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Capítulo 6

—¡Ay Lujak! —exclamó Akane con una mano sobre el pecho—. Me asustaste.

—Lo siento, no era mi intención. — Se disculpó el niño con una sonrisa tímida.

Lujak era un niño que llamaba la atención, debido a su cabello color ceniza a juego con sus pequeños ojos azul oscuro, y las pecas sobre su nariz. Cuando lo había visto luchar contra Ahián, la joven pudo notar que le alcanzaba a los hombros y suponiendo que tenía unos 12 años, era muy alto.

Él avanzó hacia ella y se sentó a un lado sobre la arena.

—Descuida. — Le sonrió—. ¿Hace mucho estás ahí?

—No tanto —respondió y desvió la mirada—. ¿Cómo hiciste que tu cabello cambie de color?

—Así que me has visto —suspiró ella desviando su mirada hacia el inmenso océano—. Con concentración.

—¿Y por qué Ahián no cambia el suyo? —preguntó curioso mientras dibujaba garabatos en la arena.

—Es complicado... — Negó con la cabeza. Giró a ver que no hubiera nadie cerca—. ¿Sabes guardar secretos? — Él asintió—. Verás, las personas que me otorgaron el poder, son llamados Ancestros. Ellos pueden escoger a alguien en quién ven potencial para utilizar el poder, los Nelehe; o pueden escoger un objeto y bañarlo en magia y dejarlo en algún lugar recóndito, la persona que lo encuentra absorbe aquel poder y luego puede enseñarlo. Estos se llaman Eonehe y además tienen la capacidad de mantener bajo control a los Nelehe. Por naturaleza, los Nelehe resultan ser más fuertes y tienen algunos poderes que los Eonehe no pueden adquirir. Una particularidad del uso de las sombras, es que el color del cabello se torna blanco a medida que nos volvemos más fuertes.

—¿Entonces los Eonehe no pueden cambiarlo como los Nelehe?

—No. — Él la miró pensativo.

—¿Entonces eres más fuerte que Ahián? —preguntó con tono de sorpresa. Akane soltó una pequeña carcajada.

—Vamos a desayunar, Selá va a enojarse si no comemos. — Se puso de pie y ayudó a Lujak a levantarse para dirigirse donde se encontraban los demás—. No le menciones a Ahián que te conté esto, ¿sí?

—Seré una tumba —aseguró el niño imitando tener un cierre en su boca y sonrió.

Cerca del anochecer, Selá había invitado otra vez a Akane y Ahián a unirse a la fogata nocturna. Aquella noche cumplía años un joven llamado Ben, hijo del segundo matrimonio de la pequeña aldea por lo que la anciana invitó a la muchacha a unirse a las demás mujeres de la aldea para prepararse y esta, insegura de causar molestias, aceptó.

En cuanto estuvieron listas salieron hacia la playa. Selá estaba decorando unas mesas con bonitos retazos de tela de colores, Akane se apresuró a ayudarla pero la anciana le encargó que buscara la comida en su casa. Ella asintió y se encaminó hacia allí.

La cabaña de Selá era amplia, paredes de piedra y techo de madera, un ambiente rústico pero agradable. Entró a la casa sin llamar a la puerta ya que la anciana estaba fuera. Se dirigió a la cocina y encontró las bandejas con los bocadillos para la fiesta, agarró dos de ellas con sumo cuidado de no tirar al suelo la comida y se giró en dirección a la puerta. Al llegar se dio cuenta de que con ambas manos ocupadas no podría abrir la puerta y volvió a la cocina para dejar una y poder abrirla, pero al girar se encontró con Kai, quien solo llevaba unos pantalones, presumiendo su torso trabajado. Akane se sonrojó. Había olvidado que el muchacho vivía con su abuela.

—¿Te ayudo? —ofreció él al verla con las bandejas. Ella asintió, avergonzada.

—Lamento haber entrado sin avisar, como Selá estaba afuera creí que no había nadie aquí. — Se disculpó y desvió su mirada hacia el suelo. Él le sonrió y le abrió la puerta para que pudiera salir.

—Dame un momento y te ayudo con las demás bandejas. — Le dijo sonriendo—. Por cierto, te ves bien Akane.

La chica le agradeció con una sonrisa de lado que tenía más aspecto de mueca de molestia, y salió de la casa hacia la playa.

Una mujer cantaba y su hermano tocaba la guitarra para ambientar la fiesta, mientras todos bailaban y reían. Ahián y Kai hablaban un poco alejados del resto y Akane estaba sentada junto a Selá en la arena, admirando a las personas divertirse.

Al terminar de cantar con su armoniosa voz, Nara felicitó a Ben por su cumpleaños y anunció un pequeño receso. Todos se dispusieron a buscar un trago, incluso Kaize y Ahián estaban ahí. Akane en cambio, se había ofrecido a ayudar a Selá con las cosas vacías para llevarlas a su cabaña y lavarlas.

—Es muy tranquilo estar aquí.— Comentó Nara mientras se acercaba al lado de Akane con un trago y una sonrisa.

