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Epílogo.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Aquí pueden poner el nombre de su candidato 👀

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El inicio de su relación con aquellos Uchiha no fue para nada convencional, en realidad, aún le sorprendía como es que se dieron las cosas. En ocasiones seguía sin creer que salía con cinco hombres al mismo tiempo, pero como ellos ya le habían dicho, no pensaban dejarla ir. Incluso si eso significaba tener que aceptar verla con otro de los suyos.

Habían pasado algunos meses desde que concluyó sus estudios universitarios, se graduó siendo el primer lugar de su generación. La enorme sonrisa de Hizashi Hyūga, Neji, Hinata y Hanabi, le hizo saber que su esfuerzo no fue para nada. Ahora con un título en ingeniería, Ino buscó su propio camino dentro de la industria del trabajo. No pensaba permitir que sus hombres Uchiha intervinieran en ese asunto. No le gustaba la idea de depender de ellos.

Como era habitual en su rutina matutina, fue despertada por el ruido de su despertador. Lo apagó casi de un golpe para luego incorporarse lentamente. La noche anterior Shisui no la había dejado dormir debido a su repentina llamada telefónica. El Uchiha había soñado que un antiguo amor regresaba para robarla de sus manos, y algo paranoico, la llamó para saber dónde se encontraba. Imaginaba que le faltaba poco para haber ido hasta su departamento.

Su departamento. Sonrió al recordar que al terminar la universidad, decidió que era momento de vivir sola. Aunque eso se debía más al hecho de que necesitaba privacidad, no podía permitir que algunos de los Uchiha la visitaran en casa de Hizashi. Su familia adoptiva no debía enterarse por ningún motivo de su situación amorosa. Era preferible que la siguieran creyendo una chica soltera. La única en quién podía confiar era en Hinata.

Al dar un paso sobre el suelo frío, una sensación desagradable fue subiendo por su estómago, se cubrió la boca con ambas manos y de inmediato corrió al baño. Devolvió el poco contenido de su estómago, lo que en algún momento fue un aperitivo mientras hablaba con Shisui. Se sintió fatal luego de bajar la palanca del inodoro. Frotó su sien al tiempo que se deslizaba por la pared detrás de ella.

Los síntomas ya la estaban alarmando.

Con ojos cansados buscó el calendario que siempre colgaba cerca de su espejo, aquel en que anotaba lo relacionado a su periodo, sus días fértiles y todo lo que su ginecóloga le había aconsejado. Tenía un retraso.

Para olvidar un poco sus ideas sobre pequeños Uchiha dejando huellas por su departamento, decidió cepillar sus dientes y lavar su cara. Debía buscar con urgencia un cambio de ropa y una toalla para darse una ducha fría.

El sonido del móvil detuvo el curso de sus pensamientos, secó sus manos y volvió a la habitación. Se imaginó que sería Madara o Itachi, pero la pantalla le indicaba que se trataba de su ginecóloga.

—¡Buen día, Ino-chan!— la saludó efusivamente en cuanto atendió la llamada.

—Buen día, Sakura-san— intentó sonar igual de feliz que ella, pero sus mareos no ayudaban demasiado.

—Ya te he dicho que puedes llamarme sólo Sakura, linda— una pequeña risa escapó de los labios Ino, Sakura siempre le pedía que no fuera tan formal con ella, pero era algo que no podía evitar. Desde que vivía con los Hyūga, se acostumbró a ser más educada.

—Claro, Sakura.

—Ya tengo listos los resultados de tus análisis, ¿Quieres pasar por ellos más tarde?— la voz se le cortó unos segundos, incluso estaba más pálida de lo normal. El momento de confirmar sus sospechas había llegado, la hora de la verdad —¿O prefieres que te lo diga por teléfono?

—Está bien, dime los resultados— le pidió. Fue necesario sostener la mano en que tenía el celular con la otra, por algún motivo no dejaba de temblar.

—¡Felicidades, Ino-chan!

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Ese día, decidió ir temprano al trabajo, un cliente nuevo llegaba para pedir cotizaciones y, si tenía suerte, firmar un contrato. Recordaba que su superior, Shikamaru Nara, le pidió en repetidas ocasiones asegurar aquel negocio. Eso traería grandes ganancias a la empresa, además de más renombre.

