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Llaves.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.

Advertencia: Fluff.


Llaves

Se detuvo, una mata color verde emergió de súbito en su campo visión, distrayendolo, atrayendolo lo suficiente para desviarse de su camino principal, como nubes caminando hacia el sol. Todoroki estrechó mejor los ojos hacia el cuerpo doblado en la esquina, echo un ovillo refugiándose de poderosos rayos solares que hasta él le molestaron. Estaba algo lejos y quizá difuso para poder identificar a simple vist, pero para alguien tan entrañable como lo era Midoriya para él,ese abstracto cuerpo no tardó en tomar la forma de su compañero a medida que sus pasos se acercaban. Dio un parpadeo, sin estar seguro si era producto del asfixiante calor de verano o su mente que añoraba su presencia, lo que sea, a Todoroki le costó acostumbrarse a la idea de que Midoriya estaba enfrente él, con la puerta cerrada y la espalda adherida a la madera.

—¿Midoriya? —cuestionó sólo para asegurarse que en definitiva el calor de verano no le hubiese dado una mala jugarreta. Éste por su parte dio un respingo al ser llamado, pero le sonriò de la forma tan asidua que a Shouto le gustaba.

Ese era el Midoriya que le gustaba.

Reconfortante.

—¡Todoroki-kun! —exclamo, apegando una mano a su pecho para asegurarse que las vibraciones en su cuerpo eran producto del gusto repentino, inhaló aire. Midoriya confabuló que los dioses estaban planeando asesinarlo de la angustia o algún sentimiento parecido.

Shouto tardó en deducir el tono de voz, casi juraba que Midoriya lo uó como si estuviera viendo un fantasma, lo cuál, le sorprendió bastante al chico de hielo si se supone que desde días antes habían acordado verse hoy para entregarse sus objetos pendientes. El susodicho dio un escaneo rápido al pecoso, luego a la enorme puerta cerrada tras de él.

—¿Por qué no entras Midoriya?

No hubo en respuesta, solo la sonrisa de Midoriya que se ensanchó más.

—¿Qué haces aquì?

—Vine a dejarte el cuaderno que tú me prestaste.

Aclaró ahora si, dudando un poco más de él de no recordar algo de la platica de ayer, de su bolso sacó el cuaderno malbaratado y viejo de Midoriya. Se lo extendió, siendo recibidos de igual modo por el pupilo de All Might que relantizaba paso a paso sus movimientos hasta dejarla por el suelo a su lado, luego Izuku se quedó ahí, apegando sus piernas a su pecho y ofreciéndole otra sonrisa.

Todoroki, lo imito a él, con la diferencia que en vez de sonrisas amigables también se quedó frente a él y su expresión tranquila, solo observándole. Mientras uno esperaba, el otro deducía, el ambiente entre ellos era pacifico, tanto que hasta Midoriya se sintió incómodo de interrumpirlo con su ronca voz, sonando esta como una taza que rebotaba con angustia sobre el suelo.

—¿Sucede algo Todoroki-kun?

Al segundo Todoroki no le respondió, Midoriya sólo sentía la fría mirada sobre él, esculcándole con paciencia hasta que después la boca del chico bicolor se abriò con parsimonia, mencionando su veredicto

—¿Olvidaste tus llaves?

El segundo respingo del pecoso le dio a Todoroki todo los fundamentos que ocupaba para dar veracidad a su suposición, aún así, Midoriya se empeñó en negarlo al estirar sus manos y agitarlas en un gesto alterado.

—¡No! ...Bueno...—Midoriya desvió el rostro al cuaderno desgastado, rindiéndose ante la idea de mentirle cuándo Todoroki no daba indicios de querer creerle —, quizá...cuándo salí me olvidé de las llaves ...y al cerrar no tuve en cuenta ese pequeño e insignificante detalle...—Culminó, de sus labios brotando una risa pequeña —Grata sorpresa, ¿no?

Confesó, queriendo refugiarse en sus propios brazos como ya era costumbre suya cuando estaba apenado. Al contrario de una burla que él se esperaba, Todoroki sólo encogió de hombros, compartiendo su desdicha.

—Vaya que no es grata.

—Si...

A Todoroki le pareció irónico la premisa de que Midoriya siendo tan observador con aspectos fundamentales como en las batallas o estrategias, fuera despistado para otros asuntos como olvidar las llaves dentro de la casa.

—¿Te gustaría que te acompañara?

—¿Eh?

—Hace calor, y creo que los malos ratos se deben pasar en compañía con alguien —alegó, Todoroki hizo una pausa, antes de aclarar —Claro, si yo lo soy para ti, Midoriya.

—¡Por supuesto que lo eres! —mencionó de inmediato, Midoriya palpó a su lado, invitándole de forma a sencilla a que pasara el rato con él. Todoroki accedió, sentándose con él.

Midoriya sonriò de forma inevitable, sintiendo ligeras explosiones como las de Kacchan bombardear hacia él. Hace poco rato estaba añorando su presencia, pensando que pasar el tiempo con Todoroki y ahora, estaba a su lado. En silencio, pero dispuesto a escuchar sus tragedias del día de hoy. Era como si Todoroki siempre supiera la forma de estar para él, por màs insignificante fuera el asunto, sonrió por la idea.

Era una idea única que ambos compartían. Porqué a pesar de que Todoroki no lo dijera o lo pensará tan seguido, sabía que él pensaba que esto era reciproco.

Buenos o malos, pequeños o grandes; estarían para algo tan pequeño como compartir tiempo juntos o tan grande para una pelea vital.

Estuvieron platicando por una hora, zambullidos en su propia conversación y dispuestos a no romper su bella burbuja. Claro, hasta que la progenitora de Izuku llegó, agitando las bolsas y sorprendida de ver a su hijo en los límites de su hogar. Todoroki cortés, se levantó y le ofreció su ayuda con las bolsas de despensas.

Su madre le agredeció, invitándole a cenar lo cuál Todoroki no negó.

Midoriya sonrió, imitando su acción para también auxiliarle, aunque él no se acordaba que debajo del tapete había un repuesto de la llave para este tipo de ocasiones.

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