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13🏅

Sander y el equipo ya estaban a más de mil pies de altura en el transporte aéreo, luego de cambiarse la orden fue subir al avión y ni siquiera habían recibido instrucciones, el superior estaría dando su explicación en cualquier momento.

Sander hizo una señal cuando el Superior entró desde la cabina de los pilotos, ellos se colocaron en fila luego de saludar, el hombre asintió.

—Sé que no tuvieron una explicación, pero no se preocupen, es un ejercicio de rutina que han hecho muchas veces, cerca del punto harán un salto y luego se concentrarán en la base, ¿entendido?  

—Sí, Señor.

—Además, hoy estarán haciendo el ejercicio en conjunto con la Unidad Eco —informó, Sander no tenía problemas con eso y pensó que era así para todos hasta que Kaleb habló.

—Lo siento, señor, ¿con la unidad Eco?

Puto infierno, Kaleb se enfrentaría directamente a su puto trauma.

—Sí, su antiguo equipo Sullivan, ¿algún problema?

Sander tragó, estaban llevando bastante en serio la evaluación para Kaleb, enfrentarse a los mismos que lo dejaron varado en el medio de la selva para recibir tortura terminaría mal, terriblemente mal para el estado mental de Kaleb o para los chicos del otro equipo.

—No, Señor —respondió luego de un minuto, el Oficial Superior asintió.

—Bien, debo señalar que se te estará mirando muy de cerca —dijo hacia él, luego miró a cada uno—. Se harán prácticas individuales y finalmente en equipo, considérenlo una competición y hagan lo mejor.

—Sí, Señor.

El Oficial Superior lo miró.

—Le dejo hacerse cargo de la situación, Comandante —Sander suspiró y se colocó frente a ellos, lo del antiguo equipo de Kaleb fue algo bastante inesperado.

—Como ya escucharon estaremos compitiendo con otro equipo, no confraternicen más de lo debido —advirtió, Sander miró a Kaleb, en estas condiciones lo mejor era decirles la situación, al menos un poco de ella—. ¿Kaleb, quieres agregar algo?

—No —dijo de forma terca, Sander asintió, no podía obligarlo a esto.

—Bueno, descansen hasta que sea la hora —ellos rompieron la formación y se retiraron a sus esquinas. Sander vio a Kelly caminar hacia él perdiéndose a los demás.

—Sander.

—¿Qué pasa?

—Kaleb, eso pasa, lo vi tornarse más blanco que un maldito papel cuando mencionaron al equipo Eco, todavía tiembla como una hoja —dijo mirando hacia allí, Sander también lo vio, Kaleb estaba haciendo ejercicios de respiración, se veía a punto de perder la calma.

Suspiró.

—No terminó bien con su equipo, desgraciadamente no quiso explicarlo antes, por lo que no puedo decir nada, tendrán que llevarse la sorpresa ahí —Kelly hizo una mueca.

—¿Crees que pasará algo?

—No lo creo, estoy seguro, no se irán sin pelear y necesito que cuando pase ni siquiera pestañeen —dijo señalándolo, Kelly arqueó una ceja.

—Acabas de poner una presión increíble sobre mí.

—No te presiones, los conozco y sé que no habrá ningún problema, ¿vale?

Kelly asintió.

—Sí, habla con el chico o podría tirarse del maldito avión sin un paracaídas.

—Sí, no te preocupes.

Sander caminó hacia Kaleb y se sentó justo a su lado, él estaba jugueteando con una de las mangas de su uniforme, lo arrugó con fuerza antes de mirarlo.

—¿Deberías estar aquí? —preguntó mirando alrededor, Sander torció los ojos, no era como si estuviese agarrando su mano o besándolo.

—Sí, no seas paranoico, por lo general hablo con cada uno antes de salir al campo, los verifico —especificó, Kaleb apretó la mandíbula y lo miró con insistencia.

—¿Estás verificándome?

—Sí, debiste tomar esa oportunidad que te di antes para hablar —las cejas de Kaleb se arquearon.

—¿Me estás regañando?

—Sabes que esto no va a terminar como un simple ejercicio, van a saberlo a las malas —Kaleb se encogió de hombros.

—Bueno, esperemos que no me disparen, es una suerte que la munición esta vez no sea real —murmuró, Sander lo agarró del frente de su uniforme y jaló, Kaleb lo fulminó con la mirada.

—Detente ahora —Kaleb no dijo nada o hizo un gesto para alejarse, Sander lo empujó—. Y no vuelvas a dudar de mi equipo, de tu equipo, Kaleb —especificó.

