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Capítulo 7: Leyes de tránsito

Narra Rubí:

—Son 13 con 45 —Dice el chico de la registradora. Saco el dinero de mi bolsillo y le pago el monto —Gracias... —Pone el dinero en la maquina, saca una bolsa y pone mis cosas en ella —Que tenga un lindo día —Dice sin ánimos, como si lo obligaran a decirlo.

—¿En serio me desea un lindo día?.

—Por mi, que se mate a penas salga, pero me pagan por tener buenos modales. —Me dio mis cosas y, por primera vez, me dirige la mirada.

—Suerte con tus modales.

Sin mas salí de la pequeña tienda y acomode mejor las bolsas que compre, el chico las había acomodado de muy mala manera. Una de las bolsas contenía 2 paquetes de arroz, 1 paquete de granos negros, mantequilla y un pote de jugo de arándanos y en la otra había jabón, crema dental, cloro y jabón en polvo. Revise las cosas sin prisa, mi padre me enseño a revisar las cosas, no vaya a ser que nos falte algo. Todo lo que compre estaba en las bolsas.

Camine sin prisa por las calle de lo que seria mi ciudad por otros seis meses, ya conocía la mayor parte del lugar. Una ciudad costeña llena de vida y arena. La playa se extendía por los alrededores de lugar, sin importar a donde mires, hay un lindo océano saludando con su característico azul. La gente paseaba con normalidad por sus calles y la brisa del mar soplaba con un ritmo relajado y suave, el sol estaba muy activo y radiante, más, no hacia mucho calor.

Me detengo en un semáforo que estaba en verde. Las maquinas de metal pasaban con prisa por la orden del aparato de color cambiante. No estaba ansiosa por que cambiara de color, nadie me estaba esperando para comer y me gustaba sentir la brisa que provocan las cajas de metal andantes. Era por el ambiente de calma que había en toda la zona, como quien dice, el cambio de ambiente me afectó.

La caja de colores cambio de luz verde a amarillo y por consecuente rojo. Dedo admitir que cruce sin mirar mucho a los lados.

No había caminado la mitad de la calle cuando una una camioneta casi me choca. El vehículo se detuvo casi a 5cm de mi.

—¡Que está ciego! ¡No ve que la luz está en rojo! ¡Imbécil! —Grité mientras corría a la cera. La ventana de carro bajo y pude ver quien conducía, para mi sorpresa, era una mujer morena, de cabello rubio con el fleco que le cubría los ojos; fue lo poco que pude notar de ella.

—¡Lo lamento! ¿No le paso nada, verdad? —Pregunta.

—Menos mal que no, usted se imagina, "Estudiante arroyada en la esquina de la 20" En el periódico —Digo exagerando mis gestos.

La conductora, después de ignorar todas mis palabra, solo continuo con su camino, aun con la luz en rojo. No sé si enojarme poner una escuela de manejo para mujeres.

—¡Mujeres como usted, nos dan fama de malas conductoras! —Grite, aun sabiendo que ya no me escuchaba. Me di vuelta para continuar con mi pequeño ataque de ira, me volteé y vi a un hombre con una niña pequeña tomada de la mano, estoy segura que presencio todo el show que monté —Aproveche que está pequeña y enseñele que rojo es Stop para evitar cosas como estas.

El sujeto solo asintió con risa. Ese encuentro me quito la paz que tenia, el susto y la ira me hizo mal medir todo el camino de regreso a el instituto. Cuando Leggy alcance los pedales del auto le voy a enseñar a conducir con todas la leyes y semáforos.

Unas calles mas tarde y con mi mente ya más calmada, llegue al instituto Rebel Gems, no importa cuantas veces tenga que venir a acá, para mi el lugar era cada vez es más grande e intimidante. Todo el instituto contaba con los dos edificios principales ubicados al centro del lugar, uno era la universidad en si y el otro eran las habitaciones de alojamiento para estudiantes que viven en otros estados o países, mi caso. El edificio de alojamiento, lo llaman Departamento por el parecido a uno mientras que al otro si le dicen como lo que es, una universidad.

