te pongo tus cupcakes, son los mejores del pueblo, ésta Cloe tiene un don para la repostería.

- Vale, ¿Cloe me das un trozo de tu pastel? es mucho para ti sola ¿no?- me está mirando con mirada penetrante y una media sonrisa burlona, esto me está sacando de mis casillas, no soporto tanta cortesía de su parte.

- Lo siento Samuel pero ya tengo con quien compartirlo, que aprovechen los cupcakes ¡Siguiente!- Chupate esa Don Perfecto, a mi no me puedes engañar. Y así fue como pase de Samuel Smith el día de mi cumpleaños y me sentí genial por ello. Este era el principio de mi nueva yo, una chica con la que no iban a poder tan fácilmente.

-Cloe, ¿podemos hablar un momento cuando termines tu turno? me pasaré a las siete y te acompañare a casa, me gustaría decirte algo.

 No me lo puedo creer ¿quiere hablar conmigo y acompañarme a casa?, ¡¿enserio?!, mi cabeza acababa de llegar al punto en el que si tenía que tolerar más tonterías iba a explotar, está siendo un día de locos y por lo visto Don Perfecto no lo iba a dejar estar, ¿que pretendía? ¿que estuviera presente en el momento en el que diese el golpe de efecto definitivo a su plan malvado? pues no se lo iba a poner tan fácil, estaba harta de él, yo no le he hecho nunca nada y no pensaba seguir siendo su víctima por más tiempo.

- No Samuel, no puedo hablar contigo y no me puedes acompañar, no se que pretendes, pero esta vez no te lo voy a poner tan fácil, haz lo que quieras con las fotos, publicalas, burlate de ellas con tus amigos, ¡me da igual! y lo de las notas, increíble en serio pensabas que por un segundo me lo iba a tragar, ¿cuál era el plan? ¿ilusionarme con un anónimo y reiros de mi a mis espaldas? ¿sabes qué? da igual, porque no te voy a dar la oportunidad de verme triste o llorar por cualquier jugarreta que tu y tus amigos intentéis llevar a cabo y ahora sino te importa tengo que seguir trabajando.

¡Guauuu! ¿esa era yo? ¡LE HE PLANTADO CARA A DON PERFECTO! ¡¡DOS VECES!! y aquí estaba él con la boca abierta sin dejar de mirarme, ¡JA! Cloe dos - Samuel cero. 

- Cloe no sé de lo que estás hablando yo...

- ¡NO! Déjalo ya, no quiero escuchar cuentos, tengo que trabajar.

- Está bien...

Addi me está mirando impresionada detrás del mostrador de los batidos y dos chicos que están haciendo cola para llevarse sus pedidos también, mientras Don Perfecto sale de la pastelería murmurando algo que no llego a entender.

Tres horas más tarde estoy en casa preparando la cena, papá y Liam me están ayudando porque como todos los años desde que mi madre murió Mike y Aurora vendrán a cenar, desde hace unos cuatros años Sam no viene con ellos, por lo que no espero verlo más en el día de hoy y estoy realmente agradecida por ello, por mucho que me quiera hacer la fuerte, realmente estoy aterrorizada con toda esta atención, me encantaría simplemente volver a ser invisible y terminar de una vez con cualquier cosa que tengan en mente.

Este año también vendrán a cenar Addi y Penny, en cuanto lo mencionó mi hermano gruñe y se pone totalmente rojo.

-¿Por qué no me has avisado antes que vendría Penny? tengo que ir a mi cuarto a prepararme -Liam está totalmente colado por Penélope a ella le parece una monada y le encanta la atención, pero no deja de verlo como un niño pequeño. Yo suelo reírme del rastro de babas que deja a su paso cada vez que Penny está cerca. Un día en una pijamada que hicimos me confesó que le gustaba la atención que Liam le brindaba, aunque era algo triste que el único chico que alguna vez a mostrado interés en ella fuese tres años menor, la intenté consolar y le ofrecí el gran argumento de que por lo menos en ella alguien había mostrado interés, en mí en cambio... 

- Cloe estoy segura de que Dios tiene un gran amor destinado para nosotras, de esos que duran toda la vida y que es mejor esperar porque una vez que llega se convierten en todo- supongo que ella de verdad lo piensa.

La cena consiste en unas pizzas y algo de picar, a las ocho y media llega Penny a casa, me encanta como Liam se pone extremadamente nervioso y le retira su silla de la mesa para que se siente. Me parece entrañable verlo portarse como un caballero, al parecer había estado buscando consejos de como enamorar a una chica en internet, se ha echado medio bote de loción y unos dos kilos de fijador en su pelo peinado cuidadosamente hacia atrás, desde luego parece todo un seductor.