—Ya veremos si al final del jodido ejercicio lo siguen siendo —Sander torció los ojos y se puso de pie.

—Bien, no es tu día, lo tengo, pero esa actitud acabará contigo ahí afuera.

—Estaré bien —replicó.

—Eso espero, sólo concéntrate y no pienses cosas inútiles —Kaleb asintió.

—Sí, Señor.

Sander repasó cada detalle con todos los involucrados, su Teniente, el Comandante de la aeronave, el director de salto y un médico que estaría supervisando algún efecto indeseado del salto a 18,000 pies.

Suspiró y revisó su equipo por segunda vez, los demás hacían lo mismo, no estaba de más repasar dos veces para asegurarse de que todo marcharía bien en un salto de caída libre.

Sander hizo una señal para mantenerlos alerta, en dos minutos estarían saltando, Kelly colocó una mano en el hombro de Paul y gritó algo que no pudo escuchar, evidentemente el novato estaba un poco nervioso.

Sander verificó a su equipo por última vez, el peso estaba bien distribuido, las conexiones bien establecidas y nadie presentaba signos de hipoxia, Kaleb aún estaba de malhumor y esperaba que esa no fuese su perdición.

—¡Dos minutos! —señaló el director de salto y el oxígeno en su traje se encendió.

Sander trató de regular su respiración, la escotilla se abrió, y el rugido del aire era casi ensordecedor cuando se alinearon en el orden establecido. Saldrían primero tres de ellos, Nikita, Paul y Kelly, dejando un tiempo determinado entre cada uno, debajo podía verse un terreno desértico con parches de verde.

Ellos fueron los primeros en saltar esperando instrucciones del director de salto, Sander esperaba que no se presentara ningún problema, los paracaídas estaban diseñados para abrirse aunque los operadores perdieran la consciencia, pero no quería lesiones.

Sander saltó de último y desplegó su paracaídas en el momento adecuado viendo a los demás, el de alguien parecía estar ligeramente atrasado y si contaba bien era el de Kaleb.

Su pulso estaba latiendo a mil mientras veía el paracaídas aún sin abrir, el ángulo de visión cambió y perdió a Kaleb, Sander golpeó el suelo más preocupado por Kaleb que por él mismo, sabía que los demás estaban bien gracias a la comunicación, pero Kaleb…

Sander se quitó el casco, arrancó su paracaídas y corrió hacia la zona de aterrizaje donde Kaleb debería estar, se detuvo al verlo pelear con su paracaídas, estaba bien, sin problemas, sólo algunos arañazos en el cuello, había perdido un guante y también tenía rasguños debido a los árboles.

—Sullivan, ¿todo bien?

—Sí, sólo un ligero problema con el despliegue del paracaídas.

Sander suspiró su alivio.

Estaba acabado, esta preocupación era insana, no se había preocupado por Kaleb como si fuese uno de su unidad, se preocupó por él como amante.

Mierda.

Se le estaban mezclando los malditos papeles, estaba sintiendo algo por Kaleb, cosa que no debería pasar, ya era bastante malo que tuviesen esta relación ilícita donde tenían sexo. Tener sentimientos era llevarlo a otro extremo.

—No te levantes hasta que venga algún sanitario a verte.

—No me di ningún golpe en la cabeza —dijo calmadamente, Sander asintió, no estaba pálido, ni nervioso, decía la verdad, pero mejor comprobarlo—. No se preocupe.

Preocupado ya estaba, más de lo debido en realidad y esa ansiedad estaba comenzando a sofocarlo, Sander ahora mismo sólo quería abrazarlo y besarlo para convencerse a sí mismo de que estaba bien.

Necesitaba poner un poco de distancia.

Sander pidió ayuda médica por su comunicador y ellos no demoraron en atender a Kaleb, él no lo engañó, en realidad estaba bien.

……

Como Sander esperaba el equipo Eco ya estaba en la base cuando llegaron, antes habían dejado sus mochilas en la habitación que les habían proporcionado y eso atrasó mucho más las cosas.

El equipo Eco en realidad no les dio una cálida bienvenida, el humor era bastante oscuro de por sí y toda la emoción negativa estaba dirigiéndose a él y Kaleb.

Sí, a él también, no era idea suya.

—¿Qué está pasando? —Sander se encogió de hombros ante la pregunta de Nikita dirigida a él.

—No lo sé, quizás son muy competitivos.

El Oficial Superior se colocó frente a ellos, ambos equipos se formaron.