—Desde luego que sí... —dijo la otra muchacha con una sonrisa tranquila mientras ordenaba unos platos.

—Akane —interrumpió Kai, quien tenía un aspecto de haberse pasado con el alcohol—. Te reto a una pelea.

—¿Ahora?

—Ahora. — Le respondió con tono firme. Nara le lanzó una mirada de duda a Akane, y ella le devolvió otra disculpándose.

—Hablamos luego — Se despidió Nara y fue a reunirse con su hermano.

—Creo que deberías ir a dormir ya, en ese estado solo harías locuras —reprendió con cansancio y seriedad. Kai soltó una carcajada.

—No sin antes pelear —dijo alegremente. Maniobrando con sus manos, levantó unas raíces que se dirigieron a toda velocidad hacia Akane, pero la muchacha ya había aprendido el truco y las evadió. Corrió en dirección a la playa, para no dañar a las cabañas de la aldea, y se puso a la defensiva.

—Kai, podríamos hacerlo mañana, no estás sobrio ahora —advirtió preocupada.

Este haciendo caso omiso, elevó la tierra desde debajo de los pies de ella y le dio forma de pilar. Akane se tambaleó y cayó por el costado con torpeza; hábilmente se giró sobre el suelo para enviarle trozos de tierra envueltos en sombras moradas. Kai los esquivó a todos y levantó varias raíces alrededor de la chica, formando una especie de jaula sin salida. Soltó una pequeña pero sonora risa.

Luego de unos segundos, observó como una fina línea morada cortaba a la mitad a las raíces y unas sombras iban a por él. Con movimientos rápidos, evitó que estas lo alcanzaran, pero el alcohol que había ingerido comenzaba a hacer efecto y una de las sombras le apresó la pierna provocándole una estruendosa caída.

Se puso de pie y envolvió a Akane con unas raíces, atrayéndola hacia sí; rápidamente, ella maniobró las sombras y destrozó las raíces. Con gran elegancia cayó al suelo y levantó un muro sombrío, del cual emergió una silueta oscura; el poder que Ahián había usado contra Kai antes y le había enseñado a ella. Kaize elevó unas raíces apresando a la sombra y fue tras Akane, quien había aprovechado la oportunidad para correr y esconderse.

Él agudizó su oído, pudiendo oír las fuertes respiraciones de la muchacha tras una roca en la arena. Se acercó cauteloso, hallando a un esbirro; Cesc se burló de él y desapareció. Kai giró y Akane lo sorprendió con su Clap, ahora con un efecto extra. El pánico mental que le provocaba iba acompañado de un impulso, logrando terminar en el agua helada del mar. El contacto frío hizo que el efecto se dispersara.

Sin darse cuenta, sus energías estaban casi al límite y como último recurso, Kai emergió un bloque de tierra para absorber los ataques de Akane. Mientras adoptaba una posición defensiva, notó como un aura morada envolvía a la chica. De sus ojos salía una luz del mismo color, dando la impresión de no estar controlando su cuerpo.

—¿Akane? —llamó elevando la voz entre los fuertes sonidos que provocaban las sombras al impactar contra los bloques de tierra. La chica no parecía oírlo— ¡Akane!

Los golpes comenzaron a volverse más fuertes y violentos contra él; un mal presentimiento recorrió su cuerpo. Los bloques se destrozaron íntegros y una de las sombras lo alcanzó, impulsándolo varios metros atrás.

En cuestión de segundos, una ola de viento mezclada con sombras moradas envolvió a Akane. Ahián y Lujak se encontraban detrás de la muchacha, conteniéndola con la fusión de sus poderes. El aura morada que la rodeaba comenzó a apaciguarse hasta desaparecer. La chica recobró la conciencia y miró hacia todas partes, confundida.

El remolino de viento fue descendiendo la velocidad hasta dejar a la chica de pie en la arena.

—¿Estás bien? — Ahíán se apresuró en acercarse a ella.

—Si —afirmó en un susurro mientras tomaba aire a bocanadas—. Estoy totalmente agotada... ¿Y Kai? — Se giró para encontrarse con Lujak ayudando al moreno a ponerse de pie. Una mancha de sangre emanaba de su torso, tiñendo de rojo carmesí la tela agujereada. Akane llevó sus manos a la cara cubriéndose la boca, una sensación de pánico se apoderó de ella al mismo tiempo que la culpa y la venganza luchaban para influir en los sentimientos de la joven.

—Estoy bien — Le respondió el herido con una sonrisa—. Lamento haberte forzado a pelear en el estado en que estaba. No creí que las cosas se pusieran así de feas.

Akane pareció perder el habla y el control de sus acciones, quedándose de pie en la arena mientras observaba como Ahián ayudaba a Kai a llegar hasta la casa de Selá.

Llegada a esta parte quería decirles por si habían dudas con respecto a la pronunciación de los nombres, les dejo acá cómo se dicen:

Akane : Akáne

Ahián: Ahián

Kaize: Káize - Kai: Kái

Lujak: Luják

Si en los capítulos próximos se vuelve necesaria esta explicación con otros nombres, no duden en informarme así saco las dudas ^^ 

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