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Capitulo 11: Niña.

Narra Lapislazuli:

Sonó el ultimo timbre, indicando que era hora del almuerzo. Todas las chicas del lugar se movilizaron a los comedores y esperamos a que la comida estuviera lista, normalmente no tardaría mas de 15 minutos o menos pero, al ser la primera semana, se dan mucho postín y tardan mas de lo usual.

En las mesas no veo a nadie conocido —y si las hay, no quiero estar con ellas —. Elijo sentarme en un lugar apartado y ver como va a ser la jerarquía de las mesas, ya saben, las clásicas chicas que se creen superiores, puedo ver donde serán sus lugares este año y evitar molestias con esas delincuentes de maquillaje.

Veo a lo lejos unas chicas que estudiaron conmigo el semestre pasado, algunas me saludan. Perdí un valioso semestre por causas personales, debería tener un año más del que tengo ahora, supongo que le hice falta al equipo de natación.

Una rubia con lentes grandes llama mi atención, es mi compañera de cuarto, una bebe mejor dicho. Es una mocosa de no más de 17 añitos, y estudia tercer semestre universitario con notas increíbles, realmente humilla a cualquiera; Yo a esa edad aun le tenia miedo a las cucarachas y al monstruo de mi armario, y esta niña estaba esperando los 17 para entrar a este lugar. Me hace sentir tan vieja.

—¡Hola Lazuli! —Grita para saludarme, creo que todo maldito mundo volteó a verme.

—¡Hola Peridot! Ya te dije que no me digas Lazuli —Murmuro entre dientes.

La pequeña rubia volvió a lo suyo, se encontraba con Amatista, una jugadora de fútbol que conocí hace tiempo más no había intercambiado más de unas cuantas palabras con ella; y con Rubí, la misma interacción que con la otra. Peridot comento algo sobre que ella la había ayudado a encontrar este instituto.

Se sentaron juntas y después llegó la ex-novia de Amatista. Son las lesbianas más raras que conozco, es decir, si una mujer no le habla a un hombre después de terminar por cuestión de orgullo, no imagino que dos mujeres que terminaron en malos términos, según me contaron, puedan sentarse en la misma mesa a comer y hablar tan tranquilamente. Es que no lo entiendo, no digo que por ser tu ex se deban odiar a muerte ni nada, solo no me parece algo que veas a diario.

—Se te van a salir los ojos mirando a otra mujer... —Murmuraron en mi cuello. Dios del cielo, dame valor para salir de esta sin una expulsión o suspensión.

—Largate Jaspe —La aparto bruscamente de mi.

—Es un gusto volver a verte... Dime ¿Como has estado? —Ignora mis intentos de que se largue y se sienta mi lado mientras me abraza de los hombros contra mi voluntad.

—Estaba de maravilla, hasta que recordé de existías y la felicidad se esfumó —Respondo irónica mientras lucho por soltarme de su agarre.

—Es curioso, se me alegró la existencia solo al verte; creo que mientras más te veo más viva me siento y tu que mientras más me ves, más deseas que muera. Es como un circulo vicioso del que no quiero salir jamas...

—Mira nada más, me salio poeta y tal... ¿Qué es lo quieres? —Pregunto resignada.

—A ti —Me toma del mentón y me obliga a ver sus hipnotizantes ojos color ámbar, son una mierda demasiado bella para estar en el cuerpo de semejante idiota.

—Pues te vas a quedar con las ganas porque yo no te quiero volver a ver... —Me levanto con rabia y la dejo en la esquina, no volteo a verla y no siento remordimiento alguno por ello.

Me voy a las mesas que están más cerca de la cocina, allí no se me va a acercar, hay maestros y cocineros vigilando constantemente; y, como bono extra, la comida estará más rapido en servir.

Espero como el resto a que nos den de comer, he de admitir de valió la pena: Estaba delicioso. Antes de que terminara, colocaron en una cartelera el horario de la comida, es decir, lo que nos servirán en esta semana. Al menos en eso si se organizan bien.

Salí de ese lugar rapido, no quiero encontrarme con la tarada de Jaspe.

Aun me da asco decir que ella yo estuvimos en una relación... Siento repudio, ganas de vomitar, náuseas, fiebre y odio todo junto solo al recordar lo que pasó entre eso y yo. Es como un mal recuerdo de una fea enfermedad.

Mi relación con ella no fue más que un horrible error de adolescente curiosa. Si, se puede decir que siempre tuve esa curiosidad hacia el sexo bello —sexo femenino —que aun hoy la tengo a flor de piel. Debí elegir mejor a la persona con la cual poner en prueba mi gusto peculiar, y me arrepiento de haber experimentado con ella. Fue una relación toxica, y no deseo volver tener algo similar en la vida. Tal vez por eso no me he dado la oportunidad de conocer a alguien nuevo y que me haga olvidar lo que sufrí.

