Inicio del enamoramiento.
A la edad de nueve años. Jeon Jungkook se mudó de Busan hacia Seoul junto a su mejor amigo Lee Junho. Esto debido a que el señor Lee había sido transferido a la capital de Corea para ser el nuevo director de una prestigiosa Universidad.
Así que también incluía que Junho se mudase, su madre estuvo de acuerdo y es que la verdad la ex esposa del padre de Junho no tenía voz ni voto; la custodia completa era de Lee Yagmi.
Su esposo la presentó como una mala madre ante la corte y estos le otorgaron la custodia de su único hijo.
Por otra parte.
Los señores Jeon, conformados por Jeon Chanyeol y Jeon Sunmi, eran amigos de Yagmi desde la preparatoria. Y dicho hombre los convenció de mudarse, ofreciendo un trabajo a Sunmi en la misma universidad como maestra de Artes y a Chanyeol le ofreció conseguirle trabajo con uno de sus conocidos para que pudiera seguir ejerciendo su carrera.
Y claro que aceptaron. Mudarse y trabajar en aquella prestigiosa Universidad les traería mejor economía.
—Te deseo un lindo día, cielito —Sunmi besó la frente de su hijo.
Ella, junto a su esposo, vinieron a dejar a su hijo a su nueva escuela para después partir hacia su nuevo trabajo.
Chanyeol bajó del vehículo para llevar a Jungkook hasta la entrada del colegio.
—Junho te está esperando en la dirección. Está en el segundo piso a mano derecha, verás que en la puerta tendrá el nombre de la directora —el señor Jeon le dio instrucciones a su pequeño hijo de nueve años, quien asintió comprendiendo todo.
Se lo llevaban diciendo casi una semana.
—De acuerdo papi —le dio un abrazo para después ingresar a la escuela.
Su padre volvió al auto, donde estaba su esposa.
—¿Crees que esté bien? —preguntó su esposa mordiendo su dedo.
—Tranquila Sunmi —besó la coronilla de la mujer.
Segundos después. La mujer condujo esta vez hacia el consultorio de su esposo; quien era psicólogo.
Volviendo con el pequeño Jungkook. Él ya estaba en la dirección, pero jamás se esperó ver a Junho con su ropa cubierta de tierra.
—¿Qué sucedió Jun? —preguntó curioso el pelinegro.
—Un tonto trató de molestarme y le di una lección —dijo con su rostro neutral, pero pronto un ligero puchero se instaló en los labios del castaño—. Me duelen mis rodillas —comenzó a sobarlas.
Jungkook solo suspiró y se sentó a su lado. Su amigo enserio no podía estar en paz sin meterse en problema, aunque, fue de esa manera como se conocieron.
Después salió una mujer, quien vestía un traje impecable, Jungkook dedujo que ella era la directora. A su lado un niño pelinegro quien estaba en el mismo estado que Junho; lleno de Tierra.
Pero con la diferencia que sostenía su labio con sangre.
—Se lo pasaré por ser su primer día joven Junho, pero que sea la última vez —la directora miró seria al mencionado—, esto también va para ti Yugyeom —miró al menor a su lado quien estaba con la cabeza baja.
Después de ese pequeño percance. Jungkook y Junho fueron a su salón. Para suerte de Junho, usaba doble ropa debido al clima fresco que hacía, así que solo se quitó la sudadera, quedando sólo con su playera de manga larga.
A la hora del receso. Yugyeom se acercó a los dos pequeños con una tenue sonrisa en su rostro.
—Hola, quería disculparme contigo por mi comportamiento esta mañana —se disculpó haciendo una reverencia.
—Yo también me disculpo contigo Yugyeom —Junho se levantó e imito la acción del pelinegro frente a él.
—¿Quieres sentarte con nosotros? —preguntó Jungkook amablemente.
—Claro, si estás de acuerdo —Yugyeom se estaba mostrando tímido; muy distinto a como se presentó con Junho en la mañana.
—Pero antes, debes hacer un juramento —Junho se cruzó de brazos.
Jungkook alzó las cejas sorprendido, pensó que jamás Junho volvería a hacer un juramento con alguien. Con la primera y hasta ahora única persona que hizo un juramento fue con él.
—¿Juramento? —Yugyeom ladeó su cabeza.
