Romances (in)necesarios
Basado en el AU: "Soy el príncipe y tú eres el príncipe de otro reino. Mi padres acaban de decirme que haga lo que sea necesario para asegurar que un tratado entre ambos reinos sea firmado y, hey, creo que nuestro amor prohibido por fin podría resultar útil."
El pelinegro se dejó caer pesadamente sobre los cobertores amarillos de la cama, su viaje había sido cansado y aún no se adaptaba al cambio de horario. Se llevó el antebrazo a los ojos y lo mantuvo ahí, soltando un gruñido.
-Odio esto de estar yendo y viniendo de un reino a otro cada dos meses, ¿te lo había dicho? Lo odio, lo odio, lo odio. Es tiempo de que esos malditos papeles se firmen para así poder librarme de todo esto.
-¿Acaso odias venir a verme?-Will se llevó una mano al pecho dramáticamente, abriendo su boca en una perfecta 'o' para simular dolor.
Nico dejó una suave risa escapar sus labios.
-No, bien sabes que no. Sinceramente, estoy muy convencido de que saber que te veré una vez llegue es lo único que hace los estúpidos viajes soportables.
Una sonrisa idiota se posó en los labios del mayor.
-Awww, me amas. Soy tu otra mitad, tu alguien significante.
-Cuando te pones así resultas ser sólo una molestia significante. En serio, hay veces en las que lo único que deseo es estrangularte de lo mucho que me fastidias.
-Oh, ya me vengaré yo de eso.
-Haz lo que te venga en gana, estoy cansado. Déjame dormir.
-Es mi habitación.
-No podría importarme menos, Solace.
Una sonrisa socarrona escaló hasta posarse en labios del rubio, quien inmediatamente con un paso lento pero preciso se acercó hasta el pelinegro, colocándose a horcajadas sobre su delgada figura.
Nico retiró su brazo con lentitud al notar el peso suspendido sobre él. Achicó los ojos mientras que una mueca de confusión se establecía en sus facciones.
-¿Qué estás tramando?-su voz estaba apagada ligeramente por el cansancio, haciéndola sonar casi ronca.
-Te vez muy tenso, déjame ayudarte.
El menor arqueó una ceja en señal de confusión.
-No haré nada, lo prometo-los ojos azul cielo del chico brillaban con sinceridad-. Bueno... a menos que tú quieras.
Le regaló un guiño y un leve color rosado cubrió las mejillas del Italiano, éste cerró los ojos nuevamente.
-Ahora lo único que quiero es descansar-susurró.
-¿Eso significa qué...?
-Haz lo que quieras, bebé.
Will sonrió mientras dejaba a su mano lentamente deslizarse por debajo de la camisa negra de Nico, presionando la palma de la misma contra los abdominales de su novio, ganándose su nombre en un gemido como respuesta.
Sonrió mientras presionaba sus labios contra los de Nico, las manos del Italiano encargándose de profundizar el beso mientras sus esbeltos dedos se enredaban en los cortos cabellos dorados del chico contrario.
-Nico...-el nombre salió lentamente de labios rojos e hinchados en un murmuro ronco, deslizándose en un tono cargado de todas las emociones puras del momento-... eres... eres hermoso, dioses, eres hermoso. Eres hermoso y te amo.
El color rojizo de las ya de por sí sonrojadas mejillas del nombrado no hizo más que incrementar, sus hermosos orbes marrones se dedicaron a contemplar al par de irises azul cielo que lo miraban de regreso, brillando enamorados.
-Will-esta vez el nombre no salió en un murmuro, sino en un jadeo-. Yo... yo... yo quiero que te...-las manos le temblaban y su voz tenía más de una nota de nerviosismo impreso en ella.
Sabía que su petición era meramente imposible, la única manera de que tal cosa se diese a suceder sugería que ambos escaparan de sus reinos, dejando todas sus responsabilidades por detrás, y encontraran un hogar en un lugar donde nadie conociese sus caras ni sus nombres. Y, para su mala suerte, no existía lugar así.
-¿Nico? ¿Pasa algo malo? Sabes que estoy aquí si necesitas hablar-los brillantes ojos del rubio se nublaron con preocupación, se había retirado de su previa posición a horcajadas sobre su novio y se había dejado caer al lado de éste en el colchón, la mano que antes había estado deslizándose sobre la piel del Italiano ahora lo sostenía por la cintura sobre la camisa.
