Markno
Jeno, a su supuesta edad más sociable, tenía solo dos amigos, siendo uno de estos Chenle, un chino con demasiada personalidad para apenas saber coreano; y Haechan, un pequeño vecino que a veces lo abandonaba para irse con otros niños.
En algún punto eso lo molestaba, pero él se sentía bien teniendo a ambos como compañía.
Hasta que a sus siete años escuchó de Mark, un nuevo amigo del moreno, quién al parecer era mayor que ellos y tenía una personalidad muy divertida.
Todo lo contrario a él.
─ Nono, no puedes simplemente esconderte en casa para evitar a tus amigos─ la señora Lee acarició tiernamente el cabello azabache, acomodando mejor a su hijo en el regazo.
─ No quiero─ musitó, escondido en los brazos de su madre─ me van a cambiar por ese feo.
─ Cariño, ni siquiera lo conoces─ rió leve─ dale una oportunidad.
Jeno en ese momento negó, sin embargo, al día siguiente se encontraba en la plaza de siempre, esperando por Chenle y Haechan.
Y bueno, también Mark.
Ellos no tardaron mucho en llegar. Sonrientes mientras tomaban la mano del otro, como un trío perfecto de amigos.
Sin él.
Jeno se aguantó las lágrimas como un campeón, mas desbordó su emoción en una mirada irritada y molesta hacia el desconocido. Una mueca fea adornando su precioso rostro.
Lamentablemente, eso le pareció adorable al más alto.
Los recién llegados se sentaron en círculo, Mark justo en frente de Jeno.
─ ¡Jeno!─ el grito de Chenle logró sacar al nombrado de sus pensamientos.
─ ¿Uh?
─ ¿Uh?─ Haechan bromeó, recibiendo una mala mirada─ este de aquí─ apuntó al mayor─ es Lee Mark.
Él sonrió, pero el pálido solo lo observó callado.
─ ¡Es canadiense! Extranjero como yo.
─ Aunque él habla mejor que tú el coreano─ Zhong se levantó para tirarse repentinamente sobre Haechan, rodando sobre el pasto en una pelea de la que no debían preocuparse.
Discutían y peleaban, sin embargo, se querían demasiado como para dañarse en serio.
Esto los deja a ambos chicos solos, cara a cara y sin nadie que pueda detener a Jeno de sacarle la lengua al castaño.
Obviamente ignoraron su falta de respeto, pero recibió una mirada confundida a cambio.
─ Desde que llegué me has mirado mal─ comenzó─ ¿Hice algo malo?
El menor parpadeó. La pregunta lo había perdido.
─ ¿Sí? Me vas a quitar a mis amigos.
─ ¿Qué? Yo no haré eso─ negó con la cabeza. Jeno frunció los labios.
─ Sí lo harás─ atacó.
─ No.
─ Sí.
─ No.
─ No.
─ Sí─ Mark abrió los ojos exageradamente─ ¡No quise decir eso!
Cuando los ojos de Jeno se llenaron de lágrimas, el mayor lo siguió momentos después de la misma forma.
─ ¿Por qué... estás llorando?─ el pelinegro sorbió sus moquitos de la nariz, tratando de ocultar su cara del contrario.
─ Porque tú lo estás haciendo─ el puchero del mayor lo hizo sentir inquieto, cosa que lo pudo llevar a levantar su mano para acariciarle el cabello, tal como su madre hacia cuando lloraba a su lado.
Se sorprendió cuando fue envuelto en un abrazo, pero lo permitió sin más reclamos, aceptándolo con toda su fuerza.
─ ¡Mira, Chenle!─ miraron entre la tierra y el pasto a sus amigos, abriendo la boca en una gran O─ solo las parejas se dan abracitos─ a pesar de estar equivocado, el chino no dijo nada, mas sonrió con maldad antes de abrazar también a Haechan─ ¡Qué asco, suéltame!
Zhong simplemente rió con estusiasmo.
Con el tiempo, Jeno y Mark realmente lograron llevarse bien, incluso mejor que con los menores, aunque claro, nunca los dejaron de lado. Pasaron más cosas de lo que cualquiera hubiera creído en un principio, apoyándose mutuamente entre sus peores y mejores momentos.
Se hicieron mejores amigos.
Jeno había dejado de sentirse apartado hace mucho, todo gracias a quién le plantó esas ideas sin desearlo en el pasado.
Ese quién es Lee Mark, el mejor amigo que en algún punto deseó que fuera mucho más.
Sus sentimientos románticos hacia el mayor fueron inevitables, siendo este tan atento y detallista con Jeno que logró alterar su corazón.
Mas no era el único que se sentía así.
El canadiense se murió de miedo cuando cayó en el amor que sentía por ese dulce chico de ojos sonrientes, siempre tan amable y encantador que parecía estúpido recién haber notado eso.
Lo amaba.
Se amaban, pero no era algo de lo que estuvieran orgullosos.
Tenían miedo por perder la hermosa amistad que forjaron juntos, luchando contra sus propios sentimientos por el otro, y aunque alguna vez pensaron que serían correspondidos, descartaban la idea rápidamente.
Claro, hasta que Chenle y Haechan se metieron en medio.
─ ¡Jeno!─ levantó la mirada de su almuerzo, sonriendo al trío de chicos que se acercaban con sus propias bandejas.
Fue como un deja vu.
─ ¿Podrías ayudarme con matemáticas?─ continuó el menor, sentándose justo a su lado para dejarle el sitio a los otros dos en frente─ te juro que te pago lo que quieras, pero necesito pasar el curso.
─ Si tan dispuesto estas a pagarme, podrías pagarte un tutor─ obvió, volviendo la mirada a su comida.
─ ¿Qué tal Park?─ Haechan tragó antes de sugerir─ escuché que no cobra caro y le va bastante bien.
─ Dios, a él le pago con todo lo que tengo.
─ ¡Qué asco, Chenle, estamos comiendo!─ gritó el moreno.
Mark rió y llamó por completo la atención de Jeno.
Sin pensar suspiró, apoyando el codo en la mesa y sosteniendo su cabeza con una sola mano. Era tan lindo, desde su sonrisa chueca y las cejas curiosas que la acompañaban al reír; sus lunares adorables repartidos por el rostro; incluso su corte de cabello mal hecho lo encontraba atractivo.
─ Jeno, ¿puedes fingir siquiera un poco que no te gusta Mark?─ la mesa se quedó en silencio ante lo dicho por Chenle.
Aunque solo unos segundos.
─ ¿Qué te pasa, imbécil? Dijiste que no debía saberlo─ Haechan golpeó la nuca del chino mientras Jeno se cubría el rostro y Mark no dejaba de balbucear.
─ ¡¿Y por qué tú sabías?!─ el pálido chilló.
─ Oye, yo me enteré apenas ayer, solo tengo claro de que a Mark también le gustas.
─ ¿Qué?─ las voces de Chenle y Jeno se escucharon de fondo.
─ ¡Donghyuck juro que te voy a matar!
─ ¡Pero si te corresponde! ¿Por qué mierda te enojas?
El griterío que crearon juntos llamó a varios estudiantes curiosos. Muchos creyeron que iban a pelear, otros apostaron que Mark ganaría y pocos idiotas decidieron apostar por Haechan.
Al final nadie salió lastimado, sin embargo, ese día todos los estudiantes se enteraron que el guapo par de amigos Lee serían la nueva pareja favorita de la escuela.
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