La universidad tiene 2 pisos y un sótano, la estructura tiene forma de "E" pero al revés, osea las lineas horizontales hacia la izquierda, casa linea representa un pasillo y la linea vertical es como la columna vertebral de todo el instituto, cada pasillo tiene 6 aulas de clases donde nos clasifican por secciones. En el sótano, es donde nos dan las tres comidas al día, es un comedor diseñado para todas la alumnas. Para mejor referencia, piensen en una cárcel con libros.

El Departamento tiene 7 pisos su infraestructura es como la de un hotel, muchos cuartos para dormir y estudiar, que solo para eso sirven. Cada habitación consta de tres cuartos: Un baño, el dormitorio y uno extra para estudiar o poner una televisión, depende de lo que las residentes decidan hacer con el. Cuando llegue por primera vez juraba que me volvería claustrofóbica, pero, te acostumbras.

En la parte trasera, se encuentran la piscina del equipo de Water Polo la cancha de fútbol, mas tras se encuentran las duchas, o como mis compañeras la llaman, La Zona De Violación Nocturna, no mentira, solo yo le digo así para asustar a las de nuevo ingreso.

En pocas palabras, un internado gringo con todo lo que sale una serie gringa. Menos los chicos guapos del equipo de fútbol americano, aquí tenemos a las chicas guapas del equipo de Water Polo.

La entrada era un enorme arco y en lo más alto estaban las palabras "Rebel Gems" adornado con mucho orgullo escolar. Pase por el arco y los porteros me saludaron con la mano y yo les respondo con una sonrisa, los jardines de flores rosas que estaban al entrar, eran cortesía de una de la profesoras.

Pasé directo al departamento, mostré mi carnet estudiantil a la recepcionista, que es nueva y no conoce a nadie por eso no me dejó pasar como lo hacen los porteros.

Mi cuarto estaba en el tercer piso, no hay elevadores así a tener buenas piernas se a dicho. Tercer puerta a la derecha y ya estaba en mi repaso por que ese lugar no llegaba a ni a estudio.

Todo estaba en el mismo lugar en donde lo deje, algo que no podía disfrutar estando en mi casa, allá dejo algo en una mesa y aparece tres meses después... En el techo. Mi pañoleta era un buen ejemplo.

Mi cama, mi cajón de ropa y una mesa que estaba en el cuarto extra, que logre comprar el año pasado con mi ahorros de verano. En el dormitorio y el cuarto de la mesa solo tenían una ventana en el centro de pared, y para mi mala suerte, el sol entraba y salia por ella a su placer.

Era raro que mi compañera de cuarto aun no diera señales de vida, en solo cuatro días el instituto ya estaría en total funcionamiento y si es de mi sección ya debería saber que cuanto antes tengas todo listo y en orden, mejor empezarás las clases. Claro, también está la escasa posibilidad de que sea nuevo ingreso, pero es poco probable.

El dormitorio me parecía chistoso por el echo de que solo la mitad está decorada y la otra no.

—¡Rubí! —Se escucho una voz familiar detrás de la puerta seguida de varios golpes.

—Voy... —Coloque mis compras en la mesa y apreté un poco mi pañoleta. Abrí la puerta dejando ver a una chica alta y delgada de cabello corto color melocotón, nariz puntiaguda, ojos celestes y piel pálida con una cuantas pecas. Es una buena amiga que tengo aquí —¡Perla! —Ambas nos saludamos con un abrazo y puede notar que tenia una carpeta y lápiz en su mano.

—¡Tanto tiempo!. —Dijo Perla.

—¿Como estas? Adelante, pasa —Le abrí paso para que entrara, mas no lo hizo.

—No, esta bien. Solo pasé para darte un información, de parte de las directoras —Muestra la carpeta para explicar lo que dice —. Mira, hoy a las tres de tarde, va a ver una pequeña reunión en muestro salón. Es como una presentación de lo que van a dar este año y demás cosas, la asistencia es obligatoria. —Me entrega un hoja donde hay mas información de lo que me dice.

—Ok... —Ojeo un poco la pagina que me dio, bajo la hoja y, levantando la cara, la miro a los ojos —¿Que profesora nos dará la charla?.

—Rose Cuarzo —La miré con gracia, me recordé de algo gracioso —Asegurate que tu compañera se entere de esto —Añade.

—Se lo diré cuando la conozca, no sé quien es —Confieso.

—Mmm... —Mira mi cuarto y nota la total ausencia de compañía — ¿Sabes si es de nuestra sección?.