El azabache tragó grueso.
Con manos temblorosas se colocó encima del otro chico, inhalando ruidosamente y cerrando los ojos brevemente para después volver a abrirlos, cualquier rastro de nerviosismo ahora remplazado por una decisión bastante habitual en ellos.
-William Solace: quiero que te cases conmigo-su tono era firme, serio. Sonaba como una orden pero había un cierto deje de esperanza en él, algo de cariño se escondía dentro.
-Nico-una sonrisa escaló hasta los labios del rubio-, yo... yo acepto.
Olvidando por un momento las complicaciones de cualquier compromiso que estuvieran a punto de realizar, juntaron labios y se fundieron en un beso completamente opuesto a los primeros. Era lento, suave, cargado de ternura y dejaba asomar pequeñas sonrisas victoriosas.
Se separaron.
Y entonces las preguntas empezaron.
-Pero... ¿pero cómo lo vamos a hacer? Nadie... nadie sabe de lo nuestro. Y el reino no lo aceptaría...
-¿Escapamos juntos?
-Pero... pero tenemos responsabilidades... y los reinos...
-¿Los dejamos atrás?
Una sonrisa triste se posó en los labios de Will.
-Tal vez tú puedas, Nico, después de todo Hazel siempre tomará tu lugar pero yo... mis hermanos han muerto, Kayla ha dejado claro que ella preferiría la muerte antes de gobernar y...
-Will-los ojos del pelinegro reflejaban desesperación-. No me importa qué se tenga que hacer pero hay que hacerlo. Esto... ya no quiero seguir escondiéndome. Quiero estar a tu lado, Will, quiero que sea así por siempre. Hemos estado saliendo por cuánto ya... ¿ocho años? Todos nuestros amigos saben de lo nuestro, ¡mis padres saben de lo nuestro, por el amor de los dioses! Todos ellos se lo han tomado perfectamente, no entiendo por qué quieres seguir guardando esto un secreto. Si hay algo que debería saber entonces dímelo de una vez y...
-Había un chico-la voz del hijo del rey Lester interrumpió a su prometido, quien por un momento temió una declaración de amor repentina a alguien que no fuera él, pero dejó escapar el aire que no sabía estaba reteniendo al oír la siguiente parte-. Él... bueno, empecemos bien.
» Mis padres siempre han creído en la interacción con el pueblo. No importa de que se tratase, ellos siempre estaban ahí. Y como una de las tantas actividades con el pueblo, mis hermanos y yo estudiamos en los colegios del reino y no en casa. Bueno... ellos estudiaban antes del... del accidente.
» Siempre te la pasas comentando que soy alguien muy social y amable. Bueno, de ahí viene todo. Me llevaba bien con absolutamente todos mis compañeros y era querido entre los maestros, no sólo por ser hijo del rey sino también porque era inteligente y altruista.
» No sé a quién se le ocurrió la idea de que estaba bien contarme sus secretos. Al principio no me molestaba, era interesante escuchar y ayudar con opiniones y... yo sólo quería ver a mi gente feliz, Nico. Había sólo un escaso puñado de estudiantes con problemas en casa y aún más reducido con problemas depresivos. Todos venían a mí y era capaz de saltarme clases sólo para asegurarme de que ellos estarían bien. Pasó el tiempo y todo se volvió más problemático, empecé a dejar que sus problemas me afectaran y...
» Bueno, ese no es el punto. Un día, un chico de un grado mayor me confesó algo realmente íntimo. No me malinterpretes, todos confesaban una parte de su alma en sus secretos pero él... él admitió estar enamorado de otro hombre. Fue... fue demasiado que procesar, pues en ese tiempo yo también estaba dudando de mi sexualidad y... no lo sé, ver a alguien que se sentía de una manera igual fue bastante reconfortante. Me ayudó a entender que estaba bien.
Se quedó callado de golpe, intentando reprimir las lágrimas que amenazaban en salir con varios parpadeos.
-Will-la voz de Nico cortó en el aire, preocupación reflejada en ella al ver el estado en el que se encontraba el otro chico-. Esto...
-Déjame terminar, por favor-pidió el nombrado en un susurro. Cerró los ojos e inhaló profundamente antes de continuar con su relato.
