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Capítulo 28

ARQUÍMEDES

Estábamos por irnos, y lo de tomar el cilindro de madera para caminar con Cesar ya se estaba haciendo costumbre. Era la hora de la salida y estos dos iban a ayudarme con mi terapia auto-impuesta. Todo iba bien hasta que escuchamos a Enrique gritar, el era el único que cuando grita suena como un cuervo enfermo.

—¡Lo hice perras, lo hice y nadie me ayudo!—grito con su teléfono en la mano.

—¿Que hiciste?—le pregunto Yeya viéndolo con su sonrisa curiosa.

—Invite a Jacinto al baile del sábado, ¡feliz San Valentine para mi!—dijo y abrazo a Yeya, la cargo y dio una vuelta en su sitio. Cuando termino su festejo caminamos a la puerta de salida. —También le dije sobre el plan de mañana, lo del viaje en camión y que si quería acompañarnos y dijo: "Simón"—dice imitando a Jacinto.

—Vaya, eso esta muy bien, Enrique, felicidades—le dije con sinceridad. Este me regreso la sonrisa.

—Así que, necesitare ayuda—dijo él viendo a Yeya.

—¿Para que?— pregunto Cesar.

—Recuerdas que no tengo sentido de la moda, me llevare a Yeya para que me ayude. Necesitare impresionar a Jacinto— dice sacudiendo su celular.

—Oh, esta bien—dijo ella. —Cesar podría ayudarte, solo necesitas a un acompañante.

Balbuce un poco, estaba confundido, mas bien, alterado internamente de que Yeya me estaba dejando solo con Cesar. Ni siquiera puedo voltear a verlo, se que tendrá una expresión que no olvidare nunca.

—Seré un buen acompañante, Arquí, no te alteres— En definitiva sus palabras no me tranquilizan.

Después de que Enrique se fue con Yeya, Cesar y yo salimos del colegio. Madre me esperaba ahí afuera sonriendo como siempre, aunque tenia una mirada confusa hacia mi acompañante, le había dicho que la persona que me iba a acompañar seria Yeya.

Una chica y no un chico con el que estoy caminando prácticamente de la mano.

Sin mas nos acercamos a ella.

—Madre, él es Cesar, mi...—suspire un poco, él me volteo a ver esperando mi respuesta y yo solo tenia la boca abierta.

—Amigo, soy amigo de su hijo, señora Mondragón—contesto por mi, solté aire y Cesar estrecho la mano con mi madre en frente de mi.

—Guevara, soy la señora Guevara, pero solo llámame Hipolita, todos lo hacen.

—Vaya, en su familia abundan los nombres extravagantes, ¿verdad?—pregunto con inocencia y madre comenzó a reír.

—Es un chico encantador—dijo para después voltear a verme y apuntarlo con su indice, sonreí nervioso, este viaje seria caótico.

Madre ya no hizo mas preguntas y tampoco Cesar aunque pensé que se la pasaría todo el camino hablando.

Estábamos sentados en unos pupitres, uno en frente del otro, solo estábamos a un metro de distancia, volteo a un lado encontrándome a otro par de personas, un chico y una chica. La chica era la que estaba igual de nerviosa que yo, se movía mucho en su asiento mientras que el chico le daba palabras de aliento.

—mierda...—murmuro Cesar, me volteo de nuevo para ponerle atención, estaba con el lápiz que nos habían dado para registrarnos, no me había dado cuenta que lo rompió.

—¿Tienes algo que decirme?

—Te juro que ya estaba roto...

—Lo use primero que tu, y creo recordar que no estaba roto—le dije tomando la otra mitad del lápiz que estaba en el escritorio del pupitre. —¿Terminaste de llenar el formulario al menos?

—Si, si...

—¡Buenas tardes!—anuncio una señora delgada y muy bajita que recién entraba al salón. —Soy la doctora Elena Yoshie y seré su guía en la terapia... veo que Godinez no vino.

—Él dijo que se enfermo—contesto la chica nerviosa. Era mi primera sesión así que no conocía a ese Godinez

—A estado enfermo tres semanas, pero bueno. Tenemos a un nuevo integrante, aplausos por favor—dijo ella aplaudiendo.

Los únicos pacientes en esa sala eramos la chica nerviosa y yo... aunque tengo que ser realista, a nadie le gusta ir a terapia.

—Muy bien, como hay un nuevo integrante en el grupo...—Solo somos dos. —...vamos a regresar a la primera fase de nuevo, ¿Estas de acuerdo Nora?

Volteo para ver como la chica asiente.

—Bien, tu sabes que hacer—le dijo y después se dirigió a mi lado. —Primero que nada cariño, guantes fuera.

Me temía que dijera eso, aunque ya lo suponía. Vi mis guantes y me quite uno primero para seguir con el otro.

—Buen hecho, eres el primero que es tan cooperativo, 10 por tu esfuerzo.

—Gracias...

—Ahora pon las manos al frente—Estire mis manos a donde estaba Cesar, y después la doctora me mostró como tenia que hacerlo.

Recargué mis codos en el escritorio y estire mis manos dejando mis palmas en frente de Cesar. La doctora le dio la misma indicación a Cesar. Nuestras manos estaban a escasos centímetros de distancia. Controle mi respiración unos segundos antes de darme cuenta que la doctora le estaba susurrando algo al oído a Cesar.

—¿Necesito saber algo?—le pregunto sonriendo nervioso, ella sonríe como respuesta y se va con la otra pareja.