—Si, tendrás que jurar jamás volver a juntarte con esos horribles niños —dijo Junho.
Esta mañana, Lee notó como Yugyeom era influenciado por sus amigos pues la pelea comenzó por que los amigos de este lo empujaron contra Junho, haciendo que cayera al suelo. Pronto Yugyeom pediría disculpas y le ayudaría a levantarse, pero el grupito de los demás niños, comenzarían a lanzar burlas, haciendo que Yugyeom también hiciera lo mismo.
Y eso no le pareció del todo correcto a Junho.
—P-Pero son mis amigos —Yugyeom hizo un puchero.
—Si fueran tus amigos nunca te hubiesen utilizado para burlarse de mi —el castaño debido a la forma que era criado, su mente podía entender un poco más las cosas.
O malinterpretarlas.
Como en la mañana, al ver que Yugyeom se estaba burlando no dudó en confrontarlo y cuando esté se negó a disculparse; lo golpeó en la mejilla.
Su padre le decía que no estaba bien si otras personas le molestaban.
Y Yugyeom lo estaba haciendo.
—N-No puedo —Yugyeom sabía que si dejaba de ser su amigo; lo molestarían.
—Entonces no te perdono —Junho se estaba enojando.
Para este punto, sus orejas comenzaban a tornarse rojitas.
—¡Está bien! —Yugyeom en un momento de desesperación; aceptó ese juramento—. Dejaré de ser su amigo —agregó.
—Entonces eres bienvenido a nuestros club —sonrió Junho.
Jungkook, quien había visto y escuchado todo. Solo negó con la cabeza antes de suspirar. Por lo que su amigo dijo, aquellos niños eran mala influencia para Yugyeom, pero tampoco el obligarlo a jurar algo estaba bien.
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—Pero miren a quien tenemos aquí —exclamó el líder de ese pequeño grupo de tres niños de ahora catorce años.
—Todos los idiota en una sola mesa —agregó Yugyeom con una sonrisa ladina.
Las estaciones cursaron. Jungkook ahora se sentía algo fuera de lugar estando con Junho y Yugyeom, estaba feliz porque ellos forjaron una linda y sincera amistad.
Pero molestar a quienes los molestaban, no es una buena forma de accionar.
Por eso, decidió apartarse y comenzar a caminar. Hacía algo de frío y había un poco de nieve en el suelo, por suerte no era tan resbaloso.
Pronto, escuchó unos sollozos, así que se dejó guiar por ellos, hasta que justo a los límites de la secundaria estaba un niño en posición fetal y tenía algunas basuras encimas. Estaba llorando, ganándose la burla de aquellos que los molestaban y seguían tirando basura.
—Fantasmita, ¿por qué Lloras? —preguntó una niña de quince años mientras se acercaba a él, lo tomó de sus cabellos oscuros jalándolos fuertemente.
Sacándole un jadeo de dolor.
—Es igual de marica que su padre —dijo quien parecía el novio de la chica pues Jungkook los había visto algunas veces besándose.
—Nadie te va a amar fenómeno, ¡nadie! —le gritó para después pararse.
—¿Qué es lo que les sucede? —preguntó molesto Jeon mientras se acercaba.
El chico alzó sus manos y bajó la mirada, sabía de quien y que clase de amigo era. Mientras que la chica no le importó nada.
—Métete en tus asuntos niñito —empujó a Jungkook.
—Cher, cálmate por favor —la jaló del brazo—. Vámonos —el novio se llevó a la chica casi arrastrando.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook ya estando frente al menor.
—S-Si... —se escuchó como un susurro.
—Tranquilo, no te volverán a molestar —Jungkook quitó con su suéter las lágrimas del chico y algunas basuras que tenía en su cabello—. ¿Puedo saber tu nombre? —Jeon se sentó, no le importaba que estuviese frío; no dejaría solo al pelinegro.
—J-Jimin... Mi nombre es Jimin —dijo sin evitar tartamudear.
—Pues mucho gusto Jimin, yo soy Jeon Jungkook —le sonrió.
En ese preciso instante, Jimin alzó su cara, dejando ver por completo aquel lindo rostro que poseía. Y con el cual, terminaría flechando a Jungkook.
El hermoso popular...
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