❝ ⁱᵈⁱᵒᵗᵃ ᵏᵉᵉⁿᵉ ❞
Robby acostumbraba a tener ciertos detalles con su chico, podria ser empalagoso pero le gustaba recordarle cuanto lo amaba y apreciaba todo lo que hizo y hace por él, uno de esos detalles era hacer su desayuno favorito que no tenia mucha ciencia en preparación, yogurt de durazno con cereales clasicos, tenia el toque de simpleza y especialidad que tanto adoraba.
Solia despertar a Oliver la mayoria del tiempo y no es que el rubio se despertará tarde sino que él ponia una alarma antes que la suya para poder hacer el desayuno y pasar ese momento del dia juntos, como a ambos les gustaba. El rubio solía estudiar y hablar con él hasta tarde, asi que aveces no podia evitar sentirse culpable por las tiernas ojeras de mapache que se lucian en su piel lechosa, cosa de la que su chico le regañaba diciendo que era algo que le gustaba hacer con él y si se sentia culpable por eso de nuevo, juraba que se iría a dormir solo a el sillón de la sala.
Obviamente eso no volvió a suceder, al menos esos pensamientos no salian de su boca y eran desechados de inmediato, no queria dormir sin el agradable calor de su novio a su lado ni mucho menos sin su menudo cuerpo estrechado contra el suyo.
El rubio camino con sus ojos medio cerrados por el reciente despertar, soltó un bostezo envuelto desde su cabeza hasta su cuerpo con la sabana de la cama, Robby sonrio ante la tierna imagen.
—buenos dias, cariño—dejo un casto beso en su frente cuando se sento en la silla de la barra, aun con el rostro adormilado respondió un bajo "hola".
Oliver tardaba en despertarse en verdad, la primera hora de su dia actuaba de forma automática dejandose guiar por su novio que era consciente del peligro que era para si mismo un Oliver Nike medio dormido, aun recordaba la vez que casi metia su celular en el microondas y contestaba la llamada con la taza. Un peligro total.
Pese a estar más dormido que despierto, el menor pudo percatarse de algo con gran facilidad, algo que desperto todos sus sentidos con rapidez.
Su desayuno favorito y el que Robby solía hacer a menudo consistía en cereales dulces clásicos con yogurt de durazno, y eso es lo que tenia en frente y estaba todo bien hasta que vio un pote un poco más grande que el de cereales comunes a un lado del yogurt, el pote contenia cereales de colores en forma de anillos. Aquellos cereales contenían más azucar de la que Oliver estaba acostumbrado por lo que Keene se lo daba en ocasiones especiales cuando necesitaba energía por una mal noche de sueño o cuando hizo algo que seguramente no le gustaría, la primera en definitiva no era porque pese a las ojeras durmió más de seis horas y con eso era suficiente para él, asi que era la segunda opción y eso desperto todos sus sentidos en un minuto.
Otro factor que le decía que no exageraba por madrugar era que el castaño cuando cocinaba su propio desayuno lo hacía frente suya, a su novio le gustaba verlo y robarle besos para mantenerlo despierto, y aveces mantenia la esperanza que uno de esos besos subiera de tono para tener un "rapidin" que haría que faltasen a la escuela, ese tipo de casos eran contados.
—esta bien, ¿qué te traes?
Pudo apreciar como se quedo quieto en su lugar, tenso, para luego darse vuelta aparentando inocencia.
—no me traigo nada, amor, no sé de que hablas
—Keene
Asi como Oliver estaba acostumbrado a los desayunos amorosos de Robby, este último estaba acostumbrado a que Oliver lo llamara por apodos cariñosos que lo rebalsaban de amor asi que cuando no lo llamaba "cariño", "amor", "cielo" o algún otro derivado o incluso su nombre, significaba peligro y cuando en especificó lo llamaba por su apellido significaba que la habia o la estaba cagando, y debia arreglarlo rapido.
—falsifique una nota de mi padre que dice que me ausentare unos días para pasar tiempo de calidad padre-hijo, cuando el lapso acabe, voy a hablar con mamá para dejar la escuela
—¡¿qué tu que?!
Claro que Oliver no espero que fuera algo tan grave como el futuro de su novio.
—Robby, no puedes hacer eso, es tu futuro del que hablamos y habíamos dejado en claro que los trabajos no serían permanentes
No era tonto, sabia que si el castaño dejaba la escuela era para dedicarse por completo a los trabajos ilegales a los que sus supuestos amigos lo orillaban.
—sabes que no soy bueno en la escuela y en el extraño caso de que me graduara, hasta ahi llegaria todo—se acerco a su novio queriendo explicarle con desesperación su punto de vista, no le gustaba la mirada entristecida en su cielo.
—me prometiste que no vivirias de eso, que seria sólo en caso de emergencias—la voz del menor disminuyó, ahora temblaba de completa preocupación—¿y si te atrapan, Robby?
—te tengo a ti y a la suerte de mi lado, eso no pasará—tomo sus manos dejando un tierno beso en ellas.
—¿Y si tu suerte se acaba? Eres inteligente, no te hagas esto. Por favor, no quiero perderte...
—esta bien, todo estara bien, amor
Robby tomo a su novio entre sus brazos, beso la coronilla de su cabeza cada segundo mientras susurraba que todo estaría bien, no le gustaba ser la causa del malestar de su chico y sabia que él tenia razón, todo lo que hacia no era legal y si aún no habia sido atrapado era por mera suerte, y el hecho de que Oliver interferia aveces a su favor.
—al menos termina la escuela, si no quieres estudiar, si quieres trabajar esta bien pero por favor no te arruines la vida así—susurro el rubio contra su pecho.
—no lo haré, pondre en la nota que sólo nos tomaremos unos días, ¿esta bien?
—esta bien...pero ¿por qué esta decisión tan de repente? ¿Paso algo? Sabes que puedes decirme lo que sea
La caricia en su mejilla hizo a Keene sonreír viendolo con amor.
—lo sé y no paso nada, sólo me quede pensando. Tu seras un excelente abogado, contador, medico o empresario y yo seré...yo, sere una carga para ti en el futuro pero si ahora te soy útil mientras estudias, tal vez en el futuro--
—callate y no vuelvas a decir eso en tu vida—le tapo la boca viéndolo con el ceño fruncido—eres un idiota, Keene. No te amo porque "me seas útil", te amo porque eres tu y yo amo a Robby Keene
—y yo amo a Oliver Nike pero estoy seguro que amaré aun más a Oliver Keene
El rubio rodo los ojos divertido.
—Oh, no comiences, idiota Keene
—tu me haces idiota y podrías responsabilizarte casandote conmigo—le guiño tomandolo por la cintura.
—Mmm—fingió pensarlo mirandolo con una sonrisa—te responderé en cinco años...
—Oh, vamos....
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