—No sé nada, solo trajeron su cama y ya. No sé nombre, ni apellido, ni sección, ni quien podría ser; No sé nada —hago una mueca de desconocimiento con la manos.

—No te preocupes, yo voy a ver quien es tu compañera; Revisaré los archivos y te diré lo que encuentre —Me asegura.

—Gracias. Hey, cambiando de tema, ¿Quien del salón te tocó como compañera? —Pregunto curiosa.

—¡Bah! Ni me lo recuerdes... —Lazo la mirada la techo frustrada.

—¿Quien es? —Insisto.

—Cierta chica chaparra y morena que no sabe lo que es un peine, ni lo que es la educación; Que come como animal y tiene una risa que rompe vidrios —Comencé a reír y a burlarme un poco.

—¡¿Quedaste con Amatista?! —Reí con mas ganas y ella desvía la mirada.

—No veo lo chistoso...

—¿Cual es su cuarto? —Digo mirando por el pasillos.

—Es el cuarto 32 del sector B —El edificio está divido en dos, sector A y el sector B, que son parte del mismo lugar. Yo soy del sector A este año. La unión de estos dos sectores son las escaleras y la recepción, en planta baja.

— ¿Mismo piso?.

—Claro que si, es el cuarto 32. —Me regaña como si fuera la cosa mas obvia de la vida.

—¡Uy! Perdón, a la próxima no pregunto.

—Me gustaría que mi compañera desapareciera.

—¡¿Quien las entiende?! —Exclamo —Primero, se aman, luego se odian, después es solo sexo y ahora no la soportas... —La miro confundida, su relación era complicada y demás, pero se quieren.

Lo de Perla y Amatista, al principio me sorprendió bastante, eran las primeras personas que conocía que eran homosexuales, pero empezaron a salir y de verdad se gustaban, y aun se gustan, y me mostraron que para el amor no hay solo una forma. Yo aun las defiendo y apoyo si las tratan de ofender, son mi amigas y si se meten con ellas, se meten conmigo.

—¿Sabes que? Aun tengo un montón paginas que entregar y no pienso seguir discutiendo sobre mi relación sentimental y/o sexual contigo —Ordeno sus cosas, se dio media vuelta y se marcho con su elegancia característica.

—¡Tal vez por eso terminaron! —Grite para hacerla enojar, lo que fue fácil de conseguir, pues, me miro con una cara de asesina y animal. Me asuste y cerré a puerta con seguro —Aun se aman... —Murmuré para mi.

Saqué uno de los paquetes de arroz y los granos. Ya era casi mi hora almuerzo y el comedor aun no estaba en funcionamiento y por eso tu misma tenias que cocinar hasta que dieran nuevo aviso, tengo suerte de mi padre me enseñara todo lo que se sobre comida.

Antes de salir, revise con mucha cautela si Perla estaba repartiendo las información a mis vecinas, estaba al final del pasillo dándome la espalda. Con mis cosas en mi brazo salí y cerré la puerta muy lento para que no sonaran la bisagras. Apenas cerré la puerta y salí corriendo hasta llegar a las escaleras.

Bajé las escaleras y salude a la recepcionista para que se acuerde de mi cara y ya no me pida el carnet, pero ni se percato de mi existencia.

Varios jardineros podaban los pequeños arboles que están en el amplio jardín, siempre lo hacen a principio de semestre.

La Universidad estaba a lado del Departamento y aunque yo ya estaba acostumbrada a caminar mucho, retomar la rutina de estudio era agotador. Ya había actividad de las estudiantes y maestras, al menos más que cuando llegue, bajé al sótano y las puertas del comedor estaban abiertas las hornillas abiertas a para las estudiantes.

Entre y no había tanta actividad como creí, solo unas 5 chicas. Aunque se llama comedor, es una cocina, no se porque pero así lo llaman; El verdadero comedor lo llaman Las Mesas, luego se preguntan porque la comunicación a perdido su credibilidad.

La cocina es amplia y con todo lo necesario para hacer comida tres veces al día para todas las chicas de origen extranjero, las locales se van a sus casa a comer.

—¡Rubí! —Una de ellas, las mas baja para ser exactos, reconocí la voz de inmediato, era Amatista, si la ex de Perla, cuando la localice con la mirada ella estaba saludando con la mano.