Unos minutos después llegan Addi junto al tío Mike y Aurora, para mi sorpresa no vienen solos, Sam está aquí con ellos plantado en la puerta de casa con su sonrisa de lado y su mirada penetrante, lleva las manos metidas en sus estrechos vaqueros y se ha cambiado la camiseta por una de un grupo de Rock & Roll del que jamás he escuchado hablar. Bien, está claro que no se trata de una simple broma pesada, se está tomando demasiadas molestias, por lo que estoy convencida que lo que tiene preparado tiene que ser mucho peor que eso.

-¡Sam dichosos los ojos! llevo casi un mes sin verte, no te has pasado últimamente por reparaciones RM- mi padre es todo alegría y palmaditas en la espalda cuando ha visto aparecer, una pena que a mi en cambio se me haya encogido el estómago y ya no me apetece celebrar nada.

- ¡Ey! ¿Como estás tío Robert? ¿que pasa Liam colega?.

- ¡Hola Sam! vaya tío Mike no nos dijo esta mañana que vendrías.

- No me podía perder la pizza de Cloe, estoy impaciente por probarla.

¿Me acaba de guiñar? menudo estúpido, acabo de poner los ojos tan en blanco que creo que se ven por detrás de mi cabeza, menudo hipócrita, seguro que su medio novia Chelsea está preparando el collage de mis fotos y las está editando para adjuntar también alguna desnuda, de verdad esto es tan mortificante ¿por qué tengo que aguantarlo también en casa? se supone que este es mi lugar seguro, como dijo alguién de mi libro de citas famosas al que ahora mismo no recuerdo << la casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de felicidad>>, pues bien Don Perfecto ha conseguido que en el día de mi cumpleaños ni siquiera mi casa pueda ser mi lugar feliz.

La cena transcurre con tranquilidad, los adultos se están riendo de las historias que papá y tío Mike están contando, Liam está pasando un buen rato con Sam y yo y Penny estamos discutiendo la multitud de motivos por los que no pienso ir mañana al baile.

-Yo también creo que deberiais ir.

-Samuel nadie está preguntando tu opinión, seguro que estarías encantado de que fuéramos para tener un rato de diversión a nuestra costa, pero no te voy a conceder ese deseo.

-Cloe estoy intentando ser amable, ¿Por qué no venís en nuestra limusina? Chelsea y yo la vamos a compartir con Matt y Rita, no creo que les importe, además así en lugar de ir emparejados sería como ir en grupo, nos lo pasaremos bien.

Mi cara y la de Penny son de total y absoluto horror ¿de verdad Samuel Smith nos acaba de invitar a ir en su limusina? nada más y nada menos que con las dos chicas más malas de todo el instituto y su buen amigo Matt, ¡se ha vuelto todo el mundo loco hoy!

- No pienso ir al baile y mucho menos contigo y tus amigos, no me fio de que Penny y yo lleguemos vivas ¿pero que te pasa? ¿porque de repente eres tan amable? te lo he dicho antes no voy a caer en tus juegos así que olvídalo.

-Eh... Samuel gracias por la invitación, pero no creo que Cloe y yo estemos preparadas para ir en una limusina con los populares. Chelsea me ha puesto un par de veces la zancadilla esta semana y Rita me llamo monja ayer, yo ya les he perdonado porque no me gusta guardar rencor, no te preocupes ya tenía pensada otra forma de ir al baile, porque Cloe vamos a ir y será genial, baileremos con algún chico y nos divertiremos- En ese momento tanto Liam como Sam tienen el ceño arrugado y cara de poco amigos.

-Yo podría ir con vosotras soy muy bien bailarín y así también os protegería de esas chicas odiosas- era gracioso ver a Liam celoso.

- ¡Dios mío Liam que mono eres!, pero no creo que sea necesario tu hermana y yo seguro que nos las apañamos bien.

- Bueno esta bien iremos...

-¡Bien! mis padres se van a volver locos cuando se lo diga, señor Robert ¿podría llamar a mis padres después de cenar y convencerlos de que un baile de instituto no es como un antro de perdición?.

- Esto.. sí, claro, recuerdamelo antes de irte a casa.

- ¡Gracias señor!

-Penny luego me mandas un mensaje y nos ponemos de acuerdo en los detalles, no quiero hablar más del tema delante del enemigo.

-Cloe ¡yo no soy el enemigo! ¿por qué piensas tan mal de mi? solo te he hecho un par de bromas en el pasado no soy el diablo.

