La noche del fin
(TW: abuso de sustancias, violación, pederastia, orgías, sexo)
Había salido en la tarde noche sin ningún rumbo fijo, miraba a todos los lugares mientras caminaba. Entré a una cafetería y tomé algo de café negro sin azúcar mientras leía algo de Hesse, sé que es una idiotez pero leer sobre dos niños de escuela con roces homosexuales me agrada.
Seguí caminando ya entrada la noche, hasta que vi un local con luces fosforescentes salir del interior, entré por mera curiosidad, y me asombre con lo que vi, pantallas proyectando pornografía gay, adolescentes y adultos bailando, tomando y fumando por todas partes, incluso llegué a reconocer a algunos de compañeros de la universidad, mi cabeza estalló, en ese momento tenía diecisiete años, y no era nada feo, por lo que no tarde en conseguir un pretendiente, si es que lo puedo llamar así, un cliente más que nada «Hola bonito» me había dicho, bueno, no exactamente, pero creo que su traducción al español culto sería así. «¿Cuánto por un oral?» y lo que siguió no sé por qué lo hice, simplemente me deje llevar «Mi cielo, para ti serán $600 solamente porque te me haces guapo» debo de decir que lo que pedía en ese tiempo no representaba algo muy barato, el hombre dijo «De acuerdo lindura, vamos» ¿a dónde íbamos? No lo sabía, empecé a sentir miedo, pero ya no podía ir atrás.
Me tomó de la cintura y salimos de ahí hasta un callejón, era obscuro y olía a orines, mi yo de clase media alta decía «¡Corre! ¡Sal de ahí! ¡Todavía puedes sanarte!» no le hice caso y me puse de rodillas, el saco su miembro, era, cómo decirlo, para darles una idea "grande" es una palabra pequeña, no lo podía creer, era ancha y larga estaba circuncidado; tenía mucho pelo, no me importo, me acerque y no olía mal, seguía teniendo miedo de una ETS pero alejé esos pensamientos y empecé a chupar, y ahí supe que leer a Marqués de Sade había servido de algo, recordé como las prostitutas de un libro de él les enseñaban a unas jovencitas como hacer una mamada, primero dejar que la lengua cubra los dientes de abajo al entrar, labios superiores cubriendo los dientes de arriba y mucho movimiento de lengua alrededor de la cabeza con la cabeza junto con la mano derecha con movimientos ascendentes y descendentes.
El trabajo después de unos minutos rindió frutos «Muy bien lindo, llega más a fondo» pero, tardó tanto, mi boca ya estaba acalambrada, no podía más y empecé a dejar de tomar precauciones, mis dientes le empezaron a rozar pero de una manera muy extraña le gustó, cuando no pude más y quise decir que ya no podía me tomo de la cabeza y empezó a ir de arriba a abajo, yo lloraba, mi miembro ya estaba apuntó de reventar, mi mundo estaba viviendo un apocalipsis, una destrucción de verdad excitante, mucho mejor que todo el porno que había leído al momento.
Un miembro adulto, me sentía como una puta de algún cuento sucio, y animo a cualquier joven que este leyendo esto a darle una probada a este mundo prohibido, empecé a gemir y sentía que se me iba la vida, pero resistí hasta que se vino en mi boca «Tómalo» no discrepé y lo tragué todo, me dio los seiscientos y una tarjeta con número «Si quieres más dinero marca». No lo podía dejar ir, no ahora que lo había probado, lo tomé del pantalón y le suplique «Más, más» él me tomó de la mano y me levanto, me sentía tan caliente, en ese momento ni siquiera había dado mi primer beso y estaba apuntó de saltar esa barda para tener sexo, no me importaba, mi yo más joven estaría feliz ¿cuántas veces había fantaseado con esto? Creo que ya había perdido la cuenta.
«Vamos lindura, te trataré bien, camina» lo seguí cojeando tomados de la mano, me pregunté si acaso nos veríamos como una pareja, o familiares ¿qué pensaría la gente que nos vio pasar de nosotros? De un adolescente bien vestido con el pelo alborotado de la mano de un hombre mayor de edad.
Llegamos a una casa, el entró primero, me dejó pasar, cerró la puerta y dijo «Vengan a comer», de repente salieron un montón de hombres jadeando, olían a sexo eran hombres viejos, todos con los miembros parados, ahí sí que me asuste eh intente huir, mi cliente me tomó y dijo «No, no, pagaré por esto no te preocupes, deja que te tomen, mira, toma esto» me tendió una pastilla, en ese momento pensé que si eso era veneno sería feliz de morir, lo tomé y empecé a jadear como los hombres que me veían, mi miembro se volvió a levantar, pero ahora empecé a gemir sin que tuviera que hacer nada, quería sexo, quería que alguien me lo metiera, me quite la ropa lo más rápido que pude y uno de los hombres me tiró al suelo, otro abrió mis piernas, hasta que sentí que me iba a romper, me lamian, y me tocaban por todos lados, dos metieron sus miembros en mi boca, no eran tan grandes así que no hubo mucho problema, otro me tomó por atrás bruscamente, lloraba y reía y gemía, los hombres mayores eran lo mejor.
Se turnaron y todos se corrieron dentro o fuera de mi hasta que mi cliente grito «Basta, es el turno de su amo» se acercó, noté que su miembro había crecido mucho más, parecía fácil la de un caballo, lo sabía, los hombres tomaron mis piernas y las jalaron, otros me tomaron de las manos, no podía resistir «¡Dámelo! ¡Dámelo!» grité como perra en celo entró, y entró, y entró, no iba ni a la mitad cuando ya sentía que estaba completamente lleno, y empezó a embestirme «Ahh, Ahh, que hermoso, te amo, te amo decía, no sabía que más decir tampoco, iba tan rápido, mi miembro ya había muerto hace tiempo, me dolía tanto, pero me gustaba muchísimo más «Amo, amo» decían los hombres, me desmayé.
Al siguiente día estaba tirado enfrente del local con mi ropa puesta y al tocarme el pecho pude sentir todo el semen de la noche anterior, todo estaba dentro de mí, me levante e inmediatamente me caí, busqué mi celular como reflejo y al meter la mano en mi gabardina aparte de palpar mi celular sentí otras cosas y cuando saqué una de esas cosas vi que eran billetes, todos de a mil por mil, mi otro bolsillo estaba igual, de verdad había pagado por todo, llamé a un compañero de la universidad a que me recogiera, para mi suerte vino y me dejó en mi casa, me metí en la bañera, tenía algo tatuado en el tobillo Pertenencia de Tomás Andes con qué así se llamaba.
Después de dos días todavía me salía semen, creo que dejar noches sin rumbo fijo era muy bueno, en este momento sigo siendo propiedad de este hermoso hombre con su gran verga y sus hombres mayores siempre jadeantes, es una muy buena vida.
Numero de letras: 6393
Participante del concurso: Clocktober 2021
Reto iniciado en el grupo de Facebook: El club de lectura de la escritora del reloj 🕰️📖
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