✦ Capítulo once.
Capítulo once: Comerciales y confesiones.
—Tendrás algunos comerciales, explotaremos tu belleza.
Jisoo sonrió, aunque no lo demostraba, estaba nerviosa, estas últimas semanas había hablado mucho con Jinyoung, semanas en las que él le contó lo difícil que es la exposición al público, las críticas e, inclusive, los fans.
Park no se daba cuenta, pero cada vez que tenía la oportunidad, aconsejaba a Jisoo y la cuidaba.
Jennie notó eso y por supuesto que no pasó por alto por Yugyeom.
Quien estaba cada vez más celoso, a pesar de que confiaba en que Jinyoung no sentiría nada por ella porque muchas veces dijo que el amor, en su posición, no lo ayudaría en nada.
De cierta manera tenía razón, pero Yugyeom no quería aceptarlo y solo esperaba que Jisoo, algún día, lo mirara con cariño.
O por lo menos, poder tener un poco de cercanía con ella, que ría con él tanto como ha empezado a hacerlo con Jinyoung.
Jinyoung, Jinyoung, Jinyoung.
¿Por qué está tan celoso de él si sabe que no va a quererla? ¿En serio no va a hacerlo? Entonces, ¿por qué sus ojos brillan de una forma diferente a como lo hacían en un principio cuando la miraba? Al comienzo, ni siquiera la quería en la empresa y ahora, cada vez que tiene la oportunidad, pasa tiempo con ella.
Pero Yugyeom solo debe estar sobre pensando todo tal como un tonto enamorado.
Sí, a Jinyoung no le gusta Jisoo.
—Jisoo, ven a almorzar con nosotros —sonrió, últimamente sonríe muy seguido, sobre todo cuando la llama.
No, no le gusta.
Jisoo se fue de la empresa más temprano que los demás, puesto que fue a grabar un comercial, uno de algunos que le avisaron que tendría.
Quedando así en la sala de prácticas las tres chicas restantes y los chicos.
Estaban practicando idiomas y era el momento en donde Rosé y Mark pasaban más tiempo juntos, donde hablaban en inglés y los demás no entendían del todo lo que decían, por lo que solo seguían practicando. Por supuesto, todos a excepción de Jennie, pero siempre olvidaban ese detalle.
—Me gusta hablar contigo —soltó Rosé, se prometió no ser tan tímida con él y comenzar a acercarse, no ser solo una amiga, sabía que a muchas chicas les gustaba tanto como a ella y no quería que nadie lo enamorara primero, no sin haberse esforzado antes a pesar de temer por su carrera.
—Y a mí contigo, Rosie, eres muy especial para mí —sus mejillas se calentaron ante las palabras de él—, eres como mi mejor amiga, entiendes todo lo que digo y no solo me refiero al idioma —ambos rieron—. ¿Puedo contarte un secreto?
—Sí, obvio, puedes contarme todo lo que tú quieras —intentó ocultar su emoción, tener la confianza de la persona que le gusta la hace emocionarse.
—Yo... Me... me gusta alguien —confesó, cubriendo al instante su colorado rostro y dejando a la chica sin palabras.
¿Alguien? No quería ilusionarse pero, ¿podría ser ella? ¿Por qué lo soltó tan de repente? ¿Por qué lo dijo justo en esta clase? ¿Será porque los demás no entenderán? ¿O porque espera que únicamente lo entienda ella?
—Sé que es repentino, pero necesito consejos amorosos y los chicos no me ayudan mucho que digamos... —separó el índice de su dedo medio para mirar a Rosé desde ese pequeño espacio.
No estaba mintiendo, Jaebum no lo escuchaba porque desde hace un par de días se estaba comportando extraño y no quería hablar con nadie. Jinyoung no apoyaba el romance entre trainees. Yugyeom tenía sus propios asuntos que resolver y no lo quería molestar con sus problemas y el resto de los chicos, no eran tan accesibles con estos temas.
—¿Qué necesitas saber? —apoyó su mentón en sus manos, sus codos estaban afirmados en sus rodillas, estaban ambos sentados en el suelo, algo alejados de los demás.
—Para empezar... me gusta una chica, tú eres una chica, y eso me lleva a la primera pregunta, ¿qué les gusta a las chicas?
¿Ella? ¿De verdad tenía que ponerse de ejemplo? Porque, si fuera totalmente sincera, respondería que le gusta él, tocar la guitarra, verlo sonreír, comer, cantar y de nuevo, él.
Pero no podía decirlo, al menos no ahora.
Quería estar segura de que la chica de la que le estaba hablando era ella y no otra.
—Nos gusta la atención, o eso creo —respondió, dudosa—. ¿Has visto a esas chicas de las películas que se vuelven locas si su novio no ve su mensaje enseguida? —él asintió—, bueno, creo que es importante. No sé, no he salido con nadie nunca, estoy improvisando.
Eso lo hizo reír fuerte y apartar las manos de su rostro.
—¡No te burles de mí! —Rosé también estaba riendo.
