33. Mi admirador no tan secreto
La noche fue memorable y fui escoltada por Marcus el nieto de los Gómez, sus abuelos le obligaron para que no me ocurriera nada en el trayecto (que pareja más dulce).
Al llegar a la puerta de mi habitación Marcus, me miró con ojos de cachorro como si me pidiera disculpas yo en respuesta a aquello revolví su cabello y le dedique una disculpa luego de decir:
"Disculpas aceptadas, muchas gracias por traerme"
Él enseguida se despidió y corrió hasta llegar al ascensor, yo me burle de él. Al día siguiente recibí un desayuno que contenía una nota me sorprendió lo que decía:
"Buenas días hermosa flor, quisiera haberte hecho el desayuno yo mismo pero no tuve la oportunidad ¿Me disculpas? "
Ni el sobre ni el papel contenían destinatario, pero yo ya sabía quién era.
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