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Capítulo 9

En el camino de piedra, cuando el sol juega a esconderse de la luna, y una vez terminado su deber en el nuevo negocio de Jungkook, ambos jóvenes se dirigen a casa de Min Yoongi. Un joven Alfa que, según lo que entendió de Jungkook, es un pintor y artista de alto reconocimiento en todo el continente asiático. Sus pinturas, escritos y demás son un placer ser apreciadas por cualquiera que reconozca el talento que hay detrás.

Además, al igual que Jungkook, Yoongi pertenece a la clase noble pues ambos poseen, en moneda londinense, más de quince mil libras anuales, y vaya que eso es mucho. Sus padres, con sus finanzas juntas y sus títulos, poseen setenta mil libras anuales.

Han llegado a su destino, una residencia preciosa de dos plantas que tiene un aspecto europeo bien conocido por Taehyung. Ahora si se siente como en casa.

- Ustedes se llevarán bien, Yoongi tiene un gusto particular por el extranjero.

- Me doy cuenta.

El nombrado aparece en la puerta, sonriendo ampliamente cuando nota que sus invitados han aceptado su invitación a la cena. Se acerca con rapidez, haciendo una reverencia antes de lanzarse a los abrazos.

- ¡Pasen, esta es su casa!

Taehyung viste su traje formal, y lleva entre sus manos una caja pintada a mano que contiene un regalo para Yoongi. Es un traje hecho a medida, claramente medida de Taehyung, que seguramente le gustará a Yoongi. Es nuevo, pero creció cuando el traje estuvo listo y jamás pudo usarlo.

- Traje esto para ti, gracias por invitarnos.

Vaya que Yoongi es como un niño pequeño, ha tomado el presente en sus manos con una emoción deslumbrante y dejado caer la tapa cuando apreció entre sus dedos la tela suave de los pantalones.
Jungkook le sonríe a Taehyung, quien espera desesperadamente una respuesta de si el presente es de su agrado, pero en cambio recibe nuevamente un abrazo que no vio venir.

- ¡Oh, me encanta! Gracias, no tenías porqué.

- Es un honor.

Otra persona desconocida aparece desde el interior del hogar Min, un joven de rostro angelical y cabellos rebeldes que parece mirar a Taehyung con miedo. Apenas y cruzan miradas el desconocido la desvía hasta Jungkook, agrandando sus ojos cuando lo reconoce a la distancia.

- ¿Jungkook? ¡Oh!, ¿Cuándo volviste? - El desconocido sale de su escondite y abraza al alfa de cabellos castaños que le sonríe del mismo modo.

-Jimin-shi, perdón. Tenía asuntos de trabajo que tratar y me olvidé por completo. Mira, te presento a Kim Taehyung. Taehyung, él es Jimin. Park Jimin.

Tae esta algo mareado, no termina de acostumbrarse a la rapidez en la que hablan con el idioma coreano, supone que así se sienten ellos cuando él habla en su marcado y perfecto acento inglés.

Jimin lo mira de pies a cabeza analizando, igual que cuando conoció a Jin, la apariencia de su ropa y sus zapatos.

- Cariño, mira el regalo que trajo Taehyung. ¡Es un traje! Mira la tela, y la camisa tiene bordados con encaje en las mangas. ¿No es bonito? Oh, ya quiero usarlo. ¿Cuándo es la reunión que me dijiste? Te imaginas que dirá el señor Lee cuando me vea usar algo así, ya quiero ver su cara.

- Disculpa a mi esposo Taehyung, está muy emocionado y es imposible callarlo. Por favor pasen, pónganme al corriente de todo.

💐


Es verdad que Yoongi resultó ser todo un personaje y artista, su casa de apariencia victoriana entre tantas construcciones tradicionales del país resalta en el lugar, y por dentro ni se diga. Hay pinturas de todo tipo y esculturas de algo muy parecido al mármol tan realistas. En el camino al salón Jungkook amablemente le explicó que Yoongi se dedicaba de lleno a la pintura, sus obras adornaban las casas de las familias más influyentes de toda Asia, y con justa razón, ese alfa de sonrisa brillante tiene demasiado talento y potencial. Cualquiera podría decir que, aquello que sea tocado por sus manos, se volverá arte. 

El salón donde pasan la mayor parte del tiempo el matrimonio Min no tiene para nada la apariencia de un salón de té europeo, todo ahí grita "coreano" en su esplendor, desde el tatami, la mesita del centro, los cojines simples y la vajilla tradicional. Sin embargo, si le permiten opinar, todo es delicado y bonito. No hay sillones altos como los de su hogar, o aquellos curvos donde su madre suele recostarse para leer sus historias, todos son de piso y un respaldar simple de color crema.

Algo que también llama su atención es lo siguiente. Nadie parece usar esos sillones, los ignoran como si no existieran y prefieren sentarse directamente en el piso frente a la mesita del salón. Desgraciadamente él no sabía eso, por eso, cuando se sentó en el silloncito, todos voltearon a verlo como. ¿Qué te sucede? Vaya error de su parte.

Jimin palmea su lado, junto al tapete que protege el tatami, y le deja un cojín para que tome asiento junto a los demás. 

