Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15🏅

Sander ya estaba de un mejor humor después del susto inicial en ese estúpido ejercicio, los niños estaban durmiendo cuando llegó, así que ni siquiera pudo hablarles, sólo les dio un beso en la frente y se fue a dormir luego de tomar un baño.

Ahora que podía reflexionar sobre lo que había pasado podía darse cuenta de que quizás se había pasado con su equipo.

No, tuvo razón al enojarse.

Había perdido a cuatro de ellos aunque las circunstancias fueron un poco extrañas, era cierto que en la vida real no serían hostiles con rehenes.

Si hubiese sido el Comandante del otro equipo aún tendría problemas para respirar.

—Papá —gritó Cloe abriendo la puerta y luego corriendo hacia la cama. Sander se carcajeó cuando le cayó encima.

—¿Qué haces despierta tan temprano? ¿Irás al Campamento? —preguntó sentándose y llenándola de besos, Cloe comenzó a reírse.

—No, me quedo contigo.

—Papá... —Morgan lo miró desde la puerta, Sander extendió una mano para él.

—Ven aquí —Morgan correteó hacia la cama y subió, Sander también lo llenó de besos—. ¿Se portaron bien con los abuelos?

—Sí, siempre —respondió Morgan con una sonrisa.

—Mmm… ¿Me extrañaron?

—Mucho, ¿cuándo te vas de nuevo? —preguntó Cloe aferrándose a él.

—No lo sé, linda, pero no pienses en eso, ahora estoy aquí.

—¿Qué hay del gato que me prometiste? —preguntó Morgan mirándolo con ojos de cachorro.

—Cierto, el gato, ¿les parece si vamos hoy y adoptamos uno?

—Sí —murmuró con emoción, su hija sonrió.

—No me importaría ir.

—Pero tienes que cuidarlo, no puedes dejárselo a tus abuelos —le dijo a Morgan, el niño hizo un puchero.

—Puedo cuidarlo, ya no soy pequeño.

—Vale, una queja de tus abuelos y…

—Lo cuidaré yo —sentenció bajando de la cama.

—Entonces dejen que me bañe y vista, luego me encargaré de ustedes, ¿Si?

Ambos niños salieron corriendo como mismo habían entrado, Sander se carcajeó.

Luego de un baño rápido se puso un jean presentable junto a una camisa gris, se dirigió a la habitación de los niños, pero no estaban ahí, así que bajó.

—Cloe, Morgan —ambos niños gritaron desde la cocina.

—Aquí —Sander se dirigió allí y los vio vestidos y desayunando, le dio un beso a su madre y saludó a David con unos buenos días.

—¿Por qué no me esperaron para vestirlos?

—Morgan quería irse pronto —dijo Cloe llevándose una cucharada de su cereal a la boca.

—Al menos trae un gato bonito —Betty le advirtió colocando el desayuno frente a él.

—Claro, vamos a verlo todos los días, ustedes más que yo —murmuró comenzando a comer.

Una vez desayunados, Sander subió a los niños al coche y les colocó los cinturones, condujo hasta el lugar de adopción más cerca y se estacionó. Morgan estaba intrigado con todos los animales que vio, incluso Cloe estuvo interesada una vez entró.

—Hay muchos —dijo viendo a un perro amarillo acercarse en su jaula, Cloe le acarició el hocico.

—Vamos a buscar a un gato —dijo Morgan tratando de caminar más lejos. Sander los agarró a ambos.

—Primero lo primero —Sander se detuvo frente a la recepción, una chica les sonrió acomodándose los anteojos.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarlos?

—Sí, hola, queremos adoptar un gato —la chica se puso de pie y los dirigió por un estrecho pasillo

—Síganme, ¿pequeño, mediano o ya quieren uno grande?

—¿Mediano? —preguntó Sander sin tener la más mínima idea.

—Sí, por aquí —la muchacha se detuvo frente a una jaula y sacó al que llamó un gato mediano de color blanco y sonrió—. Este es muy dócil, lo encontramos abandonado hace tres días.