-Me preguntó qué debía hacer. Y yo... no lo sé, mi padre siempre ha sido tan abierto conmigo en ese sentido que no pensé... no llegué a pensar que otras personas no lo serían. Nunca cruzó por mi mente que tal vez seguía habiendo gente que no comprendía el contexto de amor entre dos personas del mismo género y le dije que se confesara... ese fue mi error. Yo... no lo sé. Apenas y conocía al otro chico, había llegado una vez llorando al castillo para pedirle a mi padre unas medicinas para su hermana, la niña estaba enferma y se veía tan agradecido y contento cuando él se las entregó que... realmente no me cruzó por la cabeza que la gente aún tuviera prejuicios, Nico.
» Puedes imaginarte cómo sucedieron las cosas. No resultó bien. Este chico fue un completo idiota y con un grupo de amigos... le hizo cosas horribles. Dioses, Nico, se burlaron de él sin fin y lo degradaron de las maneras más horribles. Me dolía verlo sufrir, pero no era lo suficientemente valiente como para acercarme a pedirle perdón o para defenderlo en clases... lo dejé solo, Nico, lo dejé solo y él jamás llegó a ver cuánto lo sentía.
Al pelinegro se le atoró el aire.
-No estarás insinuando que está...
-¿Muerto? Si, eso es lo que está. Decidió terminar con su vida y yo jamás pude disculparme por ser un cobarde.
Cayeron en un silencio forzado, mismo que Will utilizó para intentar suprimir sus sentimientos de culpa y en el que Nico se dedicó a analizar toda la información que le había sido entregada.
-Yo... yo no quiero que nada así te suceda, Nico. Sé que es muy diferente con tu padre pero... pero no estoy seguro de que la gente aquí haya cambiado y si llegasen a hacerte o decirte algo no...
Unos labios suaves se posaron sobre los suyos, logrando callarlo efectivamente antes de que diera rienda suelta a sus lágrimas y éstas comenzaran a caer. Una por una se deslizaron por sus mejillas, mojando a la par la olivácea piel del Italiano. Pero, en esos instantes, a ninguno le podría importar menos.
Nico se separó del beso con una mirada indescifrable en los ojos y sin agregar nada más se dedicó a besar una a una las lágrimas de Will hasta que todas desaparecieron, después simplemente lo abrazó con fuerza.
-No voy a dejar que nada te suceda-declaró el pelinegro después de un rato-. Te amo y voy a protegerte, Will, no dudes por un momento en que lo haré.
-Eso lo sé, Nico, es sólo que... yo soy débil. Si ellos te golpearan yo no podría defenderte y...
-Pero yo podría defenderme. Podría defenderte a ti también. Y eso es lo que voy a hacer, nos voy a defender a los dos.
-Nunca podría pedirte semejante cosa.
-No lo has hecho, yo lo haré porque así lo quiero.
-Eso es de lo más dulce que he escuchado, pero...
-Escucha-cualquier cosa que Nico fuese a decir se vio interrumpida por leves golpes en la puerta, y después una voz masculina, distorsionada por la madera, se hizo anunciar.
-¿Will? ¿Campeón? ¿Estás ahí adentro? ¿Estás ocupado? Tu madre y yo tenemos que hablar contigo.
-Merda-maldijo el Italiano en un susurro, sus ojos escaneando la alcoba del rubio en busca de un lugar donde esconderse-. ¿Ahora que hago?
Will se levantó de la cama sin cuidado, mucho más fácil dado a que Nico ya estaba parado en el suelo, buscando frenéticamente un lugar para esconderse. Se arregló la ropa y el cabello a como pudo y plantó un beso en la mejilla del pelinegro antes de marchar a la puerta de su habitación y salir cautelosamente.
El pelinegro dejó salir un poco de aire que no sabía estaba reteniendo y empezó a arreglarse la camisa y el peinado también. O bueno, en eso estaba hasta que oyó algo que captó su atención.
-¿Has estado llorando?-una voz femenina que Nico podía identificar como la de la reina Naomi Solace se coló por las paredes-. Dioses, Will, cariño, ¿qué pasa? ¿Está todo bien?
-Si, estaba acordándome de Michael y Lee... es... es todo-esta vez era la inconfundible voz de su novio y Nico no pudo sino preguntarse por qué mentía.
-Hijo...-la voz sonaba melodiosa, sin lugar a dudas la del rey Lester. Hubo unos segundos de silencio antes de que volviese a hablar-... urm, tenemos algo... importante... que decirte.
