54. Son todas mentiras
Me dijo un millón de tonterías tratando de apaciguar el error que había cometido, pero yo no lo perdoné. Es más, deje de hablarle por más de dos semanas, y aún estoy sin hablarle.
¿Quién se cree haciendo que mi corazoncito es un juguete?
Sus besos con intenciones de continuar, sus constantes insinuciobes por querer hacerme algo pervertido ya me tenían harta. Lo aguanté porque creí que esa era su forma de expresar su amor, pero veo que ese no era el caso.
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