—¿Puedo tocarlo? —preguntó Morgan mirando al animal con curiosidad.

—Claro —Morgan lo acarició por unos minutos con Cloe, se veía bastante feliz con el animal hasta que comenzaron los estornudos.

—¿Uh? —murmuró mirándolo, Sander tragó y le entregó el gato a la chica, estaba asustado por los ojos rojos lagrimeando y la nariz roja de Morgan, él lo cargó—. Me pican los ojos —lloriqueó tratando de frotarse los ojos.

Sander evitó que se rascara, no tenía idea de que hacer, ni siquiera sabía que Morgan fuese alérgico.

—No te lleves las manos a los ojos, ¿hay algún lugar donde lavarlo? —le preguntó a la chica.

—Sí, por aquí —ella caminó apresuradamente hacia el lugar.

—Cloe, ven con nosotros —ella obedeció, Morgan lloriqueó.

—Papá…

—No llores, no pasa nada, es sólo alergia, ¿vale? —murmuró.

—Ujum.

Sander se detuvo frente a lo que parecía un gran fregadero para los animales, abrió el grifo y le enjuagó la cara junto con las manos a Morgan, el niño sorbió.

—¿Mejor?

—Un poco —Sander lo bajó y secó con un pañuelo, Morgan miró al gato en las manos de la chica—, ¿puedo cargarlo de nuevo ahora?

—No, eres alérgico a los gatos, no podemos llevarlo con nosotros —Morgan parecía a punto de llorar otra vez, Cloe señaló al perro amarillo que parecía lloriquearle.

Justo a tiempo.

—¿Qué hay de un perro?

—Podemos intentarlo con un cachorro, ¿qué te parece, Morgan? —Morgan miró al perro y asintió.

—Sí.

—Lo siento —dijo Sander dirigiéndose a la chica, ella sonrió.

—No hay problema, llevaré al gato a su jaula y les enseñaré el cachorro —Sander asintió y la vio irse, Cloe acarició al cachorro por las rendijas de la jaula mientras regresaba.

—A ver, vamos a sacarlo —ella abrió la jaula y agarró al pequeño perro, Morgan lo tomó y acarició, su hermana también lo hizo, esta vez sin alergia.

—Creo que los perros están bien, ¿podemos adoptar a este?

—Claro, llevamos esperando dueño para este cachorro desde hace un buen tiempo ya —dijo la chica caminando hacia el escritorio, luego se sentó y buscó algunos papeles.

—No es violento, ¿cierto?

—No, en absoluto, sólo que no quería relacionarse con nadie, suele ignorar a todos, es una sorpresa que le gustaran los niños —dijo rellenando los papeles, Sander miró hacia sus hijos que ahora se reían con el cachorro en el suelo.

—Bueno, parece que tuvimos suerte —murmuró.

La muchacha deslizó los papeles hacia él.

—Aquí tiene los papeles, pueden quedarse con la jaula. 

—Gracias —Sander firmó, ahora tenía otro hijo, luego los dejó frente a ellas—. Listo, ¿hay alguna tienda cerca para comprar lo que le hace falta?

—Sí, justo al lado, gracias por adoptar.

—Gracias a ti, eres muy amable.

Luego de comprar lo necesario y visitar una clínica, Sander regresó a casa con un nuevo integrante y medicina para Morgan por al menos siete días, aún tenía los ojos rojos.

Los niños estaban felices a pesar de que se pasó todo el camino explicándoles que tendrían que alimentarlo, ponerle agua y todo lo demás.

—¿No iban a traer un gato? —preguntó Betty en cuanto miró al cachorro en las manos de Morgan.

—Morgan es alérgico a los gatos — replicó, Betty miró hacia el niño comprobando la nariz y ojos rojos, luego miró cachorro nuevamente.

—Bueno, el cachorro es lindo.

—Sí, ¿podemos jugar con él? —preguntó Cloe con emoción a pesar de no querer mascotas según ella.

—Claeo, aquí tienen, vayan al patio y no se acerquen a la piscina —dijo entregándoles la correa, muñecos y algunas pelotas—. Tengan cuidado, puede perderse.