Recorrí los pasillos hasta llegar a la piscina, no hay rastro alguna profesora o del encargado de su mantenimiento. Como extraño sentir esa sensación de flotar y olvidar a la gravedad por un momento para se totalmente libre. Desgraciadamente está cerrada; Aunque, eso no evita que pueda seguir imaginando el glorioso espacio de tiempo en que me pueda relajar totalmente.

Busqué a la profesora encargada del equipo de Water Polo, más, no tuve suerte. Esperé un poco cerca de los salones de gimnasia, que se ubican con las duchas, para ver que información podía obtener sobre las fechas de práctica. La hora del entrenamiento de fútbol llegó y la profesora Bismuto mando a sus alumnas a estirarse con precaución, siguiendo una rutina que, por lo visto, la mayoría ya se sabia de memoria.

Decidí ir a hablar con ella y ver que me puede decir.

—Disculpe, profesora — Ella se voltea y me ve algo sorprendía; ha de creer que deje de estudiar por no verme después de casi un año.

—¿Lapislazuli? Creí que ya no te volvería a ver —Forma un sonrisa para voltear a ver a sus alumnas y hacer una seña rara.

—Si, tuve problemas, ya sabe la familia — Trato de mostrar un sonrisa.

—Entiendo, lamento lo de tu madre... Y dime, ¿En qué puedo ser útil? — Vuelve a mirarme. Sentí un nudo en el estomago, aun no me acostumbro a que hablen de madre con lastima.

—Emm... ¿Donde está al entrenadora del equipo de water polo?.

—¿Turquesa? —Asiento con la cabeza —Ella, me debe dinero... —Mira con recelo a la piscina.

— ¿Y está en el banco o qué?.

—No, el equipo de water polo arranca con entrenamiento el jueves, o eso escuché, preguntarle a Rose o las directoras, de seguro saben algo con más bases que chismes. Como sabrás, las profesoras de educación física somos las ultimas en enterarnos de lo que pasa —Dice con humor.

—Entiendo, entonces... Nos vemos.

—¡¡Eh, tú!! ¡Si, tú! ¡Te vi cuando le tiraste el balón! —Toca su silbato un par de veces, dejando mis oídos sangrando, voltea a verme y se despide con rapidez — Nos vemos — Camina hacia la cancha intimidando un poco a sus alumnas — ¡¿Por qué la pelea?! ¡Rubí, por favor, tú ya sabes lo que opino de llevar a mis alumnas a la enfermería!.

A estas voces, se creo una especie de discusión para justificar el sangrado nasal de una chica que desconozco su identidad, las futbolistas están en problemas; Al no ser algo de mi incumbencia, solo camine para ir a mi cuarto y descansar.

La nueva recepcionista es un fastidio, no sabe quienes están en el lugar o quienes no y pide el bendito carnet ese. Las escaleras también fastidian, ¿Es mucho pedir un ascensor o escaleras eléctricas? Con lo que piden de ingreso a cada alumna ya debería tener alguno de esos.

Entré a mi cuarto y Peridot estaba en su cama leyendo un libro, al ver que entré, me dirige una mirada tímida.

—Hola Lazuli.

—Hola Peri... No me digas Lazuli, dime Lapis, ¿Si? —Corrijo, no me gustan que me llamen así, lo odio.

—... Ok... —Vuelve a su lectura y yo voy a tirarme en la cama y ver un zapato hasta que me canse.

Lo hice y no importo que se arrugara mi uniforme y que la niña me volteara a ver.

—¿Cansada? —Dice para hacer conversación.

—Mi horario para dormir es una locura: En la noche no duermo y en el día parezco un zombie buscando cama —Confieso.

—Roncas de noche, mi horario de sueño también se está volviendo loco... Creo que hay algo mal con tu tabique —Revela.

—¿En serio? No lo sabia —Miento, la verdad todo mundo me lo dice, hasta mi madre me pedía dormir en otro lugar con tal de no escucharme en las noches. Por eso, y el poco espacio de la casa de mi padre, es que duermo en el ático.

—Ja, tiene que ser chiste, si hasta pareces locomotora fusionada con un tractor —Empieza a imitar lo que según ella son mis ronquidos, aunque a mi parecer, suena como un animal sufriendo abuso sexual. Suelto un par de carcajadas.

No la considero como una amiga pero nos llevamos bien, es chistosa y no me vendría nada mal esta niña para alguna tarea, aparte es súper inocente y es algo que me gusta en una persona; Claro, inocente no en el sentido de que no sabe de drogas o sexo, mas bien en el sentido un sentido más bondadoso y tiene un visión muy buena de este mundo cruel, y solo la conozco de menos de una semana.