—No me burlo de ti, es solo que eres muy tierna —las mejillas de él ya estaban como siempre, pero las de ella volvieron a pintarse de rojo, las risas cesaron—, incluso si no sabes mucho de lo que te pregunto, intentas ayudarme, eso no lo hace cualquiera. Gracias, Rosie.
Acarició las manos de la pelirroja, sonriéndole y logrando que su corazón se descontrole.
¿Cómo puede ser tan lindo? ¿Cómo pueden prohibirle amar a alguien como él?
A ratos, le gusta creer que él siente lo mismo que ella.
Terminaron tarde, muy tarde de grabar, pero todos quedaron satisfechos con el resultado, hasta Jisoo, a la cual elogiaron mucho durante todo el día.
La pelinegra ya estaba bastante cansada, quería llegar a conciliar el sueño y no pensar en nada más, hasta que recordó.
—Disculpe las molestias, ¿podríamos ir directo a la empresa, por favor? No hace falta que pasen a dejarme al departamento.
—Como diga la señorita Kim.
Le respondió el chófer y la mencionada sonrió y le agradeció.
Al llegar, entró y recorrió los pasillos, logrando encontrar entre ellos a quien vino a buscar.
—Jinyoung —esa característica sonrisa de corazón se dibujó en sus labios, siendo respondida por otra sonrisa.
—Jisoo, creí que no vendrías.
—Creíste mal. Vamos, ya es tarde —él asintió.
Desde que Jisoo se enteró de que cierta chica esperaba por Jinyoung todo el día afuera de la empresa, empezó a acompañarlo hasta su departamento, no tenía muchos detalles de la situación, pero sabía que, estando en su lugar, le daría mucho miedo que alguien la siguiera de noche, o incluso de día.
—¿Cómo te fue? —preguntó él, ya camino al departamento.
—Bastante bien a decir verdad, aunque fue difícil al principio, no me sentía tan confiada con la cámara, pero al pasar algunos minutos, se me fueron los nervios.
—Entiendo eso, me pasó. Respirar y ser bonito a la vez no es tan fácil como parece, aunque ahora es sencillo para mí, lo hago todo el tiempo —recibió un pequeño golpe en el hombro de parte de ella, riendo.
—¿Te han dicho que eres un presumido? Tienes mucha confianza, ¿cómo haces?
—Me repito a mí mismo que soy genial hasta creérmelo, solo puedo escucharme a mí si quiero avanzar y no decaer.
—Tienes mucha razón... —miró sus ojos y le sonrió—. Haré lo mismo a partir de ahora.
—También me tendrás a mí para recordártelo si es que algún día lo olvidas, estamos juntos en esto después de todo —le sonrió de igual forma.
—Entonces, haré lo mismo contigo si algún día no te sientes lo suficientemente bueno.
—Dudo que eso pase, soy muy bueno —los dos rieron—, pero gracias.
Sin darse cuenta, sus pasos iban sincronizados: ella ya no corría porque él la dejaba atrás, sino que iban al lado del otro, sonriéndose y, sin notarlo, prometiéndose apoyarse aún si nada parecía tener sentido.
Ahora no se percataban de la situación, pero, quizás en un futuro, la entenderían.
—Ya estamos aquí, puedes entrar.
—¿Tú estarás bien? —mostró preocupación por primera vez, sabía que vivían bastante cerca, pero, de todas formas, igual era tarde.
—Sí, estaré bien, no te preocupes.
—¿De verdad? Puedo ir a dejarte. Voy a ir a dejarte.
No le dio tiempo ni de hablar cuando tomó su mano y la llevó hasta el departamento de las chicas.
El camino no fue largo, sin embargo, Jisoo, en todo el recorrido, no pudo evitar mirar sus manos juntas.
Hace tiempo no sentía lo que era ser tomada de la mano, no recordaba que fuera así de cálido.
Y ni hablar de la última vez que un chico fue a dejarla a su hogar, si lo pensaba bien y buscaba entre sus recuerdos, Hanbin nunca lo hizo.
Pero Jinyoung solo estaba siendo amable con ella, ¿verdad?
—Ya llegamos, entra.
—No tenías que hacerlo.
—No pasa nada, tú siempre vas a dejarme, tenía que hacerlo yo alguna vez.
—Gracias...
Mira sus ojos y él se permitió hacer lo mismo con los suyos.
Sus ojos son bonitos, incluso si son oscuros, eso también debe gustarle a Yugyeom de ella.
Ha seguido con la lista de cosas que supone que le gustan a Yugyeom de Jisoo, quiere comprender lo que siente para ayudarlo, o eso es lo que se repite siempre.
—N-nos vemos mañana, adiós —habla ella, sacándolo de sus pensamientos.
—Adiós...
Siente cómo esa calidez que tenía en su mano derecha desapareció, queriéndola de vuelta.
No sabía que ir de la mano con una chica se sintiera así, a pesar de que fue involuntario.
Sonrió para sí mismo, volviendo a su departamento, tratando de pensar en otra cosa que no fuera Kim Jisoo.
Pero no podía.
¿Es normal, no? Le tiene cariño después de todo, la clase de cariño que le tiene a los chicos y a Jennie: uno de amigos, de compañeros.
Primer aviso: Jinyoung nos va a estresar. Bye. 😼
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