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La puerta en frente de Diana es grande y blanca, imponente, toma la perilla, esta fría y mojada, perfecto y acorde para el clima frío y lluvioso que se presentaba.
Mientras si se decide en girarla o no piensa "No hay vuelta atrás, no hay manera de arrepentirse después", entró.
La casa ya está vacía, y de fondo se escucha una canción melosa, como de cuna, al caminar siente un latido de su corazón, esto no es real. Camina algunos pasos hasta llegar a la mesa, arriba hay un ataúd, todo tiene sentido.
La mamá de su amigo se acerca, le da un abrazo, esta vestida igual de hermosa que siempre, no se mira triste, al contrario, su cabello castaño parece un poco más brillante y su sonrisa más blanca, se aleja.
Diana gira a ver a su amigo en el ataúd, es de madera, abre la parte de la cabeza, la lluvia se escucha distante pero presente, los latidos se vuelven a sentir, la canción de cuna se distorsiona; Diana acerca su mano a la cara de su amigo, toca su cachete, esta tibio, no murió hace mucho, pero estaba sudado, retira la mano con un poco de asco, el salón ya tiene personas, se aleja a sentarse en un sillón en medio de la sala.
Personas desconocidas para ella desfilan en trajes negros, enfrente de ella hay un libro y galletas, toma una galleta y la muerde, sabe a chocolate, cierra los ojos para percibir mejor el sabor, dejar que la abrace, de repente siente algo húmedo escurrir de su mano, mira, sangre sale de la galleta, sangre de su amigo, sí.
Diana termina por comerse la última deliciosa galleta, todos se han retirado nuevamente, ya es de noche, la lluvia no ha cesado, la mamá de su amigo toca sus hombros. Sin decir nada le da las libretas de su hijo en una carretilla, Diana las recibe, no sabe cómo, pero entiende perfectamente todo.
Toma la carretilla, al salir toma del perchero el impermeable de su fallecido amigo, lo pone encima de esos libros, porque ella sabe que eso son, y sale.
Caen relámpagos, la carretilla va bien, se desliza tranquilamente. Llega a su casa, y toma el primer cuaderno que ve, se dirige a su habitación, se sienta en su cama con su lámpara de noche alumbrándola.
El libro inicia:
«La puerta en frente de Diana es grande y blanca, imponente, toma la perilla, esta fría y mojada, perfecto y acorde para el clima...»
Esto está mejor, ella misma es parte del libro, se le antojo a premoniciones futuras, empezó a adelantar el cuaderno con el objetico de buscar el último párrafo, lo encontró.
«[...] la seguían mirando, en la puerta la seguían mirando, cuando volviera la cabeza hacia el la mataría... Ahora ella empezaba a voltear.»
Diana estaba incrédula, ¿cómo se le había ocurrido escribir esto, pensaba, alguien mirándola, que tontearía pensó mientras la seguían mirando, en la puerta la seguían mirando, cuando volviera la cabeza hacia él la mataría... Ahora ella empezaba a voltear.
Numero de letras: 2854
Participante del concurso: Clocktober 2021
Reto iniciado en el grupo de Facebook: El club de lectura de la escritora del reloj 🕰️📖
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