Cabe destacar que es agradable tenerla como compañía, no es odiosa como mi primera compañera de cuarto y eso es mejor que nada, solo hace ruido cuando lee algo chistoso y se ríe sola o habla con el libro y lo regaña y todo diciendo "Pero se supone que eso incorrecto según la teoría de yo no sé quién" o cosas por el estilo, no me molesta mientras no se meta con mis cosas.

—Tú eres peor, anoche estabas ahí toda tranquila cuando te empezaste a reír sola, eso es de locos —Contraataco, aun con un ataque de risa.

—Es que me acorde de lago chistoso —Se excusa.

—Pues, me lo hubieras contado y así nos reímos las dos —Ambas empezamos a reír.

Después de un rato de silencio, tome mis audífonos y empecé con la musica la máximo, no creo que le moleste si escucha la canción por lo alto que está en mis oídos. Hasta yo me puedo hacer daño si sigo con esta costumbre.

La primera vez que nos vimos fue algo extraño, literalmente tenia una especie de cuestionario para ver que tan compatible somos para convivir juntas. No lo esperaba, de inmediato la tache de rara y demente, pero fue divertido responder sus preguntas locas que ni yo pude darle una respuesta adecuada sin parecer una discapacitada mental.

El dichoso cuestionario era un examen que ella misma creo basado en sus gustos, las preguntas en el eran desde "¿Cual es tú color favorito?" O "¿Te gustan los gatos?" Hasta unas demasiado personales como "¿Del 1 al 10, como clasificarías tu flujo menstrual?" O "¿Que tan activo es tu deseo sexual?". No respondí con honestidad a todas e incluso no respondí algunas por mera pena, aunque después de mi respuesta ella daba la suya, no me quitaba la pena.

Creo que pasé la prueba con merito, pues, termino muy complacida con mis respuestas. A pesar de tener gusto muy diferentes, por la diferencia de edad, nuestros hábitos no se diferenciaban mucho, creí que este semestre seria una pelea eterna con mi compañera por no apagar la luz para dormir o por estar descalza, y no es así para nada: Tenemos la costumbre de dormir muy tarde y levantarnos temprano, no le molesta si estoy o no descalza, no le importa mucho mi gusto musical.

También pasa mucho tiempo leyendo libros de la biblioteca escolar y viendo series en internet, es tranquila y organizada. Hasta ahora lo único que me parece un problema es su edad, tiende a ser muy infantil, hasta tiene y peluche de alíen que su padre le regaló, y es muy apagada a su papá, lo llama seguido y le habla de todo lo que le ha pasado, así sea una total tontería. No sé si mi manía con llamar eso acto infantil, se deba a mi mala relación con mi progenitor.

Creo que me lo echa en cara propósito... O solo es mi raro problema con mi familia.

Apague la musica un momento, ella me esta diciendo algo.

—¿Que dices?... —Digo al no saber lo que me dice. Peridot da un largo suspiro.

—¿Conoces a una tal Jaspe? —Contengo la respiración un momento, parpadeo un par de veces por tal pregunta, parece asustada ante mi reacción.

—¿A que viene la pregunta? —Disimulo mi asombro.

—¿La conoces? —Repite.

—Si, más o menos... —Es mejor evitar detalles, desconozco su mentalidad ante las personas que experimentan con su mismo sexo. Aunque, yo también me doy asco por experimentar con ella.

—Ella... —Juega un poco con sus manos, está dudando en si decirme o no —Yo venia para acá y me puso contra la pared y después me amenazo con para que no intentara algo contigo, no sé en que sentido, pero me dejo en claro que tu le perteneces o algo así, y me dijo si yo me metía contigo, mi cabeza terminaría en una trinchera y mi cuerpo en un ataúd en el bosque más oscuro... —Dijo todo muy rapido y con mucho nervio, mostrando así que es aun una niña.

Mi expresión cambió rápidamente a una enojada, ¿Qué se cree Jaspe para asustar a mi compañera?. Estoy harta de ese monstruo, no puede venir así como si nada y darle un susto a una niña. Suspire con frustración, no sé como solucionar esto. ¿Es qué me tiene que celar hasta de la sobra?. Y sobre todo ¿Suya? ¡¡Ja!! ¿Qué me ve? ¿Cara de ganado como para decir que soy su propiedad?.

—¡¿Ella hizo eso?! —Dije furiosa, con Jaspe, claro está.

—Emm... si... —Murmuro, achicándose en su camita. Me recuerda a las camas de los 7 enanitos, ella podría ser Doc. La estoy asustado.

—¡Ahg! En lo que la encuentre, la voy a ahorcar. ¿Pero con que motivo viene y te amenaza de muerte? —Pregunto al aire. Me siento en la cama.

