Capítulo 6.
—¡¿A dónde vas con eso?! —gritó Jungkook, alterado, al ver como ___ guardaba un arma debajo de la falda de su encantador vestido.
—Saldré con Ren —respondió, terminando de darme los últimos toques a su atuendo para luego salir por la puerta de su habitación y cerrar la boca de aquel chico que aun la veía atónito. Cuando Jungkook reaccionó, rápidamente corrió tras ella quien ya se dirigía a la salida.
—¿Vas a hacerlo? ¿Lo... matarás? —preguntó casi con un nudo en la garganta que obstruía el paso de su voz. A pesar de que ya debería estar acostumbrado a esto. Jungkook era el más joven de todos, incluso que ___. Por lo que aún le era difícil comprender como es que a algunos les resultaba tan fácil quitarle la vida a alguien más. Sin mencionar que esta vez sería a alguien que él conocía, ya que Ren era unos de sus vecinos. Y no es que fueran amigos ni nada de eso, pero el simple hecho de saber lo que ella tenía planeado hacer, ya le causaba algo de culpa.
—Debo hacerlo, Kookie. No me veas así. Por favor —suplicó la joven, acercándose a él, acariciando su mejilla, tratando de ser tierna con alguien, al menos una vez en la vida. Sin duda verlo con aquella expresión le destrozaba el corazón, pero estaba allí solo por algo y ya no quería dudar más o dejar que sus emociones jugaran con ella de nuevo.
Sin que ___ pudiera percatarse de ello, Jin los observaba a ambos desde la cocina, con una mirada seria en su rostro.
—¿Acaso tienes otra cita? —preguntó, con un tono frío en su voz. Sin embargo ___ no respondió, ni siquiera lo miró. Solo se dispuso a tranquilizar a Jungkook quien no quería dejarla ir, hasta que el timbre sonó e hizo que todo se pusiera en silencio, como si cada uno de los que estaban allí esperara que algo más ocurriera.
—Creo que... ya debo irme —dijo ___ dirigiéndose hacia la puerta, a lo que los demás solo se reservaron sus comentarios. A pesar de que Jungkook no quería que matara a nadie debía aceptarlo y Jin sentía una gran impotencia al no poder detenerla o contarles a todos la verdad.
Cuando ___ abrió la puerta, de nuevo el joven de aquellos hechizantes ojos la esperaba allí.
—Te vez encantadora, Bonita —dijo Ren alagándola, a la vez que le guiñaba un ojo.
<<Sin duda esta será la noche más larga de mi vida>>
Pensó al sentir sus mejillas arder ante aquel comentario.
Luego de aquel vergonzoso momento para ____, ambos salieron del edificio, deteniéndose en la puerta de éste.
—¿Que esperamos? —preguntó ___ algo curiosa y a la vez impaciente, a lo que Ren solo sonrío y levantó una mano en el aire, comenzando a contar hasta tres con los dedos. Segundos después, un Audi rojo se estacionó frente a ellos, del cual un hombre vestido de valet salió de él y le entregó las llaves a Ren para luego hacer una reverencia y retirarse hacia el edificio.
—¿Es tu auto? —dijo ella, sorprendida, a lo que Ren no pudo evitar reír mientras que se acercaba a su auto para abrir la puerta del copiloto.
—¿Por qué no lo averiguas tu misma? —respondió con una sonrisa coqueta mientras que ___ entraba dentro del vehículo sin decir nada más, ya que su nerviosismo tampoco se lo permitía. —¿Alguna vez te han dicho que te vez linda sonrojada? —dijo, ya en su asiento, mientras la veía fijo a los ojos, provocando que ella rápidamente reaccionara y apartara su mirada hacia el frente.
—Emm, no. Pero no es algo que me importe, después de todo nunca fui una chica linda para nadie —murmuró la joven algo sonrojada.
—Pues a mí sí me pareces linda —dijo Ren tomando su mentón para atraer su vista hacia él e intentar besarla, pero ella lo detuvo.
—L-Lo siento, oppa pero... Preferiría que no hicieras eso.
—¿Por qué? ¿Acaso no te gusto? ¿No te atraigo aunque sea un poquito? —dijo el joven, divirtiéndose un poco al ver sus reacciones.
—No es eso solo que... Mejor... vamos ¿sí? —le pidió lo más amable posible, a lo que Ren cumplió su deseo y arrancó. Sin embargo no se iba a quedar mucho tiempo sin intentarlo de nuevo. Era raro, pero sentía que en ella encontraba algo diferente a todas las demás mujeres. Y aún más desde el momento en que rechazó su beso.
El trayecto no duró mucho y en poco tiempo ya habían llegado a un lujoso restaurante donde servían comida occidental.
—No sé de tus gustos, así que preferí traerte aquí —dijo Ren mientras le extendía su brazo para que lo tomara y así pudieran entrar al lugar.
—¿Sala privada? No tenías que molestarte, oppa. No me incomoda cenar rodeada de gente —dijo ___ al ver que uno de los mozos los llevaba hasta la zona VIP.
Ren la miró un poco sorprendido por sus palabras, ya que con cualquier mujer que saliera siempre tenía las mismas quejas. "Quiero estar en la zona VIP", "Cómprame algo más caro", "¡Tienes mucho dinero, ¿cómo te atreves a regalarme un simple perfume?! ¡Quiero un anillo de diamantes!" Sin duda recordar a cada una de ellas solo hacía que odiara aún más a las mujeres y su histérica forma de ser. Pero a la vez, provocaba que ___ le interesara cada vez más.