—Sí —gritaron corriendo al interior.

—No te preocupes, tu padre está ahí arreglando no sé ni qué —asintió—. Sander, ¿qué pasa?

Betty le tocó la mejilla.

—Nada.

—¿Nada? —Sander mordió su labio inferior.

—Ayer nos fue mal y me asusté cuando vi a Morgan llorando por su alergia.

—¿Qué necesitas?

—Yo… —Sander sintió su voz quebrarse, algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas.

Bueno, mierda, ¿y esto? Estaba llorando, hacía años que no lloraba, ni siquiera en el funeral.

—Ven aquí —dijo su madre envolviéndolo en un abrazo, Sander la abrazó con fuerza.

—¿Desde cuándo me pongo a llorar como un tonto? —preguntó una vez se sintió más calmado, Sander se secó las mejillas, estaba completamente avergonzado.

—Estás bien, fue demasiado estrés y tuviste una crisis de ansiedad.

Sander suspiró.

—Mierda, estoy poniéndome viejo para esto.

—Te prepararé un té y te sentirás mejor, ¿si?

—Gracias —Betty sonrió.

—Ve a jugar con los niños.

Sander tomó su té, jugó con los niños, los bañó y luego de comer se pusieron a ver películas animadas, ambos se quedaron a la mitad, así que subió primero a Morgan y luego a Cloe, sus padres ya estaban dormidos.

Dejó una nota en su armario, sólo por si acaso y condujo a casa de Kaleb, los chicos estuvieron toda la tarde y algo de la noche enviándole fotos  y preguntando cuando vendría.

Sander torció los ojos, a veces eran más niños que sus propios hijos y tocó una vez frente a la puerta.

—Esto es terrible —dijo Kaleb en cuanto abrió la puerta—. Ni siquiera los quería aquí.

Sander se echó a reír mientras entraba, el lugar de Kaleb era pequeño y tenerlos a todos lo hacía sentir asfixiante, Oskar lo miró desde el sofá.

—Sander, ¿Ya habías visto la casa de muñecas de Kaleb? —Kaleb suspiró, evidentemente había soportado estas bromas toda la noche.

—Algo como eso.

—En realidad ni siquiera tenía que decirnos que era gay, enseñarnos la casa hubiese sido más rápido —dijo señalando un lugar a su lado, Sander se sentó mientras se reía.

—Ajá. Aun no sé porqué tuve que recibirlos aquí.

—Ya te tocaba y no ver este lugar habría sido un desperdicio —dijo intentando tomar de su trago, Oskar maldijo cuando la cerveza le cayó encima, Sander también había cogido un poco de eso.

Joder. Estaba completamente borracho.

—¿Quién va a llevarlo a casa?

—Yo, Marcy me lo encargó —dijo Paul, Sander levantó una ceja.

—¿Tú también bebiste?

—Sólo refresco —Kaleb se puso de pie diciendo que buscaría algo para limpiar y Oskar se quejó de estar pegajoso por lo que se quitó la camisa.

—Kaleb, ¿Estoy tan bueno que te subí la presión?

—¿Eh? —Sander miró hacia él viendo el problema, Kaleb tenía otra vez una hemorragia nasal.

—Aquí tienes —dijo dándole su pañuelo e indicándole la nariz, Kaleb cogió la tela y presionó, sin embargo, la mirada fulminante hacia Oskar llegó de todas formas.

—Idiota, no me subes la presión ni haciéndote nuevo —replicó—. Marcy tiene malos gustos.

Oskar se echó a reír.

—Dile eso a ella cuando la veas.

—Creo que deberíamos irnos —dijo Paul agarrando a Oskar, Kaleb cogió una chaqueta del respaldo y se la lanzó.

—Cubre a ese imbécil antes de que salga así a la calle.

—Gracias, cariño —respondió Oskar tirándole un beso.

—Por Dios, váyanse.

—Pero Sander acaba de llegar.

—Tendrá que ser para la próxima —Sander caminó a la cocina—. Nos vemos mañana —gritó desde ahí.