—Lo siento, no te preocupes por mi, ya estoy acostumbrada a las amenazas e insultos, lo que me preocupa eres tu... —Me sonrojo y ella lo nota —Es decir, ella realmente se ve intimidante y creo que es capaz de hacer algo o qué sé yo, me caes bien y me parece tonto que vaya por allí diciendo ser tu dueña, creo que deberías decírselo a las directoras o a la consejera —Me aconseja.

—No le hagas caso, ella lo ultimo que habría seria hacerme daño... de manera consiente —Aclaro más para mi que para ella.

—Eso espero... —Vuelve a bajar su cabeza.

—No te preocupes, ella no te va a tocar un solo pelo sin recibir sus consecuencias —Digo lo más firme para que deje de estar asustada.

—¿Qué clase relación mantuviste con ella? —Menciona curiosa. No se lo quiero decir, al menos no ahora; Es un asusto personal y no creo que involucrarla sea oportuno.

—Solo una idiotez del pasado... Nada que valga la pena mencionar —Le resto importancia con mi tono de voz y luce aun más curiosa que antes. Recuerdo lo que me dijo, ¿Amenazas e insultos?.

—Mmm... Ya veo.

—¿Por qué dices que estas acostumbrada a amenazas y demás? —Ahora la curiosa soy yo. Veo como juega un poco con su camisa, de nuevo se debate en si contarme o no.

—Es... solo una idiotez del pasado... Nada que valga la mencionar —Respondió con mis palabras y también le restó importancia. Creo que sabe que le oculto algo y ella también me oculta algo; Pero a fin de cuentas, no es mi asunto y tampoco me gusta meterme en la vida de las demás personas.

—Creo que ambas tenemos pasado complicado, ¿O no? —Me animo a preguntar después de un rato de silencio.

—Y también estoy segura que ninguna quiere que la otra se entere, ¿Cierto?.

—Cierto...

—¿Qué te parece si ambas dejamos esto hasta aquí y seguimos con lo nuestro? —Sentencia, creo que es lo más sensato.

—Otro día con más calmita hablamos —Pongo otra vez mi musica y ella vuelve a su libro.

Me perdí mi parte favorita de la canción y gruño un poco; Ella perdió el párrafo de su libro y también soltó un gruñido.

(**)


—¿Qué es lo que tramas? —Cuestiono en el marco de la puerta del piso de arriba, estoy frente a la puerta de esa idiota.

—¿A qué te refieres? Tramo muchas cosas —Dice con un sonrisa fanfarrona y me invita a entrar con una seña se su cabeza.

Está más que claro que no pienso entrar. Miro un poco ese lugar donde vive, no está sucio ni con casa en el suelo; Más bien está mal decorado y hace que me una mala vibra.

—A lo que amenazar a Peridot... —Se lo recuerdo con tono necio.

—¿Quién es peridot? —Finge desconocimiento.

—Escucha, no te hagas la tonta porque, aunque me duela admitirlo, no lo eres. No te metas con ella, la cosa es entre tu y yo, no hace falta que metas a mi compañera de cuarto —Exijo amenazante, aunque para ella solo esa una especie de juego.

—Tú no me dices con quien debo meterme. Te lo voy a explicar, si la veo muy cerca de ti, muy sonriente, suspirando tu nombre o solo pensando en ti de una forma que yo no permita... La tal peridot, que no conozco, va a terminar con los lentes metidos por el hueco —Hace un pequeño circulo con las manos y alarga la letra "E" —de la nariz, así que dile que se cuide.

—Jaspe, ¡Es una niña!, ¿Cómo crees que me voy a meter con ella? O peor ¿Cómo crees que ella pueda intentar algo conmigo? Y suponiendo la escasa posibilidad de ese improbable caso ¿En serio crees que voy a dejar que una niña siquiera intente hacer algo conmigo?. Eso es más que una ridiculez —Extiendo mi dedo amenazante hacia ella —. No te metas con ella, o la que va a salir peor eres tú.

Termino con tono autoritario y exigente para cualquiera, pero, para ella, solo fue una especie de cantaleta que ya, de tanto repetirsela, se debe saber de memoria.

—¿Ya te dije lo linda que te ves enojada? —Gira su cabeza hacia un lado y me trata de mirar con ternura, solo obteniendo una fea mueca que daba miedo.

Suspire molesta y solo salí de allí sin saber si lo que acabo de hacer funcionó o no, quien sabe, tal vez solo hice que se metiera más con la pobre de Peridot. Espero que esto haya valido de algo, porque lo menos que quiero que esa niña salga pagando cuentas que no son suyas.

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¡Hola! ¿Alguien dijo Lapidot? ¿Alguien dijo Jaspis? ¿No?... Ok, yo solita le doy en la estrella.

Aun esta abierta la ronda de preguntas. ¿Ya les dije que amo que comenten?.

¿Les cuerda a alguien? XDXDXDXD

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