—Como ya se les explicó harán el ejercicio juntos, para eso se dividirán, uno de cada equipo y harán los ejercicios individuales el día de hoy, mañana lo harán en equipo.

—Señor, ¿no podemos dividirnos por equipo, uno primero y después el otro?

—No, Teniente, ¿tiene algún problema con el equipo Bravo?

—No, Señor.

—Bien, empezaremos en media hora —avisó retirándose, el mismo tipo castaño que estuvo hablando del equipo contrario maldijo mirando a Kaleb.

—Pensé que era una maldita broma.

—¿Hay algún problema? —preguntó Nikita cruzando los brazos, el contrario lo ignoró por completo de forma grosera.

—Kaleb, ¿ya ellos saben sobre ti? —el mencionado apretó la mandíbula, pero no respondió, el Teniente se echó a reír. Sander estaba preocupándose por Kaleb, parecía a punto de tener un ataque de ansiedad—. Supongo que no.

—Detente ahora —dijo Sander mirándolo, el hombre arqueó una ceja mirándolo.

—También escuché sobre ti… —Oskar lo empujó.

—Nadie quiere saber qué mierda escuchaste, recuerda que tiene más rango que tú.

—Kaleb, pensé que lo habías dejado, pero es mucho mejor que estés aquí —dijo con una sonrisa—. Ahora estamos autorizados a patearte el culo y voy a disfrutar mucho de eso.

—Ven e inténtalo —gruñó Oskar fulminándolo con la mirada.

El otro equipo se alejó de ellos, Oskar miró a Kaleb.

—¿Vas a decirnos ahora?

—No —replicó.

—Bueno, a la mierda con este novato, dinos tú Sander —Sander suspiró.

—No, todo estará bien, no pierdan la maldita calma —Oskar no estuvo tan de acuerdo.

—Bueno, ya la perdí, ellos saben algo que nosotros evidentemente deberíamos saber.

—Oskar, calmado, todo a su debido tiempo.

Él se echó a reír.

—O sea, quieren que nos enteremos por esos imbéciles —Kaleb apretó los labios, estaba un poco pálido—. No puedo creer esta mierda.

—Kaleb, serás el primero —dijo el Oficial Superior acercándose.

—¿Yo? —preguntó Kaleb francamente sorprendido.

—Sí, ven conmigo, te explicaré el ejercicio.

Kaleb obedeció y se retiró, el Oficial empezó a explicarle los ejercicios, tendría que correr, evitar obstáculos, arrastrarse bajo una alambrada, ensamblar un rifle y disparar al blanco, Oskar se arrimó a él.

—Sander…

—Todo está bien, no sigas con esa actitud, me pones de los nervios.

Oskar señaló al novato y a los rifles desmontados lejos.

—Tendrá que montar el maldito rifle, mírale las manos, hará un desastre con eso.

—Déjalo en paz, no podemos hacer nada por él —murmuró.

Sander ya estaba lo suficientemente preocupado con la situación, si seguía ansioso por Kaleb no prestaría atención a su ejercicio, además, Kaleb no quería ayuda.

—Vengan conmigo —dijo otro Oficial llevándose a su equipo, Sander apretó la mandíbula.

—Comandante, no se preocupe por su equipo, ellos lo harán bien.

—Lo sé, Señor —respondió con un asentimiento.

—Con usted estaremos revisando varias cosas, su entrenamiento con explosivos, combate cuerpo a cuerpo, manejo de armas, y por último, mañana en el trabajo con el equipo, su liderazgo, ¿entendido?

—Sí, Señor.

Sander hizo todos sus ejercicios como indicaron, no estaba tan bien como antes, pero los resultados no fueron tan terribles como esperaba después de su descanso forzado.

Sander se acercó a su equipo, ellos estaban hablando, sin embargo, Kaleb estaba sentado en una esquina, aunque se había sacudido el uniforme estaba lleno de tierra, no tenía un buen aspecto.

—¿Cómo les fue?

—Aplasté a ese bocazas como una cucaracha —respondió Oskar haciendo señas para que mirara al castaño hablador de antes, según le habían informado el bocazas era Anderson.

Kelly suspiró.

—Sin problemas con los demás, excepto por Kaleb —Sander suspiró.

—¿Qué sucedió? —Kelly se encogió de hombros.

—Ni siquiera pudo montar el rifle.

—Maldición —Oskar arqueó una ceja mirando hacia Anderson, el hombre estaba cerca de Kaleb y por lo visto le decía algo.

