Me he levantado hoy y no sé el porqué. Miro mis manos y recuerdo una frase alguna vez dicha, ¿o leída? «Los moribundos se miran mucho las manos» eso me aterraría, pero este día no es así, me levanto entonces.

Camino a la cocina, mis rodillas me duelen, la cadera me duele, y entre este dolor sigo caminando, esta casa es de un solo piso, no hay inconveniente en subir o bajar escaleras, todo es plano, todo está frío, yo tiemblo como cualquier otro día en la mañana, y me abrazo mientras volteo a buscar la causa de mi malestar, no encuentro nada, pero ya he llegado a la cocina. Entro al comedor, sigo adelante y al ver la repisa cercas de mí, alargo el brazo para tomar avena, la tomo y pongo agua a calentar; de joven me decían que en veinte años se acabaría el agua en la tierra, ya han pasado cuarenta y seguimos teniendo agua, no sé si es por una ironía del destino o si de verdad implementaron objetivos marcados, tal vez sea un poco de ambas.

Sirvo la avena en un tazón y espero sentado a que el agua hierva mientras recuerdo la vida de mi abuelo, él vivía con nosotros en una pequeña casa de un piso, igual a esta, siempre comía avena de desayuno, a mí me daba asco la avena, a él también, pero lo comía porque no podía morder, yo le había dicho que nunca me pasaría eso y ahora estoy aquí esperando que el agua hierva para comer una pasta que dejara un sabor aguado en mi boca más por necesidad que por gusto.

Veo alrededor, todo está vacío, ni fotos ni alguna cosa que refleje edad, la mesa es relativamente nueva, la silla en donde estoy sentado es relativamente nueva, mi ropa es relativamente nueva, todo es bueno, todo es relativamente nuevo, relativamente bueno excepto yo. Me pregunto cómo habría cambiado mi vida si tan solo hubiese alterado algo, si tan solo tal vez hubiese publicado algún libro, abierto algún negocio, no pude con la prepa, no hice la universidad y termine siendo una carga para mi hermano menor, es una gracia del destino, familiares habían terminado igual que yo antes, pero no habrá después, cuando yo muera el apellido habrá acabado, el nombre de la familia quedara en la antigüedad, mi hermano ya murió, me dejo todo lo que poseía, fui al funeral y quiero recordarlo, demostrarle que su hermano mayor vale la pena, pero el agua ya empezó a hervir.

Numero de letras: 2293

Participante del concurso: Clocktober 2021

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