—¡Voy! —Todas la demás solo voltearon y volvieron a sus cosas, camine entre todas ellas y quedé frente a morena de pelo largo que no conoce un peine. Nos saludamos con un choque de puños, así bien a lo macho.

—¿Como estas?.

—Bien, ¿Y tu?.

—Aquí cocinando —Apunta a una olla de pasta para dos personas.

—Yo también vine a cocinar. —Elevo mis cosas par que las vea mejor.

—Ya veo... Las ollas están por allá y los cubierto en esa repisa —Apunta a los lugares con los odjetos.

—Bien —Pongo los objetos en la mesa y voy por dos ollas, una pequeña y la otra de presión para los granos.

Comencé por limpiar los granos de piedras y ramas que tenían de fabrica, el arroz solo lo limpie, puse medio kilo de arroz y todo de granos. Puse todo en su lugar y mientras todo se cocinaba Amatista y yo platicabamos.

—¿Con Perla, eh? —La miro con picardía.

—Los chismes vuelas en este lugar, ¡No han pasado ni dos días, y ya todo mundo sabe! —Se queja.

—No fue chisme, Perla me lo dijo hace un rato —La corrijo.

—¿Y que te dijo? —Pregunta con mucho interés.

—Que no te peinas, y que prefiere a un mono como compañera —Me burlo.

—¡Ahrg! Es muy necia... —Pone sus manos en su cara frustrada.

-—Tú igual.

—Si, lo se, pero eso ella lo sabe desde hace años.

—Ustedes son todo un caso. Se aman y se odian, al mismo tiempo.

—No la amo. —Desvía la mirada.

—Si claro... —Digo sarcástica.

—¿Quien la desafortunada que le toco compartir cuarto contigo? — Voltea a verme, cambiando de tema radicalmente.

—No la conozco y no la he visto, tampoco creo que sea de nuestra sección.

—¿No sabes nada de nada? —Cuestiona.

—Solo que es mujer y duerme en una cama —Pongo mi mano en mi barbilla y pongo mirada sospechosa.

—Claro que es mujer, es un instituto femenino, y lo de la cama... —Hace lo mismo que yo y pone voz de narrador dramático —Tal vez sea porque duerme de noche.

—Que lastima... Tenia la esperanza de que fuera un vampiro. —Me salgo de personaje.

—Vampiresa —Me corrige.

—Lo mismo.

Revisa su comida con un tenedor, apaga la hornilla y busca un colador de pasta.

—¿Sabes de la reunión?. —Me dice colando la pasta en un fregadero que está cerca.

—Sip, tu madrina nos dará la bienvenida —Coloca su pasta ya colada en un tazón.

—Allí nos darán el horario de clases, nos dirán las profesoras que nos darán clases y, lo mas importante, la fecha de la inscripciones del equipo de fútbol —Da un pequeño grito y yo salto un poco en mi lugar.

—¡Si! —Aplaudo un poco por emoción —Me muero por empezar a entrenar.

—Solo espero que este año no haya tantas novatas como anterior, ni que se inscriban niñas que solo quieren llamar la atención, es todo un fastidio y perdida de tiempo estar teniendo que recordarles cual es su arquería y tener que parar el juego por que a alguna se la rompió la uña —Voltea a verme —¿No crees?.

—Puedo aceptar que se inscriban novatas pero que aprendan rapido y se pongan al nivel de equipo en poco tiempo, a finales del año pasado, aun había chicas que no sabían la rutina de calentamiento ni tampoco lo que significaba tarjeta roja o amarilla —Amatista me da la razón, asintiendo con la cabeza.

—Bien, nos vemos al rato, tengo que comer —Recoge sus cosas y nos despedimos.

Como treinta minutos después ya tenia el arroz listo y puse en una taza que regresaría después. Los granos tardaron más y no me los podía llevar todo junto con el arroz, pero tuve la idea de llevar el arroz primero y regresar antes que se quemara mi sopa.

Quisiera poder decir que pase con la comida como si nada, pero la verdad, es que me queme cuatro veces, casi me tropiezo con los escalones y cuando estaba abriendo la puerta se botó un poco del liquido recién sacado del fuego sobre mi brazo y el suelo, y si, me tuve que comer lo que preparé con mi mano izquierda por que con la otra no podía.