Luego de varios intentos fallidos de quitarse la cerveza de encima regresó a la sala con Kaleb, el pañuelo estaba sobre la mesa y Kaleb hizo una mueca.

—¿Ya se fueron todos?

—Sí —Sander lo besó suavemente y se separó mordiendo su labio inferior.

—¿Ya estás mejor?

—Al menos dejó de sangrar.

—Entonces me daré un baño.

—¿Un baño?

—Sí, ahora soy pura cerveza, será rápido, ¿sí?

—Puedes hacer lo que quieras —murmuró Kaleb mirándolo.

Sander caminó al baño, dejó toda su ropa a un lado y se metió bajo la ducha, el agua caliente relajó sus músculos y quitó todo el olor de la cerveza.

Se restregó con la esponja y vio el gel, quizás debería prepararse un poco para acelerar las cosas, lo que más quería era que Kaleb lo follara, y prepararlo demoraría demasiado.

Sin pensarlo demasiado agarró el gel y lo dejó caer en su mano, mordió su labio inferior y llevó los dedos hacia su trasero, sólo un poco y listo. Sander deslizó uno suavemente siseando por la quemadura inicial y lo movió ligeramente tratando de adaptarse.

Dios santo, ahora estaba completamente excitado y avergonzado a partes iguales. Deslizó un segundo y frotó, sus dedos tocaron el lugar correcto haciéndolo gemir, Sander dejó su brazo en los azulejos y apoyó la cabeza, su pene estaba duro y goteando.

Mordió su labio inferior y abrió los dedos extendiéndose mientras apretaba la mandíbula.

—¿Empezaste sin mi? —Sander abrió los ojos y sacó sus dedos, Kaleb estaba recostado al lavamanos mirándolo con los brazos cruzados.

Bueno, joder, ahora sí que podría morir de la vergüenza, pero no iba a demostrarlo.

—¿Qué haces aquí?

—Demorabas demasiado.

Sander mordió su labio inferior, cerró la ducha y cogió una toalla nueva, Kaleb ni siquiera pestañeó mientras se secaba y por último la colocaba en su cintura.

—Lo siento.

—¿Qué sientes exactamente? ¿Demorarte o masturbarte? —Sander lo miró.

—No me masturbaba, no utilizo los dedos cuando… —Kaleb arqueó una ceja—. Olvídalo.

—¿Entonces?

—Sólo quería pasar de los juegos previos —Kaleb lo miró de arriba abajo.

—Mmm… me siento ofendido y alagado a partes iguales.

—¿Estás enojado?

—Un poco, a mi cama, ahora —ordenó.

Sander suspiró, lo que menos quería era enojar a Kaleb, se suponía que disfrutarían de la noche teniendo un sexo fantástico, pero mientras estuviese con esa irritabilidad sería difícil.

—¿Y ahora qué? —preguntó apenas entró, Kaleb estaba apoyado en la cabecera de la cama.

—No seas arrogante mientras estoy enojado.

—¿Por qué estás enojado exactamente?

—A la cama —Sander suspiró y se acostó bocarriba. Kaleb se detuvo a su lado esta vez, se quitó la camisa dejándola caer en el suelo y le quitó la toalla dejándolo completamente desnudo.

—No, bocabajo, coloca una almohada bajo tu cadera y apoya los antebrazos.

—¿Qué? No me…

—¿Por qué estás tan escéptico? —preguntó agarrándole el mentón—. ¿Crees que no puedo hacer que te guste morder almohadas?

—Deja de bromear —Kaleb le acarició el labio inferior con su dedo pulgar.

—No te haré nada malo, Sander, confía en mí. Lo que menos quiero es hacerte daño —Sander negó.

—Eso no es lo que me preocupa.

Kaleb dejó un beso sobre sus labios, sólo uno pequeño.

—Vamos, bocabajo, te prometo que será jodidamente placentero y me pedirás más.

—Esto no fue lo que dijiste ayer.

—Recuerdo lo que dije, para el final estarás sobre mí. 

—Bien, lo que digas —murmuró.