—No es ninguna molestia, Bonita, solo tómalo como un regalo para ti —respondió con una sonrisa en su rostro mientras le retiraba la silla para que ella tomara asiento.
___ sonrío, agradeciéndole por su amabilidad mientras lo veía tomar asiento frente a ella.
<<¿De qué rayos se supone que hablaré ahora?>>
Pensó, comenzando a temblar un poco al recordar que jamás en su vida había tenido una cita, por ende, no sabía cómo tratar a alguien. Mucho menos que temas de conversación era el más frecuente en estas situaciones. Esperen, con Aron había sido todo más natural. ¿Se puede contar eso como una cita?
—¿Sabes?¿Me recuerdas un poco a alguien? —dijo Ren de un momento a otro, provocando que la sangre de ___ se congelara. Sin embargo supo cómo sobrellevar la situación, aparentando que no sabía de lo que hablaba.
—¿De verdad? ¿Y a quien, oppa? —preguntó intentando sonreír ampliamente mientras que el mozo regresaba para poder tomar sus órdenes.
—A una niña que conocí hace mucho tiempo —dijo viéndola fijo a los ojos, haciendo que ella se sintiera intimidada ante esa mirada. —Pero solo me la recuerdas un poco... Quizás en lo femenina que eres, pero son completamente distintas. Sus ojos eran de un azul muy hermoso y su cabello rubio como los rayos del sol. Al contrario de ti, que tienes unos ojos cafés y el cabello negro como la noche —susurró nostálgico, provocando que el corazón de ___ doliera un poco, tratando de resistir a decir cualquier cosa que pudiera descubrirla. Sin embargo no se contuvo a la hora de hacerle aquella pregunta que quizás hubiera preferido no hacerla jamás.
—Hablas de ella como si la amarás. ¿Acaso era tu novia? —preguntó fingiendo curiosidad, a lo que él rio irónicamente antes de contestar.
—No negaré que la he amado, pero... ella me abandonó, así que ahora no puedo hacer otra cosa más que odiarla y desear que nunca más se aparezca frente a mí.
Luego de esas palabras, el ambiente sin duda se había tornado un tanto incómodo hasta que trajeron la comida, y fue cuando pudieron regresar a hablar con normalidad.
Todo parecía ir tranquilo y normal, y aunque a veces Ren le hacía preguntas algo personales como... ¿Dónde estaba su familia? ¿Cuántos años tenía? Y demás. ___ solo desviaba la conversación para hacer que él olvidara esas preguntas, ya que por alguna razón sentía que a él no le podía mentir.
—Eres tan misteriosa —susurró de un momento a otro, intentando acercarse a sus labios de nuevo, pero ella lo esquivó una vez más. Sin duda, una vez, lo entendía, ¿pero dos? En ese momento solo pensó: "Algo anda mal con esta chica que trata de resistirse a mis encantos".
Una vez de regreso a casa, el trayecto se estaba haciendo bastante silencioso, hasta que Ren acabó con él.
—Dime... ¿Porque no puedo besarte? ¿Acaso ya te gusta alguien? —preguntó divertido, sin apartar su vista del camino.
Aun sabiendo que él no la veía, ___ negó con la cabeza para luego decir: —Es que... nunca he besado antes —.
A pesar de que estaba comenzando a hablar de cosas que no debía, su respuesta fue más que sincera, ya que desde que conoció a Ren, nunca le había gustado otro chico. Y no estaría de más decir que golpeaba a todo aquel que intentara posar sus labios sobre los suyos, como intentó hacerlo él no hace más de unos pocos minutos, con la diferencia de que él no se llevó un buen golpe.
—¡No te creo! —dijo el joven mientras reía y la veía de vez en cuando de reojo.
—¡No estoy mintiendo! —se defendió ella, haciendo pucheros y cruzándose de brazos sin siquiera reaccionar ante sus actos. En el instante en el que Ren la vio, ya se encontraba deteniendo el auto para luego soltar su cinturón de seguridad y acercarse a ella.
—Entonces déjame ser el primero —susurró muy cerca de sus labios, casi rozándolos, provocando que el corazón de ___ se acelerara a más no poder.
<<Este es el momento>>
Pensó ella mientras no dejaba de mirar esos hermosos ojos. Lentamente y con algo de miedo —aunque nadie lo creyera— asintió para luego ver como una sonrisa se dibujaba en el rostro de Ren y acto seguido, acortó esa distancia de tan solo milímetros que los separaba.
Suaves, provocadores, adictivos, perfectos; ¿cuál sería la palabra indicada para describir lo que en ese momento sintió al besar esos labios?
<<Oh... Eso es. Son hechizantes>>
Pensó la joven mientras trataba de aprovechar el momento para sacar su arma y acabar con él de una vez por todas; pero no. Ese beso pudo más con ella que cualquier otra cosa. Sin duda era enloquecedor y le hacía perder la cabeza, haciendo que su memoria se rebobinara hacia el pasado y recordara todos y cada uno de los días que pasó junto a él, provocando que inesperadamente sus ojos comenzaran a humedecerse, hasta que las lágrimas comenzaron a caer.
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Aclaraciones:
Valet: Son los empleados de estacionamiento o personas que trabajan en hoteles o apartamentos grandes. El término completo sería Valet Parking, que significa criado, sirviente - aparcamiento o estacionamiento.
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