Después de maldecir mi quemada y a los cocineros por no ponerse a hacer su trabajo a tiempo, comí, mirando feo la olla de presión que tenia a un lado de la mesa.

Terminé de comer y me acosté para descansar un rato y cerrar los ojos, no podía durar mucho en eso, aun tenia que ir a la reunión esa. Ya tenia una idea de como seria todo, primero nos dan la bienvenida y felicitan por otro año en el instituto, después pasan a recordar las reglas de convivencia y las del uniforme, luego nos dan el horario de clases y las profesoras que se harán cargo de nosotras, y por final, las inscripciones para los Grupos Estables, que es lo mismo que un club, entre ellos, el equipo de fútbol.

Miré la hora, casi las tres. Me cepille los dientes y tome un cuaderno y un lápiz antes de salir y baje las escaleras, rogando que instalen un maldito elevador de una vez por todas; Y, para colmo, mi salón está en el segundo piso, está mas que claro que llegue sudando.

Ya la mitad de las chicas de mi sección hacían acto de presencia, ninguna con el uniforme y sin rastros de Rose, creo que llegue temprano. Algunas me saludaron cuando entre, otras solo me miraron y el pequeño grupo de chismosas empezaron con murmullos y miradas hacia mi, por causa de mi ropa; Al parecer les quema, les arde y les duele que yo no use ropa que entre en el ridículo estereotipo de mujer, les parte el alma que nunca use falda, ni sostén, ni maquillaje, ni tacones, ni cualquier cosa que entre en el rango de cosas que una mujer deba usar. Pero ya me acostumbre y me encanta que me odien, es lindo tener a un grupo de personas que lo primero que hacen al despertar es pensar en mi.

Amatista estaba en las mesas del medio al otro lado del salón garabateando en un cuaderno. Me acerque y de inmediato cerro su cuaderno y se acomoda en la silla que tiene a lado para darme la que ella estaba usando.

—¿Que haces? —Pregunte apenas me senté.

—Nada —Responde con frialdad.

—¿No llega tu madrina? —Me mira con cara de obviedad.

—¿Acaso no las ves? Ella está allí frente a todas —Responde con un tono de voz muy molesto.

—Oye, pero no pagues tu rabia conmigo —Puse mi cuaderno en la mesa y ella da un largo suspiro.

— Lo siento, es... Es nada —Desvía su mirada.

—Es Perla ¿No?.

—¡Agh! No se puede con esa chica, le hice el almuerzo y terminamos peleando como dos adolescentes...

—¿Como terminaron peleando? - Pregunto extrañada.

—¡No lo se! De un momento a otro ya estábamos nos gritando al una a la otra —Estrella ambas manos en su cara y gruñe un poco.

—Ya se arreglaran las cosas, solo dale tiempo para que deje el orgullo y ten más paciencia —Pongo mi mano en su cabello.

—¡Buenos días! —Todas volteados a ver quien había entrado, era Rose y Perla detrás de ella. Algo en Rose llamo mi atención, ¡Está embarazada!.

—Buenas Tardes —Le corrijo.

—Cierto, ¡Buenas tardes! —Unas pocas, y yo, le respondimos el saludo —¿Y esos ánimos? No voy a empezar hasta que lo hagan bien —Ya que tenia la atención de todas, nos levantamos y le respondimos como ella quería —Mejor. Pueden sentarse.

Le hicimos caso y Perla dejo unas cosas en el escritorio para sentarse a mi lado. Como lo tenia planeado, hizo lo mismo que pensé: Bienvenida, repiten las normas, horario de clases y los nombres de los profesores de nos darán cada materia, las fechas para inscripciones y por ultimo nos contó un poco sobre su embarazo, a petición de todo el salón.

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¡Hola! Capitulo entregado, más largo de lo normal, 3550 palabras y en promedio de los primeros capítulos era de 2000 a 2600, creo que es un avance.

Estaba re-leyendo los capítulos y me di cuenta que no había puesto en claro que es un instituto de mujeres, y no hay hombres (Viva mi lógica). Solo queja dejar en claro eso.

A continuación unos planos que hice para que vean mejor como es la infraestructura de el instituto "Rebel Gems", si, ya le puse nombre.

Si, ya se que mejor me quedo como escritora en lugar de arquitecta pero es que soy pésima describiendo lugares y mejor dibujo para que tengan una imagen mental.

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