Sander enrojeció mientras obedecía, joder, por lo general no se ruborizaba con nada que tuviese que ver con sexo, pero ahora se sentía demasiado expuesto, mucho más que en ese baño con Kaleb mirándolo.

El cinturón de Kaleb resonó en el suelo, eso le dio las pistas suficientes para saber que ya no tenía nada de ropa.

Kaleb subió a la cama dejando sus piernas una a cada lado de las suyas. Sander respiró lentamente e intentó calmarse, sintió la caricia en la parte posterior de los muslos y lo puso increíblemente nervioso.

—Joder, esto es muy embarazoso —se quejó.

—¿Mmm…por qué? Te ves fantástico —Kaleb acarició una de sus nalgas, Sander gimió—. ¿Qué estabas pensando mientras estabas en el baño con tus dedos dentro?

—Carajo, no me recuerdes eso.

—Dime, Sander, ¿qué querías exactamente?

—Tenerte dentro de mí —dijo contra la sábana.

—¿Si? —preguntó agarrándole el trasero, Sander enrojeció aún más sólo escuchando el latido de su corazón.

—Sí —Kaleb acercó su pulgar y acarició alrededor del anillo de nervios—. ¿Qué estás…? Ah…

Sander gimió cuando Kaleb mordió una de sus nalgas.

—Joder, nada de marcas extrañas, Kaleb.

—¿Aún puedes pensar lo suficiente como para darme órdenes? —lamió la mordida, la voz gruesa recorriendo su piel y su mano en el otro lado estaba caliente haciendo que cada parte ardiera.

Su espalda hormigueó mientras su pene se erguía aún más, Kaleb lamió donde antes su pulgar estuvo jugueteando. Sander dejó escapar un sonido y agarró la sábana con fuerza.

—Te ves tan bien ahora mismo —dijo de pronto, Sander respiró de forma torpe—. Completamente ansioso por mi lengua.

—Kaleb…

—¿Mmm…? ¿Quieres más? —preguntó acariciando con el pulgar nuevamente.

Sander frunció el ceño, estaba jugando con él, Kaleb quería que cediera a él, que le dejara el control de todo.

Por suerte no tenía problema con eso.

—Quiero más —admitió mirándolo de reojo, Kaleb sonrió con complacencia y bajó otra vez, Sander apretó los puños con fuerza cuando la lengua se hundió en los pliegues—. Maldición, Kaleb.

Su amante gruñó y empujó la lengua hacia adentro durante mucho tiempo, el hormigueo se extendió y Sander pudo sentir el placer bajo su vientre.

El calor en su rostro aumentó, la lengua revoloteó alrededor y en el interior moviéndose hacia adentro y hacia afuera, mientras se contraía. Kaleb se alejó de nuevo y deslizó un dedo resbaloso en su interior.

—¿Quieres correrte con mi lengua o cuando estés montándome?

—Montándote —Kaleb se echó a reír y colocó otro dedo, Sander cerró los ojos y frotó las mejillas en la sábana.

Kaleb lo estaba llevando al borde una y otra vez, pero no hasta el final, él lo azotó una vez terminó de prepararlo.

—Levanta, te toca trabajar —Sander se giró y lo fulminó con la mirada, Kaleb sonrió—. ¿Qué, no te gustó el azote?

—Pues no —replicó mientras lo veía acostarse.

Sander tomó el frasco de lubricante y dejó caer un poco en su mano, Kaleb jadeó cuando lo acarició con su mano resbalosa.

—Mmm… vamos, Sander, móntame —Kaleb tenía las pupilas totalmente dilatadas.

Sander se colocó a horcajadas, el pene resbaladizo quedó pensionándose contra su trasero, apoyó una mano en el pecho de Kaleb y subió, con la mano contraria dirigió la erección de su amante y comenzó a descender.

Él mordió su labio inferior y Kaleb cerró los ojos mientras lo deslizaba lentamente, suspiró cuando llegó al final. Kaleb abrió los ojos de nuevo y colocó las manos a ambos lados de su cadera.

—Joder, Sander —gruñó Kaleb apretando su agarre.