Apenas estaba leyendo algo sobre la información personal de su nuevo cliente cuando alguien le llamó. Dejó su taza de té sobre la mesa de recepción y se giró un poco para ver a la persona que recién llegaba, al igual que ella. Sus ojos no pudieron hacer más que abrirse completamente, su boca se abría y cerraba como pez fuera del agua. Eso no podía estar sucediendo.

—¡Hinata-chan!— saludó con la gran sonrisa que lo caracterizaba —Que gusto me da verte.

—Naruto...

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—Ya deja de fastidiar, Shisui— Obito resopló mientras tomaba las llaves de la barra en la cocina. Su tío, sus primos y él se habían reunido en la mansión de su tío Madara para celebrar la llegada de la primavera, como era su tradición cada año —Yo iré por Ino-chan.

—¿Por qué siempre la quieres acaparar?— lo señaló con el dedo índice, su tono era claramente acusador.

—Eso es más que obvio, Obito es el más celoso de nosotros— le respondió Sasuke sin apartar su vista de la televisión, el Uchiha estaba demasiado concentrado en el videojuego que jugaba junto a su hermano mayor. Cabe mencionar que Itachi es quien llevaba la delantera.

—¡Ya basta!— soltó por fin Obito, sus mejillas estaban rojas. Madara no podía decidir si se debía a la vergüenza o al enojo. Probablemente era lo segundo —Sólo me hacen perder el tiempo, ya cállense.

—Obito, será mejor que...

La voz de su tío se vió interrumpida por el timbre de la puerta. Al ser quien se encontraba más cerca, y con cierta desconfianza, Obito tomó la perilla de la puerta para abrirla.

—¡Obito-kun!— la dulce voz de Ino hizo que todos los Uchiha vieran en dirección a la puerta, con excepción de Itachi, quién terminó ganando el juego debido a la distracción de su hermano.

—¡Hiciste trampa!

—No es verdad, tonto hermano menor.

—A penas salía para ir por ti— Obito removió un poco su cabello, algo ansioso por verla y disgustado por perder el tiempo gracias a su familia —¿Qué estás esperando, Ino-chan?, Pasa, estás en tu casa.

—Bueno, yo... Hay algo que debo decir antes— su mirada se perdía en cualquier lugar del interior de la casa, en todo menos en alguno de los Uchiha. Obito sabía que eso sólo significaba una cosa, Ino se encontraba realmente nerviosa —He invitado a un amigo.

Todos los pares de ojos negros dentro de la habitación volvieron a ver en su dirección. No esperaban que ella decidiera traer alguien consigo. La festividad de primavera era algo exclusivo de ellos. Se juntaban a preparar comida, ver películas, hacer juegos y finalmente ver las luciérnagas que cruzaban por el patio. ¡Era una tradición!

—¿Quién?— habló Madara con su tono imponente de voz. Ino pasó saliva antes de presentar al chico detrás de ella.

—Él es Naruto, Uzumaki Naruto. Es un viejo amigo.

—¿Naruto?— los labios de Sasuke formaron una fina línea recta, ¿Qué estaba haciendo su estúpido amigo allí?, ¿Desde cuándo conocía a Ino?, Esas y más preguntas se formaron dentro de su mente.

—¿Sasuke?, No esperaba verte aquí— el rubio entró a la casa siguiendo a Ino. Sólo apartó la vista de su amigo en el momento en que dejaba sus zapatos en la entrada —Ino-chan me dijo que venía con unos amigos.

—¿Ino-chan?— susurró para si mismo Shisui. Le molestaba el hecho de que Naruto tuviera tanta confianza con su chica. No se molestó en disimular la mirada de odio que le dirigía, y Naruto claramente pudo ver su hostilidad. Algo le decía que ese sujeto era el novio de Ino.

—¿Qué demonios...?— exclamó al fin Sasuke para referirse a la llegada de su mejor amigo. Llegada demasiado imprevista —¿Por qué invitaste a Naruto?

El rubio se sorprendió de que hablara de esa manera. Obviamente Sasuke no tenía fama de ser muy gentil, pero jamás le había mostrado tanto rencor hacia su persona. Él simplemente lo ignoraba o incluso molestaba con algún comentario. ¿A caso Sasuke e Ino...?

No, era imposible. Ino seguramente salía con el tipo de antes. ¿No es así?