—¿Qué hace ese tipo ahí de nuevo, no fue suficiente ya?

—Kaleb —llamó Sander atrayendo la atención de ambos, Anderson se echó a reír.

—Te están llamando tus nuevos dueños —Oskar gruñó caminado hacia el idiota.

—¿Cuál es tu jodido problema?

— Ninguno, no sé como podéis estar bajo el mando de ese… —Anderson lo miró de arriba abajo, Oskar lo agarró por el frente de su uniforme.

—Atrévete a completar la oración y no me va importar una mierda estar fuera.

Anderson volvió a reírse, algunos de su equipo se acercaron, ellos sólo querían problemas e intentaban provocar para culparlos a ellos por el primer golpe.

—¿Saben? Este tipo... —dijo señalando a Kaleb—, es tan maricón como vuestro Comandante, por eso está fuera de nuestro equipo.

—Bueno, mierda, te dije que… —Oskar levantó el puño, Kaleb reaccionó agarrando su brazo.

—Detente.

—Lo escuchaste.

—Perfectamente, sólo está buscando problemas porque no cree poder ganar.

Anderson se carcajeó.

—¿Enfrentándome a ustedes? Que puta broma, debimos acabar lo que empezamos y no ir a recogerte ese día, tenías que morirte en ese maldito subterráneo, eres una maldita vergüenza.

—¿Qué acabas de decir? —gruñó Oskar zarandeándolo, Anderson lo empujó.

—No es de tu puto interés.

—Es de mi interés si dejaste a tu maldito compañero atrás.

—Aléjate —gruñó, Sander por fin intervino.

—Oskar, ven aquí.

—Vamos, te llama tu amo.

—Voy a matar a ese jodido imbécil en el ejercicio.

—Buena cosa que la munición no sea real —replicó Paul uniformemente.

—Ven aquí tu también —dijo haciéndole una seña a Kaleb, él obedeció—. En la práctica en equipo no sólo estarán evaluando mi liderazgo, evaluarán como trabajan en conjunto, así que no hagan nada fuera de lugar, ¿entendido?

—No, vamos a hablar ahora sobre este —Oskar señaló a Kaleb, el chico apretó la mandíbula a más no poder—. ¿Cuánto de eso es cierto?

—Todo lo es, así que adelante, di lo que quieras, es el momento —dijo Kaleb de pronto, Oskar lo empujó.

—Bien, ya que tengo tu permiso voy a decir que eres un hijo de puta por dejar que nos enteráramos así.

—¿Qué, tenía que informárselo a alguien? —Kaleb gruñó.

—No vengas con esa actitud de mierda conmigo, no tengo la culpa de que perdieras tus putos nervios, avisarnos con qué nos íbamos a tropezar hubiese sido cortés, te dieron la oportunidad de hablar.

—No estaba preparado.

—¿Preparado? ¿Esto fue mejor que decirlo tú personalmente? —Oskar le dio una palmada en el hombro—. Estúpido, sabes bien que no nos importa a quien carajo te follas, si es una mujer, un hombre o una jodida cabra, tenemos tu espalda.

—Gracias —murmuró Kaleb.

—¿En serio te dejaron a propósito? —Kaleb miró a Paul y asintió.

—Sí.

—¿Cuánto?

—Tres días.

—Las cicatrices… —asintió.

Nikita se encogió de hombros.

—No tenemos permitido matarlos, pero podemos entregarlos magullados.

—No tengo control total sobre lo que pasa en el campo, mientras sigan mis órdenes no me importa como dejen al enemigo —murmuró Sander dándoles el permiso.

—Bien, ahora estoy mucho más aliviado —replicó Oskar, Kelly se echó a reír.

—Vayan a comer algo, necesitan descansar para la práctica de mañana —Sander señaló a Kaleb—. Te quedas.

Una vez los demás se retiraron Sander hizo una señal para que lo siguiera, el equipo Eco aún estaba ahí, mirándolos, más bien fulminándolos con la mirada. Sander no se dejaría intimidar por esos pobres idiotas, así que señaló hacia el suelo donde estaban las piezas del rifle que Kaleb no había podido acoplar.

—Vamos, Sullivan, a lo tuyo, no nos retiramos hasta que lo hagas perfectamente.

— Sí, Señor —dijo Kaleb sentándose y cogiendo una de las piezas.

Sus manos aún estaban temblorosas y la mirada de los demás lo tenía mal, en realidad, era la simple presencia de personas que antes le importaban dirigiéndole odio puro.

Que lo dejaran en manos enemigas decía mucho.

