TORRE
Un caballero caminaba por entre los arbustos, su armadura brillaba color rojo ajeno. Estaba huyendo, viéndolo fríamente esa no era la actitud que debía de tomar un caballero, pero su ejercito, aunque más numeroso, tenía todas las de perder en el campo de batalla.
Escuchaba los gritos de agonía, los golpes de las espadas contra las armaduras, las armas armas de fuego, las balas fulminantes, que por suerte no le había tocado sentir. Pero llego un punto de paz, era abrumadora, los sonidos se escuchaban lejanos, se había alejado lo suficiente.
Así pues quito su casco con un poco de miedo a que alguien al acecho lo reconociera y matara, pero no importaba nada ya, estaba seguro, vaya la redundancia, de su seguridad.
El pasto era bastante verde, y arboles frutales junto a flores, abejas, mariposas, cantos de aves pidiendo que se marchara. El se adentro un poco más, todavía cargaba su carabina, arma reciente, bastante, también su vestimenta tenía alicientes de ser cambiada pronto, todo progresaría, la guerra, el combate, todo sería más difícil desde ese día en adelante; ante este pensamiento no dudo en hacer la promesa de siempre recordar ese día como un punto de división entre la vida que había vivido y la que viviría a partir de ese día.
Volvió a caminar, ya más calmado, mirando a su alrededor, con guardia baja. Al adentrarse un poco más en el bosque diviso a lo lejos una torre, era enorme, un buen sitio para descansar. Sus ladrillos eran de cantera, cosa extraña, había visto ese material en el extranjero pero nunca en sus tierras, camino alrededor de la torre pero no logro dar con la puerta, extrañamente no había alguna. Empezó a analizar la estructura, buscando alguna forma de entrar ¿para que serviría? se preguntaba, cuando los ladrillos iniciaron a separarse de la torre, tenían una altura considerable, casi tenia que tocar su pecho con la rodilla en pos de subir un peldaño.
Subió algunos y se arrepintió, ya estaba muy lejos del suelo, pero cuando quiso empezar a bajar los peldaños de abajo iniciaron a sumirse nuevamente en la torre de una manera increíblemente rápida. No tuvo más opción y corrió hacía arriba, los peldaños lo alcanzaban, sus piernas empezaban a dormirse cuando entró por una ventana, ahí su vida empezaría a cambiar, de verdad ese día había marcado un antes y un después en su vida.
Numero de letras: 2339
Participante del concurso: Clocktober 2021
Reto iniciado en el grupo de Facebook: El club de lectura de la escritora del reloj 🕰️📖
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