Maratón 2/3

Capítulo siete: Linda.

Un vestido rosa junto a unas zapatillas blancas, un sweater amarillo gigante con unos jeans de mezclilla y el mismo calzado, una jardinera negra con una blusa violeta a cuadros, descalza... realmente no importaba lo que se pusiera, la respuesta siempre era la misma:

—Se ve radiante.

—Muy bonita.

Las estilistas le sonreían absolutamente a todo lo que la chica les comentara, incluso si decía que el vestuario la hacía sentir incómoda o que no iba con ella.

—Tienes una cara tan linda, que en serio no importará lo que te pongas.

—Tu cabello oscuro hace resaltar muy bien tus facciones.

Y más comentarios así mientras arreglaban su cabello y maquillaje. La rubia que las escuchaba tras la puerta, se puso celosa. Dio tres toques en la puerta y al escuchar un “pase”, entró, viendo a la chica que tantos halagos estaba recibiendo, los mismos que ella recibía en su época de aprendiz, hasta la fecha.

Pero se sorprendió al verla, sentada mientras la arreglaban, aún sin tener mucho maquillaje en su rostro. En realidad, sí era bastante atractiva.

—Buen día —hizo una reverencia, las estilistas le respondieron de la misma forma al igual que Rosé, quien también se encontraba allí, aunque, a diferencia de Jisoo, ella estaba de pie.

Tiffany la miró de pies a cabeza, regalándole una sonrisa que la pelirroja sabía que era falsa, pero de igual manera se la devolvió.

—Buen día —le habló Jisoo, sin poder dar una reverencia por estar sentada.

Contuvo sus ganas de sonreír en grande, no quería que se notara demasiado su emoción por tener a su ídola en el mismo espacio que ella.

—Oh, tú debes ser la nueva trainee, ¿no es así? —Kim asintió ligeramente—, encantada de conocerte. Vine a ayudarlas con el vestuario. Soy Tiffany Young, por cierto.

—Sí, lo sé, la admiro desde el debut —soltó, mirándola por el espejo con una pequeña sonrisa adornando sus labios.

Tiffany sonrió ladina. Sabotearla no sería difícil.

Rosé salió de esa sala rodando los ojos; definitivamente no soportaba a esa chica, su sola presencia la hacía sentir incómoda, tan molesta.

Jamás le perdonaría lo que le hizo cuando apenas llegó a la empresa.

El enojo que sentía la empezaba a consumir, y se dio cuenta al chocar con un fornido pecho y caer sentada en el suelo, soltando un pequeño grito de susto en el proceso, no alcanzando a formular ni una sola palabra más cuando se encontró con esos ojos.

—¡Disculpa!, no vi por dónde caminaba, ¿estás bien?

Sus ojos.

—Ah, yo... No, eh, digo, perdóname a mí, yo tampoco vi por dónde iba.

Él le extendió la mano y ella no dudó en tomarla para levantarse, quedando así frente a frente.

—¿No te lastimaste?

—No, no te preocupes, estoy bien.

—Es un alivio.

Suspiró, como si hubiera sido un trágico accidente para después sonreír.

Y no era la primera vez que Rosé pensaba que la sonrisa de Mark era bonita.

La rubia desaprobaba todas las prendas que las estilistas le mostraban para Jisoo, y éstas solo le brindaban miradas de confusión.

—¿Por qué no esta blusa? El azul resalta sus ojos.

—Es una tela muy fina, no puede lucirla si no está lo suficientemente delgada.

—Creo que la blanca está bien, es ancha y me cubre bastante.

Tiffany sonrió y Jisoo tomó la ya nombrada blusa blanca, entrando al vestidor para cambiarse.

Se miró en el espejo que allí se encontraba y pensó, ¿de verdad estaba gorda? Tiffany lleva años en la industria y sabe lo que hace ver bien a las chicas y lo que no, pero Jisoo en serio se estaba esforzando por bajar de peso y verse tan bien como las demás chicas.

Sacudió su cabeza, tendría que esforzarse más.

Salió del vestidor ya cambiada, recibiendo una sonrisa de la mayor.

—Mucho mejor.

Y Jisoo le sonrió de vuelta, porque en serio creyó que la estaba ayudando.

Estaban ya todos cambiados cuando Jisoo llegó a la sala de ensayos, pues había sido la última a la que vistieron.

No pasó mucho tiempo para que le dieran las indicaciones y empezaran a ensayar con el vestuario en ellos.

Debía admitir que todos se veían muy bien, más que de costumbre.

No tuvieron ningún inconveniente con sus vestimentas, por lo que decidieron que esas serían las que usarían para presentarse más tarde.

También decidieron que todos utilizarían un cubrebocas negro para llamar la atención por su número de baile, sin dejar sus rostros totalmente al descubierto y así causar intriga.

Key había corregido sus detalles en el baile y al terminar el ensayo, los felicitó, por lo que estaban seguros de que lo harían bien.

—¿Cómo te sientes?

Yugyeom se acercó a Jisoo. Ésta le sonrió.

—Bien, estoy bien. La ropa me hace sentir cómoda, pero no sé si sea adecuada, todos se ven muy bien —bajó la vista, riendo un poco.

—¿Tú crees? —ella asintió—, tú también te ves bien, y como el bailarín principal de mi grupo puedo decirte que ese atuendo es muy cómodo para hacer cualquier movimiento.

—Es reconfortante escucharlo, me estaba preocupando porque pensé que no me veía lo suficientemente bien —alzó la vista.

—¿Quieres ir a cambiarlo?

—¿Puedo hacer eso?

—Siempre y cuando elijas algo mejor. Como la nueva, debes destacar bastante y no quedarte atrás. Puedo acompañarte si quieres —le regaló una sonrisa.

—Claro.

Salieron de la sala sin hacer demasiado ruido, iban de puntitas en busca de un nuevo vestuario para Jisoo riendo por lo bajo.

—¿Por qué caminamos así? —preguntó la mayor.

—Porque así es más divertido.

Y continuaron riendo hasta llegar.

Revolvieron la ropa hasta encontrar una prenda que a ambos les gustó bastante, la misma prenda azul que las estilistas le habían recomendado.

—Pruébala.

Jisoo asintió, entrando al vestidor mientras Yugyeom la esperaba afuera.

Al salir, con su característica sonrisa de corazón y mirando al menor, no esperaba la respuesta de este último.

—Es tan linda... —le sonrió y Jisoo amplió su sonrisa, el menor se acercó un poco, mirando los ojos de ella, permitiéndose perderse por un momento en estos—. Eres tan linda...

Me gusta el ritmo que lleva la historia. 🥰

¿Les gusta la portada? Me parece muy bonita, no puedo dejar de mirarla ajdnaks. ♡