scemo
El rubio se mantuvo inmóvil varios segundos, simplemente apreciando las marcas moradas en el cuello de su amor pelinegro.
—Yo... ¿quién? Cómo... ¿cómo pudiste?—murmuró, después de mucho tiempo.
El hijo de Hades lo miraba atentamente, con ojos inexpresivos y las manos metidas en los bolsillos de sus jeans entubados.
—Yo... yo pensé que teníamos algo, Nico—agregó, bajando la mirada.
Y tal vez esperaba alguna respuesta de película, donde Nico respondía lanzándose a sus brazos y llorando, exclamando entre lágrimas y con un tono arrepentido que no existía nadie más que Will para él. Quería una explicación complicada y detallada, en la cual el pelinegro contara cómo y cuánto había intentado olvidar sus ojos de cielo para caer en cuenta de que era simplemente imposible, lo mucho que se arrepentía de todo lo que había hecho, pero cómo juraba no volverlo a hacer jamás. Por supuesto que no esperaba la propuesta de matrimonio, o una petición de pasar la noche juntos, pero... pero hubiera sido lindo, también.
Tal vez estaba esperando demasiado, con muchas ilusiones y ganas de aferrarse a humo, pero rogaba que Nico admitiera amarlo, que ese chico pelinegro por el cual moriría sin vacilar admitiera sus sentimientos y aceptara estar completamente loco por el doctor.
Claramente esperaba demasiado.
Y lo supo exactamente cuando esos dos orbes del color de la obsidiana, inexpresivos y superficiales lo escudriñaron en silencio, formando una pequeña mueca de disgusto en los labios del italiano.
—Scemo, ¿cuándo te hice pensar esas cosas?
El mundo se cayó a pedazos en ese instante.
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btw esto es extracto de algo mucho más doloroso y grande, just you wait *emoji de los ojitos viendo hacia la izquierda*
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