—Naruto es mi amigo— se limitó a responder la única chica del lugar. Pensándolo mejor, no había sido una buena idea invitar a Naruto a casa de Madara, sabía de antemano lo celosos que podían llegar a ser los Uchiha. Pero tampoco le parecía correcto no ir a celebrar con ellos por aceptar la invitación a cenar de Naruto. Ahora solamente estaba más confundida.

Obito frunció los labios y cerró los ojos con disgusto, también cruzó los brazos. Ino había pasado justo delante de él con otro a su lado. ¿Qué rayos había pasado por su cabeza al invitar a un desconocido a casa?

El invitado volvió a sentirse incómodo ante la reacción de otro Uchiha, estaba más que claro que ninguno lo quería ahí. La mirada de ese hombre era incluso más intensa que la de los anteriores. ¿Por qué Ino lo había invitado?, Fue una terrible decisión.

Madara, al igual que sus sobrinos, tenía la vista fija en el chico rubio. Para él no significaba ningún rival, se consideraba a si mismo lo suficiente para una mujer como Ino. Tenía muchos más beneficios salir con él que con un chiquillo que intentaba ser hombre, como sucedía con su sobrino menor. Sasuke y ese tal Naruto eran las caras de una moneda. Pero Madara Uchiha estaba en otro nivel.

Él pertenecía a una liga diferente.

—Es un placer tenerte aquí, Naruto— Itachi le sonrió al mejor amigo de su hermano, él a diferencia de su familia, era el único en alegrarse de verlo —Un amigo de Ino también es mi amigo.

—Gracias, Itachi-san— le respondió el rubio con una gran sonrisa. Ino también le dedicó el mismo gesto que su amigo por su amabilidad.

—¿Qué cenaremos?— preguntó la única mujer del grupo, en un intento por aliviar la tensión del ambiente. Los Uchiha dejaron de ver a Naruto y se dirigieron a ella. Hasta ese momento fueron conscientes de lo hermosa que se miraba esa noche. Tenía un brillo especial en los ojos.

—Preparamos distintos platillos, Ino-san— Itachi dejó el control del videojuego para alejarse de la sala y reunirse con su tío Madara en la cocina, lugar al que todos estaban caminando.

—Yo hice tus favoritos, Ino-chan— Obito la rodeó con su brazo derecho para situarla a su lado, lejos de la compañía de Naruto. El rubio al ver la escena arqueó una ceja, intrigado por su actitud.

—¿De verdad?— sus ojos brillaron al ver el postre que la esperaba en la mesa, le fue inevitable abrazar más al Uchiha al mismo tiempo que sus mejillas se pintaban de un fuerte color rojo —Tenía ese antojo.

—Ino-chan, te guardé un asiento— Shisui la arrebató de las manos de su primo, y rápidamente la posicionó en la silla a lado de él. Evitando de esa manera que terminara por sentarse con Naruto u Obito.

—¡Gracias!

—Idiota— susurró Obito cruzando sus brazos. Ya le daría una lección a Shisui por eso.

La cena continuó con aparente tranquilidad, al menos hasta que Ino se levantó de su asiento para ir corriendo al baño. En unos minutos había devuelto el estómago, muy a su pesar.

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—¿De verdad tienes que irte, Naruto?

—Si, necesito volver a casa temprano— Le respondió su amigo con una cálida sonrisa. Ambos estaban en la puerta, lejos de aquellas miradas oscuras que de cierta manera intimidan al Uzumaki.

—Bueno, espero verte mañana en el trabajo.

—Claro, ahí estaré— Naruto la observó unos minutos más sin decir otra palabra, cosa que estaba poniendo nerviosa a Ino. No sé trataba de un silencio incómodo, pero sentía la necesidad de decir algo más. Su amigo volvió a hablar antes que ella —Sabes, Ino-chan, yo había venido a Konoha con la intención de recuperarte.

—¿¡Qué!?

—Tal vez fue un amor infantil, pero siempre te he recordado con cariño.

—Naruto...

—Pero, tú ya estás con alguien más— las mejillas de Ino aumentaron de color, algo que Naruto le pareció adorable —¿No es verdad?, Es uno de ellos.

—Yo... No entiendo...

—Estás embarazada, Ino-chan. Es más que obvio— al ver que no negaba su suposición, Naruto continuó —¿Cuál de ellos es el padre?, Todos parecen algo sobreprotectores contigo. Así que pienso que sales con uno de ellos.