- Ya claro...

Por fin, llegó el momento de recibir mis regalos. Intento hacerme la dura, no me gusta ilusionarme mucho con las cosas para que así la decepción no sea muy grande, pero en el fondo todo esto me emociona muchísimo. A pesar, de contar con pocas personas a mi alrededor, sé que los que están aquí me quieren (bueno casi todos) y el que recuerden mi cumpleaños y se preocupen por tener un detalle conmigo me hace sentir tan afortunada.

Mi padre, además del diario, me ha dado un billete de cincuenta para que los gaste en el baile. Ese dinero va directo a mis ahorros, ni loca voy a gastar ni un centavo en el dichoso baile. Addi se ha traído el resto de pastel y nos lo hemos comido de postre, también me ha regalado un jersey precioso de flores. Liam me ha regalado un joyero antiguo que me ha vuelto loca, es muy vintage y parece algo sacado de una película de los años cincuenta. Penny me ha dado un pañuelo turquesa con pequeños puntitos fucsia y un brillo de labios con sabor a cereza. Por último, Aurora me ha dado un sobre con dos entradas para ver en concierto a mi grupo favorito que toca dentro de un mes en en una ciudad a unas tres horas de Springerville, abrazo a mis tíos con fuerza. Acabo de darme cuenta que mi vida no es tan penosa tengo personas a mi alrededor que me quieren y se preocupan por mí.

- ¡Guau! muchísimas gracias a todos! menuda pasada... pero Aurora no sé si podré ir al concierto, dudo que papá esté dispuesto hacer un viaje tan largo para ver a unos chicos tocar y a Liam no le gusta su música, ¿Penny si suplicamos tus padres te darán permiso?

- Lo siento Cloe pero no creo que pueda, estoy rezando para que me den permiso para ir mañana al baile hasta las diez- Ella encoge los hombros y arruga un poco la frente.

-Bueno en ese caso Addi ¿me acompañas tú por fi?- pongo ojitos de pena y las manos en posición de súplica para que vea que de verdad necesito que me acompañe, ahora que tengo las entradas no me quiero perder el concierto por nada del mundo.

-Cloe no me pongas esa carita bebe, lo siento yo tampoco puedo ese fin de semana voy a estar en Tulsa visitando a mis padres ¿recuerdas? te pedí que abrieras tu la pastelería, aunque el día del concierto no tienes porque hacerlo ya la abriremos el lunes de nuevo a mi regreso.

-¡Es verdad Addi! Bueno en ese caso intentaré reven...

-¡ Yo iré contigo!- Se escucha a Sam decir sin dejarme terminar de hablar.

-¿Comó? No pienso ir a un concierto contigo- me enfurruño y cruzo mis brazos sobre el pecho.

-¿Por qué no Cloe? yo creo que es una gran idea, Sam te acompañará, te dejaremos nuestro coche Sam, es más amplio e iréis más cómodos, hace mucho tiempo que no haceis nada juntos, así volveréis a estrechar lazos - a veces creo que que estoy viviendo en un universo paralelo, ¿de verdad mis tíos están tan ciego como para pensar que Don Perfecto y yo alguna vez hemos sido amigos? nunca jamás hemos hecho nada juntos sino ha sido con el resto de la familia, por lo que no hay ningún lazo que estrechar, estoy a punto de aclarar ese punto cuando Sam vuelve hablar.

- Si papá seguro que Cloe y yo lo pasamos genial. ¡Bien! no hay más que hablar yo iré contigo al concierto, me muero de ganas de que llegue el día- Vuelvo a poner los ojos en blanco, al parecer es un hábito que voy adquirir durante el día de hoy, me quejaría de nuevo, pero ya todos están con otro tema así que lo dejó pasar, aún queda un mes para el concierto ya veré como lo soluciono más adelante, quizá haga un amigo nuevo este verano que quiera acompañarme.

Addi y Penny se han ido hace un rato, papá está con los tíos charlando en la cocina mientras que recogen todo, Sam y Liam están jugando a la Play Station en el salón y yo he decidido que necesito un buen baño antes de acostarme, hoy ha sido un día muy largo y muy extraño, tengo que pensar.

Estoy empezando a relajarme cuando de repente alguien abre la puerta.

-¡¿Pero qué narices?!!.

- Esto.. Yo.. ¡Lo siento! no sabia que estabas aquí...

-¡Samuel Smith eres la rata más rastrera del mundo! ¡Largo de aquí! ¡Como se te ocurra hacer una foto o algo así te voy a demandar por acoso!