- Si tienen lugares donde sentarse... ¿Por qué no los usan? - Pregunta despacio, pues si habla demasiado rápido revolverá las palabras y nadie podrá entenderle. Jimin mira los muebles alrededor de su casa, notando que algunos incluso están nuevos pues nunca los han usado.

- Supongo que nos gusta mantener los pies sobre la tierra.

- ¿Eh? - Jungkook parece mantener una risita confidente, precisamente por lo tierno de las expresiones de Taehyung.

La conversación termina ahí, cuando una de las cocineras de la casa Min hace acto de presencia con platillos que en su vida había visto. Colores vibrantes y vajillas tradicionales, todo se ve tan colorido y huele exquisito, pero repentinamente le da algo de miedo y curiosidad mezclado. ¿Y si no le gusta? No termina de acostumbrarse a los sabores fuertes de la comida, el olor y la textura, en su hogar cualquier alimento era simple, de sabor exquisito y los postres dulces. Aquí todo parece tan lejano, como si no perteneciera al lugar. Otra de las cosas que lo estresan, por muy simples que sean, son los palillos, por más que haya practicado, y Jungkook haya tenido la paciencia de explicarle, no los domina a la perfección y siempre termina con la ropa manchada y la comida en el suelo, como un niño pequeño. Todos toman un platito vació del centro, y en vez de cada quién servirse su plato y comer en silencio, comparten y toman pequeñas porciones de todo con su envidiable manejo de los palillos. Va a mentir diciendo que no tiene hambre para ahorrarse la vergüenza, pero nuevamente una empleada de la cocina se acerca a su lado, entregándole un par de cubierto que sí conoce, envueltos en una servilleta de tela. Es una cuchara y un tenedor de madera tallada a mano.

- Yo los hice. - Confiesa Yoongi antes de haberle preguntado, señalando los cubiertos de madera. - Leí sobre los cubiertos ingleses en un libro de historia, así que me ganó la curiosidad y tallé unos en madera. Nunca los he usado, pero son funcionales te lo prometo. 

Efectivamente, son funcionales, por fin a podido tomar algo de comida sin que termine en el suelo. Agradece con una sonrisa, y siguiendo el ejemplo de su compañía, toma pequeñas porciones para llevárselas a la boca. Nuevamente los sabores fuertes predominan en la comida, pero empieza a encontrarle el gusto a esto, y prueba otra cosa diferente que llama su atención.

Tanto Jungkook, Jimin y Yoongi lo están mirando, y no se da cuenta de la sonrisa cómplice de todos ellos.

- ¿Te gustó? Es una cena tradicional coreana. Yoongi ordenó que la prepararan exclusivamente para hoy. - Jimin tiene una sonrisa tan pura, piensa Taehyung, y asiente en respuesta a su pregunta mientras bebe agua para aclararse la garganta.

- Es diferente, pero sabe bien. - Confiesa apenado, probando el arroz mezclado con verduras.

- Quiero saber algo Jungkook. - La conversación toma otro rumbo, y ahora el matrimonio Min miran al Alfa con una sonrisa macabra. - ¿Qué tal tus aventuras en el extranjero? Veo que te divertiste, incluso trajiste compañía. - Jungkook escupe por el asombro su comida, y tose como desquiciado cuando descubre el doble sentido de aquellas palabras por parte de sus amigos. Ahora entiende porqué terminaron juntos esos dos, están igual de locos que por separado.

- ¡Nada de lo que su sucia mente está pensando sucedió! - Se defiende a gritos, nuevamente en una velocidad que Taehyung no puede entender.

- ¿Estás seguro? Porque Taehyung es un omega muy bonito, míralo. - Jimin toma su rostro, moviéndolo despacio para que aprecie sus facciones marcadas, y Taehyung se siente perdido, están hablando en un dialecto que desgraciadamente no conoce.

- ¡Ya! Ustedes siempre me hacen lo mismo. Perdón Taehyung, no les hagas caso. - Parece ser que nadie se da cuenta que el omega sobre el que hablan no está entendiendo nada de la conversación. Jimin suelta su rostro, y suspira rendido, al parecer las provocaciones ya no hacen efecto en este Jungkook más maduro.

- Nos preocupa que a estas alturas no hayas emparejado con nadie. Sí, todavía eres joven y ambicioso, pero no puedes estar toda la vida en soledad.

- ¿Qué tiene de malo estar solo? Me gusta.

- Te gusta ahora, pero en unos años más vas a entender de lo que hablamos.

Taehyung apenas y entendió la palabra soledad de toda la conversación, pero no va a meterse en asuntos que no son de su incumbencia, por eso sigue probando de todo un poco sin percatarse que algunos platillos tienen más picante de lo que está acostumbrado. Cuando comienza a toser como si su vida dependiera de eso, y a escupir la comida en una servilleta, todos voltean a verlo preocupado. Jungkook se a levantado de su lugar, acercándose para darle un vaso de agua y palmear su espalda. Tanto Yoongi como Jimin se detienen mutuamente, sonriendo cuando notan las atenciones que su amigo tiene con el omega "nada que ver".

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