Nico se mordió el interior de la mejilla, jugando nerviosamente con el dobladillo de su camisa. Sabía que escuchar conversaciones ajenas estaba mal pero... ¿seguía contando como espionaje si las voces eran tan ruidosas que se escuchaban hasta donde él estaba parado?
Pasó un par de segundos más debatiéndose entre qué hacer hasta que decidió mandarlo todo a la mierda y se acercó a la puerta con suma cautela, buscando que sus pisadas no causaran sonido alguno.
Pegó su oído contra la caoba, algo que no era realmente necesario porque las voces eran tan malditamente fuertes, pero aún así le proporcionó un poco de mejor capacidad auditiva.
-Voy a pedirte un favor, ¿si? Y quiero que escuches con atención, Will, porque esto es... es importante. Verás, ya estás bastante grandecito como para comprender que asuntos de esta magnitud...
-Lo que tu padre quiere decir-interrumpió Naomi sin misericordia alguna hacia su esposo-, es que necesitamos este tratado firmado y no podríamos hacerlo sin tu ayuda. Así que, si nos hicieras el gran favor de hacer cualquier cosa necesaria para asegurar de que eso suceda pues... estaríamos realmente agradecidos.
Pasaron un par de segundos en los que ambos chicos procesaron las palabras.
-Qué... ¿qué quieren que haga?-la voz de Will temblaba con nerviosismo.
-Lo que sea, en serio. Hades parece tener un particular interés en ti, y Perséfone te trata como si fueses su propio hijo. Podrías usar eso a tu favor. Tu amistad con el heredero al trono también juega un papel mayor, ¿sabes? Es muy unido a su padre y podrías halar hilos. No lo sé, campeón, acá el que debe tener un plan eres tú.
-¿Me estás pidiendo que los engañe para que firmen un tratado?-esta vez la voz del rubio era dura y asomaba un deje de ira en ella.
-¿Qué? ¡NO! Cariño, lo que tu padre quiso decir es que los convenzas. Usa tus buenas relaciones con ellos para que crean en nosotros. Solamente eso. Nada de engaños ni mentiras.
Nico casi pudo oír como los hombros del más alto se relajaban.
-Bien. Yo... yo creo poder hacerlo.
En ese momento el Italiano se separó de la puerta, una sonrisa dibujada en sus labios.
Una vez que se hubo despedido de ambos de sus padres con un abrazo y que sus siluetas desaparecieron en la esquina del corredor, Will nuevamente entró al cuarto, una sonrisa tímida en las comisuras de sus labios.
-¿Sabes?-habló Nico una vez que estuvo dentro de los brazos de su prometido, ambos acurrucados en la cama-. Creo que al reino más que nada le convendría si nuestra boda fuera pronto. Ya sabes... para asegurar el tratado.
Will simplemente lo besó, aguantándose una risa de júbilo.
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¿Qué son los finales y cómo se utilizan, lmao?
Técnicamente hablando, en Italia reina el presidente y en Texas el gobernador, mismo que responde ante el presidente de los Estados Unidos. Pero, por el bien de este one-shot, ¿les parece si olvidamos eso y fingimos que siguen existiendo las reinas, los reyes y los príncipes en la época moderna? ¿Si? Gracias, los amo. <3
Eh... pues, ¡hola! nwn Este es mi primer one-shot Solangelo en este libro. [¿No? ¿Enserio?] Y pues... quería preguntarles qué les pareció. Estos one-shots también los estaré publicando en mi Archive of our own y en mi Tumblr pero traducidos al inglés, así que si quieren pasarse por ahí pueden hacerlo. Ambos están bajo el mismo nombre de acá de Wattpad, Valery-Snowflakes.
Ah, antes de acabar esto, quería agradecerle mucho a SweetOutrage que ha realizado la portada para este libro, ¡le quedó hermosa! ¿A qué no? También, mención especial a ella porque me impulsó a escribir esta idea que ya llevaba semanas en mi cabeza.
Como siempre, si quieren más de Solangelo pueden pasarse por mi perfil. Allá tengo dos historias más que puede que les gusten. Bueno, ¡hasta el próximo one-shot! Espero andar actualizando regularmente acá. Ya saben, si tienen alguna idea que les gustaría que escribiese pueden mandarla por un PM y yo haré mi mejor esfuerzo por escribirlo.
Besos robóticos congelados:
-Valery
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