-¿Qué? Yo nunca...

-¡¡Fuera!!

-Esta bien, esta bien, ya me voy- por fin sale del baño y yo no puedo estar más avergonzada, no creo que haya visto nada, la bañera está llena de espuma. Ha conseguido que mi momento de tranquilidad se esfume, vuelvo a esta irritada así que me dispongo a salir del baño e ir a mi cuarto.

Para más mortificación Sam está frente a la puerta de mi cuarto tumbado en la pared con su pose de <<¡eh! miradme se que soy un Dios, disfrutad de ello>>, como lo odio...

-Cloe solo quería decirte que espero verte mañana en el baile y que tengas dulces sueños, yo desde luego los voy a tener- su sonrisa torcida aparece en ese momento y no deja de mirarme como si acabase de comerse uno de los cupcakes de vainilla de esta tarde.

-Sam por favor déjalo ya... - Detesto que apenas salga la voz, estoy tan mortificada, me cohibe como me está mirando, como si fuese su dulce favorito, no soy capaz de mirarlo a los ojos mientras intento formar la siguiente frase - Por hoy has ganado, estoy lo suficiente avergonzada como para que tengas munición por el resto de nuestras vidas, solo... solo déjalo ya.

-¿Podemos hablar ahora? te juro que no es lo que tu piensas, no pretendo hacerte nada Cloe. Yo.. eh... He visto que estás buscando alumnos para dar clases en verano y bueno me gustaría que me ayudases con las matemáticas, planeo hacer el examen de recuperación en Septiembre para subir mi media, el entrenador está que trina porque solo he conseguido un seis y sino consigo una media de siete me perderé muchos partidos el año que viene.

-¿En serio quieres que te de clases? ¿sabes que eso conlleva el tener que relacionarte conmigo? no creo que tus amigos vean bien que hables conmigo.

- A ver, yo no soy mis amigos. Tu eres la más inteligente de nuestro curso y no tienes que preocuparte por mi reputación eso es asunto mío. Ahora lo que más me preocupa es estar preparado para el examen ¿vas a darme clases o no?

No se que pensar, él también parece ahora enfadado, bueno me da igual yo soy la que está en mitad de un pasillo con tan solo un albornoz. Si le digo que no le voy a dar clases seguro que lo habla con papá y él me obligará hacerlo y supongo que eso empeorará toda la situación, de todos modos no pienso caer en sus jueguecitos.

-¡Bien! lo haré, te daré clases, pero esto te advierto que te va a costar caro y con respecto de ir al concierto juntos...

-Ya hablaremos de eso ¡Genial! ¿Cuando empezamos?

-Creo que eso lo podemos ver después del baile, la verdad me gustaría poder entrar ya en mi cuarto y acostarme, estoy cansada.

-Sí, por supuesto...- De repente está justo a mi lado y siento su respiración en mi oreja - Feliz Cumpleaños Cloe.

Estoy alucinando ¡SAMUEL SMITH ACABA DE DARME UN BESO EN LA MEJILLA!, escucho su risa mientras que baja las escalera y siento que soy todo un tomate de lo roja que me he puesto.

Querida mamá:

Por fin tengo diecisiete años....

Antes de quedarme durmiendo escribo en mi diario para contarle a mamá el barullo de cosas que tengo en la cabeza, al final siempre escribo una cita que pueda aclarar todo lo que estoy sintiendo, estoy ojeando su libro de citas para ver con cual me quedo, cuando me fijo en un proverbio chino

<<Besar es como beber agua salada: bebes y aumenta tu sed>>

No se porque me fijo precisamente en esa frase, el beso de Sam no ha sido nada, él solo estaba buscando incomodarme y lo ha conseguido, sigo pensando que está tramando algún plan para arruinar mi último año y lo de darle clases particulares... ¿por qué se está molestando tanto esta vez? es más propio de él que los demás hagan el trabajo sucio mientras que el se regodea en el triunfo. Si no fuese tan absolutamente guapo con ese aire a Liam Hemsworth que consigue que todo el mundo haga su santa voluntad sin ni siquiera tener que pedirlo. Al final me olvido de esa cita y en cambio termino la entrada en mi diario con esta otra:

<< Que mis enemigos sean fuertes y bravos, para que yo no sienta remordimiento al derrotarlos>> Proverbio Sioux

Te quiero mamá

Cloe

Eso está mucho mejor, intento dormir pero por algún motivo no me puedo quitar de la cabeza la sonrisa de pillo de Don Perfecto y ese tonto beso en la mejilla.

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