—Empieza otra vez, Sullivan —demandó cuando llevaba la mitad, Sander sólo tenía que hacerlo menos consciente de los demás y sabía exactamente como.

Kaleb podía armar ese maldito rifle en menos de un minuto, apretó la mandíbula, desarmó y volvió a empezar.

—Otra vez —ordenó.

Y Kaleb lo hizo por dos horas más.

Sólo se quedaron ellos en campo de entrenamiento, al cachorro le había dejado de importar la presencia de su antiguo grupo a la tercera o segunda vez haciendo lo suyo. Sander sólo le hizo repetir el ejercicio para que se desahogara.

Sander se agachó frente a él, Kaleb lo miró.

—No te olvides de esta sensación, no te castigué por placer, necesitabas esto luego de encontrarte con ellos —Kaleb mordió su labio inferior—. Y necesitas dejar ir las emociones que te hicieron paralizar hoy.

—Siento mi comportamiento de hoy —Sander asintió.

—Sé que estabas aterrado, pero ya no estás con ese equipo, estás en el mío y necesitas saber que nunca voy a dar una orden para hacer daño o dejar atrás a uno de los míos, ¿entendido?

—Sí, Señor —murmuró con la voz rota, Kaleb se secó las mejillas, algunas lágrimas cayeron haciendo que su pecho se estrujara.

Sander maldijo.

—No llores, joder, me dan ganas de besarte y no puedo hacerlo —Kaleb pestañeó y acarició el rifle montado distraídamente.

—Tengo ganas de besarte desde que me miraste de esa forma en el bosque.

—En serio, no deberíamos estar diciendo esto aquí —Kaleb se echó a reír por primera vez en el día, eso fue un alivio para su sistema nervioso.

—Sí, demasiado peligro y con mis ex-compañeros queriendo mi cabeza es un suicidio. 

—También parecen querer la mía —dijo encogiéndose de hombros, Kaleb suspiró.

—Lo siento.

—Sabes bien que no es por ti, esos imbéciles son unos homofóbicos y para nadie es un secreto mi orientación.

—Eres increíble —dejó salir con un suspiro, Sander levantó una ceja.

—Tú más, sobreviviste esos tres días, Kaleb, supera a estos tontos y serás invencible, no dejes que te importe.

—Gracias y siento hacer que te preocuparas.

—Sí, espero que lo sientas —murmuró poniéndose de pie y escondiendo las manos en sus bolsillos—. ¿Nos vamos?

En realidad lo que más quería era ofrecer su mano y apoyarlo, entrelazar sus dedos y besarlo hasta hartarse luego de este mal día, pero no podía, Sander odiaba esta situación.

—Sí, probablemente perdimos la hora de comida —murmuró poniéndose de pie y sacudiéndose el uniforme. Kaleb tomó el rifle y caminó junto a él.

—Esperemos que no porque tengo hambre.

Luego de guardar el rifle caminaron al comedor, para sorpresa de ambos todo su equipo estaba esperando ahí por ellos. Kelly y Nikita colocaron bandejas frente a los puestos vacíos.

—Oigan, eso fue un tiempo bastante largo —se quejó Oskar, Sander sonrió.

—¿Nos esperaban?

—Sip —dijo Paul con un encogimiento de hombros.

—Vaya, en serio no pueden vivir sin vuestro Comandante.

—Por Dios, sólo coman y vayamos a dormir —replicó Oskar de malhumor—. Muero porque amanezca para patearle el culo a esos creídos y tú —apuntó a Kaleb—. ¿Ya estás listo para encargarte de esos idiotas?

—Sí, más que listo.

Dijo Kaleb con una sonrisa, estaba bien, mejor que antes, encontrarse con su antiguo equipo no fue agradable y la presión casi termina con él, pero Kaleb era fuerte.

El muslo de Kaleb lo rozó por debajo de la mesa, Sander lo miró, estaba agradecido por la intervención y eso lo hizo terriblemente feliz.

Demasiado para ser su Comandante.

A la mierda.

Estaba feliz porque finalmente le había quitado ese malhumor, porque lo había ayudado con su problema y sólo por el pequeño roce del muslo de Kaleb contra el suyo.

Estaba perdido, sin rumbo gracias a este chico, su corazón era un lío palpitante y su cabeza un sinfín de pensamientos caóticos.

Pero no importaba, le gustaban estas emociones cada vez que estaba cerca de Kaleb y no pensaba alejarse.

Kaleb tendría que decidir eso en su momento. 

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