—Tranquilo, solo dijo que hacemos bonita pareja—soltó Cesar sonriendo, comencé a sentir la cara caliente.

—Deja de bromear.

—No, es verdad. Y que el truco es verme a mi y no a tus manos—Sus palabras me hicieron darme cuenta que no lo estaba viendo, parpadeé un par de veces antes de tomar fuerza para verle la cara.

Levante la mirada y Cesar me sonreía como todos los días, me agite, recordé que me había dado esa misma sonrisa en la fiesta de Yeya. Tuve que volver a recuperar el aliento, si no lo hacia iba a ver mis manos.

—Vez—parpadee rápido y vi mis manos. Las manos de Cesar estaban tocando las mías. Retuve el aliento y las separe rápidamente. —La doctora me dijo que usara un método de distracción.

—Claro, hablar conmigo mientras tu me tocas—le dije sobándome las manos.

—¿Quieres intentarlo de nuevo?—me pregunto

Asentí y volví a poner mis manos como lo había hecho antes, mis ojos en lugar de posarse en Cesar vi a mi lado y Nora tenia los ojos cerrados, estaba mas tranquila, cuando vi que sus manos estaban tocando las del chico me llene de envidia, ella tenia todo bajo control a pesar de que hace unos minutos estaba temblando.

—No te distraigas—me llamo Cesar. —Tu puedes.

Suspire con pesadez con los ojos cerrados.

—¿Que te pondrás en el baile?—me preguntó, y yo negué.

—Todavía no se...

—¿Le pedirás ayuda a Yeya?

—No lo sé. No importa que me ponga...

—Claro que importa, es el baile de San Valentin... ¿No has ido a un baile antes? Es como una pasarela de modelos.

Solté una pequeña risa, no le había dicho a nadie que ese seria mi primer baile, aunque pudieron suponerlo, un chico con escasas habilidades sociales y miedo a que lo toquen, que paso la mitad de su adolescencia en escuela en casa... era claro que no había ido a un baile antes.

—¿Ya tienes pareja?

—No, no la necesito...

—Es un baile de San Valentin, tienes que tener pareja.

—Claro que- ¡Ay, madre!—Cesar entrelazo sus dedos con los míos y rodeo mis palmas, no había manera de soltarme.

—Trata de respirar despacio, Arquí, porque si mueres aquí la doctora sera la jodida responsable—me advierte mientras trato de seguir su consejo.

Me estaba mareando, su calor, su tacto, pero miedo no era lo que sentía, era otra cosa.

—¿Te propongo algo?—me pregunto obligándome a verlo de nuevo.

—Acepto sugerencias...

—Si no puedes estar así por los próximos 10 segundos... vas conmigo al baile.

Mi corazón se paro por unos segundos.

1..Si lo lograba estaría libre de... ¿de que estaría libre exactamente? 2...Tengo que pensarlo bien. 3... Si voy con Cesar al baile ¿estaría aceptando que me gusta? 4... Le pedí que me diera tiempo, no me lo esta dando. 5... ¿Que tan malo puede ser? Solo es un baile, Enrique ira con Jacinto, no iba a haber problema. 6... Madre, iluminame.

Sin pensarlo mas quite mis manos a propósito, di un suspiro entre cortado y pase saliva, tenia la garganta tan seca que me raspo.

—Al parecer tenemos una cita.

—Como amigos, ¿verdad?—solté enseguida.

—Espero que haya progresos—Nos interrumpió la doctora. Me sentí tan agradecido con el universo de que pasara esto. —¿Como lo ves?

—Con los ojos, doctora—contesto Cesar, contuve mi carcajada y eso provoco que tosiera un poco.

—¿Estas bien?

—Si, gracias.

—Que chistoso tu amigo, Mondragón.

—Verdad que si.

Siempre he sido bueno para pensar, pero justo el día de hoy no tengo cabeza para hacerlo. He estado así durante una hora, tirado en mi cama viendo al techo, todavía no sabía porque me había soltado a propósito, ¿fue inmaduro de mi parte? ¿A que estoy jugando?

Me senté al escuchar el tono de mensajes de mi celular. Cuando lo tome estaba nervioso de que fuera Cesar, esperaba que no lo fuera, pero si lo era, ¿que le iba a decir?

Mi alma volvió a mi cuerpo cuando vi que solo era un mensaje de Yeya, abrí el chat con su mensaje lleno de emoticones. Era gracioso el como los usaba, siempre ponía corazones verdes al final de cada frase

Yeya

Amorcito corazón <3 ¿Como te fue en la terapia?

Di un resoplido y tome mi celular con mis dos manos para prepararme a escribir. ¿Por donde empezar? Comencé a teclear un poco nervioso, no estaba escribiendo bien, cuando me di cuenta lo borre todo y volví a comenzar.

De maravilla....

No puedo decir eso... Creerá que la pase de maravilla con Cesar, borre el mensaje y comencé de nuevo.

Me fue bien, la doctora me dijo que era el primer paciente cooperativo que ha tenido.

Yeya

Amo escuchar eso, mañana si quieres te ayudo a escoger algo para el sábado. <3

Que mencionara el baile del sábado me inquieto, deje caer todo mi peso para atrás para recostarme en mi cama. Tenia miedo de contarle a alguien mas, sentía que si lo decía en voz alta se convertiría en algo real.

Claro, gracias.

Decidí dejar de lado el celular y tratar de dormir, aunque sentía que era imposible. Tome mi almohada entre mis brazos, lo hacia siempre para dormir o para no sentirme tan frio aquí solo.

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