¿Final feliz?
—Jimin, sabes que no debiste tratar de esa forma a Jungkook, él solo se preocupa por ti —dijo Namjoon, ambos estaban camino a casa, pues el pelirosa se negó rotundamente a que Jeon fuera él que lo llevase.
—T-Tengo miedo Nam, si Hoseok descubre lo que tengo con Jungkook, mi mamá... —el miedo era más que obvio, Namjoon lo rodeó con sus brazos, era su forma de darle confort a su mejor amigo.
—Si no quieres que tu madre se entere por otras personas, debes decirle tú mismo —habló el peliazul en el abrazo.
—¿Y si no me acepta? —preguntó Jimin.
—Entonces ella es la del problema, tú eres grandioso, si pasa algo malo, siempre estaré para ti... Al igual que Jungkook —le sonrió mientras se separaba.
—C-Creo que tienes razón —dijo con la mirada agachada.
—Siempre tengo razón, así que cambia esa cara, llega a tu casa, saluda a tu madre, dile lo mucho que la amas y dile de una vez por todas que te encantan los hombres —ese comentario hizo reír a Jimin.
—Gracias Nam —sonrió.
—No es nada —pellizcó las mejillas del contrario.
Ambos siguieron caminando, Namjoon se despidió y se fue a su hogar. Jimin estaba en la puerta de su casa, recolectando valentía. Las porras por parte de Jungkook y de Nam llegaron a su cabeza, sonrió, estaba listo.
Y así llegamos aquí, al punto donde la madre de Jimin se sentía rota y decepcionada de su propio hijo, tomó algunas prendas de este y las aventó a la calle.
Junto con su hijo.
Hoseok, quien sonreía al ver la escena, actuaba como si le importara, pues después de que la madre de Park lo sacó, este la abrazó. Jimin tocaba la puerta desesperado.
—¡Mamá por favor ábreme la puerta! ¡Déjame explicarte! ¡Por favor! —gritaba implorando para que su progenitora no le hiciera lo mismo que hizo con su padre.
"Lo hizo.... Me echó a la calle" se repetía miles de veces.
Aceptó las consecuencias, tomó las pocas cosas, las metió en su mochila. Caminó hacia la esquina de su calle, sacó su teléfono y marcó a la única persona que tal vez lo entendería.
—J-Jungkook —dijo en cuento este contestó el teléfono.
—¿Pollito, qué sucede? —Jimin se sintió tan mal de haberlo tratado de esa forma y que aún este le hablase como si nada.
—¿P-Puedes venir por mi? —preguntó mientras limpiaba sus lágrimas.
—Claro, voy para allá —colgó la llamada.
Jimin se abrazó a sí mismo, pensó que su madre tal vez cambiaría de parecer. Le había mentido, si, pero estaba dispuesto a decirle hoy, justamente hoy....
✧✦✧
—Jim, ¿me dirás qué sucedió? —preguntó Jungkook, al estacionarse frente a su casa.
Pues desde que se subió, Jimin no ha dicho nada y el único lugar donde podría llevarlo era con sus padres.
—Mi madre.... —hizo una pausa para suspirar—. Mi madre se enteró de lo nuestro —dijo sintiendo un nudo en la garganta.
—¿No reaccionó de la forma que esperabas? —lo miró mientras tomaba su mano. El menor rompió en llanto, Jungkook lo acogió en sus brazos—. Tranquilo, todo mejorará —le decía, pues le dolía ver tan roto a la persona que más amaba.
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—¡Felices seis meses! —Jimin rió al ver la canasta de dulces frente a él.
—Lisa, pareciera que tú eres la que cumple seis meses con Jungkook —dijo mientras abrazaba a la chica.
—Es que estoy emocionada, ustedes han sido la pareja más hermosa. Además, ambos ganaron, coronándose los reyes del baile de primavera —le recordó.
Oficialmente, Jungkook le pidió a Jimin ser su pareja. Para después gritarlo a toda la universidad, quienes los apoyaron, Park no podía estar más feliz, desde que su madre lo echó, las cosas fueron mejorando. Ya está a nada de salir para ahora si practicar su carrera y trabajar en lo que ama.
Jeon y Park, durante este tiempo han trabajado, juntado dinero, ahora viven en un pequeño apartamento, cerca de la casa de los padres de Jungkook. Quienes recibieron con los brazos abiertos al, actual, pelimorado.
¿Qué pasó con su madre?
Bueno, Jimin intentó hablar con ella, sin embargo, no obtuvo una respuesta positiva, por lo mismo, no la ve desde hace tiempo.
¿Su padre?
Me enorgullece informar que Jungkook se dio la tarea de buscar al señor Park, con el que hizo que se reencontrara con su hijo. Fue muy lindo, ambos platicaron y se abrazaron, también lamentó haberse ido, también lamentó lo que su ex esposa le hizo a su propio hijo.
¿Hoseok?
Se lo topan de vez en cuando, pero ahora Jimin ha perdido el miedo, ahora se siente con más libertad.
Volviendo a lo que sucedía actualmente, Jimin junto a Lisa, Namjoon y Seokjin, decoran el pequeño apartamento.
El mayor, se encargó que Jungkook estuviera fuera unas horas.
Colocaron banderines, una mesita de dulce, suena muy trivial pero Jimin es muy detallista y amoroso, en cada vez que han cumplido le ha dado un regalo distinto.
—Le encantará a Jeon —dijo Namjoon mientras se recargaba en su prometido.
Ahora, Jin ya no trabaja para la Universidad, su viejo maestro de Literatura ha vuelto, lo que le facilita las cosas a Namjoon, pues ya no tiene que verse a escondidas con el castaño.
—Concuerdo contigo, cielo —le dijo antes de besar su frente.
—Awwww —sonó tan enternecida Lisa—. Ya quiero que adopten —soltó, provocando que Namjoon se sonrojarse.
—Seremos los padrinos —agregó Jimin, solo para molestar a su amigo quien cada vez se ponía más rojo.
—Por mi estaría bien, mi madre me pregunta a cada rato cuando le daré nietos —finalizó Seokjin a quien le encantaba ver sonrojado a su novio, para él, era lo más hermoso.
—¡Jin! —dijo mientras se escondía en su pecho.
—Oh mírenlo, todo un niño asustado —comentó Jimin para después reír junto a los otros tres.
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—¿Sabes cuál es mi mejor regalo? —preguntó Jungkook, después de haber cenado. Se sorprendió pero sabía que algo así pasaría, conocía a su pollito.
Él en cambio le había regalado una pintura, que Jungkook había hecho con ayuda de su amiga Lia.
Ahora estaba en su sala, Jimin en sus piernas, luciendo tan hermoso como siempre.
—¿Cuál? —preguntó curioso.
—Mi mejor regalo, ha sido conocerte —dijo para después besar los gruesos labios del otro.
El amor no tiene género, eso ha sido demostrado y aunque suene cliché, el amor...
El amor lo puede todo...
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