Se mordió el interior de la mejilla derecha, no podía decirle que salía con todos ellos, tampoco creía correcto decirle quién era el padre. Quería que ellos fueran los primeros en saber.

—Lo sabrás más adelante, Naruto— le sonrió de manera dulce. Con los ojos cerrados para evitar su intensa mirada, mismos que abrió con sorpresa por la repentina acción del rubio.

Un beso lento y delicado. Uno que marcaba el final de su primer romance. Un beso que se volvió salado debido a las lágrimas que brotaron de aquel para de hermosos ojos zafiro. Siempre sería difícil dejar ir a la chica de la que estabas enamorado.

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Cinco hombres reunidos en el departamento de uno de ellos junto a una señorita no sería bien visto por nadie. Aunque la razón por la que estaban en ese lugar no fuera para tener sexo con la pequeña mujer como en otras ocasiones. Esta vez, ella los había citado, lo único que les dijo por teléfono es que se trataba de un asunto muy importante.

—Ya dilo Ino— pidió el Uchiha más jóven de la familia, Sasuke solía desesperarse con facilidad, y ese momento no era para más. Ino los tenía a todos en ese lugar desde hace diez minutos sin hacer otra cosa que sólo balbucear sin sentido.

—Sabes que puedes decirnos lo que sea— la animó Obito con mucho más tacto que su primo. El menor se cruzó de brazos con molestia.

—Si ya no te sientes cómoda con la situación, lo entenderemos— dijo Itachi. La verdad es que le parecía que Ino ya había soportado por varios meses una vida un tanto peculiar, salir con cinco hombres diferentes no era lo que ella normalmente haría.

—Es cierto, pero, no podríamos dejarte ir tan fácilmente— habló Shisui con una mirada coqueta, esa que siempre hacía derretir el corazón de Ino.

—Ya basta— interrumpió Madara a su familia, sus sobrinos se estaban saliendo de control —Dejen hablar a Ino.

—Gracias Madara-san— le agradeció la Yamanaka con una corta reverencia —Los he citado a todos porque tengo algo importante que confesarles.

—¿De qué se trata?— preguntó Obito, ganándose una mirada de reproche de su familia por haber interrumpido de nuevo a Ino.

—Estoy embarazada— los ojos oscuros de los Uchiha se abrieron a más no poder, todos reflejaban una misma sensación, sorpresa —Y uno de ustedes es el padre.

—¿¡Qué!?— sonaron todos al unísono.

—¿Quién es?— Madara hizo la pregunta que todos querían hacer. Los Uchiha no apartaron la vista de ella, sabían bien que todo estaba a punto de cambiar.

—Yo... Primero quiero decirles, que estoy muy segura de quién es el padre— comenzó a hablar la rubia, esa situación le daba demasiada pena. Decir que estaba nerviosa era poco —Hice mis cálculos.

—Sólo dilo— dijo Sasuke con exasperación. Su paciencia por ese día estaba por llegar a su límite.

—E-es— pasó saliva de manera ruidosa y clavó la vista en el suelo. Todo era mejor que verlos e ellos —Madara-san... Es Madara-san

El Uchiha abrió su boca para decir algo, pero las palabras no lograron salir de su boca. Sería padre. Madara Uchiha sería padre.

—Oye tío, tú sí que tienes puntería— se burló Shisui para que todos cambiarán su semblante serio.

—Shisui— le reprendió Itachi con un tono severo.

—Bueno, el próximo sin duda será mío— Obito cruzó sus brazos por detrás de la cabeza con una sonrisa despreocupada.

Sasuke casi lo quería asesinar con la mirada —Cállate, cabeza hueca.

—No vuelvas a decirme así, enano.

—Atrévete a decirme eso de nuevo...

El inició de discusión de ambos fue interrumpido por la suave voz de Ino.

—¿No dirá nada, Madara-san?

—Me haces muy feliz— fue lo único que logró articular. Las lágrimas que rodaban de sus ojos terminaron por contagiar a la chica.

—Oh vamos, vengan aquí— Shisui los atrajó a todos en un gran abrazo grupal. Ino se sintió más que feliz, rodeada de todos ellos, se percató de que el destino la unió a una increíble familia.

—Gracias.

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¿Acertaron? 👀

Espero les haya gustado esta historia, que por fin llega a su fin 💜 para mí fue divertido escribirla >u<

Dejen sus votos y comentarios 💖

Nos leemos en otra ocasión 🌻

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