—En eso estamos, Kaleb.

Sander bajó y lo besó profundamente, su lengua se deslizó hasta el final y se enredó con la contraria. Kaleb se veía totalmente fascinado y era una imagen exquisita.   

Mordió el labio inferior y subió, luego bajó de nuevo haciéndolos suspirar. Kaleb murmuró alguna grosería mientras se apoyaba en su pecho y se movía, esta vez, con más confianza.

La fricción resbaladiza aumentó la sensación de placer, el placer se extendió sin control, Kaleb deslizó las manos por su pecho y pellizcó los pezones haciéndolo gemir.

Sander bajó y subió de nuevo, la mano de Kaleb bajó por sus abdominales y se detuvo en su pene que buscaba algo de estimulación, acarició con firmeza hasta rodear la punta con el pulgar.

—Te ves increíble desde aquí —Sander le arañó el pecho y siguió moviéndose—. Mmm… jodidamente sexy —replicó agarrando su cadera con fuerza y moviéndose esta vez.

Sander mordió su labio inferior de la impresión, Kaleb levantó la mano que estaba acariciándolo y abrió su boca, el dedo pulgar manchado con su propio pre-semen se metió en el interior y presionó la lengua.

—No muerdas —Sander deslizó la lengua por su dedo y chupó, los ojos de Kaleb se oscurecieron aún más mientras seguía empujando contra él.

Su visión se nubló de repente, sintió un placer mucho más intenso y todo su cuerpo se estremeció. El pene grueso y duro empujó profundamente en su interior incrustándose en el lugar indicado.

Su corazón se aceleró y murmuró una palabrota, la cama crujió al mismo ritmo de las embestidas, Kaleb volvió a acariciarlo.

—Eres una obra de arte —replicó, Sander jadeó y siguió moviéndose buscando su placer.

Kaleb apretó la mano en su cintura y murmuró algo, Sander bajó para besarlo y sintió la tensión en el cuerpo de su amante, el placer se extendió por su vientre y fue acumulándose.

Sander gimió corriéndose de una vez, Kaleb lo besó de nuevo y con una última embestida se corrió en su interior.

Sander se apoyó en su pecho y tomó un poco de aire.

—¿Ya no estás enojado? —preguntó levantándose y haciendo una mueca por su sensible parte inferior, Kaleb lo miró.

—No lo estaba, verte estirándote fue… Wow… no podría describirlo con palabras —Sander torció los ojos mientras cogía su toalla y se cubría.

—Eres un pervertido.

—Sí, este pervertido se bañará contigo —dejó caer poniéndose de pie, Sander arqueó una ceja, tendría que limpiarse y… no, simplemente no.

—¿Estás loco? No.

—Quiero verte con tus dedos otra vez en… — Kaleb bajó la mirada, Sander colocó las manos en su boca evitando que continuara.

—Calla.

—Mmm… eso fue sexy —ronroneó mirándolo de esa forma que le decía que quería sexo.

—¿Sexy? Estás loco, acabas de tener sexo.

—Podemos repetir en el baño — dijo acariciándole el pecho, Sander apretó los labios.

—No.

—No estás tan en contra de la idea —dijo mirando hacia abajo, él también se había excitado otra vez.

—Bien, vale.

—¿Es en serio?

—Sí, no estoy tan viejo como para no aguantar una segunda ronda —Kaleb le mordisqueó el cuello.

—¿Viejo? Tienes más energía que yo y eso me encanta.

—Al baño, ahora —Kaleb caminó hacia el baño pavoneándose sin problema alguno.

Sander se echó a reír viéndolo, le encantaba este chico, le gustaba Kaleb en todos los aspectos posibles, en cada uno de los que había conocido hasta ahora.
Sander gimió.

¿Gustaba?

Bueno, sí, como amante era increíble.

Sander mordió su labio inferior, sólo podía gustarle como amante, no podía complicar las cosas enamorándose del cachorro.

Ay, mierda.

Que puto drama.

Estaba jodido literal y figuradamente gracias a Kaleb.

******

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro